Tras dos meses de inmovilismo, y
forzados por la presión popular, los militares egipcios han tenido que ceder.
Tras procesar a Mubarak, ayer mismo se anunció la disolución de su otrora
todopoderoso partido.
El Cairo.– El Tribunal Supremo
Administrativo del Cairo ordenó la disolución del Partido Nacional Democrático,
del expresidente Hosni Mubarak, desalojado del poder el pasado 11 de febrero
por la revuelta egipcia.
El tribunal determinó,
asimismo, la expropiación de todos sus bienes y propiedades, que pasarán al
Estado, según la agencia estatal MENA.
El Partido Nacional Democrático
(PND) fue creado en 1978 y dirigido por el entonces presidente Anuar al Sadat,
que un año antes había promulgado una ley para permitir la formación de
agrupaciones políticas en el país, prohibidas desde enero de 1953, tras el
triunfo de la revolución encabezada por Gamal Abdel Naser.
Desde su creación, la
estructura del omnímodo PND se confundió con la del Estado y su presencia se
impuso en todas las instituciones del país favorecido por unas leyes que
constreñían las actividades del resto de agrupaciones. Asimismo, entre
acusaciones de fraude, arrasó en todas las elecciones parlamentarias
celebradas desde su creación, la última en noviembre–diciembre de 2010, en
la que copó más de un 80% de los escaños.
Esta situación, que se prolongó
hasta la caída de Mubarak, ha dejado al país huérfano de formaciones políticas
más allá de la organización islamista de los Hermanos Musulmanes que, a
pesar de trabajar en la semiclandestinidad, se ha convertido en la mayor
fuerza política.
La junta militar que dirige el
país promulgó el28 de marzo una nueva ley de partidos políticos sin las
restricciones impuestas por el régimen anterior para permitir el surgimiento
de nuevas agrupaciones ante las próximas elecciones parlamentarias, previstas
para setiembre.
Odio de la
población
El odio popular hacia el PND
quedó plasmado durante la rebelión popular con la quema de su sede
principal, situada en el centro de El Cairo.
Tras un interregno de dos meses
en los que los militares han tratado por todos los medios de salvar en la
medida de lo posible el estatus quo anterior, los protagonistas de la
revuelta, que no han cejado en salir a la calle todos los viernes para exigir
cambios reales, aumentaron sus protestas en las últimas semanas, brutalmente
reprimidas por los soldados.
Pero el Ejército no ha tenido más
remedio que ceder a la presión. La decisión de disolver el partido de
Mubarak llega tras la apertura de un proceso judicial contra el clan.
El PND, liderado ahora por un
sobrino de Anuar al Sadat, anunció la semana pasada la creación de otra
formación.