Saná (Agencia EFE).- La oposición
yemení acusó ayer al presidente Saleh de obstaculizar la iniciativa de los
países del golfo Pérsico para superar la crisis y dijo que el gobernante está
haciendo «maniobras» para no asumir sus compromisos. Saleh, cuya salida del
poder pide la oposición en protestas que han causado más de 100 muertos, tenía
que haber firmado el sábado una propuesta para una transferencia pacífica
del poder.
El
plan fue diseñado por el Consejo General del Golfo (CCG) y lo habían
aceptado la oposición, el partido gobernante y Saleh, pero el jefe de Estado
se negó a firmar la propuesta en Sana'a, como estaba previsto. Una vez dado
ese paso, el plan iba a ser suscrito ayer en Riad por dirigentes del partido
gobernante y representantes de la oposición, pero no se llevó a cabo.
La alianza opositora Encuentro
Compartido, liderada por el partido Islah Islámico (reforma islámica), acusó
a Saleh de no firmar la iniciativa «para ganar tiempo» y lamentó la decisión
del gobernante, que «llevará al país a una gran guerra sectaria».
«El presidente se negó a
firmar a pesar de haber aprobado previamente la iniciativa, que prevé sea
firmada expresamente por el presidente y la oposición, por lo que sólo se
trata de una maniobra acostumbrada», agregó la oposición. El comunicado
asegura además que recae en Saleh «la plena responsabilidad por el fracaso»
de los esfuerzos de mediación del CCG.
El acuerdo fue forjado por el
CCG el 21 de abril y aceptado por el presidente tres días después. La
oposición ya lo había aceptado previamente. Establece que Saleh traspase al
poder al vicepresidente en el plazo de un mes tras la firma del convenio, y
fija la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias dos meses
después. También incluye la inmunidad para el presidente, parientes directos
y altos cargos de su régimen.
Fuentes del Gobierno dijeron a
Efe que Saleh está dispuesto a firmar el plan para transferir el poder, pero
no en calidad de jefe de Estado, sino como presidente del partido gobernante,
el Congreso General del Pueblo. También dijeron que el jefe de Estado no
tiene previsto trasladarse a Riad, sino suscribir la propuesta en Sana'a. No
estaba previsto que Saleh se desplazara a Riad, donde iba a estar representado
por dirigentes del partido gobernante, pero sí estaba programado que él
firmara el documento un día antes, el sábado.
La oposición insiste en que la
iniciativa del CCG, integrado por Arabia Saudí, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes
Unidos, Catar y Bahréin, estipula que la propuesta sea firmada por Saleh. De
acuerdo con el convenio, sería la oposición la que se encargaría de nombrar
un primer ministro del gobierno provisional que entre en funciones hasta la
celebración de nuevos comicios.
La confusión sobre el futuro
del plan del CCG fue alimentada ayer por el primer ministro, Ali Mohamed
Muyawar, quien en un discurso público, al referirse a la iniciativa del golfo
Pérsico, destacó la «legitimidad constitucional» del mandato de Saleh. Esa
legitimidad, según el primer ministro, «le da derecho a (Saleh) a ejercer
sus funciones presidenciales hasta el final del mandato constitucional, en el
2013».
La oposición
yemení acusa a Saleh de buscar
su impunidad con masacres
Saná (Agencias).- Tanto la
oposición tolerada como la revuelta popular acusaron al régimen del
presidente, Ali Abdallah Saleh, de intentar perpetuarse en el poder con «masacres
salvajes» como la que el jueves dejó un saldo de 13 muertos y 205 heridos en
la represión de una protesta masiva en la capital, Saná.
La oposición tolerada del Fórum
Unitario aseguró que el régimen buscaría torpedear la anunciada firma de un
acuerdo de transición ordenada para sortear la crisis. Este plan, pergeñado
por las cleptocracias del Golfo con el apoyo de EEUU, prevé la formación de
un gobierno de reconciliación nacional al que le seguiría, un mes más
tarde, la dimisión, con garantías de impunidad, de Saleh.
La revuelta popular, que va
mucho más allá de las demandas de la oposición tolerada, rechaza el acuerdo
y exige la salida del dictador sin condiciones. Precisamente, la manifestación
reprimida a tiros por el Ejército denunciaba el plan de mediación y
rechazaba la claúsula de impunidad para el presidente.
Junto a los soldados, fuerzas de
choque formadas por seguidores del régimen atacaron a bastonazos a los
opositores. Además de los 13 muertos, 25 seguían ayer en estado grave.
La represión de las protestas
desde finales de enero ha dejado más de 145 muertos, sin contar las víctimas
mortales en las protestas en el sur independentista del país y en el norte,
escenario de una revuelta chií.
Pese a ello, EEUU insistió ayer
en llamar a la calma y a evitar en los próximos días «todo lo que podría
comprometer la conclusión del acuerdo», que sería el primero que permitiría
una salida honrosa a un dictador desde el inicio de la oleada de revueltas árabes.
El plan ha sido criticado por Amnistía Internacional, que rechaza la
impunidad para el régimen.
Tanto la oposición como los
seguidores del régimen, financiados por el tesoro del país -o lo que es lo
mismo, del propio Saleh-, convocaron para hoy protestas.