La eliminación de Osama bin
Laden mientras estaba desarmado en su casa de Pakistán, ¿puede considerarse
legítima defensa, homicidio justificado o ejecución extrajudicial? Expertos
en derechos humanos piden a Washington más detalles de la operación, entre
ellos si había planes de capturarlo vivo.
El gobierno del presidente
Barack Obama, que ha cambiado algunos aspectos de su versión inicial de los
hechos, es inequívoco al concluir que "se hizo justicia" al matar,
el 1 de este mes, al saudita que lideraba la red extremista Al Qaeda.
Pero esa conclusión es puesta
en duda por algunos expertos en temas constitucionales y activistas por los
derechos humanos que describen el ataque como una ejecución arbitraria o una
violación del derecho internacional.
La manera como se mató a Bin
Laden plantea serias cuestiones legales, sostuvo Michael Ratner, presidente
del Centro para los Derechos Constitucionales, con sede en Nueva York.
La más inmediata es si el grupo
de elite de la marina de guerra estadounidense que lo enfrentó en el
dormitorio de su complejo de la localidad pakistaní de Abbottabad debía
matarlo o no.
En un drástico cambio del
relato, el gobierno de Estados Unidos admitió después que Bin Laden estaba
desarmado y que no usó a una mujer como escudo humano, como declaró
originalmente.
En esas circunstancias, los
efectivos estadounidenses "debieron capturarlo. Matarlo en ese punto
puede considerarse un crimen de guerra", dijo Ratner a IPS.
Estados Unidos intentó
justificar la matanza argumentando que Bin Laden se resistió, pero cuando se
le preguntó cómo, el portavoz no pudo responder, señaló Ratner.
Al día siguiente, Estados
Unidos alegó que Bin Laden tenía un arma cerca suyo y que por lo tanto hubo
que dispararle antes de que pudiera tomarla, dijo.
"Probablemente nunca
sabremos cuál es la verdad", sostuvo Ratner, aunque cada vez parece más
plausible que los militares estadounidenses hayan recibido órdenes "de
matarlo y no traerlo vivo".
Esto sería coherente con
"la determinación de Washington de que un Bin Laden muerto era mejor que
uno vivo", agregó Ratner, quien también es profesor en la Escuela de
Leyes de la Universidad de Columbia y autor de varios libros, entre ellos
"Guantanamo: What the World Should Know" (Guantánamo: Lo que el
mundo debería saber).
Pese a haberlos retenido durante
años, el gobierno de Estados Unidos no ha logrado llevar a la justicia a los
conspiradores del 11 de septiembre de 2001, fecha de los ataques que dejaron
3.000 muertos en Nueva York y Washington ––y que se atribuyen a Al Qaeda––,
así que mucho menos le entusiasmaría hacerlo con Bin Laden, agregó.
Un juicio público con el debido
proceso habría sentado un precedente importante. Si se hubiera condenado a
Bin Laden, eso habría ayudado a persuadir a los escépticos de que él fue el
autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre y de otros, observó
Ratner.
Stephen Zunes, profesor de política
y director de Estudios de Medio Oriente en la Universidad de San Francisco,
sostuvo que dado que en el recinto de Abbottabad hubo un tiroteo, solamente
alzar sus manos en el aire podría haberse considerado una potencial amenaza y
responder a ello, por lo tanto, legítima defensa.
"Al mismo tiempo, con el
historial de muertes ilegales de las fuerzas estadounidenses, es probable que
continúen las preguntas", dijo Zunes a IPS.
El secretario general de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki–moon, se mostró políticamente
cauto en sus declaraciones.
Su portavoz Farhan Haq dijo que
la ONU respeta el derecho de todos los países a realizar operaciones
antiterroristas. Pero esas operaciones "tienen que estar en conformidad
con el derecho internacional", destacó.
Mientras, Christof Heyns y
Martin Scheinin, expertos de la ONU en ejecuciones extrajudiciales y
antiterrorismo, dijeron que será particularmente importante saber si la
planificación de la misión incluyó el intento de capturar a Bin Laden vivo.
En un comunicado difundido la
semana pasada también destacaron que en ciertos casos excepcionales puede
permitirse el uso de la fuerza letal como último recurso, de acuerdo con estándares
internacionales, para proteger la vida, incluso en operaciones contra
terroristas.
"Sin embargo, la norma
debería ser que los terroristas sean tratados como criminales, mediante los
procesos legales del arresto, el juicio y la sanción judicial que se
decida", plantearon.
Fuera de las zonas de guerra, la
orden de matar solamente puede emitirse contra una persona que constituye una
amenaza inminente, y esa amenaza debe ser concreta y específica. Sin esas
condiciones, debe usarse primero la fuerza no letal, y sólo si es
absolutamente necesario puede usarse la letal, dijo Ratner.
También señaló que, excepto
en una guerra, cruzar la frontera de un estado para matar a alguien o enviar
aviones teledirigidos a otro país está prohibido por el artículo 2(4) de la
Carta de la ONU.
Claro que el estado al que se
envían esos aviones no tripulados siempre puede dar su consentimiento. Además,
si el país que manda esas naves o equipos para matar argumenta que se trata
de autodefensa porque el otro estado se negó a frenar los ataques desde su
territorio o no pudo hacerlo, no se estaría violando la Carta.