Yemen

¿Qué va a pasar en Yemen?

Por Abu Bakr As-Shamahi (*)
commentmideast.com, 06/06/11
TelesurTV.net, 08/06/11

Ali Abdulá Saleh reposa en una cama del Hospital Militar de Riad, capital de Arabia saudita. y los yemeníes celebran su salida del país pero, ¿qué ocurrirá después con Yemen?

Grandes festejos en Sanaá por la retirada del dictador a Arabia Saudita

En medio de las celebraciones existe un temor muy cierto de que esto está lejos de haber terminado. La situación está cambiando constantemente y se cede ante diversas reivindicaciones. Los portavoces del Gobierno han dicho que Saleh regresará en cuestión de semanas si no días. Aunque ello pueda ser una mera conjetura, no se puede negar que la incertidumbre hace que la mayoría de los yemeníes aún teman que vuelva el hombre del saco.

Hay más razones para preocuparse de que esto no haya acabado. El hijo de Ali Saleh, Ahmed, que dirige las unidades de élite de la Guardia Republicana, se ha trasladado al Palacio Presidencial. Sus primos, los cuatro sobrinos de Saleh, aún se encuentran en el país y controlan sus respectivas unidades militares. Una de las reivindicaciones centrales del movimiento de protesta es que dejen los puestos que actualmente ocupan y que sean juzgados por los crímenes cometidos contra el pueblo yemení.

Quien aparentemente actúa como presidente, el vicepresidente Abdu–Rabo Mansur Hadi, es una figura débil, elegida deliberadamente por Saleh para no crear una base de poder rival tan cerca de los pasillos del poder. El movimiento de oposición quiere que ahora sea declarado oficialmente como dirigente interino a fin de robarle la iniciativa a Saleh y adelantarse a cualquier posible regreso. Hadi, al parecer, es próximo al desertado jefe de la Primera Brigada Acorazada, Ali Muhsin al–Ahmar, y la Brigada vigila su casa y el Ministerio de Defensa, desde donde está tratando de dirigir al país.

Sin embargo, la posición de Hadi no se conoce totalmente. No controla ninguna fuerza militar directamente y eso significa que Ahmed Saleh y los sobrinos tienen más poder que él. La posición de la televisión estatal sigue siendo la misma: indica que el régimen todavía está intacto aunque haya sido decapitado. Más preocupante para los manifestantes es la información sobre una declaración de Hadi refiriéndose a que Saleh regresará en los próximos días. Aunque ello no sea factible debido al aparente estado de Saleh, está claro que los que le respaldan siguen aferrados y mantienen aún algún tipo de influencia sobre Hadi.

Ello no debe disminuir el sentimiento de alegría y de satisfacción que se siente en Saná y en el resto del país. Aunque todavía hay brotes esporádicos de violencia, especialmente en Taiz, la segunda ciudad, el sonido de las explosiones se ha reemplazado por el de fuegos artificiales y la gente ha acudido en masa a las plazas de las protestas de todo el país para celebrar. En todo caso, una gran presencia en las plazas de las protestas indicaría a los que todavía no están seguros que el régimen está perdido.

Los manifestantes también han indicado que aunque dan la bienvenida a la salida de Saleh, ello es únicamente la primera de sus reivindicaciones y que no van a abandonar sus ciudades–campamento hasta que se cumplan sus exigencias. Al enfocar la rivalidad entre al–Ahmar y Saleh, muchos analistas han pasado por alto el poder del movimiento de los jóvenes que es enorme en un país donde el promedio de edad está en 17años.

Como es costumbre en Yemen las cosas se están haciendo inusitadamente. Lo de ahora tiene un paralelismo en el pasado; aunque los yemeníes celebran el 26 de septiembre de 1962 como la fecha de la revolución contra el imán (el rey) (sic), la guerra entre republicanos y monárquicos no terminó hasta 1970. Al igual que entonces, hay muchas cosas que dependen de las potencias extranjeras y de su influencia. Saleh se encuentra en territorio saudí. Si regresara a Yemen entonces tendría que ser con la aprobación de las altas esferas de la dirección saudí. Personalmente, no creo que eso suceda porque parece que ya han decidido que el tiempo de Saleh se ha agotado.

El momento decisivo llegará en los próximos días. Si el movimiento de protesta de la oposición consigue mantener a Hadi a bordo y establecer un gobierno de transición, entonces existe la posibilidad de que puedan neutralizar a las fuerzas contrarrevolucionarias y, especialmente, a al resto de los miembros de la familia de Saleh que están en Yemen. Como siempre, se trata de esperar y ver qué pasa.

*Abubakr Al–Shamahi es estudiante de Ciencias Políticas en SOAS, Universidad de Londres. Es editor de Comment Middle East. Está en Twitter.


Yemen festeja y pide que no vuelva el presidente

Reuters, 06/07/11

Sanaa.- Miles de opositores al gobierno celebraron ayer con bailes y cánticos en la plaza principal de la capital de Yemen la salida del presidente del país, Ali Abdullah Saleh, que viajó a Arabia Saudita para operarse debido a las heridas sufridas tras un ataque con cohetes lanzados por grupos rebeldes. Fuentes sauditas señalaron que la cirugía fue exitosa y que el presidente Saleh tiene previsto regresar a Yemen dentro de dos semanas.


Las fuerzas rebeldes afirman haber conquistado Taiz, tercera ciudad del país

El presidente de Yemen tiene graves heridas

Por Ángeles Espinosa
El País, 08/06/11

El presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, se encuentra más grave de lo que sus leales han admitido. Fuentes diplomáticas árabes y occidentales señalaban ayer que tiene quemaduras en el 40% del cuerpo, incluida la cara, y que una esquirla de madera le habría perforado un pulmón. Esas lesiones, consecuencia de un ataque contra el palacio presidencial el pasado viernes, cambiarían la ecuación política en Yemen, donde la seguridad continúa deteriorándose y la presión para que Saleh deje el poder aumenta.

A falta de un parte médico oficial del Hospital de las Fuerzas Armadas saudíes donde se encuentra ingresado, se extienden los rumores, como ha sucedido con el origen de la explosión en la que resultó herido. Aunque inicialmente se habló de uno o dos proyectiles, primero atribuidos al clan rival de los Al Ahmar y más tarde al general disidente Ali Mohsen, ahora se especula con una bomba escondida dentro de la mezquita en la que el presidente y otros altos cargos rezaban, posiblemente en el púlpito. Eso explicaría el pedazo de madera que al parecer le ha causado una herida de siete centímetros de profundidad y alcanzado el pulmón.

La web de The New York Times asegura que Saleh, de 69 años, también tiene un derrame en la cabeza, según tres funcionarios estadounidenses. La misma fuente indica que las quemaduras no ponen en peligro su vida. La televisión saudí Ekhbariya, por su parte, informó de que el lunes fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas, pero no especificó su naturaleza. Según esta cadena, el presidente regresará a Yemen "en cuanto se recupere". Algunos portavoces saudíes hablaron de un periodo de convalecencia de dos semanas, pero las fuentes citadas por The New York Times lo alargaban a meses.

Cuanto más tiempo permanezca fuera de su país, más complicado parece que pueda recuperar el poder. Tanto sus adversarios políticos como sus hasta ahora aliados extranjeros (Arabia Saudí, EE UU y la UE) están trabajando contra reloj para alcanzar un pacto que garantice una rápida transición política y frene el progresivo deterioro de la seguridad. Miles de yemeníes se manifestaron ayer por la tarde frente a la casa del vicepresidente Abd Rabbo Mansur Hadi para expresar su rechazo al regreso de Saleh y pedir que se forme un consejo presidencial transitorio hasta la elección de un nuevo Gobierno.

Con anterioridad, el Ejército anunció que había recuperado Zinyibar, la capital de la provincia de Abyan, en la costa del Índico, que desde el pasado 29 de mayo se encontraba en manos de islamistas identificados por el régimen como miembros de Al Qaeda. La oposición acusó a Saleh de haber orquestado esa toma para fomentar la idea de que sin él Yemen caería en manos de ese grupo terrorista que ya tiene bases seguras en el centro del país. Cierto o no, la intervención militar causó 30 muertos entre los militantes. El Ministerio de Defensa no precisó el número de bajas entre sus filas, pero la agencia Reuters hablaba de 15 soldados muertos. Los enfrentamientos vaciaron la ciudad de la mayoría de sus 50.000 habitantes.

También hubo combates en Taiz, la tercera ciudad del país y donde primero arraigó el movimiento popular contra Saleh. Un jefe tribal aseguró a France Presse que la ciudad estaba en manos de los rebeldes, extremo desmentido por las autoridades.

"Fuerzas tribales armadas se han desplegado para proteger a los manifestantes pacíficos tras el genocidio", señaló el jefe del consejo tribal de Taiz. El pasado 30 de mayo las tropas de Saleh intentaron acabar por la fuerza con la protesta y causaron medio centenar de muertos.