Cien
muertos en un ataque del Ejército sirio en Hama
Nueva
matanza del régimen
Militares y
fuerzas de seguridad han disparado
contra civiles en la ciudad rebelde
El
Periódico / AFP, 31/07/11
Al menos 95 personas han
fallecido y decenas han resultados heridas en un ataque del Ejército sirio a
la ciudad de Hama, en el centro de Siria, según un balance del Observatorio
sirio de los Derechos Humanos (OSDH). "El
Ejército y las fuerzas de seguridad, que han hecho una incursión el domingo
por la mañana en Hama, han abierto fuego sobre civiles, matando a 100
personas e hiriendo a decenas", ha declarado M. Abdel Rahmane, presidente
del Observatorio, citando fuentes médicas de la ciudad.
El Gobierno sirio intenta desde
hace varias semanas someter esta ciudad rebelde situada a 210 kilómetros al
norte de Damasco y donde se han registrado masivas manifestaciones contra el
poder gubernamental, reuniendo a más de medio millón de personas en las
protestas, según Abdel Rahmane.
Por su parte, fuentes médicas
han explicado al canal de televisión Al Yazira que los disparos todavía
continúan en Hama y que numerosos heridos están en situación grave. Ante el
bloqueo para informar de manera independiente impuesto por las autoridades, la
agencia oficial tan solo ha recogido hoy la muerte de dos miembros de las
fuerzas de seguridad a manos de "grupos armados en Hama, que quemaron
comisarías, saquearon propiedades públicas y privadas y levantaron
barricadas".
La agencia
oficial ha señalado que, según testigos presenciales,
"decenas de hombres armados se han colocado en los
tejados de los principales edificios de la ciudad, con
ametralladoras y lanzagranadas, y disparan con intensidad
para aterrorizar a los ciudadanos".
Al menos 95
muertos y decenas de heridos al
irrumpir los tanques en la ciudad de Hama
El
País / Agencias, 31/07/11
Las tropas del presidente entran
en la localidad que había sido sitiada durante un mes, en un intento de
aplastar las protestas que piden el fin de su régimen.- Arrestado un
importante líder tribal
Al menos 95 civiles han muerto y
decenas han resultado heridos tras la irrupción a primeras horas de hoy de
tanques del Ejército sirio en la ciudad de Hama, situada al noroeste del país,
según el último balance del Observatorio sirio de los derechos del hombre,
recogido por France Presse, y según varios testigos citados por Reuters. La
población se encuentra sitiada desde hace casi un mes en represalia contra
las manifestaciones que piden el fin del régimen del presidente Bachar el
Asad. Los tanques del régimen también han entrado hoy en Deir el Zor (este)
y Herak (sur). El balance total de víctimas mortales asciende a 121, según
Ammar Qourabi, presidente de la Organización nacional de los derechos del
hombre.
Residentes del lugar han contado
que los carros de combate están disparando a un ritmo de unos cuatro disparos
por minuto. La electricidad y el agua han sido cortadas en los barrios
principales, una táctica habitual del Ejército sirio en otras intervenciones
en diversas localidades del país. "El ejército y las fuerzas de
seguridad, que han lanzado una incursión esta mañana en Hama, han abierto
fuego sobre los civiles, han matado a 45 y han dejado numerosos heridos",
ha declarado M. Abdel Rahmane, presidente del Observatorio, contactado por
France Presse por vía telefónica en Reino Unido.
Uno de los testigos, un doctor
que no ha querido ser identificado por miedo a represalias, ha asegurado que
"los tanques están atacando desde cuatro frentes, disparando
indiscriminadamente y aplastando los bloques de piedra colocados por los
ciudadanos en las calles". Según esta fuente, los francotiradores se han
colocado en los tejados del edificio de la compañía eléctrica y de la prisión.
Arrestado un
importante líder tribal
Las fuerzas sirias han arrestado
al líder de la tribu de los Baqqara, una de las principales fuentes de
oposición contra el presidente, informa EP. Nawaf al-Bashir, quien gobierna
sobre más de un millón de baqaruíes, la mayoría residentes en la provincia
de Deir Al Zor, ha sido arrestado esta tarde en la localidad de Ein Qirsh, en
Damasco, según informó la propia oposición.
Horas antes de su arresto,
Bashir comunicó a los medios su intención de cesar la respuesta armada a los
ataques de Bachar el Asad y de convencer a los residentes de Deir Al Zor de
que recurran a métodos pacíficos de protesta.
Bachar el Asad está intentando
aplastar la revolución contra su régimen que prendió el marzo tras el
ejemplo de Túnez y Egipto. Las autoridades sirias han expulsado a la mayoría
de los periodistas independientes, por lo que resulta difícil verificar la
información de lo que sucede en el país. El Gobierno sirio culpa a los
rebeldes de ser terroristas y de haber matado a 500 soldados y miembros de las
fuerzas de seguridad. El grupo de activistas Avaaz aseguró la semana pasada
que las fuerzas de El Asad han matado a 1.634 personas durante la represión
de los últimos meses. Avaaz añadió que otras casi 3.000 habían
desaparecido y unas 26.000 habían sido torturadas.
La ciudad de
la masacre de 1982
Hama fue el escenario donde en
1982 las tropas del padre del presidente Bachar el Asad, Hafez el Asad,
mataron al menos a 30.000 personas para reprimir una revuelta liderada por los
Hermanos Musulmanes. La masacre fue conducida personalmente por el hermano
menor del presidente, Rifaa el Asad.
El régimen
sirio arremete de nuevo contra Hama
La represión
sería una advertencia para
evitar protestas en Ramadán
El
País / Agencias, 01/08/11
Los tanques del Ejército sirio
siguen bombardeando, esta misma tarde, la ciudad de Hama, según informaciones
de la agencia Reuters, que señala que los proyectiles están cayendo en uno
de los barrios de la ciudad cada 10 segundos, según relata un ciudadano con
el que contactó por teléfono. La ofensiva del régimen, pues, continúa,
después de que durante el día de hoy las tropas de Bacher el Asad hayan
causado al menos cuatro muertos, según informaciones de ciudadanos de esa
localidad. Con este ataque el Gobierno sirio intensifica el asedio a Hama, que
tuvo su origen el sábado y que se ha saldado con más de un centenar de
muertos.
"Nadie puede abandonar la
ciudad porque las tropas y las shabbiha (milicias afines al Gobierno) están
disparando de forma indiscriminada con ametralladoras, ha explicado a Reuters
un residente que se ha identificado como Raed. Entre las cuatro víctimas
confirmadas este lunes figura Jaled Adel al Sheij Mossa, cuya casa fue
alcanzada durante un bombardeo, informan los habitantes de Hama, que también
han relatado cómo la demolición de otra vivienda ha destruido también una
farmacia. Un médico ha indicado, asimismo, que un joven ha perecido tras
recibir un disparo en el pecho.
Coincidiendo con los ataques por
tercer día consecutivo el presidente sirio ha elogiado a las Fuerzas Armadas
por su "lealtad" en un discurso difundido hoy con motivo del 66
aniversario de su creación. En la felicitación, el Asad considera que las
fuerzas armadas han sido "un modelo de compromiso con las causas de la
nación y defensores de sus derechos".
Las tropas de el Asad entraron
ayer a sangre y fuego en Hama, uno de los símbolos de la resistencia al régimen
de Bachar el Asad. Grupos de derechos humanos y de la oposición cifran en un
centenar los civiles muertos ayer por disparos de los militares que, según
los testigos, cortaron la luz y el agua al amanecer para entrar con tanques y
disparar indiscriminadamente sobre la población. El régimen pretende así
machacar cualquier intento de protesta durante el Ramadán -un mes sagrado de
ayuno diurno en el mundo musulmán-, que este año se celebra en agosto.
La versión sobre lo ocurrido
que ofreció el régimen se hizo saber a través de la agencia estatal de
noticias, Sana, que publicó que grupos de hombres armados se habían colocado
en los tejados de la ciudad y estaban "disparando intensamente para
aterrorizar a los ciudadanos". En su página web, la agencia informó de
que esos "grupos armados" habían "prendido fuego comisarías,
destrozado el mobiliario público y privado" y habían colocado
"barricadas y ruedas quemadas a la entrada de la ciudad y en las
calles". Esta es la causa y no las protestas, según Sana, de que el Ejército
tuviera que entrar a poner orden.
Hama, de unos 700.000
habitantes, es uno de los principales focos de oposición al régimen, y ha
sido duramente reprimida, ahora y en el pasado. En la memoria de la ciudad está
la brutal matanza que llevó a cabo en 1982 Hafez el Asad, padre del actual
presidente, para sofocar una rebelión liderada por los Hermanos Musulmanes.
Las estimaciones más conservadoras calculan que hubo al menos 10.000 civiles
muertos. Los grupos de derechos humanos elevan la cifra hasta 30.000.
La represión alcanzó también
ayer a la capital, Damasco. El régimen lanzó allí explosivos con metralla
que hirieron a 42 personas en una manifestación en el barrio de Harasta. Dos
testigos dijeron a Reuters que en ese suburbio se había desplegado la Cuarta
División del Ejército sirio, una de las más próximas al régimen, para
aplastar la protesta. Las organizaciones de derechos humanos aseguraron que
había un centenar de detenidos.
El régimen arrestó ayer en
Damasco al líder de la tribu de los baqqara, Nawaf al Bashir. Más de un millón
de personas pertenece a esta tribu, y la mayoría viven en la provincia de
Deir al Zor, uno de los bastiones de la oposición. Poco antes de su detención,
Al Bashir había dado una rueda de prensa para explicar que había pedido a
los habitantes de Deir al Zor que emplearan métodos pacíficos en su protesta
contra el régimen sirio.
Varios testigos dijeron a
Reuters que entre el sábado y el domingo habían muerto en Deir al Zor 11
civiles. "Hay tanques del Ejército en las calles, pero la mayor parte de
las muertes se han producido por la actuación de los servicios
secretos", explicó un vecino.
Los llamados Comités Locales de
Coordinación informaron de que en esta misma ciudad 57 soldados habían
desertado para pasarse al bando de la oposición, incluidos dos lugartenientes
y un capitán. Los ciudadanos levantaron barricadas y colocaron obstáculos en
las calles para impedir el avance de los tanques. En otras ciudades, como
Latakia e Idlib, también hubo protestas, según estos comités.
Las manifestaciones para acabar
con el Gobierno de El Asad duran ya cuatro meses y han dejado 1.583 muertos
civiles, según el Observatorio sirio de derechos humanos, que cifra en 12.600
el número de detenidos y en 3.000 los desaparecidos.
Cuatro meses
de desafío a El Asad
- Marzo. Prende la ola de las
protestas árabes en la ciudad sureña de Deraa. El día 23, el Ejército mata
a seis manifestantes y dispara sobre cientos. El Asad destituye al gobernador
de la provincia. Un día después, el Ejecutivo promete subir el sueldo a los
funcionarios y revisar la Ley de Emergencia tras la muerte de 37 personas por
disparos de la policía. El 25 es el primer Viernes de la Dignidad, que se ha
repetido cada semana.
- Abril. El Gobierno deroga la
Ley de Emergencia, vigente desde 1963, pero las protestas, la represión y los
muertos se extienden por todo el país. El día 22 de abril 88 personas mueren
en protestas en distintas ciudades. El 25 de abril el Ejército cerca Deraa
con tanques. El 29, viernes, fallecen otras 60 personas en manifestaciones, y
en Deraa, sitiada, el niño de 13 años Hamza al Jatib fallece torturado por
el régimen. Su imagen será uno de los iconos de la protesta.
- Mayo. El Ejército aplasta las
revueltas en Banias y en Homs. La UE incluye en su lista negra de sanciones a
13 miembros del régimen. Días después incluye a El Asad.
- Junio. La oposición siria se
reúne en Antalya (Turquía) y pide a El Asad que deje el poder. En Hama
mueren 54 personas. El día 6 el régimen anuncia que 80 policías han muerto
en Jisr al Shughur y culpa a terroristas de ello. La versión de los
opositores es que esos soldados se negaron a disparar a civiles y que por eso
fueron asesinados por sus compañeros. Miles de refugiados cruzan a Turquía.
- Julio. El día 10, los
embajadores de Estados Unidos y Francia visitan Hama en señal de solidaridad
con los ciudadanos. El régimen lo interpreta como una provocación y al día
siguiente una turba asalta las Embajadas de ambos países en Damasco. Hillary
Clinton declara que Bachar El Asad ha perdido su legitimidad y no es
"indispensable". El Observatorio sirio de Derechos Humanos cifra en
1.583 los muertos civiles desde marzo.
Con el ataque
de hoy, el Gobierno sirio intensifica el asedio a esta ciudad,
protagonista de sangrientas represalias ya en los años 80
Hama, símbolo
de resistencia contra
la represión de los Asad
El
País / Agencias, 01/08/11
La ciudad siria de Hama ha
vuelto a convertirse en los últimos meses en uno de los focos más activos
contra el presidente Bachar el Asad. Esta localidad siempre ha sido un símbolo
de la resistencia contra la represión del régimen. Su nombre está
relacionado además con violentos episodios de hace 30 años. Una vez más,
Hama vuelve a estar en el centro de la atención internacional por ser uno de
los escenarios más sangrientos de las revueltas contra el mandatario. Con el
ataque de hoy, que ha causado al menos cuatro víctimas, el Gobierno de El
Asad intensifica el asedio a Hama, que desde el sábado ya se ha saldado con más
de un centenar de muertos.
Los periodistas extranjeros
tienen prohibido el acceso a Siria y el balance de víctimas (que hasta ahora
asciende a al menos 1.500 según organizaciones de derechos humanos) se basa
en las informaciones que difunden los mismos militantes. Un número exiguo de
observadores extranjeros ha tenido acceso a Hama desde el comienzo de las
revueltas el pasado mes de marzo. Una de las últimas crónicas desde el
interior dela ciudad lleva la firma del periodista de The New York Times
Anthony Shadid, que consiguió entrar a Hama el pasado mes de julio.
En el momento en que el
periodista escribe, la ciudad celebraba su liberación de las tropas del régimen,
aunque las razones que llevaron a la retirada del Ejército todavía no
quedaban claras. Algunos apuntaban a la presión internacional. Otros hablaban
de razones demográficas de Hama, donde, a diferencia de Homs, no existe una
minoría alauí, la secta heterodoxa musulmana a la que pertenece gran parte
de los partidarios de El Asad. La mayoría de su población de 700.000
habitantes es musulmana suní.
"Después de la medianoche,
una multitud de jóvenes gritaba en las calles para celebrar el simple hecho
de que podía protestar", escribe Shadid. "Los manifestantes
gritaban: Hama está libre y permanecerá libre".
"Libertad" es una
palabra que el periodista había escuchado con frecuencia en los últimos
tiempos en esta ciudad, la cuarta más grande de Siria, aunque la libertad
verdadera parecía todavía lejana. Tras la retirada de las tropas leales al
presidente la primera semana de junio, Hama vivía un estado entre la euforia
y el miedo a que los soldados volvieran a entrar. Mientras, la ciudad iba
organizando su estructura interna.
"Hama ha destacado en las
protestas en contra de El Asad como un modelo turbulento de lo que sería una
ciudad siria una vez que se termine la dictadura de cuatro décadas. En las
bulliciosas calles, existe un sentimiento naciente de autodeterminación: los
vecinos tratan de hablar por sí mismos y defender una ciudad que consideran
suya", declara The New York Times.
Shadid afirma que el único
retrato del mandatario que quedaba en la ciudad, colgaba de las paredes de los
cuarteles del partido gobernante, Baaz. Grupos de ciudadanos se juntaban para
discutir de política, cantar himnos de protesta y recordar las heridas de la
sangrienta represión de las protestas islamistas en 1982. Por primera vez,
los clérigos y la élite culta de Hama estaban negociando con las autoridades
sobre la administración de la ciudad, en un país acostumbrado a los monólogos
por parte del régimen hacia la población.
"Bordada por árboles de
adelfa y eucalipto, la carretera hacia Hama subraya la profundidad del reto a
El Asad", reflexiona Shadid. Los tanques estaban aparcados en el interior
de Homs, al sur, así como en otras ciudades como Talbiseh y Rastan (entre
Homs y Hama). En una de las entradas, rodeada por piedras arrojadas por los
manifestantes, había una consigna: "El Ejército y la gente van de la
mano". Pero las escenas de los soldados nerviosos detrás de los sacos de
arena y los tanques apuntando a la carretera, sugerían una realidad distinta.
"Siria está colonizada por sus mismos hijos", comentó un vecino al
periodista.
En el centro de esta ciudad, una
de las más conservadoras del país del punto de vista religioso, a unos 210
kilómetros al norte de Damasco, en la plaza Jerajmeh se podía leer:
"Esto es Hama. No Tel Aviv", en referencia al mayor enemigo de
Siria, Israel.
"Por supuesto, sabemos que
el régimen puede entrar en cualquier momento", dijo un carpintero de 30
años, quien afirma llamarse Abdel Razzaq, a Shadid. Y añade: "Habrá
enfrentamientos. ¿Qué podemos hacer al respecto?".
Una historia
de represión
En Hama empezó en 1976 una
rebelión de los grupos islámicos, liderados por los Hermanos Musulmanes. En
el enfrentamiento de esta organización islamista con los Asad se mezclan
factores políticos y religiosos, ya que los Hermanos Musulmanes, suníes y
conservadores, habían sido tradicionalmente el blanco del régimen sirio, en
manos de la secta alauí de la corriente chií, y del partido Baaz.
La rivalidad de esta formación
política panárabe con los Hermanos Musulmanes se remontaba a las décadas
anteriores y en Siria estalló a finales de los años setenta, cuando los
Hermanos Musulmanes intentaron derrocar al entonces presidente Hafez al Asad,
padre del actual mandatario. En aquellos años Idlib, una provincia al
noroeste fronteriza con Turquía y de mayoría suní pero con varias
comunidades alauíes y cristianas, fue escenario de intermitentes
insurrecciones islamistas, protagonizadas por los Hermanos.
En 1980, Hafez el Asad ordenó a
su hermano Rifaa que bombardeara Jisr al-Shughur, una de las principales
ciudades de esta provincia. El ataque causó unos 200 muertos y acabó con la
resistencia antigubernamental en Idlib.
Dos años después, en febrero
de 1982, se produjo la peor masacre de la historia contra los opositores. Los
Hermanos Musulmanes tendieron una emboscada a las fuerzas del régimen, que
respondieron arrasando los viejos barrios de Hama para acabar con los
opositores que se escondían ahí.
La masacre fue dirigida
personalmente por el hermano menor del presidente, Rifaa el Asad. El
mandatario ordenó el bombardeo de Hama, que causó entre 10.000 y 30.000
muertos (cuando la población alcanzaba los 350.000 habitantes) y puso fin a
la presencia legal de Hermanos Musulmanes en el país. Desde entonces, en
Siria la simple pertenencia a la organización es castigada con la muerte.
Y como en los años ochenta hacían
Hafez y Rifaaa, ahora el presidente Bachar el Asad y su hermano Maher, jefe de
la Guardia Presidencial y de la Cuarta División y virtual jefe del Ejército,
se reparten los papeles: uno se encarga de la administración y el otro de la
represión contra la revuelta que sacude Siria desde marzo.
Los activistas sirios
denunciaron el pasado mes de junio la muerte de al menos 60 opositores en Hama
a mano de las tropas de El Asad. Los testigos sostienen que francotiradores y
miembros del Ejército dispararon sobre los manifestantes.
El 2 de julio El Asad ordenó el
saqueo de la provincia de Hama, un día después de que decenas de miles de
personas se manifestaran en la calle para exigir la dimisión del mandatario.
Los embajadores de EE UU y Francia, Robert Ford y Eric Chevalier
respectivamente, visitaron la ciudad unos días después, como un gesto de
apoyo simbólico a la población. El Gobierno sirio convocó a ambos para
criticar su acción, mientras las sedes de las embajadas fueron objeto de
protestas por parte de leales al presidente.
Apenas
ayer al menos 100 personas perdieron la vida en Hama, según denuncian algunas
asociaciones en defensa de los derechos humanos, aunque la agencia de noticias
estatal Sana haya afirmado que los militares estaban expulsando a grupos
armados que aterrorizaban a los ciudadanos.
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