Denuncias
de agresiones racistas contra libios negros y subsaharianos
Temor
por las personas detenidas por
las fuerzas contrarias a Gadafi
Amnistía
Internacional, 30/08/11
Londres.- Las
personas sospechosas de haber combatido a favor del coronel
Muamar al Gadafi, sobre todo los libios negros y los
africanos subsaharianos, corren un gran riesgo de sufrir
abusos a manos de las fuerzas contrarias a Gadafi, ha
declarado hoy Amnistía Internacional tras haber presenciado
el lunes en Trípoli agresiones contra libios negros.
Una delegación
de Amnistía Internacional que visitaba el Hospital Central
de Trípoli vio a tres revolucionarios thuwwar, como se
conoce habitualmente a los combatientes de la oposición,
sacando de la cama a un paciente negro procedente de la
ciudad occidental de Tawargha para detenerlo. Los hombres
vestían ropa de civil.
Los thuwwar
afirmaron que iban a llevarse al hombre a Misratah para ser
interrogado, alegando que en Trípoli los interrogadores
“dejan en libertad a los asesinos”.
Las fuerzas
contrarias a Gadafi advirtieron a otros dos libios negros
que recibían tratamiento en el hospital por heridas de bala
que “su turno estaba próximo”.
La delegación
de Amnistía Internacional también vio a un grupo de
thuwwar pegando a un hombre delante del hospital. El hombre
gritaba angustiado: “No soy de la quinta columna”, como
se conoce a las fuerzas leales a Gadafi.
“En sólo
una hora, Amnistía Internacional presenció cómo pegaban a
un hombre y sacaban a otro de su cama en el hospital para
llevárselo a un destino desconocido,” declaró Claudio
Cordone, director de Amnistía Internacional.
“Hemos de
temer por lo que les pueda estar ocurriendo a los detenidos
que están fuera del campo de visión de los observadores
independientes”, añadió.
En mayo, el
Consejo Nacional de Transición
emitió unas directrices a sus fuerzas para que
actuaran con arreglo a las leyes y normas internacionales.
Además, en los últimos días el Consejo ha enviado
mensajes de texto a usuarios libios de teléfonos móviles
pidiendo a sus simpatizantes que trataran a los cautivos con
dignidad y evitaran los ataques de venganza.
“Acogemos
con satisfacción estas iniciativas del Consejo, pero éste
debe hacer algo más para garantizar que sus combatientes no
infligen abusos a los detenidos, especialmente a los más
vulnerables, como los libios negros y los africanos
subsaharianos”, afirmó Claudio Cordone.
“Los
combatientes que cometen abusos deben ser separados de
inmediato del servicio activo mientras se realiza una
investigación”, dijo.
“Todos los
crímenes, sea quien sea su autor, deben ser investigados y
los responsables deben comparecer ante la justicia”, añadió.
Los
combatientes thuwwar declararon
a Amnistía Internacional que se llevaban al paciente de
Tawargha del hospital porque no les gustaba que el personal
del hospital estuviera a punto de dar de alta a un hombre a
quien consideraban leal al coronel Muamar al Gadafi.
Tawargha es la
ciudad de origen de muchos libios negros. Los residentes de
Misratah asocian Tawargha a las peores violaciones cometidas
durante el mes de asedio y a los despiadados bombardeos de
Misratah de este año.
El médico de
guardia autorizó la “detención” y finalmente se
llevaron al paciente, a pesar de las protestas de Amnistía
Internacional.
Los africanos
subsaharianos son especialmente vulnerables a los abusos.
Muchos corren el riesgo de sufrir represalias debido a las
acusaciones de que las fuerzas de Gadafi emplearon a
“mercenarios africanos” para cometer violaciones
generalizadas de derechos humanos durante el conflicto.
En las visitas
realizadas hoy a los centros de detención de Al Zawiya y Trípoli,
Amnistía Internacional ha sabido que entre un tercio y la
mitad de los detenidos procedían del África subsahariana.
El 29 de
agosto, Amnistía Internacional examinó el cadáver de un
hombre negro no identificado en el depósito del Centro Médico
de Trípoli, donde le habían dejado esa mañana unos
hombres desconocidos.
El cuerpo tenía
ataduras en los pies y el torso. Aunque no mostraba lesiones
visibles, tenía manchas de sangre alrededor de la boca. El
estado del cadáver indicaba una muerte reciente. No había
informe de autopsia ni se le encontraron documentos de
identificación.
El 28 de
agosto Amnistía Internacional visitó a un grupo de
eritreos que estaban ocultos en su vivienda, en un barrio
pobre de Trípoli.
Los eritreos
dijeron a la organización que permanecían dentro por miedo
a sufrir ataques violentos. Su situación era especialmente
mala debido a la ausencia de electricidad y agua corriente.
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