Los
bereberes acusan al Consejo Nacional de querer mantener la
dictadura
Repudian
la pretensión de implantar la sharía
(ley islámica)
Cuarto
Poder, 26/10/11
Los bereberes
de Libia, representados en el llamado Congreso Mundial
Amazigh (CMA), han salido al paso de las declaraciones
realizadas el domingo 23 de octubre por Mustafa Abdeljalil,
presidente del Consejo Nacional de Transición, acusándole
de mantener el estado “oscurantista, discriminatorio y
liberticida” que
existían en la Libia de Gadafi. En esas polémicas
declaraciones, realizadas en una concentración pública en
Trípoli, Abdeljalil aseguró que el futuro sistema político
se basaría en la sharía (ley islámica) y que esto supondría
la anulación de las actuales leyes que regulan el régimen
de matrimonio y divorcio.
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Concentración
bereber en la plaza de los Mártires de Trípoli |
El congreso
internacional de los amazighs, como prefieren denominarse
los bereberes, está presidido por Fethi Benkhelifa, uno de
los más destacados líderes bereberes de Libia, veterano
opositor al régimen gadafista y miembro, como Abdeljalil,
del Consejo Nacional de Transición. En su comunicado hecho
público en París, el CMA aprovecha la ocasión para
recordar que Abdeljalil fue ministro de Gadafi desde el año
2007; después dice estar “consternado” por tales
declaraciones y afirma que, en vez de manifestar la alegría
por el nacimiento de la nueva Libia libre, “se dedicó a
hacer declaraciones tan intempestivas como incongruentes y
antidemocráticas”.
¿Para
qué hacer una revolución? ¿Solamente para cambiar de
dictadura?
Abdeljalil ha
olvidado, continúa el comunicado, que “preside una
instancia provisional fundada solamente en la urgencia para
hacer frente al estado de guerra” y, en este sentido, con
sus palabras ha “ultrajado sobradamente sus
prerrogativas”. Volviendo a las referencias a la sharía,
este organismo internacional que representa a partidos
bereberes de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia e igualmente
a organizaciones tuareg y de las Islas Canarias, se
pregunta: “¿En ese caso, para qué hacer una revolución?
¿Por qué tantas muertes y destrucciones? ¿Solamente para
cambiar de dictadura?”.
A continuación,
“denuncia vigorosamente estas declaraciones ilegítimas y
de una gran brutalidad, que tienden a orientar las futuras
elecciones fundamentales de los libios en el sentido de un
conservadurismo religioso anacrónico y retrógrado. Libia
no puede volver la
espalda a la modernidad, a los principios democráticos
universales y a los textos fundamentales del derecho
internacional relativos a los derechos humanos. La igualdad
en derechos de hombres y
mujeres, el respeto de las libertades fundamentales,
el reconocimiento y el respeto de los derechos del pueblo
amazigh de Libia, es lo que exigimos encontrar en la nueva
Constitución del país”.
La
muerte de Gadafi: debería haber sido procesado
Finalmente,
dicen alegrarse del final del régimen “que tanto oprimió
a los amazighs” pero, a renglón seguido, muestra su
preocupación “por las oscuras circunstancias de la muerte
de Gadafi y condena toda forma de ejecución sumaria, sea
quien sea la persona asesinada”, habiendo preferido
“un proceso en el curso del cual Gadafi habría
podido hablar”.
El citado
dirigente bereber, Fethi Benkhelifa, preside el Congreso
Mundial Amazigh (CMA) desde su sexta reunión, celebrada en
la isla tunecina de Yebra entre los días 26 de septiembre y
2 de octubre. Igualmente otro libio, Younes Alharess, ocupa
una de las vicepresidencias, mientras que el CMA cuenta
también con el expreso apoyo de Fethi Buzakhar, presidente
de la recientemente creada Conferencia Nacional de los
Amazighs de Libia y coordinador del campo de refugiados
libios en Tatauine (Túnez).
Esta
conferencia se celebró con la asistencia de más de 2.000
personas en el hotel Rixos de Trípoli el 26 de septiembre,
ante la presencia del ministro de Cultura del Consejo
Nacional de Transición y de representantes de las
diferentes fuerzas armadas que han combatido en la guerra,
entre ellas de las brigadas de Misrata. En esta conferencia
se plantearon las reivindicaciones de esta población, que
habita fundamentalmente
las zonas fronterizas con Túnez, destacando de forma
especial el reconocimiento oficial de su lengua y cultura.
Dos días después, el 28 de septiembre,
esta Conferencia convocó una gran concentración en
la plaza de los Mártires, convirtiendo este emblemático
lugar en una demostración de fuerza protegida por sus
propias unidades militares.
Aunque los
bereberes suponen solamente un 10 por ciento de la población libia jugaron un
papel fundamental en la ofensiva final que terminó con la
ocupación de la capital, ya que, junto a combatientes
llegados de otras partes del país, llegaron a controlar
toda la zona de los montes Nafusa, desde donde se pudo
iniciar el avance definitivo hacia Trípoli. De la misma
forma, en zonas habitadas por este pueblo se encuentran los
dos principales y estratégicos pasos fronterizos con Túnez.
Los bereberes,
de origen autóctono y vinculados étnicamente a los tuaregs
y a los antiguos guanches de Canarias, no se consideran árabes,
tienen su propia lengua y, siendo musulmanes como los demás
libios, dan a la religión un papel más secundario en el
sistema político, destacando, por ejemplo, el protagonismo
social de la mujer.
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