Un caso grave de iranofobia nuclear
Por Pepe Escobar (*)
Asia
Times, 10/11/11
Rebelión,
10/11/11
Traducido por Germán Leyens
Como clímax de un frenesí de
filtraciones en los medios corporativos occidentales que
llevó –literalmente– a la histeria nuclear, los
inspectores de las Naciones Unidas en el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) finalmente
publicaron un informe que acusa esencialmente a Teherán de
haber intentado diseñar el año pasado un arma nuclear que
se ajuste a la ojiva de un misil.
Según el informe, Irán trabajó “en
el desarrollo de un diseño propio de un arma nuclear
incluidos los ensayos de sus componentes”.
Aparte del esfuerzo de rediseñar y
miniaturizar un arma nuclear paquistaní, también se acusa
a Teherán del intento de desarrollar una operación
clandestina para enriquecer uranio –el “proyecto sal
verde”– que podría utilizarse para “un programa
oculto de enriquecimiento”.
Todo esto lleva al OIEA a expresar
“serias preocupaciones” sobre la investigación y
desarrollo “específicos de armas nucleares”.
El informe vende la idea de que
mientras el OIEA ha tratado durante años de monitorear las
reservas iraníes declaradas de mineral de uranio y uranio
procesado, actualmente 73,7 kilos de uranio enriquecido a un
20% en Natanz, más 4.922 kilos de uranio enriquecido a
menos del 5%, Teherán ha estado tratando, en secreto, de
construir un arma nuclear.
Información dudosa
El OIEA insiste en que se basa en
información “creíble” –más de 1.000 páginas de
documentación– de más de 10 países y basada en ocho años
de “evidencia”.
Pero el OIEA no tiene medios
independientes para confirmar la enorme masa de información
–y desinformación– de potencias mayoritariamente
europeas. Mohammad ElBaradei –que fue el predecesor del
japonés Yukya Amano como jefe del OIEA– lo dijo, explícitamente,
muchas veces. Y siempre cuestionó lo que pasa por ser
“inteligencia sobre Irán”, porque sabia que se
politizaba en extremo y que traspasaba los límites de
rumores y especualaciones.
No es nada sorprendente que el
ultraconservador periódico iraní Kayhan haya tenido
motivos para preguntar si se trataba de un informe del OIEA
o de un dictamen estadounidense al dócil y fácilmente
presionable Amano.
No hay nada que sea siquiera
remotamente un descubrimiento trascendental en el informe,
imágenes satelitales y especulaciones de los “diplomáticos”
presentados como “inteligencia” irrefutable. Si esto se
parece a la preparación de una guerra contra Iraq, es
porque es así. Esencialmente, es una regurgitación de una
farsa de hace cuatro años, conocida como el “salto de la
muerte”.
El escenario más próximo a la
realidad –incluso considerando la existencia de un
programa encubierto, lo que no está demostrado– nos dice
que la construcción de una ojiva nuclear sería
contraproducente para Teherán.
No obstante, el Cuerpo Islámico de
Guardias Revolucionarios (IRGC, por sus siglas en inglés)
–a cargo de todos los programas militares de alto nivel–
ciertamente puede conservar la opción de construir una
ojiva nuclear con la rapidez de un relámpago, como
disuasivo en caso de que estuviera absolutamente seguro de
que EEUU invadiría, o incluso lanzaría una prolongada
campaña de “conmoción y pavor”. La indiscutible
consecuencia real de que Irán acabe fabricando un arma
nuclear es que terminaría de una vez por todas con la
permanente amenaza de un ataque estadounidense. Quien tenga
alguna duda, que consulte el expediente norcoreano.
El régimen de Teherán podrá ser
implacable, pero no está compuesto de aficionados:
construir un arma nuclear –sea en secreto o a plena vista
del OIEA– y hacerla estallar, no los llevaría a ninguna
parte. El régimen –que ya está embrollado en una dura y
compleja batalla interior entre el Supremo Líder Ali
Jamenei y la facción del presidente Mahmud Ahmadineyad–
se vería totalmente aislado desde el punto de vista geopolítico.
La población iraní está mucho más
preocupada por la inflación, el desempleo, la corrupción y
el ansia de más participación política, como para
lanzarla a una controversia nuclear global. Existe un amplio
consenso positivo en Irán sobre un programa nuclear civil.
Pero no existe ninguna garantía de que incluso una minoría
apoyaría una “bomba islámica”.
El reto a Israel de que
pruebe sus afirmaciones
Lo que altera los nervios no solo de
Israel sino de una amplia gama de intereses estadounidenses
que 32 años después todavía no aceptan la pérdida de su
valioso gendarme del Golfo (el shah de Irán), es que Teherán
los mantiene en un quebradero de cabeza permanente.
Predeciblemente el gobierno del primer
ministro Benjamin Netanyahu en Israel seguirá ladrando
hasta niveles ensordecedores, mientras prueba todos los
trucos necesarios para hacer que actúe EEUU.
El mismo Netanyahu, al que no soportan
el presidente estadounidense Barack Obama ni el presidente
francés Nicolas Sarkozy, tiene una estrategia decisiva:
llevar a Washington y a unos pocos subalternos, de los británicos
a la Casa de Saud –y no tiene nada que ver con la
“comunidad internacional”– a que ejerzan la máxima
presión sobre Teherán. De otra manera, Israel va a atacar.
No tiene sentido, porque Israel no
puede atacar ni a un caniche descarriado. Todo su
equipamiento militar es estadounidense. Necesita permiso
especial para cruzar el espacio aéreo saudí o iraquí.
Necesita una tarjeta verde de Washington de la A a la Z. Al
gobierno de Obama se le podrá acusar de cualquier cosa,
pero no de suicida.
Solo esos ceros a la izquierda del
Congreso de EEUU –despreciados por la abrumadora mayoría
de los estadounidenses, según numerosos sondeos– pueden
llegar a creer en las órdenes de marcha marcial que reciben
de Netanyahu a través del poderoso lobby AIPAC (Comité de
Asuntos Públicos EEUU–Israel).
Por lo tanto lo que queda es la
posibilidad de más sanciones todavía. Cuatro vueltas de
duras sanciones del Consejo de Seguridad ya afectan a las
importaciones de Irán, su banca y sus finanzas. Pero hasta
ahí llega la cosa.
Rusia no está convencida por el
informe del OIEA, y ya lo dijo explícitamente. China no está
impresionada: el OIEA simplemente no tiene suficiente
evidencia para acusar directamente a Irán de realizar un
programa activo de armas nucleares.
Por lo tanto hay que olvidar la
posibilidad de que Rusia y China acepten otra vuelta de
sanciones impuesta por EEUU en la ONU, que sería
literalmente nuclear: un boicot de facto de las ventas de
petróleo y gas de Irán.
Solo un montón de payasos puede
suponer que China votaría contra su interés nacional de
seguridad en el Consejo de Seguridad de la ONU. Irán es el
tercer proveedor de petróleo de China, después de Arabia
Saudí y Angola. China importa 650.000 barriles de petróleo
diarios de Irán –un 50% más que el año pasado– y es más
de un 25% de las exportaciones totales de petróleo de Irán.
Incluso el gobierno de Obama tuvo que
admitir en público que un boicot es inimaginable: privaría
a la economía global, en camino a la depresión, de por lo
menos 2,4 millones de barriles de petróleo diarios, y el
barril llegaría probablemente a costar 300 o incluso 400 dólares.
Teherán tiene –y seguirá
encontrando– medios para circunvenir sanciones
financieras. India ha pagado importaciones de petróleo iraní
a través de un banco turco. Teherán también comienza a
utilizar un banco ruso.
Esto prueba que el mantra de Israel de
que la “comunidad internacional” aísle a Irán es un
farol monumental. Protagonistas clave como los miembros del
BRICS Rusia, China e India mantienen estrechas relaciones
comerciales con ese país.
Además, en medio de toda la histeria
“iranofóbica”, la Organización de Cooperación de
Shanghái (SCO) –China, Rusia y cuatro “estanes”
centroasiáticos”– tuvo su última cumbre en San
Petersburgo. Irán –que tiene estatus de observador–
estuvo presente por medio del ministro de Exteriores Ali
Akbar Salehi. Tarde o temprano Irán será admitido como
miembro pleno.
Incluso antes de que Irán se uniera a
la SCO, China y Rusia consideraron un ataque contra Irán
como un ataque contra ambos. Respecto a la idea de la
integración asiática de la energía, será muy interesante
ver a Israel tratando de convencer a EEUU de que realice un
ataque contra Asia.
(*)
Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized
World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007)
y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge
”. Su último libro es “ Obama does Globalistan
” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en:
pepeasia@yahoo.com .
EEUU e Israel
juegan con fuego frente a
Irán
Mr. Amano va a Washington
Por Kaveh L Afrasiabi (*)
Asia
Times, 08/11/11
Rebelión,
08/11/11
Traducido por Germán Leyens
El jefe del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, confirmó las
recientes afirmaciones de WikiLeaks de su intensa lealtad a
EEUU, al viajar a Washington antes de la muy esperada
publicación de su nuevo informe sobre Irán.
Aunque los detalles de la consulta de
Amano con círculos importantes de Washington siguen siendo
confidenciales, la avalancha de especulación mediática
sobre el contenido de su próximo informe del 9 de
noviembre, incluyendo detalles de un apéndice que sugiere
la existencia de actividad de proliferación nuclear de Irán
en un complejo militar en Teherán, no deja dudas de que el
organismo atómico de las Naciones Unidos está totalmente
ligado a la intención de EEUU y de sus aliados occidentales
e israelíes de aumentar la presión sobre Teherán para que
ceda respecto a sus actuales actividades nucleares, o se
enfrente a calamitosas consecuencias.
Iraq ha enfrentado varias vueltas de
sanciones de la ONU y unilaterales por su programa nuclear,
que algunos sospechan está estructurado para construir un
arma nuclear, una acusación rechazada por Teherán.
El mundo no ha oído semejante ruido
ensordecedor respecto al informe del OIEA sobre un país
desde 2002–2003, cuando los funcionarios estadounidenses
mintieron intencionalmente a la comunidad mundial respecto a
la amenaza de las armas de destrucción masiva de Iraq. Una
comparación casual de la retórica oficial de Washington de
entonces y de ahora, respecto a Irán, revela un fuerte
parecido que debería causar escalofríos en su tumba a
George Orwell.
Irán se ha quejado oficialmente a la
ONU por las francas amenazas de EEUU, Francia e Israel;
mientras tanto los presidentes de EEUU y Francia unieron sus
manos en la cumbre del G–20 para orquestar una campaña de
“iranofobia” afirmando categóricamente que Irán está
involucrado en proliferación nuclear.
Como de costumbre, una sensacional
campaña de desinformación sobre Irán está claramente en
vías de ejecución, con la exageración de los medios
noticiosos occidentales respecto a un “contenedor de acero
del tamaño de un autobús” construido supuestamente para
probar altos explosivos, que podría resultar para armas
convencionales. El otro ítem en la agencia noticiosa es la
“información expandida” de que Irán ha jugado
con modelos de ojivas nucleares de ordenador.
Es música para los oídos de Tel Aviv,
en vista de la intensificación de la retórica belicista de
algunos dirigentes israelíes, que parecen estar posicionándose
en un modo de “ataque a Irán”.
El ministro de Exteriores iraní Ali
Akbar Salehi acusó al OIEA de ceder a la presión de EEUU
para presentar acusaciones contra Irán. “Irán ya ha
respondido a los supuestos estudios en 117 páginas. Hemos
dicho una y otra vez que se trata se falsificaciones
similares a billetes falsos”, dijo Salehi el sábado a los
periodistas en Teherán. “El OIEA no debería actuar bajo
presión… El tema nuclear de Irán no es técnico o legal.
Es un caso totalmente político”, dijo Salehi.
El informe del OIEA podría ser la
evidencia final que necesitan los israelíes antes de lanzar
sus misiles contra las instalaciones nucleares de Irán, sin
que tenga que ver con que el OIEA sea culpable o no de
adoptar como hecho la evidencia fabricada por ciertos
servicios de inteligencia.
El OIEA no tiene medios independientes
de corroborar la masa de información que recibe de otras
naciones. Esto fue admitido explícitamente por el
predecesor de Amano, Mohammad ElBaradei, quien puso
repetidamente en duda la autenticidad de la denominada
“inteligencia sobre Irán”. Parece que Amano no tiene el
celo de su predecesor por la independencia requerida para
atreverse a cuestionar las perspectivas occidentales sobre
Irán.
Según una fuente bien ubicada en
Washington, que no quiso ser identificada, la verdadera
intención de Israel no es la guerra, sino más bien
acelerar las sanciones contra Irán, en particular por el
Congreso de EEUU, que está considerando sanciones energéticas
y otras semejantes. Si fuera así, Israel está desempeñándose
bien, a pesar de que su fanfarronada puede salirle por la
culata la próxima vez, especialmente porque los iraníes
han advertido a Israel de consecuencias muy graves si ataca
a su país.
Para tener éxito, un ataque israelí
contra Irán tendría que atacar docenas de lugares, algunos
dentro o cerca de áreas pobladas, lo que simplemente
significa una alta probabilidad de muchas víctimas civiles.
Eso provocaría un tsunami de cólera popular iraní que por
su parte impulsaría a los dirigentes políticos a
reaccionar con la mayor dureza posible contra los intereses
israelíes y estadounidenses. Es casi seguro que el
conflicto se extendería al Golfo Pérsico y afectaría
negativamente el flujo de petróleo de la región.
“Irán puede cerrar el Estrecho de
Ormuz prácticamente en cualquier momento, y eso detendría
la exportación de unos 6 millones de barriles de petróleo
que se embarca a diario desde la región”, dice un
profesor de ciencias políticas de la Universidad de Teherán
que desea guardar el anonimato. Él, como otros expertos en
política exterior de Irán, está preocupado de que EEUU
esté cometiendo un error al no frenar a Israel para que
calme su “retórica incendiaria”. Mientras es posible
que el presidente Barack Obama esté demasiado preocupado
por otros temas, podría ser un grave y costoso error.
(*) Kaveh L.
Afrasiabi es doctor y autor de “After Khomeini: New
Directions in Iran’s Foreign Policy (Westview Press).
También es autor de “Reading In Iran Foreign Policy After
September 11” (BookSurge Publishing, 23 octubre 2008) y su
último libro “Looking for rights at Harvard”, se
encuentra actualmente en venta.
En
medio de las amenazas a Irán
Israel
y EEUU llevarán a cabo las maniobras
militares conjuntas más
importantes de
la historia de ambos aliados
Por
Natasha Mozgovaya
Uruknet,
05/11/11
Rebelión,
08/11/11
Traducido
por Loles Oliván
Israel
y Estados Unidos se embarcarán en las maniobras conjuntas
“más importante” y “de mayor trascendencia” de la
historia de los aliados, ha declarado el sábado Anrew
Shapiro, subsecretario de Asuntos Políticos y Militares de
Estados Unidos.
En
una intervención en el Washington Institute for Near East
Policy [Instituto Washington para la Política del Cercano
Oriente], Shapiro anunció que participarán en las
maniobras más de 5.000 efectivos de las fuerzas armadas
estadounidenses e israelíes y simularán la defensa de
misiles balísticos de Israel.
“Las
maniobras conjuntas nos permiten aprender de la experiencia
de Israel en la guerra urbana y en lucha contra el
terrorismo”, dijo Shapiro.
“La
tecnología israelí está resultando esencial para mejorar
nuestra seguridad nacional y proteger a nuestras tropas”,
agregó explicando que la tecnología de blindaje israelí y
la de “vendaje israelí”, especialmente diseñada y
utilizada por las tropas estadounidenses en Afganistán e
Iraq, han demostrado ser un éxito.
Además,
declaró que Israel obtendrá en breve el acceso al Proceso
Acelerado de Notificación del Congreso, lo que permitirá
que el comercio rutinario de compra–venta de armas más
pequeñas entre los aliados sea más rápido. Los países
que ya están sujetos a Procesos Acelerados de Notificación
del Congreso son los miembros de la OTAN, Japón, Corea del
Sur, Australia y Nueva Zelanda.
Shapiro
destacó el apoyo del Gobierno de Obama a Israel a pesar de
los comentarios del viernes por parte de un alto funcionario
estadounidense que expresó su preocupación de que Israel
no avisase a Estados Unidos antes de llevar a cabo una acción
militar contra las instalaciones nucleares de Irán.
“Nuestra
relación con la seguridad de Israel es más amplia, más
profunda y más intensa que nunca”, afirmó Shapiro, quien
agregó que la superioridad militar de Israel supone una
“prioridad” para sí mismo, para la secretaria de Estado
estadounidense, Hillary Clinton, y para el presidente Barack
Obama.
Estados
Unidos destina 3.000 millones de dólares anuales a Israel
en un compromiso con el que Shapiro dijo que la Administración
Obama seguirá cumpliendo en los próximos diez años
“incluso en tiempos de dificultades presupuestarias”.
Hablando
del impacto económico de la relación entre Estados Unidos
e Israel, Shapiro señaló que era importante destacar que
la asistencia estadounidense en materia de seguridad a
Israel ayuda a apoyar los puestos de trabajo
estadounidenses, ya que la “inmensa mayoría de la
asistencia en materia de seguridad” se gasta en bienes y
servicios de fabricación estadounidense. “Nosotros no
proporcionamos asistencia por caridad. Proporcionamos
asistencia porque beneficia a nuestra seguridad”, afirmó.
“Apoyamos
a Israel porque es en nuestro interés nacional hacerlo”,
dijo Shapiro haciéndose eco del reciente informe del
Washington Institute for Near East Policy titulado
“Israel: un activo estratégico para Estados Unidos”,
que sostiene que Israel es un activo estratégico para
Estados Unidos. “Si Israel fuese más débil sus enemigos
serían más audaces. Ello haría que fuese más probable un
conflicto más amplio, lo que sería catastrófico para los
intereses estadounidenses en la región. Es la pura fuerza
militar de Israel lo que disuade a los posibles agresores y
ayuda a fomentar la paz y la estabilidad”.
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