La revolución egipcia vuelve a las
calles
Entrevista a Mustafa Omar, por Lee
Sustar
Socialist Worker, 23/11/11
Sin Permiso, 27/11/11
Traducción de G. Búster
La represión policial contra una
sentada de unas 100 personas en la Plaza Tahrir el pasado 19
de noviembre se ha convertido en un desafío de masas contra
la junta militar egipcia. Cientos de miles de manifestantes
han vuelto a ocupar las calles de El Cairo, Alejandría e
Ismailía, exigiendo el fin del régimen militar.
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La Plaza Tahrir días antes de las elecciones |
A una semana de la convocatoria
electoral constituyente, la dimensión de las
manifestaciones es comparable con las que acabaron en enero
y febrero con el régimen de Mubarak. Tras varios días de
represión brutal, que han causado al menos 41 muertos, el
gobernante de facto de Egipto, el Mariscal Mohamed Hussein
Tantawi, ha prometido una transición en favor de un
presidente civil electo en julio, seis meses antes de la
fecha anunciada por la Junta militar. Ante la dimensión de
las manifestaciones populares y la brutalidad de la represión,
la Administración Obama, principal garante de la Junta
militar, ha pedido que se dote ya al nuevo gobierno
provisional de poderes reales.
El Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas (CSFA) ha hecho también otras concesiones,
prohibiendo la participación en las elecciones de antiguos
cuadros del Partido Nacional Democrático (PND) de Mubarak.
Entre tanto, el gobierno civil provisional, dirigido por el
primer ministro Essam Sharaf, ha dimitido el 21 de noviembre
bajo la presión del movimiento de masas. Kamal al Ganzuri,
que ya fue primer ministro con Mubarak y tiene 78 años, ha
sido designado por los militares para formar el nuevo
gobierno
Tantawi se ha negado, sin embargo, a
retirar las condiciones de la Junta militar a la nueva
Asamblea Constituyente, entre ellas el control del ejercito
sobre su presupuesto y su papel de arbitro político. Ha
llegado, asimismo a un pacto con los Hermanos Musulmanes,
que no han participado como organización en la movilización
popular y esperan ganar las elecciones este lunes.
¿Qué ha desencadenado esta nueva
crisis en Egipto?
La causa inmediata ha sido el incidente
del pasado sábado 19 de noviembre, cuando la policía
disolvió una sentada de no más de 100 personas en el
centro de la Plaza Tahrir. La mayor parte de ellos ya habían
sufrido la represión en el levantamiento del 25 de enero
que provocó la caída de Mubarak.
La sentada había sido precedida el día
anterior por una gran manifestación, mayoritariamente
islamista, que exigió al Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas que entregase el poder a una administración civil
antes de mayo de 2012. No hubo problemas ese día. Pero un
dirigente islamista, un conservador salafista, desconvocó
la sentada que habían programado a continuación y solo
unas cien personas del sector laico pasaron la noche en la
plaza. A la mañana siguiente la policía cargó contra
ellos y los echo de la plaza.
Pero miles de personas respondieron
volviendo a la plaza Tahrir. El día 20 ya había decenas de
miles de personas, que expulsaron a su vez a la policía. Y
fue ello lo que provocó el pulso político que tuvo lugar
después.
El segundo elemento a tener en cuenta
ha sido la coincidencia estas últimas tres semanas de una
serie de protestas contra el régimen militar y las cortes
marciales contra civiles. No fueron protestas masivas, solo
de unas 2.000 a 5.000 personas en el mejor de los casos.
Pero fueron acumulando fuerza, como un indicio de que podían
acabar convirtiéndose en algo más importante.
En las últimas semanas ha sido
perceptible como crecía el sentimiento de autoconfianza
entre militantes y familias de los encarcelados en las cárceles
militares a la espera de ser juzgados por las cortes
marciales. Ahora es evidente que fue un proceso que acabo en
la vuelta a la plaza y el enfrentamiento con la policía
para quedarse en ella.
El motivo subyacente es que el gobierno
provisional y el CSFA han fracasado miserablemente a la hora
de llevar a cabo cualquier reforma social o económica que
mejorase en estos nueve meses la calidad de vida de la
gente. No han subido el salario mínimo, como prometieron en
marzo, y han sido incapaces de establecer ningún sistema de
control de precios de los alimentos básicos.
De hecho, en los últimos cinco meses,
el CSFA no solo no ha intentado ninguna reforma económica
seria, sino que, poco a poco, ha intentado restablecer el
aparato represivo de Mubarak. Los militares han intentado
restablecer la autoridad de la policía. Las Fuerzas de
Seguridad Centrales, el corazón del aparato represivo de la
policía, ha vuelto a actuar a su antojo contra huelguistas,
sentadas y cualquier otra forma de protesta.
Así que, en vez de llevar a cabo algún
tipo de reforma significativa, el CSFA reprime todas las
manifestaciones, protestas y huelgas. Y, aunque promete que
no permitirá que el PND de Mubarak participe como tal en
las elecciones, antiguos miembros del PND han constituido
hasta ocho partidos nuevos. En otras palabras, el CSFA esta
reconstruyendo a su antojo el mapa político con los restos
del PND, facilitando que vuelvan al parlamento.
¿Cual ha sido ha reacción popular?
Una mayoría de los que hoy se
manifiestan muy probablemente apoyaron al CSFA en febrero,
convencidos de que se había colocado al lado del pueblo y
comenzaría a desmantelar el aparato del régimen de
Mubarak. A costado nueve meses de frustraciones ante la política
económica y la represión del régimen militar cambiar esa
actitud inicial. Muchos jóvenes y muchos trabajadores que
confiaron en el CSFA han tomado conciencia desde febrero.
Hay otro motivo para la ira popular: el
que los partidos liberales e islamistas estén intentando
encontrar la manera de compartir el poder con el PND y el
CSFA mediante las elecciones parlamentarias y
presidenciales. La conciencia popular de la realidad
cambiaba por lo tanto bajo la apariencia de estabilidad,
pero la gente no tenía aun confianza para oponerse
luchando. Pero de pronto, de manera inesperada, una oleada
tras otra de gente ha vuelto a salir del silencio impuesto
estos meses y la desmoralización se ha convertido en
autoconfianza.
¿Cual es la actitud de los partidos
islamistas frente al gobierno provisional y el CSFA? ¿Cómo
han reaccionado ante la nueva ola de movilizaciones?
Los grupos islamistas han apoyado al
CSFA y han declarado una y otra vez que no criticarán al
ejercito ni a la Junta militar. Los Hermanos Musulmanes,
especialmente, han participado en muchos conflictos sociales
para contenerlos, y en el caso de huelgas, para romperlas.
Los Hermanos Musulmanes intentaron romper dos huelgas de médicos
en la primavera y el verano. Han apoyado al CSFA al 100%.
Hasta que el CSFA anunció que
controlaría el proceso de redacción de la nueva Constitución
y que se reservaba poder de veto sobre cualquier legislación
que afectase al ejército, y que su presupuesto seguiría
siendo secreto. El debate sobre este tema duró todo un mes
y abrió una brecha entre los islamistas y el ejército.
Los islamistas tenían miedo a su vez
que el ejército impidiese que se incluyeran en la
Constitución toda una serie de artículos introduciendo la
Sharia, la jurisprudencia islámica. Fue esto lo que motivó
la protesta del viernes 19 de noviembre: el intento de los
Hermanos Musulmanes de presionar al CSFA para que acepte en
la Constitución la Sharia.
El viernes, los islamistas exigieron al
CSFA que entregase el poder a una administración civil no más
tarde de abril. El martes, la principal consigna en la Plaza
Tahrir era: "¡Dimisión inmediata del Mariscal!".
La rabia comenzó a dirigirse contra los propios dirigentes
islamistas. Uno de ellos, candidato presidencial, fue
golpeado en la Plaza. Y el numero dos en la jerarquía de
los Hermanos Musulmanes fue obligado a abandonarla.
Lo que surgió fue un nuevo movimiento
de masas...en 72 horas. Esta creando una brecha entre miles
de jóvenes partidarios de los Hermanos Musulmanes y la
dirección de la hermandad. Muchos jóvenes islamistas se
han sumado a las manifestaciones en contra de las ordenes
expresas de su dirección.
En la Plaza Tahrir ahora hay liberales,
independientes, izquierdistas e islamistas. Lo que crea
divisiones en el bloque islamista. Los pobres y los
trabajadores islamistas sienten que tienen que volver a la
Plaza para defenderla de la brutalidad policial. El martes
22 de noviembre había más de un millón de personas en las
calles de El Cairo y decenas de miles más en todo el país,
todo ello sin aviso previo 48 horas antes.
¿Qué papel ha jugado Estados
Unidos en esta crisis?
Funcionarios de EE UU han estado en
contacto permanente y negociando con los Hermanos
Musulmanes. Han afirmado que estaban trabajando a favor de
un gobierno de coalición de los Hermanos Musulmanes,
antiguos miembros del PND de Mubarak y algunos liberales.
Las elecciones fueron diseñadas para que el resultado fuera
un parlamento prácticamente igual al de Mubarak. EE UU y el
CSFA estaban convencidos de que habían estabilizado la
situación y que habían segado la yerba bajo los pies del
movimiento revolucionario.
Esta es la razón de la brutal
intervención de la policía el sábado pasado para disolver
la sentada, como han hecho en muchas otras ocasiones. Abre
algunas cabezas, rompe algunos huesos… con eso bastaba. No
esperaban el aluvión de ira y la decisión de luchar que
provocaron.
Parecía que los islamistas estaban
dispuestos a formar un gobierno de coalición con el
consentimiento del CSFA. Pero ahora, toda la correlación de
fuerzas ha cambiado. En solo 48 horas el movimiento ha sido
capaz de imponer una de las reivindicaciones que más ha
defendido en estos nueve meses: la prohibición de que los
antiguos miembros del PND puedan participar en las
elecciones en los próximos cinco años, aun cuando muchos
de ellos figuran en las listas de la convocatoria que tendrá
lugar en una semana.
Y lo que es más importante, el CSFA se
ha visto obligado a suspender las investigaciones militares
sobre la actuación de la policía militar y referir todos
los casos a los fiscales civiles. esta era una reivindicación
central desde el 9 de octubre, cuando la policía militar
masacró a un grupo de la policía civil durante una
manifestación de cristianos coptos.
¿Cómo han podido los manifestantes
reocupar la Plaza Tahrir a pesar de la represión?
Hoy es martes 22 de noviembre y hay
millones de personas en la Plaza Tahrir, que se manifiestan
pacíficamente. Pero las calles circundantes han sido el
escenario de una dura batalla que se prolonga durante 72
horas.
Una de las calles que sale de la Plaza
Tahrir. cerca del viejo campus de la Universidad Americana,
parece un campo de batalla de la I Guerra Mundial. Miles de
policías intentan defender el Ministerio del Interior.
Disparan gases contra la multitud cada cinco minutos, y así
llevan cuatro días, gracias al aprovisionamiento de
material antidisturbios que les llega de EE UU. También
disparan balas de goma.
Pero no es la brutalidad policial de
siempre. Tras el primer ataque de la policía el domingo por
la mañana, volvieron a cargar a las 17:00 pm, cuando ya había
30 0 40 mil personas en la Plaza. Pero esta vez volvieron
acompañados de la policía militar y fue cuando comenzó la
masacre. La gente murió como consecuencia de las balas de
goma y de munición real. Fue consecuencia de una estrategia
policial de utilizar franco–tiradores de las Fuerzas de
Seguridad Centrales. Los médicos declararon que las heridas
de bala estaban concentradas en la cabeza y el cuello de las
víctimas.
La policía recogió los cadáveres de
los asesinados y los colocó en filas en las aceras.
Arrastraron uno de los cadáveres más de 40 metros y lo
arrojaron a un gran cubo de basuras. En otra parte de la
Plaza golpeaban con palos las cabezas de las victimas para
asegurarse que estaban muertos. Para mucha gente fueron
escenas de terror peores que las que habían sufrido con
Mubarak.
La actitud de la policía militar cambió
la opinión pública. Fue un auténtico choque para la
gente, que creía que los peores días de Mubarak ya no
volverían. Quizás no les gustaba el CSFA, pero al menos
creían que era mejor que Mubarak. Ahora la gente dice:
"No tenemos 1 Mubarak, sino 16 Mubaraks", porque
16 son los componentes del CSFA.
¿Cuál es la composición social de
los manifestantes en la Plaza Tahrir?
Es muy similar a la de enero y febrero,
aunque hay menos clase media y más trabajadores. La mayoría
de los que han muerto a manos de la policía son pobres, jóvenes
obreros, que venían de los barrios de chabolas, jóvenes
sin esperanza a los que no se ha hecho el menor caso durante
años.
Uno de los asesinados era un joven que
ayudaba a una chica a romper los adoquines para tirar
piedras a la policía. Le llegó a decir: "no tengo
educación ni futuro. La policía acabará conmigo cualquier
día en todo caso. Moriré aquí. Pero vete tu, que tienes
educación y puedes ayudar al movimiento".
Si esta movilización continúa, más jóvenes
islamistas y salafistas se unirán a la lucha. Muchos de los
médicos que atienden a los heridos son Hermanos Musulmanes
que dicen que han venido a la plaza por motivos de
conciencia.
Hay quién ha defendido la
posibilidad de una huelga general como el próximo paso. ¿Crees
que es posible?
En septiembre estuvimos muy cerca de
que fuera posible, cuando se convocó una huelga general de
maestros, la primera desde 1951, coincidiendo con una huelga
de conductores de autobús en El Cairo, que duró veinte días,
y dos grandes huelgas generales de médicos de la
seguridad social pública. Llegó a haber más de 750.000
trabajadores en huelga en sectores claves de la economía en
algunos momentos del mes de septiembre. Mucha gente en la
izquierda pensó que se acabaría produciendo una huelga
general.
Pero las huelgas no tuvieron éxito,
aunque tampoco fueron derrotadas. Mucha gente se desmoralizó.
los trabajadores no están aun bien organizados para
enfrentarse al CSFA. En la actualidad, no es la policía la
que viene a romper o reprimir las huelgas, sino el ejercito
directamente.
En este momento no están teniendo
lugar huelgas masivas, aunque continuamente hay paros y
conflictos en las empresas. Pero las últimas 72 horas han
generado una importante autoconfianza en la gente para
enfrentarse al CSFA. El numero de sindicatos independientes
ha pasado de 90 a 250 desde el verano. Pero aunque hay
bastantes sindicatos, no hay una organización política de
la clase obrera en el país.
¿Cual es el siguiente paso? ¿Podrán
celebrarse las elecciones en la fecha prevista?
Los últimos cinco meses han sido un
período de reflujo del movimiento revolucionario, a pesar
de las huelgas y de la situación pre–huelga general de
septiembre, que he descrito. El CSFA ha tenido la iniciativa
y el movimiento estaba desmoralizado. Pero la situación ha
cambiado de pronto.
¿Pueden celebrarse las
elecciones dentro de 5 días?
La batalla continúa. Pero ya ha sido
un gran triunfo la caída del gobierno provisional de Essam
Sharaf. Sharaf había prometido ser el primer ministro de
Plaza Tahrir, pero lleno su gobierno de antiguos políticos
del PND con excepción de tres o cuatro carteras.
La consigna popular del momento es un
gobierno de unidad sin gentes del PND. Las negociaciones
buscan la formación de un gobierno con islamistas,
liberales y quizás alguna figura de la izquierda. Si llega
a formarse, el nuevo gobierno provisional actuará en
circunstancias muy distintas al anterior. La gente dice que
cuando puso en el gobierno a Sharaf en marzo, le dio un
cheque en blanco e intentaron acabar con la revolución.
Esta vez serán responsables ante el movimiento.
No se trata de una mera manifestación
contra el CSFA. El nivel de conciencia es muy superior que
en los últimos meses.
(*) Mustafa Omar es miembro de
los Socialistas Revolucionarios de Egipto y periodista de la
publicación electrónica egipcia Ahram Online
(http://english.ahram.org.eg/ ).
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