La
“nueva Libia” no despega
Por
Mike Elkin
Inter Press Service (IPS), febrero 2012
Bengasi,
Libia. – Hace casi un año la oriental ciudad libia de
Bengasi inició un alzamiento contra el líder Muammar
Gadafi, y hace tres meses este fue asesinado. Hoy, la
frustración popular con el gobierno interino llega a tal
punto que su presidente debe escapar por la puerta de atrás.
Hace dos
semanas, un grupo de manifestantes atacaron la sede
principal del Consejo Nacional de Transición (CNT) en
Bengasi, mientras estaba en ella su presidente, Mustafá
Abdil Jalil, que se vio obligado a huir por una puerta
trasera.
La economía
petrolera de este país no se recupera de la destrucción
causada por la guerra civil y por los bombardeos de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte. Los
empleados estatales no cobran sus salarios y la iliquidez es
tal que los bancos solamente permiten retirar 2.000 dinares
(unos 1.500 dólares) por mes a cada ahorrista.
Las penurias
dan pie a la desconfianza por el hasta hace poco amado CNT,
y circulan rumores sobre su presunta corrupción y la
infiltración de miembros del antiguo régimen.
Son muchos los
que quieren que tanto el CNT como los futuros gobiernos
queden completamente libres de exgadafistas, pero otros
advierten que tal ruptura es imposible, considerando que el
coronel gobernó 42 años y que son legión los que
trabajaron para su régimen ante la ausencia de
alternativas.
Pero la
principal fuente de la desconfianza es la ausencia de
transparencia y de comunicación del CNT con la ciudadanía.
"El CNT
ha perdido su credibilidad", dijo a IPS el activista y
abogado Abdel Salam El Sherif, de 33 años. "El Consejo
ganó legitimidad por la revolución, pero debe servir al
pueblo".
"Muchos
se unieron al CNT en secreto porque seguía habiendo
elementos gadafistas, y la gente aceptaba el secretismo por
seguridad. Pero luego de la liberación de Trípoli (la
capital), el Consejo seguía sin dar información sobre sus
miembros", indicó El Sherif.
"Entonces
nos preguntamos quiénes son y por qué esconden sus
nombres. Es la mínima transparencia. No sabemos ni siquiera
cuántos son. Cada vez que preguntamos, nos dan una
respuesta distinta", agregó.
Según Fathi
Baja, miembro fundador del CNT y presidente del comité
encargado de política nacional e internacional, el
organismo tiene 72 integrantes. Pero el señalamiento de El
Sherif es válido. El sitio web del Consejo solo menciona a
66 personas con sus nombres, cargos, lugares de origen y
biografías.
Ese listado no
solo está incompleto, sino que fue publicado el 29 de
enero. En la página del CNT en Facebook se afirmaba el 24
de diciembre que había 42 miembros, y el 8 de ese mes, eran
61.
"No nos
oponemos a la existencia del CNT. Solamente queremos saber
quiénes son", insistió El Sherif.
Baja, un
exprofesor de ciencia política de la Universidad de
Bengasi, admite los problemas de comunicación del Consejo,
pero asegura que se han tomado medidas para superarlos. Él
subraya que el CNT dejará de existir luego de las
elecciones previstas para junio y que todos sus integrantes
prometieron no postularse a ningún cargo.
"El
ataque al edificio del CNT nos mostró cuán mal están las
cosas. Estamos reorganizando los medios estatales para
comunicarnos mejor con el pueblo. Si lo hubiéramos hecho un
mes atrás, quizás no habríamos tenido este
problema", dijo Baja a IPS.
Pero el
Consejo, en su opinión, ha logrado mucho si se considera
que Libia carecía de instituciones y que hay que construir
el Estado de la nada. La seguridad sigue siendo un problema,
indicó. El ejército y la policía están ausentes y ese
vacío lo están llenando milicias locales, un fenómeno que
el CNT está intentando desmontar, añadió.
Respecto de la
economía, el gabinete interino nombrado por el Consejo está
preparando un presupuesto que asignará recursos para
diferentes sectores.
"Hay
muchos rumores sobre el manejo del dinero por parte del
CNT", dijo Baja. "Nosotros no recibimos salarios,
pero la gente dice que cobramos 5.000 dinares (3.900 dólares)
por mes. Escuchan que los gobiernos extranjeros liberaron
los activos libios y creen que nos están mandando cajas
llenas de efectivo. No es así", añadió.
"Disponemos
de dinero, pero primero tenemos que armar un presupuesto. No
solo el pueblo libio nos está observando, sino la comunidad
internacional", afirmó Baja.
Pero la tarea
más urgente es organizar los comicios de junio, cuando la
ciudadanía será convocada a las urnas para elegir un
congreso nacional, encargado a su vez de nombrar un comité
redactor de la nueva Constitución. Según lo previsto, el
órgano legislativo tendrá 200 escaños, de los cuales 120
se reservarán para candidatos individuales y los restantes
80 para partidos políticos.
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