Medio Oriente:
Israel y Washington amenazan con
desatar un conflicto
de consecuencias incalculables
¿Guerra contra Irán?
Por
Claudio Testa
Socialismo
o Barbarie, periódico, 15/03/2012
El 2012 ha comenzado con el peligro de
otra guerra en Medio Oriente. Israel y EEUU multiplican
las amenazas contra Irán. Hasta ahora, se han limitado
a sanciones económicas (acompañados en esto por sus
perritos falderos de la Unión Europea) y provocaciones que
de hecho son actos de guerra, como el asesinato de
científicos iraníes y otras acciones terroristas. Pero
ahora la cosa podría pasar a mayores.
Un dúo realmente fatal:
Netanyahu y Obama reunidos en Washington para discutir la
agresión a Irán
El pretexto de esa posible
guerra es el programa nuclear de Irán, que según el dúo
Israel-EEUU estaría a punto de producir armas atómicas,
una falsedad que –como veremos a continuación– ni ellos
mismos creen.
Las razones de fondo son muy diferentes.
Entre ellas, en primer lugar, está el debilitamiento de
EEUU como potencia hegemónica en la región después de
los desastres de Iraq y la interminable doble guerra de Af-Pak
(Afganistán-Pakistán), con el simultáneo fortalecimiento
de Irán como potencia regional. A eso hay que agregar
que los primeros efectos de las rebeliones del mundo árabe
han sido dejar a Israel casi sin gobiernos amigos en
la región. Asimismo, otros motivos se suman a los
incentivos para un chantaje que podría llevar a otra gran
guerra en Medio Oriente.
Por supuesto, no podemos saber en qué
medida las provocaciones y ultimátums vociferados desde Tel
Aviv y amplificados en Washington son un enorme bluff o una
amenaza real. Pero eso no es lo importante: bluff o
realidad, su objetivo es el sometimiento de Irán y de los
pueblos de Medio Oriente al imperialismo. Además, no sería
la primera vez en la historia que se comienza con un bluff y
se acaba en una tragedia.
En estas circunstancias, nuestra posición
es de apoyo incondicional a Irán ante cualquier ataque
de Israel y el imperialismo yanqui. Creemos que esa debe
ser la categórica posición de la izquierda y de
todos los sectores obreros, populares y democráticos.
Sostenemos el pleno apoyo a Irán
frente a la agresión imperialista, aunque somos, por
supuesto, opositores al régimen teocrático-dictatorial de
los ayatolás y Ahmadineyad. Pero debemos rechazar la
interesada propaganda imperialista, que se aprovecha de eso
para sembrar confusión. No es el régimen de Irán lo que
está en juego: las agresiones militares de Israel-EEUU, no
se hacen para llevar la “democracia” sino para someter
aun más a los pueblos.
La remake de las “armas de
destrucción masiva” como pretexto de guerra
Cuando a los cineastas no se les ocurre
una idea nueva, hacen una remake; es decir, vuelven a
filmar un viejo guión. De allí los centenares de películas
sobre Drácula, dinosaurios e invasiones de extraterrestres.
Algo parecido sucede ahora en Israel y
EEUU en relación a Irán. Estamos viendo la remake
de las “armas de destrucción masiva”, la farsa
producida por Bush en el 2003 como pretexto para la invasión
a Iraq. Una vez ocupado el país, no se encontró ni un
tornillo de ese armamento.
Ahora, en relación a Irán, la nueva
versión de esa película tiene algunos cambios. A
diferencia de Iraq, Irán posee efectivamente centrales
nucleares. Pero entre eso y la producción de armas atómicas
hay la misma distancia que entre tener una avioneta a hélice
y un caza-bombardeo de última generación.
Esto aclaró el mismo Leon Panetta,
secretario de Defensa de EEUU, cuando el 8 de enero pasado,
en una entrevista por la CBS News, explicó la enorme
diferencia entre “desarrollar capacidad nuclear”
(por ejemplo, tener como Argentina algunas centrales
nucleares) y “desarrollar un arma nuclear” (como hacen
por centenares Israel y EEUU).
Su explicación concluyó con esta
categórica frase textual: “¿Está tratando (Irán) de
desarrollar un arma nuclear? ¡No!”[1] Esta increíble
“metida de pata” del mismísimo secretario de Defensa
(que refleja probablemente las divergencias sobre el tema en
el establishment norteamericano) no ha sido obstáculo para
que desde los medios se siga sembrando el pánico a las
“bombas nucleares” de Teherán... que de un momento a
otro caerían sobre el indefenso Israel y también sobre
EEUU.
El último informe de la IAEA (International
Atomic Energy Agency, de la ONU) dice lo mismo que Panetta,
rectificando una opinión dada meses atrás. Esto es doblemente
significativo, porque la IAEA ha sido siempre un
organismo descaradamente servil a EEUU.
Por otra parte, ¿qué derecho tienen
Israel y EEUU a decidir quién puede tener armas nucleares?
Más bien los antecedentes de ambos genocidas –el
responsable de Hiroshima-Nagasaki y el de la Franja de Gaza–
motivan por un elemental sentido de autodefensa a hacerse
con armamento nuclear.
El caso de Israel es particularmente
escandaloso, y desnuda además la naturaleza de los
organismos de la “comunidad internacional”. Todos saben
que tiene centenares de bombas atómicas. Pero jamás a la
ONU ni a la IAEA se les ocurre cuestionar a Israel, a pesar
de que su ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor
Lieberman, sostiene públicamente que la “solución
final” al problema palestino es arrojar bombas
nucleares en la Franja de Gaza.[2]
Una combinación de motivos que pueden llevar a una
guerra
Desemboque o no en una guerra, el
relanzamiento de la histeria contra Irán tiene, como decíamos,
otros motivos. Hay una combinación de puntos políticos y
económicos, que se podrían resumir en que tanto Israel
como EEUU se sienten hoy relativamente más débiles, en el
conjunto de la región. Y evidentemente varios en Tel Aviv y
Washington piensan que una guerra “victoriosa” volvería
las cosas a su lugar.
“Olvídese de esas viejas
chatarras. He aquí el último modelo” ¡Es para MORIR por
él!”
Están, en primer lugar, los fracasos
de las guerras y ocupaciones coloniales del imperialismo
yanqui en Afganistán (que luego se extendió parcialmente a
Pakistán) e Iraq.
Aunque no han sido derrotas catastróficas
como la de Vietnam en 1975, el imperialismo yanqui ha
quedado malparado, en la región que con toda razón
considera como la región clave de su dominio mundial,
tanto por razones geopolíticas como económicas (el petróleo,
en primer lugar). Parte fundamental de la progresiva
decadencia de EEUU, de las crecientes “desobediencias”
que debe enfrentar en todas partes, del
“multilaterialismo” que se está desarrollando, con
estados y bloques que escapan a su control, están
estrechamente relacionadas con esos fracasos no catastróficos
pero sí costosos de Afganistán-Pakistán e Iraq.
En relación a Iraq, como señalamos en
un artículo anterior, “paradójicamente,
la ocupación y la necesidad de enfrentar a la resistencia
terminaron desgastando a EEUU y fortaleciendo
a Irán como potencia regional”.[3]
EEUU debió recurrir a las corrientes chiítas tributarias
de Teherán, que quedaron finalmente al frente del gobierno
de Bagdad y dueñas de gran parte del país.
Al oeste de Irán, en Afganistán-Pakistán,
aunque en un contexto y actores muy distintos, el fracaso
estadounidense terminó fortaleciendo también, por default,
al régimen de Teherán.
La “guerra de Af-Pak”, desarrollada
bajo Obama, ha resultado un fracaso que redobla el
inicial de Bush. El aumento de las tropas en Afganistán
y la extensión de los combates a Pakistán sólo empeoraron
la situación. En Pakistán, la consecuencia ha sido la
pelea con los militares, que desde hace décadas estaban al
servicio incondicional de EEUU. Y en Afganistán, el rechazo
masivo a la ocupación hace cada vez más difícil la
permanencia. Hasta el títere Karzai, para sobrevivir, se
dedica a criticar a EEUU. Al mismo tiempo, las largas
negociaciones con los talibanes no han llegado a ningún
acuerdo. Es un callejón –hasta ahora– sin salida, que
se refleja en que, uno tras otro, los “aliados” europeos
están haciendo las valijas y retirando prudentemente sus
tropas.
Está presente la tentación de borrar
las consecuencias de estos fracasos mediante una nueva
guerra, esta vez contra el estado que se ha beneficiado
geopolíticamente de ellos, Irán.
Asimismo, hay algunos incentivos económicos
nada despreciables para EEUU. Irán, en combinación con
China, está promoviendo el fin de los “petrodólares”.
Es decir, dejar de utilizar el dólar como única moneda
para el comercio mundial de petróleo, según fue
establecido desde la los ’70. Esto puede ser un golpe
serio para el papel del dólar como moneda mundial... que
permite a EEUU afrontar la crisis emitiendo sin freno.[4]
Israel, abanderado de la guerra
Pero, los principales gestores de la
guerra están en Israel más que en EEUU. En Washington,
hay vacilaciones y diversidad de opiniones en el
establishment imperialista. Por supuesto, los senadores y
representantes republicanos y demócratas que viven a sueldo
de la AIPAC, el lobby sionista, están rugiendo por la
guerra. Pero, más sensatamente, otros legisladores les
contestan diciendo que recuerden el desastre de Iraq. Lo que
es significativo, es que la mayoría de opiniones entre los
militares irían en sentido contrario a una guerra
con Irán, especialmente si ello implica un intento de
ocupación total o parcial.
Israel es el abanderado de la guerra
por una razón fundamental: se siente mucho más afectado
que el propio imperialismo yanqui por las consecuencias
de las rebeliones de Medio Oriente.
Los islamistas shiítas que gobiernan
Irán no simpatizan con las rebeliones árabes y en el caso
concreto de Siria, apoyan al régimen sanguinario de la
familia Assad. Pero lo que cuenta para Israel es que la
“Primavera Árabe” lo ha dejado cada vez más aislado y
sin gobiernos amigos.
La retirada de EEUU de Iraq ha dejado
el país en manos de fuerzas políticas afines a Teherán.
La caída de Mubarak en Egipto liquidó al más estrecho
aliado de Israel, y un posible gobierno de la Hermandad
Musulmana puede producir un cambio completo de las
relaciones. Otro gran amigo, Turquía, se dedica ahora a
presentarse como abanderado de los palestinos. La misma
Siria es un signo de interrogación: Assad armaba a
Hezbollah pero simultáneamente garantizaba a Israel la paz
total en la frontera del Golán. Si cae su dictadura, no se
sabe qué puede pasar...
Amos Gilad, alto funcionario del
ministerio de Defensa de Israel, resumió así esos temores
en una entrevista: “Si el régimen sirio cambia, esto
puede llevar la establecimiento de un imperio islamista
liderado por la Hermandad Musulmana: para todo lo que es
malo hay algo peor. La ideología de la Hermandad es
establecer un imperio en las tierras de Egipto, Jordania y
Siria, y borrar a Israel de la faz de la tierra...”[5]
Más allá del tono apocalíptico, que
busca crear terror y justificar así una guerra
“preventiva”, antes que “nos borren de la faz de la
tierra”, se refleja bien el relativo aislamiento en que ha
quedado Israel. Sin embargo, también allí no hay
unanimidad sobre lo que se debe hacer, y significativamente
donde hay también muchas objeciones en las filas militares.
Enfrentar la amenaza de una nueva guerra imperialista
Las vacilaciones y diferencias de opinión
que se dan en el campo imperialista, y la evidente maniobra
de redoblar los tambores para lograr una capitulación de Irán,
no deben hacernos subestimar el peligro.
Especialmente en EEUU, en Europa y
también en el mismo Israel, las fuerzas de los trabajadores
y la izquierda debemos denunciar e impulsar la movilización
contra planes que, en última instancia, buscan ahogar en un
baño de sangre el proceso abierto en Medio Oriente.
Notas:
1.-
La transcripción de esta entrevista que incluye el link al
video, puede verse en Stephen C. Webster, “Panetta admits
Iran not developing nukes”, The Raw Story, January
9, 2012
(www.rawstory.com/rs/2012/01/09/panetta-admits-iran-not-developing-nukes
)
2.- “Lieberman: Treat Hamas like Japan in WWII”, AFP,
12/01/2009.
3.-
“Iraq: retirada de las tropas de EEUU - Balance
(provisorio) de un conflicto que no terminó”, Socialismo
o Barbarie, periódico nº 217, 03/02/12.
4.- “Will Iran Kill the Petrodollar?”, by Marin Katusa, Safe Haven–Preservation
of Capital, Jan 25, 2012
5.- “The Israeli Position Toward Events in Syria”, by Palestine News
Network, Jadaliyya, February 11,
2012 ( www.jadaliyya.com )
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