Islámicos dominan proceso
constitucional
Por Adam Morrow y Khaled Moussa al-Omrani
Desde El Cairo
Inter
Press Service (IPS), 04/02/2012
La gran proporción de políticos de
inclinación musulmana en la Asamblea Constituyente de
Egipto despierta temores de que las fuerzas islámicas, en
especial el Partido Libertad y Justicia (PLJ), monopolicen
el proceso de redacción de una nueva carta magna.
Protesta en El Cairo contra la Constituyente dominada
por los islamistas
"Si los islamistas continúan con
los planes de elaborar una nueva Constitución en la actual
Asamblea, dominada por el islamismo, podrían terminar
afrontando un nuevo levantamiento" popular, dijo a IPS
el presidente del centrista Partido de los Guardianes de la
Revolución, Magdi Sherif.
La Asamblea Constituyente volvió a
reunirse este miércoles 4, y los políticos liberales
insistieron en que el órgano debía ser reformulado para
que en él tuvieran voz todos los sectores de la sociedad
egipcia.
El 17 de marzo, los miembros de la
Asamblea del Pueblo y del Consejo Shura, cámara baja y alta
respectivamente del parlamento, acordaron las reglas para la
creación de la Constituyente, con un total de 100 miembros.
Los legisladores cumplieron así con el
artículo 60 de la Declaración Constitucional emitida por
el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna
Egipto transitoriamente desde la salida del poder de Hosni
Mubarak en febrero de 2011.
La Declaración fue aprobada por
referendo popular luego del levantamiento el año pasado.
La mayoría de los parlamentarios
decidieron que el propio parlamento designara a los
constituyentes, 50 de los cuales serían elegidos del propio
órgano legislativo.
Pero esto despertó el rechazo de la
mayoría de los representantes liberales y de izquierda,
quienes arguyeron que eso beneficiaría a los partidos islámicos,
que dominan ambas cámaras, y les daría una influencia sin
parangón.
"La insistencia de la Hermandad
Musulmana en incluir 50 parlamentarios en la Asamblea
(Constituyente) sugiere que pretende monopolizar la vida política
de Egipto de la misma forma autocrática que lo hizo el
Partido Nacional Democrático", de Mubarak, sostuvo
Sherif.
A comienzos de este año, el PLJ, de la
Hermandad Musulmana, y sus aliados se quedaron con 75 por
ciento de los asientos en la Asamblea del Pueblo.
Las elecciones en el Consejo Shura,
realizadas el mes pasado, tuvieron resultados similares y
les otorgaron a los musulmanes, también aquí liderados por
el PLJ, el control de dos tercios de la cámara.
En medio de las crecientes críticas de
actores políticos no islámicos, las dos cámaras del
parlamento se reunieron otra vez el 24 de marzo para elegir
a los constituyentes.
El predominio islámico motivó una ola
de renuncias de representantes laicos como forma de
protesta, entre ellos miembros del Partido Socialdemócrata
Egipcio, de los liberales Partido de Egipcios Libres y
Partido Wafd, y de la izquierdista Alianza Socialista
Popular.
Incluso representantes de la
Universidad Al-Azhar y del islamista moderado Partido Wasat
abandonaron sus puestos en la Constituyente.
Aunque los informes son
contradictorios, hoy habría entre 60 y 70 constituyentes de
fuerzas islámicas, principalmente del PLJ y del salafista
Partido Nour.
Hazem al-Beblawi, exministro de
Finanzas y uno de los primeros en anunciar su retiro de la
Asamblea, se quejó de que la mayoría de los representantes
carecían de las calificaciones para la tarea que tenían
entre manos.
La Constituyente "debería estar
conformada por expertos legales, intelectuales y veteranos
de la política, pero los actuales miembros carecen de estas
credenciales", dijo al-Belbawi a la prensa local.
"No importa que la mayoría tenga
una orientación islámica, pero sí deben cumplir con el
requisito de contar con calificaciones políticas y
legales", agregó.
En entrevista con IPS, el candidato
presidencial Amr Moussa, excanciller y exsecretario general
de la Liga Árabe, opinó que los métodos usados para
elegir a los miembros de la Constituyente debían ser
"reconsiderados" para que "se represente
mejor a todos los segmentos de la sociedad egipcia".
Pero Mahmoud al-Khodeiri,
constituyente, destacado juez y presidente del Comité de
Asuntos Constitucionales y Legislativos del parlamento,
defendió la composición de la Asamblea, subrayando que sus
integrantes fueron elegidos de acuerdo con la Declaración
Constitucional.
"Nadie puede decir que el proceso
para redactar la Constitución reflejará solo un punto de
vista, ya que todas las orientaciones políticas estuvieron
representadas en la Asamblea", dijo al-Khodeiri a
periodistas.
En los últimos días hubo varias
manifestaciones en El Cairo organizadas por partidos y
movimientos seculares, incluyendo una frente a la sede del
parlamento, en protesta por la masiva presencia de políticos
islámicos en la Asamblea Constituyente.
Activistas ahora llaman a una
movilización masiva la semana próxima en la emblemática
Plaza Tahrir, en el centro capitalino, escenario de las
manifestaciones contra el régimen de Mubarak el año
pasado.
Líderes de la Hermandad Musulmana
minimizaron el significado de las renuncias.
"El repliegue de ciertas fuerzas
políticas no afectará ni la misión de la Asamblea ni su
legitimidad", aseguró a IPS el secretario general del
PLJ para El Cairo, Mohamed al-Beltagi.
"Los miembros tienen derecho a
retirarse, pero rechazo las acusaciones de que el PLJ esté
dominando la Asamblea, ya que el partido, en acuerdo con
otros, eligió a los representantes de todas las
orientaciones políticas", afirmó.
Por su parte, en declaraciones a la
prensa, el presidente del Consejo Shura, Ahmed Fahmi,
miembro del PLJ, subrayó que "es natural que los
partidos islámicos, que gozan de mayoría elegida en el
parlamento, tengan una correspondiente mayoría en la
Asamblea Constituyente".
El 28 de marzo, pese a la ausencia de
la cuarta parte de sus miembros, la Asamblea celebró su
primera reunión, en la que eligió como su presidente a
Saad Al-Katatni, del PLJ.
También creó un comité encargado de
reunir propuestas de la sociedad civil para artículos
constitucionales e iniciar conversaciones con los
constituyentes que renunciaron y persuadirlos de que
regresen.
En un esfuerzo por aplacar las críticas,
la Hermandad Musulmana y sus aliados ofrecieron reemplazar a
algunos de los constituyentes. Portavoces de la minoría no
islámica, sin embargo, insisten en que la Asamblea sea
reformulada de cero.
El domingo 1, el jefe del Consejo
Asesor del gobierno de transición, Sameh Ashour, y
exmiembro de la Constituyente, llamó a la completa disolución
de la Asamblea.
Además, señaló que el artículo 60
de la Declaración Constitucional, en la que le cede a los
parlamentarios la autoridad de elegir a los miembros de la
Asamblea, debía ser "modificada".
Según el cronograma establecido por el
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, la nueva Constitución
deberá estar pronta dentro de seis meses.
Hermandad Musulmana
anuncia candidato
presidencial
Es el multimillonario Jairat al-Shater
Por
Maggie Michael
Associated
Press (AP), 31/03/2012
El Cairo.- La Hermandad Musulmana, en
control de casi la mitad de los escaños del Parlamento
egipcio, anunció el sábado que presentará su propio
candidato a la presidencia, lo cual revierte su decisión de
no participar en la contienda electoral y podría encaminar
al grupo opositor a un enfrentamiento con los generales que
gobiernan el país.
El multimillonario
Jairat al-Shater
candidato de la Hermandad Musulmana
La Hermandad nombró candidato a su
subdirector y principal estratega Jairat al-Shater, un
empresario multimillonario considerado uno de los
principales líderes que guían al grupo a través de la
agitada transición desde que Hosni Mubarak fue derrocado de
la presidencia de Egipto.
Si al-Shater gana, convertiría al
grupo otrora proscrito en la fuerza dominante que guíe al
país en la era posterior a Mubarak. Pero un enfrentamiento
directo con los militares es un riesgo grande para un
movimiento cuya estrategia durante décadas fue aguardar su
momento con paciencia.
La decisión de la Hermandad de nombrar
candidato a uno de sus integrantes probablemente desagradará
a los gobernantes militares de Egipto, que han sido acusados
de preservar los privilegios del ejército y probablemente
no deseen demasiado poder en las manos de un solo grupo.
También ampliará la brecha con los
liberales y seculares, quienes temen que el movimiento
—que durante el año pasado presentó en gran medida una
retórica moderada— implemente una agenda islamista de línea
dura una vez que haya consolidado su posición política.
El anuncio en una conferencia de prensa
en El Cairo puso fin a semanas de especulación y confusión
dentro del grupo.
La decisión del sábado dividió al
consejo Shura, el organismo legislativo que gobierna el
movimiento, en dos bandos: uno en favor de presentar un
candidato desde las propias filas de la Hermandad y otro en
contra, por temor a las repercusiones, de acuerdo con un
funcionario del grupo que habló a condición de guardar el
anonimato debido a lo delicado del asunto.
Mahmud Hussein, secretario general de
la Hermandad, dijo que la decisión de presentar un
candidato se tomó ante los "intentos de abortar la
revolución", después que el concejo militar rechazó
varias solicitudes que le hizo la Hermandad de nombrar a un
gabinete de ministros.
"No queremos llegar a una
confrontación que afecte el rumbo de la nación", dijo
Mohamed Morsi, el principal líder del brazo político del
grupo.
Pero es probable que el enfrentamiento
se produzca, pues la presentación de un candidato revierte
una promesa efectuada por los líderes del grupo de no
participar en las elecciones presidenciales con el fin de
dar seguridad a los liberales y a los países occidentales
temerosos de que islamistas radicales tomen el control del
gobierno.
Los Hermanos Musulmanes quieren
acaparar el poder en Egipto
Dejan de lado a los sectores laicos
Por Ricard González
Corresponsal en Egipto
El País, 01/04/2012
El Cairo.– Los Hermanos Musulmanes,
el más poderoso movimiento político en Egipto, ya
controlan el Parlamento y la asamblea encargada de redactar
la nueva Constitución. Sin embargo, aún consideran que no
tienen los resortes de poder suficientes para aplicar su
programa político, por lo que la noche del sábado
anunciaron que también competirán por el más alto cargo
del país: la presidencia. Y lo harán con uno de sus pesos
pesados, Jairat al Shater, el número dos de la organización.
Si bien durante los últimos días se
había especulado con la posibilidad de que la organización
islamista presentara un candidato propio, la noticia causó
estupefacción entre observadores políticos y rivales.
Incluso Sara, la hija de Al Shater, escribió en Twitter:
“Estoy en estado de shock... Que Dios nos ayude”.
Y es que horas antes, algunos
dirigentes de los Hermanos Musulmanes como el exguía
supremo Mohamed Mahdi Akef, habían rechazado esta
posibilidad, recordando la promesa realizada hace un año de
no concurrir a los comicios presidenciales, que se celebrarán
los días 23 y 24 de mayo.
En su sede de El Cairo, la Hermandad
justificó su controvertido cambio de postura en la falta de
competencias del poder legislativo. “Hemos visto que había
obstáculos en el camino del Parlamento para tomar las
decisiones que sirvan para cumplir las demandas de la
revolución. Por eso hemos elegido el camino hacia la
presidencia, no porque tengamos hambre de poder”, dijo
Mohamed Morsi, presidente de la marca electoral de la
organización, el Partido de la Justicia y la Libertad.
Sin embargo, sus palabras no
convencieron ni siquiera a algunos de sus correligionarios.
Kamal al Helbawy, exportavoz internacional, anunció su
salida del movimiento por una decisión que calificó de
“corrupta y confusa”. La cuestión de a qué candidato
apoyar se había convertido en un quebradero de cabeza para
la Hermandad, generando fuertes disensiones en el seno de
una organización caracterizada por su cohesión y
disciplina interna.
Entre los adversarios políticos del
grupo islamista se interpreta el movimiento como una muestra
más de su voluntad hegemónica. “Ellos tienen una tradición
de romper pactos y promesas. Su único objetivo es acaparar
las máximas cuotas de poder”, afirma Samer Soliman,
profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana
de El Cairo, y miembro destacado del Partido Social-Demócrata.
Tras conocerse la candidatura de al-Shater,
se especuló en la prensa egipcia sobre si tendría
capacidad legal para presentarse, pues pesaba sobre él una
castigo de inhabilitación para ocupar un cargo público a
causa de una condena a siete años de cárcel durante el régimen
de Mubarak. A falta de confirmación oficial por parte de
las autoridades egipcias, el abogado de los Hermanos
Musulmanes ha asegurado que al-Shater fue perdonado por la
Junta Militar.
La noticia se produce cuando la
Hermandad tiene dos "batallas abiertas", una con
la Junta Militar a causa de su voluntad de reemplazar el
Gobierno de Kamal Ganzouri, y la otra con las fuerzas laicas
por la composicióndel comité que se encargará de redactar
la nueva Constitución. En la primera sesión de la Asamblea
Constituyente, celebrada el pasado miércoles, se ausentaron
una cuarta parte de sus miembros, tanto diputados como
representantes de la sociedad civil (ambos colectivos
integran la comisión de 100 miembros al 50%), en protesta
por el monopolio que ejercen las fuerzas islamistas en el
comité.
El presidente de la Junta Militar, Husein Tantaui,
se reunió el jueves durante más de cinco horas con los
partidos con representación parlamentaria para mediar en la
crisis. Como solución de compromiso, los Hermanos
Musulmanes aceptaron sustituir a 10 de sus miembros en la
Asamblea Constituyente por personalidades o diputados
laicos. No obstante, varios partidos rechazaron la oferta,
pues prefieren elegir de nuevo a los 100 miembros de la
Constituyente. Con las negociaciones en punto muerto, y los
islamistas dispuestos a proceder sin el concurso de los
laicos, los expertos alertan que está seriamente amenazada
la legitimidad de la nueva Carta Magna, piedra angular de
todo proceso de transición a la democracia.
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