Suspendido sin fecha el ataque a Siria
Putin tira un salvavidas a Obama
Por Elías Saadi
Socialismo o Barbarie, semanario, 13/09/2013
La edición de la semana pasada de Socialismo
o Barbarie estuvo presidida por la amenaza de EEUU de
bombardear Siria.
Este proyecto de agresión imperialista ya venía en un trámite cada
vez más espinoso. Primero había sido imposible lograr que
la ONU lo avalara a través del Consejo de Seguridad. Allí
sería vetado por Rusia y China.
Luego, pasando por encima del aval de la ONU, del ataque se haría cargo
la OTAN, el bloque militar de EEUU con gran parte de los
imperialismos de la UE. Pero en ese punto comenzó una
vergonzosa desbandada de los “aliados europeos”.
Lo increíble, algo inédito desde la Segunda Guerra Mundial, fue la
deserción del Reino Unido, que ha acompañado con fidelidad
perruna a Washington en todas sus guerras (excepto la de
Vietnam). El primer ministro Cameron, ardiente predicador de
la intervención en Siria, sufrió la humillación de que
buena parte de sus parlamentarios conservadores votaran
contra él en la Cámara de los Comunes.
Finalmente, borrada la OTAN, sólo quedó junto a Obama el gobierno
“socialista” de Francia… pero con la oposición de
gran de la opinión pública de ese país.
Difícil búsqueda de
legitimidad
En esa situación Obama postergó
el ataque en aras de legitimarlo.
Para eso, pidió la aprobación del Congreso de EEUU.
¡Nueva sorpresa! En el Senado logró los votos necesarios. Pero, en la
Cámara de Representantes (diputados), la perspectiva de
Obama era repetir el
papelón del premier británico Cameron. Aunque son
estimaciones no confirmadas por una votación, Obama estaría
muy lejos de los 250 votos necesarios.
Esto se debe al rechazo masivo de
la población a iniciar nuevas guerras, en especial en
Medio Oriente. Las encuestas dan una oposición del 70% y
los representantes (diputados), que dependen más
directamente del voto de sus distritos, no quieren jugar con
el fuego de una causa tan impopular.
Por eso, Obama ha hecho desde los medios todas las contorsiones posibles
para demostrar a la gente que esta
guerra no será una guerra, porque ningún soldado
yanqui a pisar Siria.
Y no se trata sólo de la presión que viene desde abajo. La misma
burguesía de EEUU está dividida. Esto se refleja en los
alineamientos del Congreso. Las autoridades de los bloques
demócrata y republicano se han puesto de acuerdo de votar a
favor de los bombardeos, pero eso no garantiza que sus
representantes acaten. Curiosamente, entre los opositores,
está buena parte de la derecha republicana, estilo Tea
Party.
Putin en auxilio de Obama
Obama estaba al borde del abismo. Pero una “mano amiga”, la de Putin,
evitó su caída… por el momento.
La semana pasada, decíamos que, Al Assad ha demostrado ser el “mejor
aliado” de Obama. Con sus redobladas atrocidades le provee
los argumentos “humanitarios” que necesita para
justificar la intervención.
Ahora Putin, enfrentado con Obama en una disputa inter-imperialista, le
tira la toalla para poner “en suspenso” los bombardeos y
evitar un ridículo como el de Cameron.
La propuesta del Kremlin es poner
las armas químicas de Al Assad bajo “control
internacional”, lo que significa el control
conjunto EEUU-Rusia. Según la BBC y la agencia rusa
Tass, esto se haría por acuerdo directo entre Washington y Moscú, sin molestarse en pasar
por el “teatro” de la ONU. Por su parte, el ministro de
Relaciones Exteriores de Al Assad, admitió (por primera
vez) la posesión de armas químicas, y dijo estar
dispuestos a “informar su localización, detener la
producción y mostrar esos objetos a los representantes de
Rusia y otros estados” (BBC
News, 11/09/2013).
Sin embargo, este principio de acuerdo es sólo eso, un principio. Su
implementación concreta no es fácil y no ha sido acordada
aún. Puede pudrirse en cualquier momento.
La necesidad de alternativas
independientes
El pueblo sirio sufre una tragedia. Por un lado, una de las dictaduras más
siniestras y sanguinarias en la historia de Medio Oriente.
Por el otro, la frustración
de una legítima rebelión popular. Su militarización
abrió las puertas a la intervención y al control directo
por parte de intereses ajenos a los explotados y oprimidos
que en el 2011 salieron a la calle en protestas
masivas contra el régimen, pero también oponiéndose a las divisiones sectario-religiosas y de nacionalidades…
que hoy cruzan lamentablemente la guerra civil.
Hoy, las direcciones de las formaciones armadas están cooptadas y
apadrinadas por fuerzas a las que sólo les interesa
controlar y/o repartirse Siria: estas van desde EEUU y los
imperialismos europeos hasta los gobiernos y sectores
burgueses de Turquía, Arabia saudita, Qatar y otros estados
de la zona. Por su parte, Rusia y China apuestan a la carta
de Al Assad.
Como señalamos la semana pasada, todo esto hizo el juego a la
dictadura, porque acabó con el impulso inicial de las
protestas populares de demandas democráticas junto con un
expreso rechazo a los enfrentamientos sectario-religiosos
y/o de nacionalidades. Por su parte, la dictadura lo
aprovechó para hacer un chantaje a las numerosas
comunidades minoritarias religiosas o nacionales, y también
a los sectores moderados y/o laicos de la mayoría sunnita:
“o me apoyan o vienen estos bárbaros islamistas y
salafistas”. Al-Assad se presenta como “el mal menor”.
Este chantaje ha tenido cierto éxito y explica socialmente
las dificultades para derrotarlo.
Aunque la guerra lo haga difícil al extremo, la
única esperanza sería la aparición de sectores
independientes de los trabajadores y la juventud.
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