Medio Oriente

Negociaciones EEUU-Irán

"No nos une el amor, sino el espanto"

Por Claudio Testa,
Socialismo o Barbarie, semanario, 03/10/2013

Días antes del “apagón” del gobierno de EEUU, los titulares de prensa se ocupaban de algo distinto y distante: las relaciones con Irán, otro (mini) “Imperio del Mal” que desde hace décadas fastidia a Washington y sobre todo a su sucursal, Israel.

Obama y Rohani, dos en problemas: el imperialismo yanqui y la dictadura teocrática tratan de poner
paños fríos en momentos en que a ambos no les va muy bien, ni les conviene un enfrentamiento. 
 

Sorpresivamente, Obama rompía el hielo. Aprovechando la presencia en Nueva York de Hassan Rohani –flamante presidente de Irán que venía a la Asamblea General de la ONU–, Obama lo llamó por teléfono para saludarlo y hacer algunos comentarios sobre el caos del tránsito en esa ciudad y otros temas trascendentales parecidos.

La llamada era importante no por su contenido trivial. EEUU no mantiene formalmente relaciones diplomáticas con Irán desde 1979. Sin embargo, es falso lo que dice gran parte de la prensa de que en estos años no haya habido contactos, negociaciones y acuerdos entre el imperialismo yanqui (y su enclave colonial, Israel) y la dictadura teocrática de Teherán.

Aunque formalmente no hay embajadas de uno y otro estado en Washington y Teherán, las relaciones diplomáticas permanentes entre EEUU e Irán se canalizan con discreción en sendas “oficinas de intereses” en Pakistán y Suiza.

Entre esos (discretos) acuerdos y relaciones hubo dos de gran importancia. En la guerra fratricida de 1980-88 entre Iraq e Irán, Israel, en connivencia con un sector de las fuerzas armadas de EEUU, proveyó de armas a Irán. Al mismo tiempo, Washington armaba a la dictadura de Saddam Hussein de Iraq. ¡Que se maten entre ellos!

Pero más importante aun fue la política siniestra de Teherán en Iraq, luego de la invasión y ocupación de EEUU en 2003. A través de organizaciones políticas iraquíes basadas en la comunidad chiíta que Teherán influencia, garantizó a EEUU el apoyo a la ocupación y a los gobiernos títeres que nombraba en Bagdad, en los cuales participó mediante esos partidos.

La división de la resistencia en Iraq por líneas religioso-sectarias y/o étnicas que impulsó Irán a través de sus personeros, fue decisiva para que EEUU evitase allí la repetición de una derrota catastrófica como en Vietnam. Y en ese punto la política infame del régimen de Irán fue una ayuda de primer orden.

Hay que recordar esto, porque el castro-chavismo hizo una mentirosa idealización “antiimperialista” del régimen de Teherán, sobre todo en las épocas de Ahmadinejad. La cosa es muy distinta. El aparato clerical y los sectores de la burguesía que conforman ese régimen han tenido y tienen sus roces con EEUU y con Israel, en la medida en que Irán es una potencia regional (y además petrolera) no sometida a su férula. Pero también han tenido sus acuerdos, entre ellos la colaboración en una ocupación colonial como la de Iraq, que contabilizó un millón de muertos.

¿Por qué ahora se sientan dialogar? De parte de EEUU es simple: como decimos en otro artículo, están en la necesidad de administrar su decadencia. Es el mismo motivo por el cual Washington no pudo “resolver” lo de Siria bombardeando y/o desembarcando los marines, como acostumbraba, y debió negociar vía Moscú.

De parte de la dictadura de Teherán sucede algo parecido, en el sentido de que atraviesa por una grave crisis económica y social, que se combina con un creciente rechazo de los trabajadores y de las nuevas generaciones urbanas a un régimen sanguinario de barbarie teocrática.

Obama y Rohani podrían decir como Borges en su poema: “No nos une el amor sino el espanto”.