La última victoria de
Hamas
Por Sergio Yahni
The
Alternative Information Center (AIC), 17/06/08
Tlaxcala, 23/06/08
Traducido por Carlos
Sanchis, revisado por Caty R. (*)
A pesar de los esfuerzos
concertados entre el Cuarteto e Israel para minar el
gobierno de Hamás después de las elecciones nacionales
palestinas de enero de 2006, la posición política y
militar de Hamás, un año después del intento fallido de
Fatah para derrocar a este gobierno elegido democráticamente,
aparece incluso más fuerte.
Mientras las encuestas de
opinión señalan un declive de la popularidad de Hamás
entre el público palestino, el gobierno liderado por Hamás
en Gaza se percibe por los palestinos como eficaz en
materias civiles y capaz de resistir los ataques israelíes
y de obligar a Israel a sentarse a la mesa de negociaciones.
Por el contrario, la
imagen pública del gobierno del presidente palestino, Abu
Mazen, se está deteriorando, puesto que su actuación en
materias civiles y políticas se ve, en el mejor de los
casos, como mediocre. El rechazo de Israel a emprender los
acuerdos negociados, denigra gravemente la imagen política
de Abu Mazen, y además desgasta la credibilidad del
gobierno de Salam Fayyad en los asuntos que no están
relacionados directamente con el conflicto como la corrupción,
la seguridad civil y la economía.
El fracaso para mostrar
resultados tangibles en el proceso de paz, además de los éxitos
de la resistencia palestina en Gaza, han minado seriamente
la credibilidad de las negociaciones políticas con los
israelíes. Según las encuestas de marzo y abril elaboradas
por los medios de comunicación de Jerusalén, el Centro de
Comunicaciones y el Centro Palestino para el Estudio y la
Investigación, los palestinos están frustrados con las
negociaciones y el apoyo a la resistencia está en alza.
De la misma forma, la
población israelí no cree en el proceso de paz, y no confía
en el gobierno de Olmert y Barak para negociar con Hamás en
Gaza. Según una encuesta del 12 junio para la emisora de
radio israelí Kol Israel, la cuarta parte de los israelíes
no tiene ninguna opinión sobre si preferirían un acuerdo
de alto el fuego con Hamás o una operación militar de gran
potencia sobre Gaza. La misma encuesta afirma que el
cincuenta por ciento de los israelíes no cree que el primer
ministro Olmert, actualmente acusado de corrupción, tenga
autoridad para decidir una operación de ese tipo.
El público israelí no
cree que sea posible un alto el fuego con Hamás, pero
tampoco confía en el ejército israelí para detener el
lanzamiento de misiles desde la Franja de Gaza.
Es más, según Avi
Isaskharov y Amos Harel de Haaretz (13 de junio de 2008), el
ejército israelí tampoco se cree capaz de responder al
desafío de Gaza. El ejército asume que para acabar con el
lanzamiento de misiles desde Gaza, necesitará volver a
ocupar la Franja durante varios meses, pero no cree que el público
ni el gobierno aceptaran el alto número de bajas israelíes
que probablemente resultaría. Es más, el ejército israelí
y el gobierno saben que una operación militar no ayudará a
obtener la liberación del soldado israelí encarcelado en
Gaza y que incluso se puede poner en peligro su vida.
El mayor logro de Hamás
es que está llevando a Israel, la mayor potencia militar de
la región, a un callejón sin salida político militar. Si
las negociaciones de alto el fuego en El Cairo llegasen a
buen fin, Hamás habría tenido éxito neutralizando al
gobierno nombrado por Abu Mazen en Ramala. Sin embargo, un
fracaso de estas negociaciones fortalecerá la desconfianza
palestina e israelí en la posibilidad de una salida
negociada de la crisis, debilitando al gobierno de Abu Mazen
todavía más, aunque es improbable que se inicie una invasión
israelí de envergadura en la Franja de Gaza.
Estamos en el punto de
partida, puesto que ni la opinión pública palestina ni la
israelí creen en la posibilidad de alcanzar un acuerdo de
paz. Los negociadores palestinos se han vuelto cada vez más
irrelevantes a causa del fracaso de las negociaciones, e
Israel no puede usar su potencia militar para cambiar el
panorama político actual. La pregunta es cómo se romperá
este callejón sin salida.
(*)
Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de
Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala, la red de traductores por
la diversidad lingüística. Esta traducción se puede
reproducir libremente a condición de respetar su integridad
y mencionar al autor, al traductor, a la revisora y la
fuente.
|