La
popularidad de los islamistas se dispara en Cisjordania y el
mundo árabe. La policía leal a Abbás reprimió las
protestas contra la ofensiva israelí
La
guerra puso en la picota a Al Fatah y
reforzó a Hamás
Por
Ricardo Mir de Francia
Corresponsal en Jerusalén
El Periódico, 20/01/09
Mucho ha
insistido la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni,
en que la guerra en Gaza serviría a los intereses del
pueblo palestino, reforzando a los moderados de la Autoridad
Nacional Palestina (ANP) y acorralando a los extremistas de
Hamás. Pura miopía. La ofensiva ha abocado al presidente
Mahmud Abbás y a la dirección de su partido, Al Fatah, a
un punto sin retorno. Vilipendiados en la calle y alejados
de sus bases, su desastrosa gestión de la guerra se ha
traducido en un aumento de la popularidad de Hamás tanto en
Cisjordania como en el orbe musulmán.
Los ánimos
en el seno de Al Fatah están por los suelos. Tras medio
siglo llevando las riendas de la causa palestina, el partido
de Arafat y Abbás sigue gobernando desde Ramala pero se
enfrenta a un horizonte sombrío. "Hemos perdido una
oportunidad histórica para rehabilitarnos", confiesa a
este diario Husam Hader, una de sus leyendas, estatus que se
ha ganado tras pasar 16 años en las cárceles israelís.
"El futuro de la causa palestina está en manos de Hamás.
Israel no ha podido destruirles y con su valentía los
islamistas se han ganado el apoyo de todo el mundo en
Cisjordania y las calles árabes", afirma resignado.
Represión
Tras perder
las elecciones en el 2006 por el hartazgo generalizado con
su corrupción y la vacuidad de las negociaciones de paz, Al
Fatah ha perdido también esta guerra. En lugar de hacer
causa común con las facciones de Gaza, su policía se ha
dedicado a reprimir las protestas contra la guerra, y sus
dirigentes, a contemplarla como si no fuera con ellos.
"Han estado siempre al lado de Israel. Ramala esperaba
que Hamás fuera destruido para poder recuperar el poder en
Gaza", opina desde Naplusa el analista Satar Kasem.
Su tesis la
apoya Husam Hader, partidario de una profunda renovación en
Al Fatah. "Estos líderes son los que se oponen a la
renovación interna. Están al lado de Israel porque no
quieren perder sus suculentos salarios y sus privilegios
para moverse con libertad". No lo van a tener fácil.
En la calle el descontento es iracundo. "Si Israel no
les protegiera, en una semana la gente se los comía",
dice Kasem con rotundidad.
El suicidio
de Al Fatah se lo está poniendo muy fácil a Hamás. Los
islamistas han sufrido un varapalo en Gaza, pero han
resistido. Israel ni siquiera ha logrado detener los
cohetes, el principal objetivo de su ofensiva. "La
victoria de Hamás está fuera de Gaza. Aquí persiste la
división. La gente que no está con ellos recela de su
agenda islamista y del férreo control que han
impuesto", opina desde la franja el analista Talal Okal.
La calle
musulmana se ha rendido a Hamás, como ocurrió con Hizbulá.
Incluso Turquía, aliado tradicional de Israel, ha pedido al
mundo que rompa el aislamiento y empiece a tratar con el
movimiento islamista. "Esta popularidad se va a
traducir en millonarias donaciones", asegura Kasem.
Fatah
está teniendo que enfrentar una situación cada vez más
apurada
El
limbo de Abbas
Por
Khalid Amayreh (*)
Al Ahram Weekly, El Cairo, 15/01/09
Rebelión, 19/01/09
Traducido por Sinfo Fernández
En
Cisjordania, el movimiento Fatah está teniendo que
enfrentar una situación cada vez más apurada que se deriva
de la percepción de su displicente posición vis–a–vis
con los ataques israelíes contra la Franja de Gaza, que han
sido calificados de genocidio por algunos.
El
movimiento, que es la columna vertebral de la Autoridad
Palestina (AP) apoyada por Estados Unidos, condenó desde el
principio el masivo ataque relámpago israelí. Sin embargo,
cierto número de importantes dirigentes de Fatah en Ramala
han estado culpando también a Hamas y regodeándose con su
calvario. Algunos dirigentes de Fatah se refirieron
abiertamente a su disposición a “abrirle los brazos a
Gaza en cualquier momento” si/cuando, Hamas fuera
derrotado.
Al parecer,
esos comentarios han tenido un efecto de boomerang sobre
Fatah, provocando que muchos palestinos y árabes de a pie
acusen a la AP de connivencia de hecho con Israel contra
Hamas y de hacer planes para reconquistar por la fuerza la
Franja de Gaza si los actuales ataques de Israel logran
derrocar al régimen de Hamas.
Informes
extendidos, aunque aún no confirmados, citan a “fuentes
fiables” que señalan que cientos de milicianos de Fatah
bajo el mando del anterior hombre fuerte de Gaza, Mohamed
Dahlan, estarían preparándose para entrar en Gaza y
reestablecer al gobierno de la AP si/cuando Israel venciera
al régimen de Hamas. El mismo Dahlan, en una entrevista
celebrada esta semana [*] con una revista alemana denunció
a Hamas por incitar a Israel a desplegar su ofensiva contra
la Franja.
Anteriormente,
cierto número de dirigentes de Fatah, entre los que se
encontraba Al– Tayeb Abdel–Rahim, un importante asesor
del Presidente de la AP Mahmoud Abbas, declaró
abiertamente, en las primeras cuarenta y ocho horas de la
ofensiva israelí, su impaciencia por regresar a Gaza. Pero
la feroz resistencia desplegada por Hamas y otras facciones
palestinas frente a la invasión israelí parece haber
apagado el entusiasmo inicial de Fatah para reclamar Gaza a
corto plazo.
Esto no
quiere decir que Fatah haya perdido la esperanza en que la
devastación y caos sembrados en Gaza por el ejército
israelí haga que la tarea del grupo de “liberar” el
enclave costero de Hamas sea mucho más asequible. A
principios de semana, el derechista diario israelí The
Jerusalem Post, citaba las palabras de un oficial no
identificado de Fatah en Ramala advirtiendo que “el
fracaso a la hora de aplastar completamente a Hamas serviría
para minar a Fatah y prepararía el camino para el colapso
de los regímenes árabes moderados”.
El oficial
declaraba su esperanza en que los palestinos de la Franja de
Gaza se levantaran contra Hamas cuando el ejército israelí
pusiera fin a su ataque. Hasta el momento no parece haber señal
alguna de que los habitantes de Gaza vayan a volverse contra
Hamas a pesar de los intensos esfuerzos israelíes para
influir y acelerar ese resultado.
Absolviendo
a Israel de la responsabilidad del “holocausto” de Gaza,
como la mayoría de los palestinos denominan la carnicería
israelí, se citó al dirigente de Fatah diciendo que
confiaba en que se tratara a los dirigentes de Hamas como
“criminales de guerra” por causar la muerte de cientos
de palestinos inocentes.
Comentarios
como éste dañan muy gravemente la imagen pública de Fatah
y llenan de lodo a sus dirigentes. Esta semana, un número
de intelectuales palestinos tanto en casa como en el
exterior hicieron un llamamiento a Fatah para que adoptara
una posición clara en relación con los ataques israelíes.
“Queremos que Fatah nos diga dónde es que se sitúa”,
dijo un escritor palestino que vive en El Cairo.
Hani Al–Masri,
un importante escritor y columnista palestino, se manifestó
en un tono similar: “No hay duda de que está cuestionándose
la Autoridad Palestina y su legitimidad. ¿Va a tomar parte
la AP en la protección del pueblo palestino en Gaza contra
este ataque criminal? ¿O es que van a esperar al resultado
de la guerra para decidirse?”, se preguntaba Al–Masri.
Al–Masri
advirtió al liderazgo de la AP–Fatah que si querían
seguir teniendo alguna “relevancia” tras la guerra de
Gaza, tendrían que “demostrar sus credenciales patrióticas”
liberando a todos los prisioneros políticos, poniendo fin a
su coordinación con Israel en el terreno de la seguridad,
acabando con las inútiles conversaciones de paz y
encabezando los esfuerzos políticos y diplomáticos para
parar la agresión israelí contra Gaza. Además, Al–Masri
fustigó a algunos dirigentes de Fatah y de la AP por culpar
a Hamas de la campaña israelí, diciendo: “No es éste el
momento de lanzar dardos contra Hamas y de reavivar las
diferencias internas… todos sabemos que Israel no necesita
de pretextos para asesinar palestinos”.
De hecho,
la frustración del pueblo palestino con la AP y Fatah ha
sido probablemente intensa en todo momento debido a la
creencia, ampliamente extendida, de que la AP ha conspirado
contra Hamas. Las sospechas se han visto reforzadas por la
represión, con mano dura por parte de las fuerzas de
seguridad de la AP, de las protestas de solidaridad en
Cisjordania. En Hebrón, los policías de la AP reprimieron
violentamente las manifestaciones a favor de Gaza, golpeando
a los manifestantes y arrestando a varios de ellos. De forma
parecida, el personal de los servicios de seguridad de la AP
impidió que los manifestantes ondearan las pancartas verdes
islámicas de Hamas y suprimieron los eslóganes a favor de
Hamas.
Así es,
contrariamente a lo que cabía esperar, las reacciones de la
AP a la carnicería en Gaza han sido mínimas y casi todas
simbólicas. Algunos escritores palestinos han señalado que
las posiciones adoptadas por países distantes, no todos
ellos árabes, representaban actitudes mucho más dignas que
las asumidas por la AP. Un oficial de Fatah dio a entender a
Al–Ahram Weekly que el cada vez más discordante grupo se
estaba poniendo entre la espada de la opinión pública
palestina y la pared de los fríos cálculos políticos.
“Si
permitimos que las masas tomen la calle, Hamas va a
recuperarse aquí a toda velocidad. Por otra parte, si
suprimimos las protestas, seremos acusados de ser agentes de
Israel. Tenemos que quedarnos en el medio”, dijo.
Esas
justificaciones no lograron contener esta semana al
intelectual palestino Bashir Nafie de hacer un llamamiento a
Fatah para que se redima a sí mismo y salve su historial de
lucha rompiendo sus vínculos con el gobierno de Fayyad.
Abochornados por la sugerencia de que Fatah no está donde
debería estar, algunos dirigentes de Fatah instaron al
grupo a “corregir su orientación” y prepararse para
volver a asumir la lucha directa contra la ocupación israelí.
Abbas Zaki,
el representante de la Organización para la Liberación
Palestina en el Líbano, dijo a los informadores la pasada
semana que ya era hora de que Fatah volviera a las
trincheras. “Fatah debe estar preparado para unirse a la
batalla en cualquier momento”, dijo.
La
ambivalencia de Fatah con la masacre israelí contra Gaza se
complica aún más porque la mayor parte de los palestinos
interpreta de forma creciente que el proceso de paz con
Israel es fraudulento y que al amparo de su rúbrica está
liquidándose la causa palestina, con o sin el conocimiento
del liderazgo palestino.
Mientras
tanto, no se sabe cómo va abordar la AP el hecho de que ya
se ha agotado el plazo, finalizado el 9 de enero, que Abbas
tenía para estar en el poder. Hamas ha dejado ya de
referirse a Abbas como “Presidente Abbas” y los
portavoces y medios de Hamas se refieren a él simplemente
como “Sr. Abbas”.
El
dirigente de la AP se enfrenta asimismo a otro problema en
relación con las elecciones legislativas. Es probable que
Hamas haya conseguido una popularidad considerable como
resultado de la carnicería israelí contra Gaza, aunque es
prematuro trazar conclusiones definitivas. Aparte de Hamas,
con el proceso de paz con Israel en franca bancarrota, Abbas
y sus seguidores van a tener que afrontar una ardua lucha.
(*)
Conocido periodista palestino, residente en Hebrón.
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