Las heridas
de Gaza
Por Ghassan
Abu Sittah y Swee Ang
The
Lancet, 02/02/09
Tlaxcala,
05/02/09
Traducido
por Manuel Talens
The
Lancet, con casi dos siglos de existencia, es la revista médica
más antigua y una de las más prestigiosas del mundo. Dos
cirujanos del Reino Unido, los doctores Ghassan Abu Sittah y
Swee Ang, que se las arreglaron para entrar en Gaza durante
la invasión israelí, En este artículo describen su
experiencia, comparten sus opiniones y concluyen que los
gazanos son enormemente vulnerables y están indefensos ante
la eventualidad de un nuevo ataque.
Las heridas de Gaza son profundas y
tienen muchas capas. ¿Qué decir de la masacre de Khan
Younis en 1956, en la que murieron 5000 palestinos, o de la
ejecución de 35.000 prisioneros de guerra por parte de
Israel en 1967? ¿O de otras heridas durante la primera
Intifada, cuando la desobediencia civil del pueblo ocupado
contra sus ocupantes dio lugar a cientos de muertos y a
cantidades ingentes de heridos? Tampoco podemos olvidar los
5420 heridos en el sur de Gaza sólo desde el año 2000.
Pero en las líneas que siguen nos limitaremos únicamente a
narrar las heridas de la invasión que se inició el 27 de
diciembre del 2008.
Se estima
que entre el 27 de diciembre de 2008 y el alto el fuego del
18 de enero de 2009 un millón y medio de toneladas de
explosivos cayeron sobre la Franja de Gaza. Gaza tiene unas
dimensiones de 40 x 8 kilómetros y allí viven 1,5 millones
de personas, lo cual la convierte en el área de mayor
densidad poblacional del mundo. Antes del ataque, Gaza
estuvo completamente bloqueada y sometida a hambruna durante
50 días. De hecho, desde las elecciones palestinas Gaza ha
permanecido varios años bajo un bloqueo total o parcial.
Durante el
primer día de la invasión hubo 250 víctimas mortales.
Todos los puestos de policía fueron bombardeados y en
dichas acciones cayeron muchos agentes. Una vez eliminada
cualquier fuerza policial, los atacantes se cebaron en
objetivos no gubernamentales. Gaza sufrió el bombardeo aéreo
de aviones F16 y helicópteros Apache, mientras que cañoneras
israelíes disparaban desde el mar y, por tierra, atacaba la
artillería. Muchas escuelas quedaron reducidas a escombros,
entre ellas la American School de Gaza; 40 mezquitas,
hospitales, edificios de Naciones Unidas y, por supuesto,
21.000 hogares, 4000 de los cuales quedaron totalmente
derruidos. Se estima que 100.000 personas se han quedado sin
hogar.
Armas
israelíes
Las armas
utilizadas, aparte de las bombas convencionales y explosivos
de gran potencia, también incluyen armas no convencionales
de al menos cuatro categorías:
1)
Obuses y bombas de fósforo
Testigos
presenciales relataron que las bombas explotaban a gran
altura y diseminaban una enorme bóveda de pequeñas bombas
de fósforo sobre amplias zonas del territorio.
Durante la
invasión por tierra, testigos presenciales describieron que
los tanques disparaban primero contra las casas con armas
convencionales y, una vez destruidas las paredes, lanzaban
al interior una segunda ráfaga de fósforo. Utilizado de
esta manera, el fósforo explota y quema a las familias en
el interior de sus hogares. Entre las partículas ardientes
de fósforo se encontraron muchos cuerpos carbonizados.
Lo
alarmante es que el fósforo parece haber sido tratado con
un agente estabilizador especial que lo vuelve más estable
e impide que arda por completo. Sus residuos cubren los
campos, las zonas de juegos infantiles y los complejos
habitacionales y arden cuando los niños, curiosos, los
tocan o despiden gases cuando los agricultores regresan a
sus campos para regar. Una familia de agricultores se topó
con nubes de gases que les provocaron epistaxis (hemorragias
por la nariz). Eso hace que los residuos de fósforo
probablemente tratados con un agente estabilizador también
actúan como armas antipersonales contra los niños y
dificultan la vuelta a una vida normal carente de peligro.
Los
cirujanos de los hospitales también comunicaron casos en
los que después de una primera laparotomía (operación a
abdomen abierto) por heridas relativamente pequeñas con mínima
contaminación, en una segunda laparotomía exploratoria al
cabo de tres días encontraron múltiples áreas de necrosis
tisular. El estado de tales pacientes se agrava y, al cabo
de 10 días, se impone la realización de una tercera
laparotomía exploratoria en la que se descubre una necrosis
hepática masiva. Esto puede acompañarse, o a veces no, de
hemorragias generalizadas, insuficiencias renal y cardíaca
y muerte. A pesar de que la acidosis metabólica, la
necrosis hepática y la parada cardíaca súbita debida a
hipocalcemia son complicaciones conocidas del fósforo
blanco, no es posible atribuir tales complicaciones únicamente
al fósforo.
Es de suma
urgencia que se analice e identifique la verdadera
naturaleza de este fósforo modificado y se establezca su
efecto a largo plazo sobre la población de Gaza. Es también
muy urgente que se recojan y se eliminen los residuos de fósforo
desparramados por todo el territorio de la Franja de Gaza.
Dado que despiden gases tóxicos cuando entran en contacto
con el agua, bastaría con que lloviese para toda la zona se
viera contaminada con gases de fósforo ácido. Sería
necesario prevenir a los niños para que no toquen ni
jueguen con los residuos de fósforo.
2)
Bombas pesadas
Es evidente
que se hizo uso de explosivos con material inerte denso
(DIME, por sus siglas en inglés), pero no se sabe si se
utilizó uranio empobrecido en el sur. En las zonas con
población civil, los pacientes que sobrevivieron mostraban
extremidades arrancadas por DIME, puesto que los muñones,
aparte de mostrar el corte característico "a la
guillotina", no sangraban. El revestimiento y la
metralla de las bombas son extremadamente pesados.
3)
Explosivos inflamables
Se han
utilizado bombas antibúnker y de implosión en algunos
edificios, concretamente en el de Ciencia y Tecnología de
la Universidad Islámica de Gaza, cuyos ocho pisos han
quedado reducidos a un montón de escombros que no llega a
los 2 metros de altura.
4)
Bombas silenciosas
Los gazanos
han descrito una bomba silenciosa enormemente destructora.
La bomba llega en silencio, como mucho acompañada de un
silbido, y crea un área enorme en la todos los objetos y
seres vivos se evaporan sin prácticamente dejar rastro. Nos
resulta imposible identificar este tipo de bombas entre las
armas convencionales, pero ha de sospecharse que se trate de
armas fabricadas a base de nuevas partículas todavía en
estado de experimentación.
5)
Ejecuciones
Los
supervivientes describen que los tanques israelíes, una vez
situados frente a las casas, exigían a sus residentes que
saliesen. Niños, ancianos y mujeres lo hicieron, tras lo
cual los soldados los pusieron en fila y los ejecutaron. Las
familias han perdido decenas de sus miembros mediante tales
ejecuciones. Grupos de derechos humanos de la Franja de Gaza
han documentado la selección deliberada de niños y mujeres
desarmados durante el mes de enero.
6)
Ambulancias como objetivo militar
Trece
ambulancias fueron tiroteadas tras haber asesinado a los
conductores y al personal de primeros auxilios mientras
estaban rescatando y evacuando heridos.
Número
de muertos
Hasta la
fecha del 25 de enero de 2009, el número de muertos se
estimó en 1350 y dicha cifra aumentaba a diario. Esto se
debe a que los heridos graves seguían falleciendo en los
hospitales. El 60% de los asesinados eran niños.
Heridos
graves
Los heridos
graves alcanzaron la cifra de 5450 y, de ellos, el 40% eran
niños. Se trata principalmente de grandes quemados y
politraumatizados. Tales datos no contabilizan las fracturas
de un solo miembro ni los heridos que llegaron a pie.
A lo largo
de nuestras conversaciones con médicos y enfermeras, la
palabra holocausto y catástrofe se repetían una y otra
vez. Todo el personal médico está bajo los efectos del
trauma psicológico del terrible mes que han vivido ocupándose
del número interminable de víctimas que desbordaron la
capacidad de las dependencias hospitalarias y los quirófanos.
Muchos pacientes fallecieron en la sala de urgencias
mientras esperaban tratamiento. En un hospital comarcal de
Gaza, el traumatólogo realizó 13 fijaciones externas de
fracturas en menos de un día.
Se estima
que de los heridos graves, 1600 sufrirán incapacidades
permanentes. Entre éstas destacan las amputaciones, las
secciones de la médula espinal, las heridas craneales, las
grandes quemaduras y las contracturas cicatriciales
incapacitantes.
Factores
especiales
El número
de muertos y heridos es especialmente elevado en este
reciente ataque y ello debido a diversos factores:
1)
Imposibilidad de escapar: dado que Gaza está herméticamente
rodeada por las tropas israelíes, nadie pudo escapar a los
bombardeos ni a la invasión por tierra. Sencillamente, no
había por dónde hacerlo. Incluso dentro de la propia
Franja de Gaza, el desplazamiento de norte a sur fue
imposible, dado que los tanques israelíes habían cortado
el paso entre ambas zonas. Si esto se compara con la situación
que se vivió en Líbano en 1982 y 2006, en la cual la gente
pudo huir de las zonas bombardeadas a otras de calma
relativa, es evidente que dicha opción no ha existido en
Gaza.
2) La
densidad poblacional de Gaza es muy alta. Resulta
inquietante observar que Israel haya utilizado bombas de
precisión. El porcentaje con que éstas alcanzan su
objetivo en los edificios es del 100 % y dichos edificios
estaban abarrotados de gente. Como ejemplos se pueden señalar
mercados, puestos de policía, escuelas, complejos de
edificios de Naciones Unidas utilizados como refugio en los
bombardeos, mezquitas (40 de las cuales fueron destruidas) y
los hogares de las familias que creyeron estar a salvo por
no ser combatientes, así como los edificios de apartamentos
en los que una sola bomba de implosión destrozó a muchas
familias. El hecho de que la población civil haya sido
objetivo constante hace sospechar que los objetivos
militares fueron sólo daños colaterales, mientras que el
auténtico objetivo era la población civil.
3) La
cantidad y la calidad de las municiones utilizadas, tal como
se ha descrito más arriba.
4) La
indefensión de Gaza frente los modernos armamentos de
Israel. Gaza carece de tanques, aviones o misiles antiaéreos
con los que poder defenderse del ejército invasor. Nosotros
dos pudimos experimentarlo en persona durante un leve
intercambio de disparos entre tanques israelíes y fusiles
Kalashnikov palestinos que datan de 1947. Las fuerzas
enfrentadas eran sencillamente incomparables.
Conclusión
Si se tiene
en consideración todo lo anterior, el próximo ataque
contra el Gaza podría ser igual de catastrófico. Los
gazanos son enormemente vulnerables y están indefensos ante
cualquier nueva ofensiva. Si la comunidad internacional
desea realmente prevenir en el futuro que haya muertos y
heridos en tal escala, deberá desplegar algún tipo de
fuerza de defensa en Gaza. De otro modo, muchos más civiles
vulnerables seguirán muriendo.
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