Demoledor informe en Tel–Aviv
Los soldados israelíes recibieron la orden de
asesinar a los civiles en Gaza
Por Marta Medina
Desde Jerusalén
El Periódico, 16/07/09
Una treintena de soldados que participaron en la ofensiva denunciaron los
abusos sobre los civiles.
«Dejad las pesadillas y los espantos para después, ahora disparad»,
recomendaba un comandante israelí a su batallón poco antes
de la invasión terrestre de la franja de Gaza, el pasado
diciembre. Así lo recuerda uno de los 30 soldados que han
prestado testimonio a la oenegé Breaking The Silence
(Rompiendo el Silencio). Todos participaron en la operación
Plomo Fundido, todos ellos dispararon. Ahora hablan de
desproporcionalidad, del empleo de escudos humanos, de la
muerte de civiles. Han llegado las pesadillas.
«Nos repetían que era una guerra y que no hay restricciones para abrir
fuego en una guerra», relata uno de los soldados. Coinciden
con él los demás entrevistados, que relatan que las reglas
de combate eran: «Dispara si quieres, si tienes miedo. Si
ves a alguien, dispara». Un reservista resume: «Se quería
llevar a cabo una operación con el menor número posible de
bajas en el Ejército, sin preguntarse siquiera cuál sería
el precio para el otro bando».
Los testimonios recogidos hablan de reglas de combate imprecisas que dejaban
un enorme margen de acción. Dicen que nadie les habló del
objetivo de la ofensiva, solo de la misión concreta que debían
cumplir. Relatan intensos bombardeos: «Diez bombas nuestras
por cada una de ellos».
Vídeos
y libros
Seis meses y más de 1.400 muertos después, sus palabras aparecen recogidas
en los vídeos y libros que Breaking The Silence publicó
ayer. Sus testimonios constituyen una colección de
entrevistas que duele especialmente en los grandes despachos
del Ejército y el Gobierno israelí. Esta vez no es una
organización de derechos humanos, como ya han hecho Amnistía
Internacional o Human Rights Watch, la que pide cuentas por
la muerte de centenares de civiles en los 22 días de
ofensiva, en los que se registraron nueve bajas de soldados
israelís. No es una comisión internacional la que
investiga el respeto de las leyes de guerra. Son sus propios
soldados los que han decidido hablar.
«No es apropiado hacer críticas públicas de las Fuerzas de Defensa Israelís»,
aseguraba ayer el ministro de Defensa, Ehud Barak, que pedía
que las acusaciones se dirigieran a él y al Ejecutivo. Los
portavoces militares lamentaban por su parte que se
emplearan testimonios anónimos sin dar al Ejército la
oportunidad de contrastar los hechos relatados. En un duro
comunicado, el Ejército israelí calificó el informe de «difamatorio
y calumnioso».
«Como siempre tiran balones fuera», comentaba poco después a este diario
Yehuda Shaul, uno de los fundadores de Breaking The Silence.
Es cierto que solo uno de los testigos, un reservista
llamado Amir, ha decidido dar la cara, pero Shaul afirma que
han contrastado todos los testimonios con al menos otro
testigo y se declara dispuesto a que un comité investigador
internacional les entreviste. »
Shaul es un soldado veterano que lleva cinco años dedicado a denunciar los
abusos que él mismo y sus compañeros cometieron. Y, aún
así, se sorprendió ante los relatos de Gaza. «Incluso
durante la segunda intifada nos decían que tuviéramos
cuidado con los civiles, nos ponían límites, aunque solo
fuera en teoría».
Los
rabinos les decían que «esta vez no habría que rendir
cuentas por los pecados»
El dirigente de Breaking the Silence apunta al oscuro papel de los
consejeros religiosos castrenses. «Dios te protege, todo lo
que hagas está santificado», aseguraba un rabino a uno de
los soldados. En otro batallón se escuchó a un religioso
decir que «esta vez no habría que rendir cuentas por los
pecados».
Pero los soldados entrevistados no parecen ser capaces de pasar página tan
fácilmente. Uno de ellos aún recuerda el grito de un viejo
palestino al que acribillaron por caminar de noche sin que
mediara ni un disparo disuasorio.
En todos ellos aparece la sensación de haber sobrepasado demasiadas
fronteras: «En los entrenamientos aprendes que no se debe
usar fósforo blanco. Ves en las películas las
consecuencias que tiene en las personas. Y de pronto
reconoces que nosotros también estamos haciéndolo. No es
lo que esperaba ver, hasta ese momento me habían enseñado
que pertenecía al Ejército más moral del mundo».
Testimonios de soldados israelíes confirman
las atrocidades cometidas en
Gaza
Gara / Correspondencia de Prensa, 17/07/09
Un
informe elaborado por la ONG israelí Breaking the Silence
basado en testimonios de soldados que participaron en la
masacre de Gaza deja en evidencia que se cometieron
atrocidades como el uso de civiles como escudos humanos, la
entrada a sangre y fuego en casas sin tener miramientos por
sus habitantes o el uso de fósforo blanco, una sustancia
prohibida.
La difusión de testimonios de soldados israelíes que participaron en la
masacre de Gaza entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de
enero ha vuelto a dejar en evidencia los métodos brutales
que emplea el Ejército sionista y el racismo del que hace
gala. Estos testimonios destacan, por ejemplo, que se
emplearon a civiles palestinos como escudos humanos y que
los oficiales les dieron instrucciones para disparar sin
preocuparse de las consecuencias.
La ONG israelí Breaking the Silence (Rompiendo el silencio), que agrupa a
ex soldados que denuncian la brutalidad con la que actúa el
Ejército contra los palestinos, hizo público un informe en
el que destaca que "las prácticas aceptadas en el seno
del Ejército han conducido a un ambiente permisivo en la
escala de mando, que permite a los soldados actuar sin
ninguna clase de dudas morales".
Según el informe de Breaking the Silence, esta situación ha provocado que
"se hayan destruido cientos de casas y mezquitas sin
que fueran objetivos militares, se haya empleado fósforo en
dirección a zonas habitadas, la muerte de víctimas
inocentes empleando armas ligeras y la destrucción de
propiedades privadas".
Este informe está basado en el testimonio anónimo de 54 soldados israelíes
que tomaron parte en la masacre de Gaza.
"Los testimonios son una prueba de la manera inmoral en la que se llevó
a cabo la guerra responde a los sistemas establecidos y no a
actitudes individuales de los soldados", afirmó
Mikhael Manekin, de Breaking the Silence.
El Ejército
lo niega
El Ejército israelí rechazó estas acusaciones, afirmando en un comunicado
que, según sus propias investigaciones, "está claro
que los soldados de las Fuerzas Armadas israelíes han
operado de acuerdo con las leyes internacionales y con las
órdenes que recibieron, a pesar de que combatieron en
condiciones difíciles y complejas".
Junto a ello, los militares añadieron que "la mayoría de los
testimonios son anónimos y carecen de detalles que permitan
al Ejército investigar, confirmar o rechazar estas
acusaciones".
Entre los testimonios, figura el de un soldado que cuenta cómo los civiles
palestinos fueron utilizados como escudos humanos en casas
consideradas como sospechosas. "En cada casa a la que
nos acercábamos, enviábamos a los vecinos dentro",
dijo.
En otro testimonio, un soldado afirma que su oficial le explicó que
"en ocasiones, las fuerzas [israelíes] entran en un
lugar colocando el cañón del fusil sobre el hombro de un
civil, avanzando en una casa y utilizándolo como escudo
humano".
Según los soldados, las instrucciones eran de disparar primero y preguntar
después. "No hemos recibido instrucciones de disparar
sobre todo lo que se movía, pero si que, en general, nos
decían `si sentís que estáis en peligro, disparad'",
afirmó uno de ellos.
Se trata de la segunda ocasión en la que el Ejército israelí tiene que
hacer frente a acusaciones que provienen de sus propias
filas tras la matanza de Gaza. En marzo, soldados revelaron
que civiles palestinos indefensos murieron durante la
ofensiva, pero estos testimonios fueron rechazados por el Ejército,
que concluyó que estaban basados en rumores.
A pesar de este desmentido, numerosas ONG israelíes reclaman una
investigación independiente sobre lo sucedido en Gaza.
En otro informe publicado en julio, Amnesty International acusó al Ejército
israelí y a Hamas de "crímenes de guerra",
afirmando que los militares sionistas "no distinguieron
entre objetivos civiles y militares" y que emplearon a
civiles, niños incluidos, como escudos humanos.
Según el balance de los servicios médicos palestinos, la ofensiva israelí
provocó más de 1.400 muertos y 5.000 heridos palestinos.
Barak: "Somos los más éticos"
El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, pidió ayer a los soldados que
tengan cualquier crítica, información o reservas sobre la
conducta del Ejército que acudan directamente a él en
lugar de contarlo a organizaciones independientes.
"Las críticas dirigidas contra el Ejército por parte de una
organización u otra son inapropiadas. El Ejército israelí
es uno de los ejércitos más éticos del mundo y actúa de
acuerdo con el más alto código moral", señaló Barak
en declaraciones recogidas por el diario "Yediot
Aharonot".
Yehuda Shaul, responsable de Breaking the Silence, destacó que la ofensiva
contra Gaza "fue la primera vez que el Ejército israelí
aplicó un auténtico sistema de guerra contra
civiles". Antes de entrar los soldados, la aviación
bombardeaba los lugares a invadir, a continuación la
artillería disparaba sus obuses y luego entraban los
tanques. Todo ello, ocurría en zonas pobladas por civiles.
"Esta era la única manera de tener pocas bajas",
añadió Shaul.
El reservista Amir es el único soldado que ha querido dar su nombre.
"Estuvimos una semana de maniobras antes de la invasión
y enseguida nos dimos cuenta de que no era una campaña como
las demás, sino una guerra. Se nos permitió disparar
contra todo y esto convirtió la operación Plomo Fundido
[nombre que el Ejército israelí empleó para designar la
masacre] en algo distinto".
En cualquier caso, los soldados que aparecen en el informe de Breaking the
Silence no se manifiestan en contra de la necesidad de la
operación contra Gaza, justificada por Israel como un medio
de hacer frente al lanzamiento de cohetes artesanales desde
este territorio palestino, sino que rechazan actuaciones
específicas. Dos soldados, por ejemplo, denunciaron la
orden de un superior de matar a un palestino que caminaba
por una carretera y que no suponía ningún peligro para
nadie.
Otro soldado afirma que uno de sus superiores, durante una arenga, les dijo
que "los mejores traductores de árabe son las
granadas" y que en los días previos rabinos
distribuyeron textos en los que comparaban a los palestinos
con los filisteos de los tiempos bíblicos.
Cólera
por una recepción a Hamas en Suiza
Israel está "en cólera" después de que Suiza recibiera
oficialmente a una delegación de Hamas, según destacó
ayer el portavoz del Ministerio israelí de Exteriores.
"Estamos en cólera, ya que Hamas sigue estando considerada como una
organización terrorista por la UE, aunque Suiza no sea
miembro de la UE", declaró a France Presse Ygal Palmor.
"Este grupo terrorista no está en guerra sólo contra
Israel, sino también contra la Autoridad Palestina y
Egipto", añadió.
"Recibiendo a Hamas, Suiza no se coloca precisamente en las filas de
quienes defienden la moderación", añadió Ygal Palmor.
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