La
decisión de la Autoridad Palestina (AP) de aplazar hasta el
mes de marzo el voto sobre el “informe Goldstone”, en el
Consejo para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDHNU)
en Ginebra, constituye una inmensa traición al pueblo
palestino.
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Crímenes israelíes en
Gaza: la “Autoridad Palestina” votó en la ONU que
se
“aplazara” el informe de este genocidio
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De
igual forma, esa desgraciada y estúpida hazaña favorece en
gran medida el objetivo de Israel de encubrir los crímenes
de estilo nazi que su ejército ocupante perpetró durante
su manifiestamente criminal guerra contra la Franja de Gaza
de hace nueve meses.
Si
el CDHNU hubiera refrendado el informe, posiblemente se
hubiera allanado el camino para poder enjuiciar a los
criminales de guerra israelíes ante la Corte Penal
Internacional (CPI) en La Haya.
La
AP ha ofrecido toda una plétora de pretextos mendaces para
justificar el acto escandaloso que muchos palestinos, tanto
la gente normal como los intelectuales, han descrito como
una exhibición de traición nacional.
Sin
duda, los palestinos tenían de su parte una sólida mayoría
de 33–35 estados miembros de los 47 componentes del
Consejo, lo que significa que el CDHNU podía haber avalado
fácilmente el informe de la Comisión Goldstone y que podía
habérselo trasladado a la Corte Penal Internacional.
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Crímenes israelíes en
Gaza: la “Autoridad Palestina” votó en la ONU que
se
“aplazara” el informe de este genocidio
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Por
tanto, la única interpretación real de la decisión de la
AP de aplazar un voto sobre el informe es que el régimen de
Ramallah tan sólo quería aplacar a Israel y a la
administración Obama, independientemente de los desastrosos
efectos y ramificaciones que tendría para la causa
palestina, especialmente para las abandonadas víctimas de
los crímenes de guerra israelíes en la Franja de Gaza.
Bien,
si Israel puede irse de rositas tras asesinar a 1.300
palestinos y destruir completamente la mitad de Gaza, el próximo
holocausto probablemente asumirá proporciones europeas.
Después de todo, el mundo no puede ser más palestino que
los mismos palestinos.
Hay
informes que dicen que antes de tomar esa decisión, el
Presidente Obama intervino personalmente tras las bambalinas
para pedir a los líderes de la AP que dejaran de presionar
a favor del endoso del informe porque, según él, eso
supondría socavar los “esfuerzos diplomáticos”.
De
igual manera, otro informe indicaba que la AP había hecho
un trato con Israel por el que el régimen del apartheid
sionista había acordado conceder una licencia para una
empresa cuya propiedad parcial ostentan una serie de ricos
hombres de negocios vinculados con la AP a cambio de que
aceptaran aplazar la discusión del informe Goldstone en el
CDHUN.
Se
citó al embajador de la AP ante las Naciones Unidas en
Ginebra, Ibrahim Khreishi, diciendo que el liderazgo
palestino estaba interesado en un “texto de compromiso”.
“Nos
ayudará a explicar a los israelíes que la comunidad
internacional está con los palestinos para que consigan sus
esperanzas y sueños”.
¡Qué
estupidez! Después de más de cuarenta y dos años de
criminal ocupación militar, ¿es que todavía tenemos que
explicar nuestro sufrimiento a los israelíes?
¿Piensa
realmente el Sr. Khreishi que todo lo que los israelíes
necesitan para desistir de sus crímenes nazis contra
nuestro pueblo es tan sólo una “explicación
convincente”?
¿Piensa
el embajador de la OLP que un “texto de compromiso”
conseguiría que los despreciables matones y criminales de
guerra de Tel Aviv reconsideren su criminal actitud vis–á–vis
con los palestinos?
Y,
en cualquier caso, ¿qué significa un “texto de
compromiso”? ¿Es que acaso Israel no cometió sus crímenes
de guerra y crímenes contra la humanidad a sabiendas,
intencionada y deliberadamente contra un pueblo inocente en
Gaza?
¿Es
que acaso Israel no derramó una orgía de muerte,
utilizando toda la letal tecnología de punta estadounidense
sobre indefensas barriadas de civiles, asesinando y
mutilando a miles de hombres, mujeres y niños inocentes?
¿Acaso
Israel no inundó con fósforo blanco grandes zonas de Gaza,
incinerando toda vida inocente sobre el territorio costero?
¿Es
que quizá Israel, deliberadamente y a sabiendas, no escupió
infinidad de bombas desde grandes distancias contra hogares,
mezquitas, facultades, hospitales y escuelas de toda Gaza?
Entonces,
¿cómo es que cualquier ser humano que tenga algo de
honestidad y moralidad puede estar tratando que esos crímenes
parezcan menos viles y menos satánicos alcanzando un
acuerdo para adoptar un “texto de compromiso”?
De
entre todas las gentes del mundo, nosotros, palestinos,
debemos llamar pan al pan y vino al vino y no colocar una
baza en manos de quienes nos arrasan, nos atormentan y
asesinan a nuestros niños.
El
ejército, la marina y la fuerza aérea judeo–nazis han
asesinado masivamente a nuestro pueblo en Gaza y Cisjordania.
Cometieron sus horrendos crímenes a la luz del día y a la
vista de todo el mundo.
No
hubo circunstancias atenuantes ni relatos contradictorios
acerca lo que realmente sucedió. Los supuestos “cohetes
Qassam” no fueron más que una falacia y no deberían
utilizarse en la misma frase junto a la atroz maquinaria de
muerte israelí, ya que jamás puede compararse la enormidad
y los límites en ambos casos.
Y,
sobre todo, la persona que preparó el informe, Richard
Goldstone, es judío, es, en la actualidad, un judío
sionista que nunca aumentaría ni exageraría esos crímenes
de guerra contra un pueblo práctica y totalmente indefenso
cuya misma supervivencia física ha dependido siempre y
continúa dependiendo de la buena voluntad de la comunidad
internacional.
Por
tanto, al pueblo palestino, las víctimas que más tiempo
llevan sufriendo un racismo genocida, y a todo el mundo
libre alrededor nuestro, les gustaría saber qué es lo que
hace que los líderes palestinos en Ramallah y su
desorientado embajador en Ginebra se arrastren tan
sumisamente frente a las presiones sionistas.
¿Es
que no tenéis ni una pizca de honor ni dignidad nacional?
Al fin y al cabo estamos hablando de auténticos crímenes y
de cientos de niños asesinados sin piedad por el ejército
de esos matones portavoces del sionismo que están ahora
fanfarroneando desvergonzadamente de haber conseguido que el
embajador de la AP colabore con ellos en la causa propagandística
de Israel.
Sin
embargo, probablemente es injusto echarle toda la culpa a
Khreishi, un simple funcionario que tenía que atender las
estúpidas instrucciones de Ramallah.
Así
es, pero Khreishi debería haber dimitido antes que
prestarse a formar parte de un ignominioso acto de traición
nacional. Pero el villano final, desde luego, es el judenrat
[*] palestino en Ramallah, ya habituado a sacrificar los
intereses nacionales palestinos para aplacar a Israel y
contentar a la administración Obama, confiando así en
conseguir una “recompensa” de algún tipo.
Sin
embargo, resulta interesante que la única “recompensa”
que la AP ha recibido, de la que somos testigos desde hace
mucho tiempo, es la de nuevas expansiones de asentamientos
judíos por Cisjordania, más provocaciones judías en la
mezquita de Al–Aqsa y más violencia y terror judíos
contra indefensos ciudadanos palestinos tanto en Cisjordania
como en la Franja de Gaza.
Y en
cuanto a la administración Obama, también ha estado
“premiando” a la AP por su perfidia y traición a su
propio pueblo apartando la vista ante la expansión de los
asentamientos israelíes e insistiendo en que la AP debe
reanudar las negociaciones con el arrogante gobierno de
Benyamin Netanyahu sin precondición alguna.
Bien,
la gente que no se respeta a sí misma no merece respeto por
parte de los demás. Además, una autoridad que martiriza,
tortura y mata a sus propios ciudadanos para agradar al
ocupante israelí y obtener de él un certificado de buena
conducta está totalmente descalificada para ser representar
de verdad al pueblo palestino.
Por
último, se puede asumir con toda probabilidad que la AP
tiene tanto miedo como Israel a una discusión rigurosa del
informe Goldstone.
Según
determinadas fuentes, la AP ha instado sistemáticamente a
Israel para que prosiga hasta el final su guerra criminal
contra la Franja de Gaza.
Se
cree también que Israel posee pruebas irrefutables que
muestran que algunos funcionarios de la AP están suplicándole
que prosiga la guerra contra Gaza para aplastar a Hamas.
Es
entonces muy probable que la AP se esté encontrando en una
situación bastante embarazosa, que explicaría por qué
quiere que en mucho tiempo no se lleve a cabo una discusión
pública sobre el informe Goldstone, porque eso revelaría
muchos espeluznantes y embarazosos secretos sobre la
connivencia de la AP con Israel en la masacre nazi
perpetrada contra la Franja de Gaza.
(*)
Khalid Amayreh es un periodista palestino que vive con su
familia en la ciudad palestina ocupada de Dura. Puede
contactarse con él en: amayreh@p–ol.com
N.
de la T.:
[*]
Judenrat, es el término que en alemán designaba a los
consejos judíos de gobierno de los guetos que los nazis
establecieron en diversos lugares y, especialmente, en la
zona de la Polonia ocupada pero no anexionada por Alemania.