Israel ganó la guerra de Gaza de principios de año sin despeinarse, pero
está perdiendo la posguerra en el terreno diplomático. El
Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó ayer en
Ginebra con una cómoda mayoría el informe Goldstone, que
acusa a Israel y Hamás de perpetrar crímenes de guerra
durante la pasada ofensiva. Con este desenlace se abre el
camino para que el informe sea debatido en las más altas
instancias de la ONU, un duro golpe para Israel y una
bocanada de oxígeno para el desprestigiado presidente
palestino, Mahmud Abbás.
La resolución fue adoptada con 25 votos a favor, entre ellos los de Rusia,
China y la India. Otros 11 estados se abstuvieron y solo
seis votaron en contra, encabezados por EEUU. En términos
prácticos, el texto recomienda a la Asamblea General de la
ONU que estudie las conclusiones del informe y abre la
puerta para que sea enviado al Consejo de Seguridad. «Ha
llegado la hora de acabar con la cultura de la impunidad»,
dijo ayer la alta comisionada de la ONU para los Derechos
Humanos, Navi Pillay.
Una vez allí, si las partes se resisten a investigar en un plazo de seis
meses los crímenes apuntados, el Consejo de Seguridad podría
trasladar el caso al Tribunal Penal Internacional. La
posibilidad se antoja remota, dado el apoyo permanente de
EEUU a Israel en ese organismo. Sí podría servirle a
Washington, sin embargo, como carta de negociación para
forzar a su aliado a congelar los asentamientos o
flexibilizar sus posturas, a fin de relanzar el proceso de
paz.
«Socava la paz mundial»
Como se esperaba, Israel rechazó con rotundidad la decisión del Consejo de
Derechos Humanos. «Esta resolución anima a las
organizaciones terroristas de todo el mundo y socava la paz
mundial», afirmó su Gobierno. Desde que el pasado mes de
septiembre el juez surafricano Richard Goldstone presentó
las 575 páginas de su investigación, en las que acusa a
Israel de atacar a la población de Gaza deliberadamente,
del uso desproporcionado de la fuerza y de la destrucción
planificada de infraestructuras, los dirigentes israelíes
han tratado de desprestigiarlo.
Se ha dicho que es parcial y que equipara el derecho a defenderse de los
Estados democráticos con las acciones de los terroristas.
Pero esta vez la diplomacia israelí ha sucumbido, a pesar
de la condena estadounidense a la resolución. Ni siquiera
le ha bastado el aluvión de llamadas realizadas en las últimas
horas por sus dirigentes a los líderes mundiales o la
amenaza de que una condena equivaldría a enterrar el
proceso de paz.
Ninguna
referencia a Hamás
Para Hamás esta resolución es motivo de regocijo: «Esperamos que este
voto sirva para perseguir a los líderes de la ocupación».
Los islamistas no aparecen mencionados ni una sola vez en el
texto de Ginebra.
Pero quien verdaderamente podrá dormir hoy tranquilo es Abbás. Presionado
por EEUU e Israel, el 2 de octubre aceptó posponer el voto
sobre el informe Goldstone hasta marzo. Su pueblo casi se lo
come. Hundido en el descrédito, ordenó entonces a sus
aliados convocar esta sesión extraordinaria. Sin la
victoria de Ginebra, su carrera política hubiera estado
sentenciada.
EEUU intenta congelar Informe Goldstone
Analistas y defensores de los derechos humanos condenaron los esfuerzos de
Estados Unidos para obstaculizar una acción de la ONU por
los crímenes de guerra cometidos durante el último
conflicto en Gaza.
El presidente del Movimiento de Países No Alineados, de 118 miembros, el
egipcio Maged Abdelaziz, instó al Consejo de Seguridad de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a
"considerar seriamente y actuar de acuerdo con las
recomendaciones" del informe presentado el mes pasado
por la Misión de Investigación de las Naciones Unidas para
el Conflicto de Gaza, dirigida por el juez sudafricano
Richard Goldstone.
Pero el gobierno del presidente Barack Obama insiste en que las acusaciones
del reporte deberían ser estudiadas por el Consejo de
Derechos Humanos, con sede en Ginebra. Este jueves, ese órgano
de la ONU se reúne para analizar el informe.
A pesar de las reservas de naciones occidentales, el Consejo de Seguridad
aceptó realizar una reunión especial el miércoles sobre
Medio Oriente, encuentro que le dio a los estados miembros
la oportunidad de discutir el Informe Goldstone y
concentrarse en las graves violaciones a los derechos
humanos cometidas en el conflicto de Gaza entre el 27 de
diciembre y el 18 de enero tanto por Israel como por Hamás.
"Que el presidente Obama reciba el premio Nobel de la Paz después de
no haber hablado durante la guerra en Gaza, y después de la
protección de su gobierno a un estado que ha cometido crímenes
de guerra, es una abominación", dijo a IPS el
presidente del independiente Centro para los Derechos
Constitucionales, Michael Ratner.
El número de palestinos fallecidos en el conflicto se estima entre 1.387 y
1.417, la mayoría civiles, mientras que del lado israelí
hubo cuatro civiles muertos en el sur de Israel y nueve
soldados caídos en combate en Gaza, cuatro de ellos por
fuego amigo.
Ratner dijo que uno debería esperar que Estados Unidos no bloqueara el envío
del informe a la Corte Penal Internacional (CPI) para que
ese tribunal con sede en La Haya realice una investigación.
"Tristemente, su conducta en el Consejo de Derechos Humanos, donde
calificó de defectuoso el Informe Goldstone, muestra que
seguirá haciendo todo lo que esté a su alcance para
sepultar cualquier investigación sobre los crímenes de
guerra" cometidos en Gaza, añadió.
De esta manera, Washington le está dando a Israel luz verde para que siga
cometiendo atrocidades, sostuvo Ratner, y no llevar el caso
a la CPI socavaría cualquier reclamo para que la ley se
aplique igualmente a israelíes y palestinos, sostuvo.
"El hecho de que Estados Unidos haya atacado el informe, autorizado por
el juez Goldstone, uno de los juristas más preeminentes del
mundo, demuestra que está dispuesto a rebajar tanto la ley
como a un respetado jurista en su esfuerzo por proteger a un
estado cliente, a pesar de sus crímenes", añadió.
El Informe Goldstone recomendó al Consejo de Seguridad de la ONU que
obligara a Israel a que presente, en los próximos seis
meses, un reporte sobre las investigaciones y procesos
legales que haya realizado sobre las violaciones a los
derechos humanos denunciadas.
Durante la implacable acción militar israelí sobre Gaza, llamada Operación
Plomo Fundido, fueron destruidas casas, fábricas, pozos de
agua, escuelas, hospitales, estaciones de policía y otros
edificios públicos. El informe también recomendó al
Consejo de Seguridad que creara su propio grupo de expertos
independientes para seguir de cerca los avances de las
investigaciones y procesos legales israelíes.
"Si los reportes de los expertos no indican dentro de seis meses que se
están llevando adelante procedimientos independientes de
buena fe, el Consejo de Seguridad debería llevar el caso de
Gaza al CPI", propuso Goldstone.
El informe también recomendó que el mismo grupo de expertos informara al
Consejo de Seguridad sobre procesos llevados a cabo por las
autoridades de Gaza respecto de los crímenes cometidos por
Hamás.
No obstante, las imputaciones más duras del informe no son contra Hamás,
sino contra Israel, acusado de imponer un bloqueo sobre Gaza,
"lo que equivale a un castigo colectivo" como
parte de una "política sistemática de asilamiento
progresivo y privaciones" contra la población
palestina en ese territorio. Stephen Zunes, profesor de política
y estudios internacionales en la Universidad de San
Francisco, dijo a IPS que la administración de Obama y los
líderes del Congreso legislativo, tanto del gobernante
Partido Demócrata como del opositor Partido Republicano,
parecen continuar la política del gobierno de George W.
Bush (2001–2009) de ignorar y condenar a aquellos que
tienen el valor de reportar violaciones al derecho
internacional por parte de Washington.
"Están particularmente preocupados porque el caso derive en la CPI,
donde los palestinos e israelíes culpables de crímenes de
guerra podrían ser juzgados", añadió.
El gobierno de Obama parece decidido a concederle impunidad a esos
criminales de guerra, dijo Zunes, quien preside el Programa
de Estudios sobre Medio Oriente.
Zunes señaló que, aunque la embajadora estadounidense Susan Rice había señalado
hace apenas unos meses durante un debate en la ONU sobre
Darfur que las acusaciones de crímenes de guerra nunca debían
ser sacrificadas por razones políticas, ahora afirma que
hacerlo en el caso de Gaza contribuiría con el proceso de
paz. "Es irónico que la administración de Obama
insista en que el tema siga confinado al Consejo de Derechos
Humanos de la ONU, que ha sido en varias ocasiones
calificado de anti–israelí", afirmó.
Funcionarios estadounidenses reconocen que si el caso es asumido por el
Consejo de Seguridad, como recomendó Goldstone, se generaría
un debate sobre las violaciones al derecho internacional de
un aliado clave de la Casa Blanca en un órgano que, a
diferencia del Consejo de Derechos Humanos, tiene mecanismos
vinculantes.
"También permitiría una mayor exposición mediática de los crímenes
de guerra israelíes, la gran parte de los cuales fueron
cometidos usando sistemas de armas y artillería de Estados
Unidos", indicó. Yvonne Terlingen, representante de
Amnistía Internacional en la ONU, llamó a promover la
creación de un comité independiente de expertos en derecho
humanitario internacional y leyes de derechos humanos para
seguir de cerca el caso y reportar los hallazgos.
Tal informe debería realizarse en un estricto marco de tiempo y ser
presentado ante el Consejo de Seguridad y otros organismos
de la ONU, incluyendo las medidas legales internas y otras
tomadas por Israel y las autoridades en Gaza para asumir su
responsabilidad por las violaciones a los derechos humanos
en el conflicto.
La semana pasada, el Consejo de Derechos Humanos, a instancias de los
palestinos, decidió aplazar la redacción de una resolución
que habría adoptado las recomendaciones del Informe
Goldstone.
Se esperaba que esa resolución fuera aprobada durante las próximas
sesiones del Consejo, en marzo de 2010.
Pero el aplazamiento causó tal alboroto político que obligó a los
palestinos a hacer un giro drástico: apoyar la reunión del
Consejo de Seguridad el miércoles y también una sesión
especial del Consejo de Derechos Humanos este jueves para
discutir el Informe Goldstone.
Sarah Leah Whitson, director para Medio Oriente de la organización Human
Rights Watch, dijo que la falta de apoyo de Estados Unidos y
de los países europeos al Informe Goldstone en el Consejo
de Derechos Humanos "envió el terrible mensaje de que
las graves violaciones a las leyes de la guerra por países
aliados son toleradas".
En su discurso el miércoles en el Consejo de Seguridad, el embajador
estadounidense Alejandro Wolff señaló que su gobierno
"tenía serias preocupaciones por el informe, su
desequilibrado enfoque sobre Israel, el amplio alcance de
sus recomendaciones y sus drásticas conclusiones".
No obstante, "tomamos seriamente las denuncias incluidas" en el
reporte, aclaró.
"Israel tiene las instituciones y la capacidad de realizar serias
investigaciones sobre estas denuncias, y lo estimulamos a
que lo haga", añadió.
Pero también señaló que Hamás "es una organización terrorista sin
la capacidad ni la disposición a examinar sus violaciones a
los derechos humanos".