Ramalá.–
Un nuevo ataque del ejército de Israel contra la Franja de
Gaza es inminente y sería aún más brutal que la operación
"Plomo fundido" del año pasado, advirtieron
fuentes israelíes y palestinas.
La
pregunta es si la nueva agresión cambiará algo y si las
causas que llevaron a la sangrienta guerra de hace un año
han dejado de existir.
En
la última semana, las fuerzas de defensa de Israel
realizaron una serie de incursiones terrestres y aéreas que
dejaron a cinco palestinos muertos, tres de ellos miembros
confirmados de la organización extremista Jihad Islámica,
y varios heridos.
Estas
acciones provocaron nuevos lanzamientos de cohetes contra
Israel desde los territorios palestinos. Se trata de la
mayor escalada de violencia entre Israel y la resistencia
palestina desde la operación Plomo Fundido.
El
ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, advirtió públicamente
a la organización islamista Hamas que "tenga
cuidado".
Mientras,
Jalid Al Batsch, líder de Jihad Islámica, emitió una
declaración en Gaza según la cual "el ataque israelí
indica claramente que Israel se prepara para una gran
operación militar en la Franja y busca apoyo internacional
para su agresión por medios políticos y campañas de
prensa".
"La
cuenta regresiva para la segunda guerra de Gaza ha
comenzado", afirmó el columnista y analista israelí
Bradley Burston en el periódico israelí Haaretz.
"Otra
guerra de Gaza… no sólo sería fatal para lo que queda de
la credibilidad moral de Israel, sino que también debilitaría
y paralizaría las ofensivas político–militares del
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Iraq,
Afganistán y, más abajo en la colina, Yemen", previno
Burston.
La
especulación de Burston se basa en recientes declaraciones
y análisis de altas fuentes militares de Israel que habían
hecho comentarios similares antes del ataque a Gaza de enero
de 2009, según el periodista.
El
general Yoav Galant, del Comando Sur de Israel, advirtió el
miércoles 13 que la tranquilidad en el sur de Israel podría
ser temporaria.
"Nos
enfrentamos a una nueva ronda (de ataques) en Gaza",
previno el domingo por la radio del ejército israelí el
general Yom–Tov Samia, un reservista y ex jefe del
Comando. Samia sostuvo que las fuerzas armadas israelíes
tendrían que ir a Gaza nuevamente y conquistar el llamado
corredor Filadelfia, de 14 kilómetros de longitud
Este
corredor se extiende a lo largo de la frontera del Sinaí
egipcio y la Franja de Gaza, y divide a la ciudad meridional
de Rafah.
Está
interconectado con cientos de túneles que se usan para
introducir en Gaza todo tipo de artículos, desde enseres
domésticos hasta armas, desafiando el bloqueo israelí en
el territorio costero.
La
medida contribuiría a reducir el "suministro de oxígeno"
de Hamas, dijo Samia, y agregó que esta ronda de combates
sería más dura y buscaría resultados permanentes,
incluida la posibilidad de la reocupación de Gaza.
Sin
embargo, esta reocupación provocaría mayores pérdidas al
ejército israelí en los combates casa por casa, buscando
viviendas junto a la frontera que tengan acceso a los túneles.
Los soldados también se transformarían en objetivos más fáciles
para los combatientes de Hamas. Por otro lado, las víctimas
civiles palestinas también aumentarían vertiginosamente.
Esto
es algo que Israel no puede permitirse desde el punto de
vista político, ya que todavía debe defenderse de las
duras críticas internacionales por su anterior campaña
indiscriminada en Gaza.Samir Awad, profesor de ciencia política
de la Universidad de Birzeit, cerca de Ramalá, duda que una
nueva guerra esté en las cartas de Israel.
"Los
militares israelíes pueden decir lo que quieran, pero otra
invasión masiva por tierra en Gaza es una decisión política
que sólo puede tomarse a nivel gubernamental, y el gobierno
de Israel es consciente de sus limitaciones", dijo Awad
a IPS.
"La
inteligencia israelí en Gaza es débil. No tiene objetivos
militares específicos y no ha podido establecer el paradero
del soldado israelí Gilad Shalit (secuestrado por Hamas en
junio de 2006).El tan pregonado canje de prisioneros todavía
no se ha realizado", comentó Awad.
"Los
israelíes tampoco han logrado destruir a Hamas políticamente,
ya que este movimiento es ahora más fuerte que antes",
agregó.Israel también parece haber fracasado en su propósito
de desactivar militarmente a Hamas y detener el lanzamiento
de cohetes contra Israel.
En
el peor momento de los bombardeos de la operación Hierro
fundido, Israel seguía sufriendo ataques con cohetes, que sólo
cesaron por orden de Hamas, horas después de la declaración
de cese del fuego.
Mientras,
el contrabando de armas a través de los túneles continúa.
Se cree que Hamas se rearmó desde la última guerra con
misiles de largo alcance más avanzados, capaces de llegar
hasta Tel Aviv, además de poseer cohetes antitanque y
misiles portátiles antiaéreos.
"Lo
que preveo es un aumento de las incursiones militares
focalizadas de Israel, con objetivos específicos, y más
muertos en Gaza", dijo Awad a IPS.
¿Qué
cabe esperar entonces?
"Ha
llegado la hora de repensar la estrategia de Israel en Gaza",
exhortó un editorial del diario Haaretz.
Se
deberían aplicar en Gaza los mismos incentivos económicos
que se usaron en Cisjordania para desalentar la violencia, y
los cruces deben abrirse, arguyó el editorial.
"El
estado de Israel debe comprender que el gobierno de Hamas en
Gaza es un hecho, y es con este gobierno que se debe llegar
a una situación de calma", instó el brigadier
retirado Shmuel Zakai por la radio del ejército israelí
hace más de un año.
"Hamas
no puede ser derrotado por la fuerza. Su derrota sólo puede
ocurrir por voluntad del pueblo palestino, si se cansa de su
gobierno", añadió.
Analistas
israelíes argumentan que lo más conveniente sería la
intervención de terceros, léase el gobierno de Obama, para
presionar a Israel a que reviva la tregua de 2008 con Hamas
y alivie el embargo contra Gaza.