El
mundo ha quedado horrorizado por el ataque tan criminal como cobarde de Israel
a la flota de barcos que llevaban ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
En
este pequeño territorio, un millón y medio de seres humanos son víctimas
desde hace varios años de un genocidio “en cámara lenta”. La privación
de comida, agua, combustibles y medicinas a esa población, el bloqueo total
de Israel que hasta prohíbe a los palestinos pescar en el Mediterráneo para
alimentarse, los periódicos y sistemáticos bombardeos con fósforo blanco y
proyectiles con uranio empobrecido que además de producir víctimas
inmediatas envenenan el medio ambiente, han ido multiplicando en Gaza el
hambre, las enfermedades y las muertes, con un aumento sin precedentes de
casos de cáncer y malformaciones genéticas.
Para
perpetrar ese genocidio “en cuotas”, el Estado de Israel cuenta con la
colaboración de la dictadura de Mubarak en Egipto, que complementa su bloqueo
cerrando también la frontera egipcia. Pero lo decisivo en este operativo
criminal es el sostenido silencio cómplice y el apoyo de la llamada
“comunidad internacional”, encabezada por EEUU, la Unión Europea y su
cortejo de títeres en la ONU.
La
flotilla de barcos que intentó llevar ayuda humanitaria y la respuesta
criminal de Israel han tenido el efecto de romper por un momento esa cortina
de silencio y complicidad de la mayoría de los gobiernos –en primer lugar
los de las “grandes potencias”–, y con la que colaboran los monopolios
mundiales de la prensa y la televisión.
Pero
la consecuencia más notable ha sido la ola internacional casi instantánea
de movilizaciones de protesta en multitud de ciudades, principalmente de
Turquía, Europa y Medio Oriente.
En
la tarde del mismo día del ataque, el 31 de mayo, ya se registraban numerosos
actos y marchas de repudio. Entre ellos, como un reflejo significativo de la
situación europea, se destacó la concentración masiva realizada en Atenas
frente a la Embajada de Israel. Y no menos significativa fue la brutal represión
con que respondió el gobierno que aplica el ajuste dictado por la UE y el
FMI.
En
los días siguientes, al ir conociéndose por los relatos de los
sobrevivientes el cuadro completo de salvajismo y terror fascista, y de
asesinatos a sangre fría de civiles y tripulantes, la indignación y también
las movilizaciones fueron creciendo en todo el mundo.
En
contraste con el repudio impresionante y masivo en la opinión pública
mundial, la respuesta de la ONU, EEUU, la UE y la mayoría de los gobiernos ha
sido tan hipócrita como infame.
La
pauta la estableció Obama. Dijo que “lamenta las muertes”, pero sin
condenar ni a los asesinatos ni al asesino. Por ahora, sólo trata de
“entender las circunstancias que rodean a la tragedia”. Así, la conclusión
oficial de la Casa Blanca es que “se está trabajando para determinar
los hechos, y se espera que el gobierno israelí realizará una investigación
completa y creíble sobre lo ocurrido”.[1] ¡Obama pide al criminal que
se investigue a sí mismo!
Con distintos tonos, los borregos de la ONU, con la Unión
Europea en primera fila, repitieron el mismo balido del lamento sin condena
y de “investigar” algo que es un flagrante delito de piratería y
asesinatos... investigación que además estaría encabezada por el capitán
de los piratas.
Igual que Obama, la ONU no sabe bien qué pasó y debe
“investigarlo”, aunque el ataque de Israel no sólo es un crimen mayúsculo
desde el punto de vista humanitario, sino también una clara violación del
sacrosanto “derecho internacional” burgués. ¡En aguas internacionales
–es decir, de libre navegación–, atacó barcos mercantes que se dirigían
a un territorio que ni siquiera Israel reivindica como propio!
Desde
la corriente internacional Socialismo o Barbarie llamamos a la más
amplia unidad de acción para impulsar las movilizaciones de repudio
a ese acto criminal y vandálico de Israel, como también para apoyar las campañas
de boicot al Estado racista y de solidaridad con el pueblo palestino.
Hoy
esto se resume en la lucha por dos consignas:
•
¡Basta de bloqueo a Gaza!
•
¡Exijamos a todos los gobiernos la ruptura de relaciones con Israel!
Un debate fundamental: ¿qué programa y qué métodos para la lucha del
pueblo palestino?
Al
mismo tiempo, advertimos que esto no es una cuestión circunstancial. Poco se
podrá resolver si no se hace frente al problema de fondo: la
existencia en Medio Oriente de un Estado colonial–racista, con un régimen
similar al de Sudáfrica en tiempos del apartheid, donde la población
originaria – palestinos, en un caso, y africanos, en el otro– carece de
derechos.
Esto
es mucho más grave en el Estado racista de Israel porque, con más fuerza aun
que los racistas blancos de Sudáfrica, el sionismo siempre ha llevado
adelante una política más extrema de “limpieza étnica”: es
decir, de desplazamiento y/o exterminio de la población nativa.
Esto
se ha potenciado en los últimos tiempos, al calor de la crisis económica y
del debilitamiento de la hegemonía de EEUU, el gran patrocinador del Estado
racista. Es en ese marco que el principal portavoz internacional de Israel, su
ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, ha propuesto públicamente
la “solución final” del “problema palestino”: arrojar una bomba
nuclear en Gaza y “trasladar” la población de los guetos palestinos de
Cisjordania a los países vecinos.[2]
¡Y
ante este plan genocida que los gobernantes sionistas vienen proclamando a los
cuatro vientos, ningún gobierno “democrático”, empezando el de Obama, se
da por enterado!
En esta situación, son más actuales que nunca las
reflexiones que hacíamos hace un año y medio, en enero de 2009, al desatarse
la “Operación Plomo Fundido”, la invasión, matanzas y bombardeos de
Israel al gueto de Gaza:
“Los gobiernos de los países árabes y sus clases
dominantes vienen cumpliendo un papel vergonzoso ante la agresión:
mayoritariamente no se les ha visto mover un dedo frente a la misma. Incluso
la Autoridad Palestina representada por Mahmud Abbas que vergonzosamente también
responsabiliza a Hamas por la masacre, no repudia más que de palabra la
agresión israelí sin plantear ninguna medida concreta para defender a la
población de Gaza del genocidio a la que está siendo sometida.
“En el fondo, esto ocurre porque la burguesía árabe
hace mucho tiempo que abandonó el proyecto de independencia nacional en
relación al imperialismo. Se contenta con ser abastecedora de petróleo u
otras materias primas a costa de la superexplotación y la miseria de la mayoría.
“El hecho es que [en el enfrentamiento de Israel con
los palestinos] no estamos ante contendientes iguales en ningún sentido. De
un lado, tenemos el pueblo palestino que lucha hace 60 años contra la ocupación,
la opresión y la explotación. Del otro, el Estado racista de Israel, con el
apoyo directo de EEUU e, indirecto, del resto de los países imperialistas.
“Es por esto que debemos dejar en claro de qué lado
debemos estar los trabajadores en esta contienda histórica: del lado de
los oprimidos contra los ataques militares o de cualquier orden de los
opresores. La verdad es que el imperialismo exige del pueblo palestino y de
Hamas la más absoluta rendición: que acepten la ocupación y colonización
directa de su territorio, y el sometimiento al Estado teocrático y racista de
Israel.
“A nuestro modo de ver, entre los socialistas
revolucionarios no puede haber ninguna duda que, mientras el Estado racista de
Israel continúe existiendo, no habrá posibilidad alguna de ‘solución pacífica’.
Esto es así, por el simple hecho de que Israel se sustenta –desde su
origen– en el desplazamiento, la colonización y la masacre de la población
palestina originaria.
“Por esto mismo, esta masacre trae nuevamente la polémica
entre las corrientes que se reivindican marxistas, sobre cuál debe ser el
programa estratégico y los métodos de lucha en Palestina.
“De un lado, está el problema de la propuesta de
‘convivencia de dos estados en Palestina’. Como hemos señalado, por su
origen como Estado racista y de opresión nacional y ‘limpieza étnica’,
esto se viene demostrando hace décadas que es totalmente inviable.
“Por otro lado, al mismo tiempo que claramente nos
posicionamos por la derrota del Estado de Israel en la actual contienda, y por
la victoria de las fuerzas palestinas, señalamos que está por demás
demostrado que la destrucción del Estado de Israel y la construcción de un único
Estado Palestino laico, democrático y socialista depende de la movilización
y la lucha política y militar autónoma de las mas amplias masas de
trabajadores en los territorios ocupados y en el conjunto de los países
árabes. Una expresión de esto fue la experiencia de la apertura forzada de
la frontera con Egipto desde Gaza ocurrida sólo tiempo atrás en manos de las
propias masas de la Franja.
“Esta perspectiva nos diferencia no sólo de Al Fatah,
sino también del propio Hamas, los que además, en ninguno de los dos casos,
levantan una perspectiva socialista para los pueblos explotados y oprimidos de
la región.
“O sea, sólo hay una salida alternativa con la destrucción
del Estado de Israel y la construcción de un Estado palestino
socialista y de una Federación Socialista de países de Medio Oriente.”
• ¡No al genocidio al pueblo palestino!
• ¡Basta de bloqueo a Gaza!
• ¡Fuera EEUU y demás tropas imperialistas de Afganistán, Iraq y
todo el Medio Oriente!
• ¡Por la destrucción del Estado racista de Israel!
• ¡Por un Estado Palestino democrático, laico, no racista y
socialista!
1.–
“Free Gaza Flotilla”, Bureau of Public Affairs, U.S. Department of
State, May 31, 2010.
2.–
“Lieberman: Treat Hamas like Japan in WWII”, Associated Press (AP),
13/01/09.