"Israel es la luz de las
naciones” dice la Torá. De hecho lo es, y no sólo porque lo diga la Torá.
Israel está por delante de todo el mundo en muchos frentes, por ejemplo en el
campo del aterrorizar a la población civil y en la práctica de algunas de
las más devastadoras tácticas de asesinato de niños, mujeres y ancianos.
El Jerusalem Post informó
ayer de que el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante
Giampaolo Di Paola, visitó Israel a principios de esta semana para estudiar
"las tácticas del ejército israelí y los métodos que la alianza
militar puede utilizar en su guerra en Afganistán". Un alto funcionario
de defensa israelí añadió: "Actualmente, la única preocupación de la
OTAN es cómo ganar en Afganistán... Di Paola quedó muy impresionado por el
ejército israelí, que es una de las principales fuentes de información
debido a nuestra experiencia operativa".
Yo aconsejaría tanto al
funcionario israelí como al almirante Di Paola que refrenaran un poco su
entusiasmo. El ejército israelí no ha ganado una sola guerra desde 1967.
Cierto, ha asesinado a muchos civiles, ha arrasado numerosas ciudades, ha
hambreado a millones de personas, ha cometido crímenes de guerra diariamente
durante décadas y, sin embargo, no ha ganado una guerra. En consecuencia, el
ejército israelí no puede realmente enseñar a la OTAN cómo ganar en
Afganistán. Si los generales de la OTAN son lo suficientemente estúpidos
como para seguir las tácticas del ejército israelí, a semejanza de los
generales israelíes comenzarán a ver cómo les llueven acusaciones por crímenes
de guerra. Llegado el momento pueden incluso tener la suerte de acabar
compartiendo celda con algunos israelíes cuando la justicia haya dictado
sentencia.
El almirante Di Paola se pasó
dos días con el infame jefe de Estado Mayor del ejército israelí, Teniente
General Gabi Ashkenazi, el hombre que el pasado mes de diciembre dirigió la
incursión del ejército israelí contra Gaza.
En el Estado judío estaban
muy poco entusiasmados con la visita del almirante Di Paola. Lo consideraban
simplemente como una confirmación más del "business as usual”. La
visita de un alto funcionario de la OTAN los convenció de que nadie presta
atención al informe Goldstone. "La visita de Di Paola es
significativa", dice el Jerusalem Post, “ya que llega en un momento en
el que el ejército israelí es blanco de crecientes críticas tras el Informe
Goldstone sobre la Operación Plomo Fundido, así como por la decisión de
Turquía –miembro de la OTAN– de prohibir que Israel participe en
maniobras aéreas conjuntas".
Sin embargo, es fundamental
analizar con más detenimiento la cuestión de los emergentes intereses
comunes de las dos partes, Israel y la OTAN. "Durante su reunión el miércoles,
Ashkenazi y Di Paola estudiaron el modo de estrechar los lazos militares entre
Israel y la OTAN, así como el plan para incluir a un buque de la Armada
israelí en ‘Active Endeavor’, una misión que fue establecida por la OTAN
tras el ataque del 11–S y en la que buques de la OTAN patrullan el Mediterráneo
para impedir el tráfico ilegal de terror". Este es, de hecho, un
movimiento necesario para los israelíes. En estos momentos la armada israelí
opera en el Mediterráneo como una banda de piratas yiddish (Yidisshe Piraten),
asaltando, secuestrando y robando a buques en aguas internacionales. Cuando
comiencen a operar bajo la bandera de la OTAN los israelíes estarán en
condiciones de aterrorizar en alta mar a cualquier embarcación en nombre de
“Occidente”. Ello representaría un gran paso adelante para el Estado judío.
Hasta ahora los israelíes han estado cometiendo atrocidades en nombre del
pueblo judío, pero cuando operen bajo la bandera de la OTAN los israelíes
podrán desarrollar su actividad pirata en nombre de "Europa". Tal
medida es una prueba más de la transición espiritual e ideológica operada
en el seno del sionismo desde la "tierra prometida" hasta el
"planeta prometido".
Mientras que los israelíes
necesitan desesperadamente la legitimidad de la OTAN, la OTAN es mucho más
modesta. Lo único que necesita es conocimiento y tácticas. Por alguna razón,
la OTAN insiste en aprender de los israelíes cómo hacer daño a la población
civil (más daño, se entiende, del que ya le está inflingiendo). "Los
funcionarios de Defensa de la OTAN declararon que Di Paola aprovechó sus
reuniones con el ejército israelí para aprender nuevas tecnologías
susceptibles de ser aplicadas en la guerra de Afganistán". El Jerusalem
Post informa de que Israel es “líder mundial en el desarrollo de armas
especializadas para la protección contra artefactos explosivos improvisados
(IED), también conocidos como bombas camineras".
Nada más cierto. De hecho,
hace mucho tiempo que los generales israelíes se percataron de que sus
valientes jóvenes soldados prefieren esconderse en sus tanques en lugar de
enfrentarse al "enemigo" es decir, a la población civil: niños,
mujeres y ancianos. Pero eso no es todo: Di Paola también se interesó por
"las capacidades y métodos de recolección de inteligencia que utiliza
el ejército israelí cuando opera en núcleos de población civil". Di
Paola señaló que "la OTAN y el ejército israelí se enfrentan a
amenazas similares, la OTAN en Afganistán e Israel en su guerra contra Hamás
y Hezbolá".
Yo le sugeriría al almirante
Di Paola que se leyera rápidamente y a fondo el informe Goldstone, a ver si
capta las consecuencias jurídicas personales que pueden surgir cuando
comience a aplicar las "tácticas israelíes”. Si el almirante Di Paola
quiere servir a su ejército, ciertamente debe visitar Israel, y también
debería reunirse con cada criminal de guerra instalado tanto en el ejército
como en la política [israelíes] para aprender de ellos exactamente lo que NO
hay que hacer.
Las posibilidades de la OTAN
de ganar en Afganistán no son limitadas, en realidad ya están agotadas. Lo
único que puede hacer es perder. Algunos analistas militares y generales
veteranos afirman que ya ha perdido. La OTAN ya ha causado una carnicería más
que suficiente al pueblo afgano pero no ha logrado ninguno de sus objetivos
militares o políticos. Considerando que Israel fue gravemente humillado en el
Líbano en 2006 por la diminuta milicia de Hezbolá y que tampoco logró
cumplir sus objetivos militares mediante la Operación Plomo Fundido en su
guerra genocida contra Hamás, no hay nada que la OTAN pueda aprender de los
israelíes. En caso de que la OTAN prosiga aplicando nuevas tácticas del ejército
israelí lo único que logrará es una reducción dramática de la seguridad
de toda Europa y América.
Si nos preocupa la paz y
queremos que prevalezca, lo que tenemos que hacer es alejarnos lo más posible
de cualquier vinculación espiritual, ideológica, política y militar con el
sionismo, con Israel y con sus grupos de presión. Si Israel es realmente la
"luz que ilumina las naciones", que alguien nos explique por qué
sus perspectivas de paz son cada vez más débiles y oscuras.
Mi respuesta es sencilla.
Israel puede ser considerada como la "luz de las naciones” siempre y
cuando lo que se pretenda aprender de Israel es lo que no hay que hacer. De
hecho, ése es el mensaje que nos han transmitido los grandes profetas
humanistas Jesús y Marx. Ama a tu prójimo, sé entre los demás, transciéndete
a ti mismo más allá de la tribu hacia reino de lo universal. Y, básicamente,
eso es lo que los israelíes no alcanzan a comprender. Por alguna razón, se
aman a sí mismos casi tanto como odian a sus vecinos.
Si el almirante Di Paola
quiere ganar los corazones y las mentes del pueblo afgano (en lugar de
"ganar una guerra»), lo primero que debería hacer es aprender a amar. Y
eso es algo que no aprenderá en Jerusalén o en Tel Aviv. Gaza, Nablus y
Ramalla son lugares más apropiados para hacerlo.
(*)
Gilad Atzmon es músico, escritor y activista ex judío, nacido en Israel y
autoexiliado en Gran Bretaña, desde donde defiende la causa de la liberación
del pueblo palestino.