El
presidente electo quiere una mayoría parlamentaria
Lugo
busca aliarse con Lino Oviedo
Por
María Laura Carpineta
Página 12, 26/04/08
A través
del vicepresidente electo, el ex obispo intenta alcanzar los
votos necesarios para impulsar una reforma constitucional.
Pero Oviedo no descarta aliarse con el Partido Colorado o
con los disidentes de Castiglioni.
El
vicepresidente electo paraguayo Federico Franco se reunió
ayer con el ex general golpista Lino Oviedo y le ofreció
una alianza parlamentaria e incluso puso sobre la mesa la
presidencia del Legislativo. Lugo y Oviedo empezaron a
coquetear cuando el ex general estaba en la cárcel, pero
después de su liberación el encanto se rompió. Cada cual
se presentó por su lado y no dudaron en cruzarse más de
una crítica. Pero ayer la campaña era historia. “Quieren
cogobernar con nosotros”, fue todo lo que dijo Oviedo
después del encuentro con el compañero de fórmula de
Lugo.
El ex
obispo y futuro presidente paraguayo tiene dos meses para
conseguir una mayoría en el Congreso que le permita
convocar una Asamblea Constituyente según sus términos. El
próximo 1º de julio asume el nuevo Poder Legislativo y,
aunque los resultados finales todavía no fueron publicados,
la Alianza Patriótica para el Cambio de Lugo no conseguiría
imponerse como mayoría. El Partido Colorado, amo y señor
de la política paraguaya durante las últimas seis décadas,
alcanzaría una ventaja de apenas un puñado de diputados y
senadores.
En ese
Congreso, la bancada de Oviedo será la niña mimada.
“Ahora la alianza y los colorados necesitan de los votos
de la Unace. Debemos ser cautos e inteligentes y tomarnos
todo el tiempo necesario para pensar”, explicó a este
diario el presidente de la Unace y actual jefe de la bancada
en el Senado, Enrique González Quintana.
El
dirigente no quiso desechar ninguna posibilidad, ni siquiera
una alianza con los colorados. “Todo se va a decidir a
través del diálogo. No podemos adelantar lo que va a pasar
en tres meses, excepto que el partido va a hacer lo que
convenga al pueblo”, señaló uno de los hombres de
confianza del ex general.
Oviedo
disfrutó al máximo la renovada atención. Después de las
elecciones del 20 de abril, el militar golpista había
quedado rezagado en los análisis poselectorales. Los
titulares se centraban en el futuro gobierno y en la implosión
que se avecina en el otrora todopoderoso Partido Colorado.
Pero lo que no le consiguió su tercer lugar en los comicios
presidenciales se lo dio su partido al quedarse con la
segunda minoría en las dos Cámaras del Congreso.
Con su
tradicional sonrisa y su innegable carisma, se paseó frente
a las cámaras al lado del vice de Lugo, como si fueran dos
viejos amigos. Prometió su “apoyo incondicional” al
futuro gobierno desde el primer día. Franco le siguió el
juego. “Podemos tener una cómoda mayoría que nos permita
gobernar con tranquilidad y aprobar los proyectos que puedan
ser útiles al pueblo”, le explicó a la prensa, que le
recordó las críticas de la Alianza al ex general durante
la campaña.
Pero los
chistes y los elogios de Oviedo no equivalen a una promesa.
Según González Quintana la buena predisposición del ex
general no implica que estén cerca de un acuerdo. “No
vamos a decidir nada hasta que se publiquen los resultados
finales”, aseguró el senador oviedista. La Justicia
Electoral no dio ningún plazo todavía.
Fuentes
cercanas a Lugo destacaban ayer que sin una mayoría clara
sus planes se empantanarían en enfrentamientos con los
colorados. Según fueron adelantando Lugo y Franco, sus
prioridades serán una reforma integral de la Justicia, un
saneamiento a los sistemas de salud y educativo, una reforma
agraria, una limpieza en los cargos públicos y la
renegociación de tarifas de la electricidad extraída de
las represas de Itaipú y Yacyretá. Para conseguir todos
estos cambios la vía, según sostienen, es una sola: la de
la Asamblea Constituyente.
Según
adelantó el asesor del futuro presidente en temas jurídicos,
Hermes Saguier, Franco se está ocupando de juntar los
apoyos suficientes para alcanzar la mayoría especial.
Aunque todavía ningún partido o dirigente hizo
declaraciones públicas al respecto, el ex obispo tendría
un entendimiento con Patria Querida, la fuerza de izquierda
y la tercera minoría en el Congreso, y con el ex
vicepresidente Luis Castiglioni.
El antiguo
aliado del actual presidente, Nicanor Duarte Frutos, rompió
con el mandatario antes de las elecciones y ahora dice que
liderará un bloque colorado disidente en el Legislativo. No
se sabe cuántos diputados y senadores seguirán a
Castiglioni, pero la división dejaría al nuevo oficialismo
como la primera mayoría en las dos Cámaras.
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