“El caos no es más que aparente. Bajo este caos
se está operando una irresistible cristalización de las masas en un nuevo
sentido. Estas muchedumbres innumerables no han determinado aún para sí, con
suficiente claridad, lo que quieren, pero están impregnadas de un odio ardiente
por lo que ya no quieren”, León Trotsky, Historia de la Revolución Rusa,
VII.
Los políticos del PJ y la
UCR, desprestigiados y repudiados masivamente, han decidido por encima de toda
voluntad popular designar un nuevo presidente para el país: Eduardo Duhalde.
Inmediatamente, un nuevo cacerolazo se escuchó en la ciudad. Los vecinos
planteaban “quién te votó” y exigían elecciones inmediatas.
Los vecinos y trabajadores
que salieron a las calles en la noche del 1° tienen toda la razón en cuestionar
la legitimidad de Duhalde y en gritar que ni siquiera los dejan votar.
Esta Asamblea Legislativa es un
escándalo antidemocrático, es un engendro para usurpar la movilización popular
que echó a De la Rúa, Cavallo y R. Saá y que quiere “que se vayan todos, que no
quede ni uno solo”. Es un cachetazo a los sectores populares que dejaron muy
en claro que no quieren aceptar que les
impongan ninguna de las figuras siniestras que vienen gobernando al país en los
últimos 30 años. Toda la clase política patronal está cuestionada.
Frente a este profundo
cuestionamiento, los partidos del sistema buscan formar un gobierno llamado de
“salvación nacional”, encabezado por Duhalde, que en el fondo no es más que
para salvarse ellos y la clase que representan: la clase de los capitalistas y
el imperialismo. En esta “salida” se han puesto de acuerdo amplios sectores del
PJ, la UCR y lo que queda del Frepaso.
La Asamblea Legislativa y
su decisión de votar a Duhalde es profundamente antidemocrática, no es más que
otra de la tantas maniobras de los banqueros, los capitalistas y sus políticos
para descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y sectores
populares.
Por eso está planteado
seguir el camino de los vecinos que salieron a las calles ayer por la noche:
denunciar la ilegitimidad del nuevo gobierno. Imponer con la movilización que
es el pueblo el único que puede decidir sobre los destinos del país. Poner en
pie asambleas populares de vecinos y trabajadores para discutir todo: qué se
hace con el país, con su economía, con las instituciones, con su relación con
el mundo. Confluir en una gran asamblea popular nacional, que con un mandato que venga desde abajo, desde las
bases, defina los destinos del país.
Algunos trabajadores creen
que Duhalde puede resolver algo. Respetamos a estos compañeros, pero queremos
decirles con claridad: ningún nuevo gobierno patronal va a responder a las
agudas necesidades de los trabajadores, de los jóvenes, de los vecinos, de los
jubilados... Y menos que menos Duhalde, que gobernó con Menem prácticamente a
lo largo de toda la década del ‘90.
Por el contrario, para
poder comer y trabajar no podemos confiar en que “ninguno de ellos” resuelva
nada. Las soluciones no van a venir de arriba, sino de la lucha y la
organización unificada de todos los trabajadores del país, para imponer en las
calles las medidas que necesitamos con
urgencia:
* Comida para todos. La
distribución de los alimentos no puede quedar en manos de intendentes,
manzaneras ni punteros políticos: que el reparto lo controlen las
organizaciones barriales y populares.
* Que se paguen ya los
planes Trabajar y de asistencia social en forma inmediata y en pesos. Por un
verdadero seguro de desempleo para todos los desocupados, igual al salario
mínimo de $ 450 que prometió el gobierno.
* Que se paguen ya las
jubilaciones, los sueldos y aguinaldos atrasados en pesos. Que se liberen los
ahorros de todos los trabajadores y todos los pequeños comerciantes. No al pago
en papeles pintados para que los banqueros se queden con los dólares. La única
forma de salvarlos es nacionalizar los bancos y ponerlos bajo control de sus
trabajadores y ahorristas.
* Trabajo para todos. ¿Por
qué existe el disparate de un desempleo récord junto con trabajadores ocupados
que laburan más horas que nunca? Esto se tiene que acabar repartiendo las horas
de trabajo. En vez de cinco obreros que trabajen doce horas, tiene que haber diez trabajando durante seis y
cobrando lo mismo.
* Parar las rebajas de
salarios, suspensiones, despidos y los cierres de empresas. ¿Hay empresas que
no podrán funcionar? Que se abran los libros contables y que se termine el
secreto bancario para ver si es cierto: basta de empresas quebradas y
empresarios millonarios. Estatización bajo control de los trabajadores de toda
empresa que cierre o despida.
* Meter mano a las
ganancias de las grandes empresas mediante impuestos progresivos. Las empresas
privatizadas deben ser renacionalizadas bajo control de sus trabajadores.
Telefónica y Telecom se llevaron estos años entre 300 y 500 millones de dólares
anuales cada una. Repsol-YPF ganó 2.800 millones en el 2000.
* Nacionalizar las AFJPs.
La jubilación privada se ha revelado una estafa absoluta. Que sean los
jubilados y los trabajadores quienes democráticamente controlen y administren
los fondos.
* Para poder solventar
todo lo anterior y poner a funcionar el PAMI, los hospitales y la educación,
hay que declarar el no pago soberano de la deuda pública, tanto a acreedores
internos como externos. Sólo parando definitivamente la sangría de dólares que
se llevan el imperialismo y sus socios locales habrá recursos para las
necesidades populares, y para evitar la devaluación y la circulación de papeles
pintados.
¿Cómo hacemos para imponer
nuestros reclamos, para decidir nosotros y no los políticos?
Nos juntamos en las calles
y en las plazas para echar a De La Rúa, Cavallo y R. Saá. Pero ahora nos han
impuesto a Duhalde. Entonces, ¿por qué no seguir todos juntos y organizados de
manera permanente, en los barrios, en las fábricas, en las oficinas, en las
escuelas? Juntos, en la calle, tuvimos la fuerza y el poder que tiró abajo a dos
gobiernos. ¿Por qué no nos organizamos para que ese poder no sea momentáneo
sino permanente, para tener fuerzas para imponer esos u otros reclamos? ¿Por
qué no crear desde abajo organizaciones con democracia directa? ¿Por qué no
seguimos el ejemplo de los vecinos, que en los cacerolazos comienzan a
discutir qué hacer a mano alzada?
Para eso necesitamos
organizarnos: para discutir cuáles son los pasos a seguir ante esta catástrofe
social y esta tremenda estafa política, cuáles son las medidas urgentes que hay
que tomar y cómo imponerlas. O sea, debemos autodeterminarnos: tomar en
nuestras propias manos los problemas.
Necesitamos organizaciones
con democracia directa donde los dirigentes hagan lo que manda la base, con
revocabilidad inmediata por medio de asambleas de todo dirigente que no cumpla
con lo decidido, y que no tengan privilegio económico alguno.
Hay múltiples
experiencias, por ejemplo entre los desocupados y los trabajadores, que sin
estar libres de limitaciones, muestran que es posible organizarse en forma
independiente de los partidos patronales, de los burócratas sindicales y del
Estado. Asambleas populares, plenarios, coordinadoras, congresos y toda otra
forma que libremente decidamos desde abajo, en la perspectiva de un poder
alternativo al poder formal, institucional, de este Estado de los capitalistas.
La rebelión que terminó
con De la Rúa y Cavallo mostró el camino para empezar a hacer valer la voluntad
popular. Los socialistas del MAS proponemos continuar y profundizar esa
experiencia, para lograr con la lucha consciente, sistemática y organizada, una
salida propia de los de abajo.
El primer Argentinazo fue
grandioso porque hizo consciente la fuerza, el poder de los trabajadores y el
pueblo movilizados, que pueden sacarse de encima un gobierno, que pueden vetar
tal o cual medida o funcionario. El problema es que si no se plantea una
alternativa propia, el resultado inmediato es el regreso de otra pandilla de
chorros.
Está muy bien decir NO.
Decir “¡que se vayan!", está perfecto. Pero, ¿quién queremos que venga? El
segundo Argentinazo debe avanzar en organización y propuestas por la positiva.
Sólo los trabajadores y el pueblo, con las organizaciones de lucha que ellos mismos
construyan, con su propia movilización y con los objetivos que ellos mismos
democráticamente resuelvan, pueden volver a transformar la vida en algo que
valga la pena vivir.
La Argentina está en una
encrucijada donde se abren dos y sólo dos caminos.
El camino capitalista lo
venimos sufriendo hace décadas: nos lleva al hambre, la degradación social, el
sometimiento a los yanquis y a los continuos engaños y trampas de esta
"democracia" y sus instituciones.
El otro camino es dar
vuelta la tortilla: una revolución que ponga al derecho este reino del revés,
donde una minoría insignificante de la sociedad vive a costa del esfuerzo de
millones. Un Argentinazo que vaya hasta el final, hasta un gobierno de los
trabajadores y el pueblo, que abra paso a una sociedad sin explotación ni
opresión, donde el conjunto de la población trabajadora se autodetermine,
decida y resuelva democráticamente su destino. Ese nuevo poder es el socialismo.
Recuadro
El asesinato de los chicos de Floresta es un caso emblemático de lo que
fueron los últimos días del año. La de la policía asesinando. Sus familiares
,amigos y vecinos los reivindican con marchas con consignas como la del título.
La represión se ensañó con los cuerpos de miles de manifestantes que
inundaron las calles. Lo hizo con ferocidad y, en la mayoría de los casos, con
jóvenes que protagonizaron con heroísmo su primera participación en las luchas
de este país.
También eran muy jóvenes los pibes que fueron asesinados en Floresta por
el crimen de simpatizar con la justa lucha del pueblo argentino.
Sus represores, sus asesinos, deben pagar. De la Rúa, Mathov, Cavallo...
deben quedar en la cárcel. El policía retirado Velaztiqui también. Está en el
penal de Marcos Paz y el juez interviniente le fijó un embargo de 3 millones de
pesos. Este es un primer paso que logró la movilización de los familiares, de
los amigos, de los vecinos de Floresta, y las organizaciones de derechos
humanos que se solidarizaron.
La convocatoria continúa los jueves y los sábados para continuar la
protesta para que este crimen no sea olvidado y para proteger a los testigos.
Este repudio dolorido, profundo, combativo, recorrió las calles del
barrio y nos da un ejemplo de cómo tomar en nuestras manos la pelea necesaria
contra la represión y por la libertad de nuestros detenidos.
Las luchas obreras y populares que se suceden a lo largo y ancho del
país deben tomar estas banderas contra la represión y por la libertad de todos
los presos. A las balas asesinas y la “injusticia” del régimen debemos
contraponer la justicia impuesta desde abajo, desde cada asamblea, cada
manifestación, cada cacerolazo. Para que los crímenes contra el pueblo no
queden impunes. Para que recuperen su libertad los luchadores contra el hambre.
¡Que los vecinos puedan juzgar al asesino de Maxi, Adrián y el
“Gallego”!
¡Cárcel a De la Rúa, Mestre, Mathov y Santos!
¡Libertad a Emilio Alí, Castells y a los detenidos por el Argentinazo y
a todos los presos políticos!