Presentación

A tres meses del Argentinazo

En las últimas semanas hemos entrado en una coyuntura distinta de la de las jornadas más intensas del inicio del proceso revolucionario. Podemos decir que, en cierta medida, el gobierno de Duhalde ha dado pasos en lograr alguna clase de equilibrio respecto de las fuerzas sociales en pugna. Equilibrio que hasta ahora es más bien precario. Por ejemplo, días atrás, la escalada del dólar, directamente ligada a los tironeos con la administración Bush (jugada a redoblar el sometimiento del país, en medio de la crisis), amenazó con romperlo, lo mismo que la actual suba despiadada de los precios.

Pero la composición de lugar de las distintas fuerzas sociales y políticas burguesas ha sido –en medio de fuertes contradicciones– tal que no pueden empujar por el desplazamiento del actual gobierno; porque como dicen muchos analistas, lo que está en juego no es solo un gobierno sino "toda la vieja clase política y los partidos tradicionales".

Al mismo tiempo, es un hecho que por abajo pasó el primer "furor" de las acciones de masas, que no pueden desplegar todos los días la energía concentrada que mostraron en diciembre. Si no hay que perder de vista que "la procesión va por dentro", esto es, que se extiende entre todos los sectores de trabajadores un "subterráneo" y profundo proceso de organización, al mismo tiempo pesa en la mayoría obrera y popular el hecho de que tirar a Duhalde no será "tan fácil" como a De la Rúa. Y, sobre todo, en estrecha vinculación con esto, pesa con fuerza el interrogante de cuál puede ser la salida frente a la tremenda situación que vive el país. Esto es, pesa la "crisis de alternativas" más general: ¿por qué sociedad alternativa a la actual se puede pelear?

Sin embargo, aunque no podamos precisar la fecha del gran próximo choque entre las clases, hay que ser conscientes de que inmensas fuerzas sociales y de clase se han puesto en movimiento. El proceso revolucionario abierto en la Argentina posee una dinámica de tiempos a la que hay que prestarle atención. Dado que la crisis sigue y va agregando nuevos elementos, es necesario darse cuenta de que esa acumulación progresa día a día, y en un determinado momento se hace presente. Pasó en marzo y en diciembre del 2001. En medio de cada una de esas fechas, aparecía una engañosa normalidad, donde se reestablecía el ritmo de la vida cotidiana.

Sobre la base de una catástrofe economico-social que no cesa y de la aguda crisis de legitimidad de las instituciones, creemos que nuevos y durísimos enfrentamientos de conjunto se preanuncian. Para esa perspectiva debemos prepararnos, centrándonos en el próximo período, en impulsar el proceso de organización, masificación, confluencia y debates político-estrategicos en la vanguardia de masas que ha irrumpido con el Argentinazo.

Dos hechos muy distintos anuncian, cada uno a su modo, este endurecimiento en el enfrentamiento entre las clases: la matanza del pueblo palestino que el imperialismo y el estado sionista de Israel están perpetrando y la extraordinaria lucha de los maestras/os y la comunidad educativa de Río Negro, que lleva más de 56 días en defensa de la educación y el salario. A ellos hay que rodearlos de solidaridad.

Al servicio de estas tareas se pone este nuevo numero de "Socialismo o barbarie".

Adelante.

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