Sólo
la movilización puede imponer una salida
La
Alianza lleva 8 meses de gobierno. En estos pocos meses ha defraudado totalmente
las expectativas del voto popular. Con la represión en Corrientes, la rebaja de
los salarios y la flexibilidad laboral, todo el mundo supo que seguiría los
pasos de Menem. Ahora, ante la evidencia de que el Gobierno de De la Rúa es el
que sobornó a los senadores del PJ y la UCR, se cae su otra bandera: la de su
supuesta transparencia.
La
“benemérita democracia”, y su actual gobierno muestra su verdadera esencia,
en medio del desprestigio por las coimas, siguen intentando aplicar un duro
ajuste, sigue en vigencia la reforma laboral que desató el escándalo, están
preparando el Pacto federal II, y ya están hablando de un nuevo ajuste para
enero del 2001.
Esto
es así porque la Alianza gobierna para los grandes grupos capitalistas
nacionales y extranjeros, los que se beneficiaron desde el gobierno militar y en
particular desde la última década menemista, los que han adaptado el país a
las tendencias de la globalización capitalista mundial. El que es cada vez más
parasitario, usurero y depredador, el que impone la ganancia y el lucro a
cualquier costo. El régimen político, las instituciones de esta “democracia
de los ricos”, los grandes aparatos de los burócratas sindicales, siguen como
la sombra al cuerpo, estas características del capitalismo actual.
Cuando
todo es mercancía, cuando todo se compra y se vende por dinero. ¿Por qué las
leyes no podrían ser objeto del mismo comercio? En el fondo, con esta crisis,
lo que debiera cuestionarse es el mismo sistema capitalista depredador y sus
instituciones “democráticas”.
Mientras
el gobierno, el PJ, la UCR y el FREPASO, se encubren unos a otros. Mientras los
dirigentes sindicales de las dos CGT y la CTA miran ostensiblemente para otro
lado y hacen actos para la televisión, dejando correr las medidas antiobreras.
La situación de los trabajadores y el pueblo empeora. Sólo una lucha nacional
activa y decidida por las bases puede señalar el camino para dar una verdadera
salida a esta situación.
Para
no ajustar más a los trabajadores ajustemos el Senado, por su disolución total
e inmediata, que todo funcionario público gane el salario de un trabajador. Por
la anulación de la reforma laboral.
Sólo
desde abajo, desde la movilización popular e independiente de la gran mayoría
de los que viven de su trabajo o que están desocupados y excluidos, puede venir
una verdadera solución a esta situación. El Senado, el Congreso, la Justicia,
las instituciones “democráticas” en general no tienen cura. Desde abajo hay
que construir otro tipo de instituciones, como han hecho por ejemplo, los
trabajadores correntinos con su “plaza del aguante” y su autoconvocatoria, o
los trabajadores desocupados salteños con sus asambleas populares y piquetes.