Conflicto
de Aerolíneas
La fuerte
preponderancia de los imperialismos yanky e inglés en nuestro
país nos han hecho identificar a esos países como nuestros
enemigos externos, nuestros sojuzgadores. Las banderas de esos
estados, junto con la figura de la Thatcher con su ojo de pirata
son los símbolos más repudiados, tal vez, por el pueblo
argentino. Tan odiados como festejados, como caricaturesca
revancha, los goles contra Inglaterra en los campeonatos
mundiales.
A esa correcta
identificación, ese justo odio al imperialismo se han encargado
de echarle paños de agua fría la campaña de desmalvinización
iniciada por Alfonsín y continuada por Menem, la propaganda
sistemática de las ventajas del mundo globalizado con los
países hegemónicos al frente.
Los paños fríos
aplacaron la fiebre pero no la eliminaron. Después de 10 años
en que enterraron el antiimperialismo, éste vuelve a
resurgir en la conciencia de millones de trabajadores de la mano
de la sangría al pago de la deuda externa, de los nuevos
acuerdos colonizadores. Las siglas del FMI y el ALCA ponen sobre
el tapete ese feroz sometimiento.
Y reaparece ahora
ante los ojos de los trabajadores argentinos esa imagen
imperialista con rostro español, donde el parche en el ojo tiene
otros dueños: los representantes del gobierno y el capitalismo
españoles: 1.300 trabajadores más en la calle, 900 millones de
pérdida en una empresa que hace 10 años daba buenas
ganancias...
¿Son ellos los
responsables de la crisis de Aerolíneas Argentinas?
El Estado español
compró varias empresas argentinas que eran redituables a precios
más que regalados: Repsol, Telefónica. A Aerolíneas Argentinas
la compraron cuando daba una ganancia de 90 millones promedio y
era considerada la línea aérea de máximo estándar de
seguridad a nivel internacional.
Iberia la compró,
la llevó al desastre y ahora nos dice: chau,
muchachos...
Esto es simplemente
una estafa. Por eso decimos que es el primer responsable de la
actual situación de AA.
¿Pero es el
único? ¿Qué hicieron y qué hacen el gobierno y el Estado
argentinos? ¿No conocían lo que iban a hacer los piratas
españoles? Los planes y su fracaso estaban previstos. Como
también era conocido que el principal interés de los
compradores eran las rutas aéreas, prácticamente único capital
actual de la empresa. Según Clarín del domingo 3/6/01,
pág. 33: Cuando en julio del 90 se abrieron los
sobres de la licitación, sólo había un interesado: el
consorcio encabezado por Iberia-Cielos del Sur (la propietaria de
Austral), que ofreció pagar 260 millones en efectivo y 1.610
millones en títulos de la deuda para quedarse con el 85% de las
acciones. Días después, un informe técnico elaborado por una
comisión de expertos era terminante: descalificaba la viabilidad
económica y técnica del plan propuesto y auguraba un desastre
para la empresa si era aplicado... El per saltum de la
Corte menemista hizo el resto y se concretó el traspaso de
Aerolíneas a Iberia.
El Estado argentino, en su euforia privatizadora, avaló esa venta escandalosa y ahora, cuando las papas queman y los trabajadores quedan en la calle, no se hacen responsables y no garantizan el mantenimiento de la fuente de trabajo ni la continuidad de la empresa. Son los segundos grandes responsables.
Uno por pirata y otro por fiel sirviente del amo, provocaron el desfalco y no dan muestras de hacerse cargo. La empresa española no retrocede y el gobierno argentino dice que es un conflicto sindical, no político, donde ellos no tienen nada que ver.
Sólo la fuerte
movilización de los trabajadores de AA ha logrado que los
señores se sienten a negociar.
A la cara de
yo no fui de Patricia Bullrich y la
evaporación de Cavallo cuando se inició el
conflicto, le siguió una Patricia un poco nerviosa y
un Mingo nuevamente verborrágico. El tema AA conmueve al país y
los señores no se la llevaron de arriba. Tuvieron que dar la
cara aunque sigan insistiendo con sus argumentos y no den ninguna
solución favorable. ¿O acaso al malvender una empresa argentina
conociendo sus planes, si luego ésta se va a pique, no tienen
nada que ver? ¿Dónde está presente la defensa de los
intereses nacionales en esa caricatura de
Estado nacional?
El Estado
nacional con su carácter de clase burgués defiende a
nivel nacional e internacional sólo los bolsillos de los
capitalistas... de todos los países. Por eso su
nacionalismo es una burla más a los trabajadores.
Nos hacen poner a todos la escarapela en las fechas patrias y
después no mueven un dedo contra semejante estafa ni resarcen
económicamente a las víctimas de los atropellos de las empresas
extranjeras.
El sano
nacionalismo obrero y popular es la defensa de los intereses de
la Nación frente a la piratería extranjera y la de los
trabajadores atacados por empresas imperialistas. Defendemos
lo nacional no para tapar los chanchullos
de los capitalistas argentinos, sino para luchar por la fuente de
trabajo de los trabajadores de Aerolíneas y la subsistencia de
una línea aérea que los mismos trabajadores, bajo un control
democrático, puedan ponerla al servicio de los intereses del
país.
¿De dónde
sacar la plata para tapar semejante agujero?
A la rapiña
imperialista, el coro de ángeles de Cavallo y Cía.
la siguen como la sombra al cuerpo pagando la deuda externa.
¿Por qué no exigirles que saquen de allí la plata para salvar
a Aerolíneas? ¿Por qué no exigirles que metan la mano al
presupuesto militar y de la Policía que está destinado a
reprimir al pueblo y no mantener su seguridad? ¿Por qué no
apretar a las grandes empresas como Repsol para que no evadan
impuestos? ¿Por qué no cobrarle impuestos a las grandes
empresas que se beneficiaron con las privatizaciones?
Los dos
responsables, el pirata y su sirviente, tienen que hacerse cargo
de la deuda de AA y ponerla en funcionamiento.
¿Esto de por
sí salva a AA?
Este salvataje
financiero cierra el tema económico en lo inmediato, pero no
asegura ni su continuidad ni su funcionamiento para responder a
las necesidades obreras y populares.
La mayoría de las
ocasiones, los trabajadores relacionamos el funcionamiento de una
aerolínea con el Tango presidencial o la llegada de Shakira. Sin
embargo, el tráfico aéreo no es solamente un derecho elemental
que debería estar al servicio de todo trabajador para visitar a
su familia en lejanas latitudes, sino que este gran avance de la
humanidad es fundamental para el comercio, las comunicaciones, la
salud. ¿Cuántas vidas se pueden salvar con un órgano que llega
a tiempo para un trasplante, con una partida de vacunas que
aterriza en una región aislada, con un médico en una región
donde se accidenten obreros de la construcción, mineros o
agricultores que están trabajando?
La brutalidad del
capitalismo nos hace ver a los trabajadores como
lujos lo que son servicios sociales que tendrían que
ser cubiertos teniendo a disposición de la salud y el bienestar
de toda la población los avances no ya recientes, sino
adquiridos hace tiempo por la humanidad.
Los que conocen,
trabajan y realmente defienden a Aerolíneas Argentinas son los
únicos que pueden sacarla a flote: por eso debe pasar a manos de
sus trabajadores. Una administración y control obrero de la
aerolínea por su personal puede poner en marcha este necesario
proceso. Una administración que tenga en cuenta la tarifa para
pagar gastos y salarios y no para pagar a ningún chupasangre. Un
control que defienda los intereses de los trabajadores y sus
familias, sus legítimas necesidades de vida, trabajo, educación
y salud.
Esta firme lucha de
los trabajadores aeronáuticos debe sentar las bases para esta
nueva posibilidad. La de una verdadera independencia del yugo
imperialista, de un funcionamiento eficiente de la empresa y al
servicio de los trabajadores y el pueblo.
Geniales escritores
de ciencia ficción crearon imágenes de viajes por el espacio,
de habitantes intergalácticos. Pero a ninguno se le ocurrió
escribir sobre personal de una aerolínea cortando las rutas...
aéreas.
Eso pasó en
nuestro país, no en una novela de Ray Bradbury. Los trabajadores
de AA lo hicieron. Organizaron un campamento en el Aeroparque,
desde el cual establecieron un diálogo con los pasajeros,
efectivizaron un boicot a la línea Iberia, realizaron asambleas,
propagandizaron en los medios sus reclamos.
Todas estas
acciones, muy importantes, llevaron el tema AA al conjunto de la
población, pero ¿es suficiente para lograr una verdadera
solución favorable a los trabajadores?
Los dirigentes
sindicales de los distintos gremios que nuclean a los
trabajadores aeronavegantes se están encargando, algunos por
omisión y otros por encerrar el conflicto dentro de su
sindicato-corral, de que esta gran fuerza del
conjunto de los trabajadores y la simpatía de la población se
diluyan en medidas dispersas y en llevar el conflicto a un
callejón sin salida.
Mientras el
personal de APTA salía a la lucha para enfrentar los despidos,
el resto de los gremios aeronáuticos no movió un dedo para
agrupar a las otras organizaciones en acciones de apoyo o
solidaridad.
Y aún desde el
mismo gremio de los técnicos, que es el más duro,
no hay un mínimo intento de nuclear a los trabajadores de la
misma aerolínea, menos de los otros trabajadores aeronáuticos.
Valgan dos ejemplos
elocuentes, de trabajadores directamente afectados. Los empleados
de Intercargo, que pertenecen a AA, ingresaron al conflicto
después de la firma del decreto de desregulación de la
actividad aerocomercial que les saca el monopolio del servicio de
rampa a partir del 26 de mayo. Por la fuerza de los hechos
categóricos, no por decisión y política de la dirigencia
sindical.
Los trabajadores
que realizan el cattering (pertenecen al gremio de la
Alimentación) en la empresa están suspendidos y no son tenidos
en cuenta, como si fueran ajenos.
Además, todos los
trabajadores aeronáuticos de todas las empresas están sufriendo
las consecuencias de la rapiña que diseca las empresas que dan
ganancias y se reparten las rutas aéreas en grupos monopólicos,
dejando el tendal de trabajadores en la calle y en la inseguridad
creciente a los pasajeros.
Frente a este hecho
y esta amenaza presente todos hacen mutis por el
foro. Tan vergonzoso como esto es que, transcurrido más de un
mes de lucha, no presenten una alternativa a la crisis de AA,
dejando en definitiva las alternativas a la SEPI o a los grupos
monopólicos que estén en la puerta esperando el negocio.
Todos entran en la
misma bolsa. Cirielli y Moyano por un lado, Daer de la manito de
De Gennaro por el otro. Con ellos al frente, pasa el plan de la
SEPI.
A esta canallada
burocrática, debemos levantar la unidad de los trabajadores de
la misma AA, de todos los trabajadores aeronáuticos y del
conjunto de la población, ocupada o desocupada, que está
sufriendo, con salarios miserables o con algunos
privilegiados esta andanada antiobrera y antipopular
de la dupla De la Rúa-Cavallo.
Esta necesaria unidad y la solidaridad efectiva es la que pueden quebrar el corralito burocrático y transformarlo en un estadio mundialista, donde el conjunto de los trabajadores debatamos, determinemos democráticamente las resoluciones a llevar adelante y nos organicemos sin tutelas patronales y burocráticas.