Sumá
tu esfuerzo revolucionario al MAS
Por
Ana Vázquez
En
la situación actual de aguda crisis política en nuestro país y ofensiva más
que brutal contra los trabajadores, la agitación de las ideas socialistas es
una necesidad contra reloj para debatir y clarificar a miles de trabajadores
oprimidos y desencantados con el putrefacto capitalismo.
Contra
reloj porque el gobierno y el régimen no sólo cuentan con la represión sino
también con los poderosos medios de comunicación, la enseñanza, las falsas
creencias, para domesticar no sólo con el garrote, sino con las ideas. Y nos
ganan con muchísima ventaja porque son siglos de dominación, de experiencia y
de poder acumulados.
Los
períodos sociales convulsivos como estos, donde todo el mundo se hace
cuestionamientos, se pregunta ¿cuál es la salida?, son los momentos donde los
revolucionarios podemos pegar un salto hacia adelante y acortar algunos pasos.
Para
difundir nuestras ideas en estos procesos de conmoción y de indignación
“generalizados” necesitamos organizarnos sólidamente para crear órganos de
difusión, hacer política, discutir tácticas específicas. Organizarnos en un
partido político revolucionario, socialista, que no sustituya el papel de los
trabajadores ni actúe como un aparato “por fuera” de ellos.
Para
que tu esfuerzo se sume a una alternativa socialista que será posible si los
trabajadores la encarnan y la llevan adelante con su organización
independiente.
En
el MAS han confluido compañeros de distintas generaciones de luchadores que
formaron los núcleos partidarios que precedieron a su constitución.
Ingresaron
activos militantes de la Resistencia peronista, jóvenes que giraron a la
izquierda impactados por el triunfo de la Revolución Cubana, estudiantes y
obreros que se acercaron a la vida política siendo parte del rico proceso del
Mayo Francés y el Cordobazo en nuestro país.
De
esta vanguardia se nutrió esencialmente el PST, partido predecesor del MAS.
Esta aguerrida franja de jóvenes fue producto de un agudo proceso de politización
donde tomaron conciencia de la necesidad del socialismo. Se sentía capaz de
cambiar el mundo. Junto con esta visión política también en las fábricas se
organizaba sindicalmente en comisiones internas, cuerpos de delegados opositores
a la burocracia peronista.
El
PST engrampó con la necesidad estratégica del movimiento obrero en ese momento
y se construyó como una organización nacional. También participó de las
elecciones y llegó a computar 200.000 votos con una campaña “Por un polo
obrero y socialista”.
¿Qué
“hoy” tenemos?
El
“hoy” es muy distinto al del PST y al del “viejo MAS” que se nutrió de
una amplia vanguardia y de sectores de trabajadores que despuntaron a la vida
política después de la guerra de Malvinas y en el “desencanto” del
gobierno de Alfonsín.
El
“hoy” es una etapa de falta de alternativas políticas, donde el socialismo
(aún los que lo miran con simpatía) lo ven como irrealizable. Hay mucho recelo
hacia los partidos, también los de izquierda. “Nada de compromiso, nada de
organicidad”, también es parte de la mentalidad imperante.
Sin
embargo, producto de un cuestionamiento creciente a las “verdades” del
neoliberalismo y una superexplotación y exclusión crecientes, surgen
individuos, sectores de trabajadores, mujeres, jóvenes y viejos, que en busca
de una alternativa se acercan a las ideas socialistas.
Junto
con ellos, hay compañeros que son parte de una tradición de izquierda y
trotskistas en la Argentina que se alejaron producto de la derrota, la diáspora
y profundos errores cometidos.
Estos
son nuestros objetivos:
-
El socialismo. Nuestra aspiración no es humanizar o mejorar el capitalismo sino
reemplazarlo con un nuevo sistema económico y social, surgido desde abajo,
desde la lucha cotidiana.
-
Nuevas y propias formas de organización de la clase trabajadora, que luego serán
los embriones de un nuevo poder obrero y popular.
-
La democracia socialista. Por la autoorganización del pueblo trabajador, para
que se organice como quiera, haciéndose cargo de sus luchas y de su propia
vida. Basados en la experiencia histórica, contrapesar las tendencias burocráticas
por la democracia más directa posible.
-
Enfrentamiento implacable a la opresión de la mujer, la discriminación sexual,
el racismo, la destrucción de la naturaleza.
-
El socialismo a escala internacional. Por la solidaridad con todos los
trabajadores en lucha de cualquier lugar del mundo y con los pueblos oprimidos
por el imperialismo.
Necesitamos
sumar brazos, conciencia revolucionaria, pasión, compromiso militante. Para
este partido vivo, con su tradición, su ligazón permanente a los trabajadores,
sus errores, sus virtudes y defectos.
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En
los barrios populares están los compañeros desocupados que se organizan para
luchar, los trabajadores ocupados que no pueden “abrir la boca” en su lugar
de trabajo, los jóvenes que buscan una perspectiva distinta a esta vida
miserable que les ofrece el capitalismo.
En
ellos concentraremos nuestros esfuerzos para establecer un diálogo que parta de
sus inquietudes, sus necesidades, sus dudas. Llevaremos nuestra prensa, nuestros
volantes, organizaremos charlas y debates.
Nos
relacionamos desde estos lugares como estructuras sociales que incorporan los
distintos aspectos de la vida del trabajador: su familia, la escuela de sus
pibes, el hospital al que acuden para su atención, su lugar de lucha.
Desde
ellos nos organizamos para incorporar a nuevos y viejos compañeros que aporten
a la construcción del partido.