Polémica
del MPU panameño con la corriente internacional Socialismo
o Barbarie
“Trotskistas”
panameños tampoco firman por Chirino
MPU:
Saltando
las barreras de clase
Por
Roberto Sáenz
Socialismo
o Barbarie Internacional, 28/02/08
El
pasado lunes 25 de febrero apareció en Aporrea una
declaración del Movimiento Popular Unificado (MPU),
organización de izquierda panameña integrada por
connotados dirigentes “trotskistas” de ese país.
La
señalada declaración es una vergüenza no sólo
para cualquiera que se considere socialista revolucionario y
trotskista, sino incluso para un amplio universo de los que
se puedan considerar como miembros de la izquierda.
Porque
el MPU, en la circunstancias concretas del despido del compañero
Orlando Chirino de PDVSA por parte del gobierno de Chávez y
de la campaña internacional que se ha lanzado para revertir
esta arbitraria y bochornosa medida, elige la otra
trinchera de clase. Es decir, la del gobierno chavista
que, por más “bolivariano” que se considere, está al
mando del Estado burgués venezolano. Este gobierno,
mediante un despido, lleva a cabo un castigo político
contra un trabajador.
El
MPU ataca a la corriente Socialismo o Barbarie por su
intransigente defensa de Chirino
Pero
lo más escandaloso del caso es que, en el caso concreto que
estamos enfrentando, el MPU –“de tendencia trotskista”
como dice Aporrea– elige solidarizarse no con el
reconocido dirigente obrero venezolano arbitrariamente
despedido… sino con el gobierno de Chávez por la supuesta
“campaña de descrédito” que este gobierno estaría
sufriendo. ¡No todos los días se ve semejante capitulación
de parte de organizaciones y dirigentes que se consideran
“trotskistas”!
En
la misma línea, no es casual que en el punto 4 de la
declaración, la emprendan contra nuestra corriente
internacional Socialismo o Barbarie: “Repudiamos la campaña
de infundios lanzada contra dirigentes trotskistas
latinoamericanos que se han negado a firmar los petitorios a
favor del señor Chirino.[1] En particular, rechazamos las
declaraciones injuriosas de la corriente del MAS argentino
(Socialismo o Barbarie) contra la prestigiosa intelectual
trotskista cubana Celia Hart.” [2]
Pero
está claro que no se trata de ningún “infundio” sino
de la más meridiana y comprobada verdad: de que (al
igual que el MPU) Hart se ha negado a firmar en defensa
de Chirino, tal como consta en su artículo “Mi
posición frente al despido del dirigente sindical Orlando
Chirino” también publicado en Aporrea.
Ni
un “infundio” ni “declaraciones injuriosas”, sino el
más riguroso y testarudo hecho de que al igual que el MPU
panameño, la intelectual “trotskista” Celia Hart está
con el gobierno nacionalista burgués de Chávez no ya
contra el imperialismo… sino contra el dirigente obrero
Orlando Chirino. ¡Es decir, en la vereda de enfrente de
clase!
Esta
rigurosa y vergonzosa verdad es la que parece molestar al
MPU cuando desde la corriente internacional SoB salimos a
denunciarla.[3]
Un
problema de principios (o cuando se hace de la víctima su
propio victimario)
Volviendo
al MPU y su declaración, verdaderamente constituye una obra
maestra de la capitulación. Como decíamos, connotados
integrantes de este partido provienen del trotskismo, más
particularmente, de la corriente morenista. Pero como ocurre
con muchos otros “morenistas”, parece que cuando más
afirman su credo, más olvidan las muchas enseñanzas
positivas de Nahuel Moreno.
Recordemos
que éste señalaba –en una escuela de cuadros a comienzos
de la década de los ’80– que los principios de clase
que guían la actividad de los socialistas revolucionarios
son unos pocos (y que, entonces, no hay que andar haciendo a
diestra y siniestra acusaciones de lesionar principios por
cualquier cosa).
Pero,
al mismo tiempo, esos principios delimitan tajantemente a
los socialistas revolucionarios de las corrientes políticas
de otras clases y sectores sociales.
Uno
de esos principios es que nunca y bajo ninguna circunstancia
se puede entrar en un gobierno burgués del tipo que sea y/o
apoyarlo políticamente. Eso sería una traición.
Otro
principio, íntimamente vinculado al anterior, es nuestra
posición ante el enfrentamiento de un gobierno burgués
(como es el caso de Chávez, por más progresista y
bolivariano que se presente) a una lucha de la clase
trabajadora y/o a un dirigente obrero. En ese caso, los
trotskistas estamos incondicionalmente por la intransigente
defensa del dirigente o la lucha obrera que sea atacada por
el estado burgués. Se trata de otro principio de clase.
Quien
no respeta estos principio de clase, sencillamente no es
parte del campo de la clase obrera sino del campo de la
burguesía. Es decir, traiciona a la clase trabajadora y sus
intereses inmediatos e históricos. Esto es lo que hace el
MPU.
En
primer lugar, a éste no le preocupa sentar posición
sobre el despido de Chirino de PDVSA como tal… sino “respecto
a la campaña contra el despido” del mismo que ha
comenzado internacionalmente.
A
partir de ahí y sumándose al “ejemplo” ya dado
precisamente por Celia Hart, el MPU declara que “hemos
decidido no firmar ninguno de los numerosos petitorios que
circulan por parte de diversas corrientes trotskistas
latinoamericanas porque hacen parte de una campaña contra
el gobierno bolivariano de Venezuela la cual no compartimos,
y no deseamos que nuestros nombres sean instrumentalizados
en ese sentido”.
Repetimos,
no se trata del hecho comprobable de que Orlando Chirino
fue arbitraria y escandalosamente despedido de PDVSA,
sino de una supuesta campaña de corrientes trotskistas
contra el gobierno de Chávez. Eso sería lo único
que les “preocupa” a los dirigentes del MPU. ¡Un escándalo
por donde se lo mire!
Pero
la capitulación y la traición siguen elevándose hacia
cumbres cada vez más abyectas y vergonzosas. La declaración
aclara que no firmar “no implica que estemos de acuerdo
con el despido del señor Chirino”. Sin embargo, e
inmediatamente, se señala que en realidad es Orlando
Chirino (y solo él) el culpable de su propio despido:
“comprendemos que en buena medida este despido es una
consecuencia de la política equivocada y sectaria seguida
por Chirino y su corriente internacional respecto a la
Venezuela bolivariana”.
Es
decir, Chirino sería culpable del delito de leso
sectarismo por defender la autonomía e independencia
del movimiento obrero frente al estado burgués chavista
(otro principio elemental). ¡Semejante “delito” haría
“comprensible” (es decir, justificable) su
despido!
Es
decir, Chirino, por así decirlo, “se la habría
buscado”. Entonces no ameritaría ninguna defensa. Porque
todo sería un puro montaje para afectar la credibilidad del
gobierno chavista.
El
MPU no sólo recorre así, en una sola carilla, el camino
que va de los principios a la traición de clase, sino
además de
está última a la lisa y llana abyección: a postrarse
ante las acciones y maniobras de un gobierno nacionalista
burgués!
Por
si lo anterior fuera poco, hay todavía más
El
MPU subordina el principio (ellos mismos dicen reconocerlo
como tal) de la independencia del movimiento obrero frente a
cualquier gobierno burgués, al apoyo incondicional que dan
a Chávez. Ese principio quedaría así “suspendido”
hasta nuevo aviso. En los hechos, no se lo defiende de
ninguna manera y, por lo tanto, deja de ser tal principio.
Textualmente
el MPU sostiene: “Respecto de Venezuela, defendemos una
política que parte de la defensa y la unidad
antiimperialista que nos une al gobierno presidido por Hugo
Chávez contra la intromisión, el sabotaje y el golpismo
promovido por el gobierno de Estados Unidos de América en
ese país y en toda Latinoamérica. En ese marco, defendemos
el principio de la independencia del movimiento sindical
respecto de cualquier gobierno.”
Quedan
claras dos cosas. Una, la ya señalada: que de esta manera
subordinada, no se defiende de ninguna manera “el
principio de la independencia del movimiento sindical”…
Dos,
que en el caso del MPU, no se trata de ninguna defensa
del gobierno de Chávez frente a un circunstancial ataque
del imperialismo (sea un golpe o un paro-sabotaje como
en el 2002/3), sino de un sistemático apoyo político
al gobierno chavista, así tengan que pisotear elementales
principios como la defensa de la independencia de la clase
obrera frente al gobierno del nacionalismo burgués y su
Estado.
¿En
qué trinchera de clase está la "Revista de América"?
Pero
queda todavía una incógnita a develar en esta historia. El
MST argentino –comprador y vendedor de espejitos de
colores acerca del gobierno chavista– ha firmado contra
el despido a Chirino. No sabemos si lo han hecho también
sus adláteres del MES brasilero integrante del PSOL de ese
país (tampoco si todas las corrientes de esta organización
lo han hecho).
Sin
embargo, es un hecho que sus compañeros panameños del MPU
e integrantes de esta misma revista-corriente se niegan a
firmar por Chirino. Por el contrario, están en el apoyo
absolutamente incondicional al gobierno de Chávez en
todo lo que mande y ordene. Incluso, de hecho, en el caso de
Orlando Chirino.
No
se trata de una discusión de “sectarios empedernidos”
que se niegan a “tener una política concreta frente a los
procesos concretos” o de “sectas fraccionales” que
rechazan tener una política “hacia las masas”,
argumentos con los que atacan a todas las corrientes que nos
hemos mantenidos independientes del chavismo. Se trata de
algo más importante: un puro, simple, elemental y
cristalino problema de principios.
¿Será
que la "Revista de América" ajustará cuentas con los
traidores lisos y llanos que están en sus filas? ¿Será
que este llamado de atención los podrá hacer reconsiderar
capitulaciones enormes, como la división de la C-CURA en
función del ingreso al PSUV, entre otras tantas? Nos
permitimos dudarlo.
1.
Para el MPU Orlando Chirino siempre es un “señor” nunca
un compañero o camarada…
2.
“Organización de izquierda panameña denuncia campaña
contra el gobierno bolivariano”. En www.aporrea.org
3.
Respecto a nuestra crítica a Celia Hart ver “Celia
Hart no firma por Chirino” en
www.socialismo-o-barbarie.org
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