Chávez
rompe con sectores de izquierda
Por
Humberto Márquez
Inter
Press Service (IPS), 17/10/08
Caracas.–
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, rompió con el
Partido Comunista (PCV) y otros sectores de izquierda que lo
apoyaron por 10 años, acusándolos de "mentirosos,
desleales y contrarrevolucionarios", por respaldar
candidatos estaduales y municipales ajenos a su agrupación
política.
"La
cuestión de fondo es que no reconocen mi liderazgo, y
entonces yo tampoco los reconozco a ellos", dijo Chávez
en mítines de respaldo a candidatos del gobernante Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
"Me
encargaré personalmente de que desaparezcan del mapa político
venezolano", aseveró.
Junto al
PCV fue defenestrado Patria Para Todos (PPT), un partido de
cuadros de raíz obrerista, y grupos remanentes de viejas
formaciones socialistas, como Gente Emergente, Movimiento
Electoral del Pueblo y Joven. Entre todos suman 10 de los
167 diputados de la Asamblea Nacional (parlamento
unicameral), donde el PSUV ocupa más de 140 bancas.
Venezuela
elegirá el 23 de noviembre a gobernadores para 22 de sus 23
estados y a 328 de sus 335 alcaldes. En varias regiones PPT,
el PCV y otros grupos aliados al chavismo apoyan a
candidatos diferentes a los del PSUV, con opción de triunfo
o capaces de dividir la votación pro–oficialista y
favorecer así una victoria de abanderados de la oposición.
La
divisoria de aguas –el mandatario no cesa de
recordarlo–– se produjo desde que a comienzos de 2007
propuso unificar a sus seguidores en un solo partido, el
PSUV, creado sobre la base del Movimiento V República
(MVR), la organización electoral que llevó a Chávez a la
presidencia en 1998 y fue su plataforma en otros comicios
desde entonces.
Hubo
dirigentes y militantes de partidos aliados que adhirieron
al PSUV, pero Podemos, de tendencia socialdemócrata, pasó
a la oposición, y los comunistas y otros grupos, aunque
conservaron a Chávez como referencia, mantuvieron sus
siglas y estructuras y este año presentaron candidatos que
rivalizan con los oficialistas en varias regiones.
También
han respaldado el discurso con el que Chávez acompaña sus
ejecutorias, nutrido ya no sólo con frases del libertador
Simón Bolívar (1783–1830) sino con consignas de la
izquierda latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX,
pero colocando como norte la búsqueda de un
"socialismo del siglo XXI".
Oscar
Figuera, secretario general del PCV, dijo a IPS que las
palabras de Chávez fueron "injustificadas y
gratuitas", pues "a los comunistas no se nos puede
llamar contrarrevolucionarios, porque buscamos profundizar
la revolución en el terreno electoral, social, político,
cultural e ideológico".
Además,
"en el terreno electoral, de las 22 candidaturas a
gobernaciones que postula el PSUV, los comunistas apoyamos
17. En los restantes casos, apoyamos a quienes consideramos
los mejores cuadros para que avance y se profundice la
revolución".
"Somos
parte de este proceso desde que en 1997 fuimos el primer
partido (fuera del MVR) en apoyar la candidatura de Chávez
y desde 1931 formamos parte de las fuerzas revolucionarias
en el continente americano. Esas críticas no se
justifican", indicó Figuera.
Desde el
PPT, su secretario general, José Albornoz, fue más duro.
"Cuando el presidente trataba de satanizarnos y hablaba
del exterminio para el PPT, nos recordaba a José Stalin (Iósif
Vissariónovich Dzughasvili (1878–1953)", quien
durante tres décadas condujo verticalmente la hoy
desaparecida Unión Soviética y por ende el movimiento
comunista internacional.
El PPT
"no compró su condición revolucionaria en una
farmacia, viene desde antes de Chávez (de una fracción del
grupo obrerista Causa Radical, creado en 1971) y no estamos
en la revolución por una cuota de poder, sino porque este
proceso es de todos", agregó.
Tampoco,
según Albornoz, "no entendemos porqué somos
contrarrevolucionarios al apoyar a Lenny Manuitt (PPT) en Guárico
(estado de las llanuras centrales) y en otros estados somos
revolucionarios al apoyar candidatos del PSUV".
Daniel García,
responsable del grupo Gente Emergente, cuestionó los
ataques "ofensivos y desconsiderados" que les hizo
Chávez después de que en el estado natal del presidente,
Barinas, en las llanuras del sudoeste venezolano,
organizaciones como la suya se alinearon con el disidente
que aspira a ser gobernador, Julio César Reyes.
Aunque se
trata de comicios regionales y municipales, las elecciones
de noviembre son consideradas por Chávez "las más
importantes de nuestra historia", porque estima que un
resultado favorable impulsará su proyecto a lo largo de la
siguiente década.
Dirigentes
del PSUV como el alcalde caraqueño Freddy Bernal anunciaron
que, luego de estas elecciones, volverán a proponer una
reforma constitucional para que Chávez pueda ser reelegido
indefinidamente tras concluir este sexenio en enero de 2013.
Chávez
advirtió que, si la oposición consigue una decena de
victorias regionales, incluidos los estados norteños más
poblados, "el año próximo vendrán por mí", es
decir, erigirán barreras a sus políticas y podrían
impulsar un recorte de su mandato.
Los sondeos
de opinión de voto conocidos hasta septiembre daban opción
a los opositores ––que en 2004 apenas consiguieron dos
gobernaciones–– para ganar en media docena de estados,
pero responsables de encuestadoras consideran que en los últimos
días los adversarios de Chávez se han hecho con un número
mayor de distritos posibles de obtener el triunfo.
En ese
marco, presentar varias candidaturas chavistas abre campo a
la oposición, aunque, como compensación, las plazas donde
compiten varios opositores pueden ser obtenidas por los
seguidores del mandatario.
Y varias
regiones que han sido bastiones oficialistas pueden ir a
manos de dirigentes, que rompieron con el PSUV al no ser
escogidos como candidatos. En esa situación está el estado
de Barinas, donde su hermano, Adán Chávez, un antiguo
militante marxista, aspira a suceder como gobernador al
padre de ambos, Hugo de los Reyes Chávez.
Chávez,
quien recorre el país en campaña por los suyos, llama
"traidores" y "vendidos" a los
disidentes, asegura que los borrará del mapa político y
endureció su verbo frente a los opositores, calificando a
algunos aspirantes de "imbéciles" y amenazando
con no entregar recursos a gobiernos locales que
"conspiren" contra sus políticas.
Según el
comentarista político Nelson Bocaranda, las invectivas del
presidente contra los ex aliados crecieron al leer encuestas
según las cuales en algunas plazas no sólo ganará la
oposición sino que los disidentes superarán a los
candidatos del PSUV.
Oscar Schémel,
de la firma encuestadora Hinterlaces, dijo a IPS que
"hasta ahora el presidente ha tenido razón al sostener
que electoralmente los pequeños partidos aliados sin él no
son nada, pero, si el resultado entre varios candidatos a
una plaza es muy cerrados, dos o tres puntos porcentuales
pueden decidir el triunfo o la derrota".
El diputado
Luis Tascón, líder de un grupo de cuatro parlamentarios
que se alejaron del PSUV a comienzos de este año tras
denunciar que el partido fue copado por grupos de derecha,
dijo a IPS que "el mapa político venezolano después
de noviembre será multicolor y Chávez deberá pensar en cómo
negociar con sus adversarios".
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