Se rompe la polarización: posibilidad de construir un partido
revolucionario de los trabajadores. Se terminó la pasión.
El cheque en blanco que la población le otorgó a Chávez
hace ya 10 años largos, está siendo cobrado por el
descontento y el sin sabor. No sólo las encuestas lo
evidencian, también el chiste fácil del venezolano que se
transmite boca a boca o por celular. Se constata en las
conversaciones populares en el Metro, en el supermercado, en
la parada de autobús, en la cola para cobrar la pensión,
en las reuniones entre amigos y familiares. Chávez se cayó
del pedestal. Y esto no sólo lo vemos nosotros, incluso,
dirigentes fundamentales del PSUV, exministros y sectores
directamente ligados al gobierno así lo atestiguan.
En la última semana hemos leído con mucho interés, un artículo de José
Vicente Rangel publicado el pasado 16 de noviembre en el
diario Ultimas Noticias, así como la entrevista que
Vladimir Villegas le hiciera a Alberto Müller Rojas, el
pasado domingo para El Nacional, y un comunicado titulado
“No nos está permitido perder la esperanza”, aparecido
ayer lunes en Ultimas Noticias, suscrito por José Albornoz,
secretario general del PPT, Rafael Uzcátegui, secretario de
organización de ese partido, así como por el gobernador de
Amazonas, Liborio Guarulla, Margarita López Maya y
numerosos dirigentes, diputados y concejales de ese partido.
Las
preocupaciones de los allegados al gobierno
En el primero, el múltiple exministro, asegura que existe confusión entre
muchas personas que respaldan al presidente Chávez, y que
como consecuencia de esto se estaría abriendo paso el
pesimismo. Lo atribuye a los numerosos problemas que aún
padecen los venezolanos, y menciona la inseguridad, el
“proceso degenerativo” de Barrio Adentro y la crisis eléctrica,
los cuales serían consecuencia de la desidia, la corrupción
y el burocratismo, así como de la falta de participación
del pueblo en la gestión gubernamental.
Por su parte Müller Rojas, insiste en afirmar que Chávez sigue sentado
sobre un “nido de alacranes”, incluso reconoce que como
consecuencia de la gestión de gobierno se ha “perdido
cierto apoyo de nuestras propias bases”, afirma el
dirigente del PSUV. Y no tiene otra opción que reconcer que
existe una boliburguesía, que está recibiendo privilegios
del Estado.
El comunicado del PPT es un “llamado de alerta” ante la persistencia de
muchos problemas heredados del pasado reciente que siguen
intactos. Afirman que Venezuela sigue siendo un país
rentista, y llegan a afirmar que el entusiasmo inicial del
pueblo por el proceso revolucionario se ha perdido, lo que
llevaría según los que suscriben el comunicado, a que se
afronte “el serio riesgo de que fuerzas de derecha ocupen
importantes espacios políticos impulsados por las fallas en
el campo revolucionario”.
Todas estas clarinadas de alerta, y llamados de atención, son formulados
por sectores directamente ligados a Chávez y al gobierno,
son afirmaciones absolutamente libres de toda sospecha de
“escualidismo”. Ni siquiera se producen desde la
izquierda, por el contrario, se ubican en el terreno del
respaldo a la política reformista y de colaboración de
clases del actual gobierno. Sin embargo, estas declaraciones
no son casuales, ni aparecieron publicadas casi simultáneamente
por mera coincidencia. Más bien, ponen en el tapete que
efectivamente, como titula el artículo de José Vicente,
“algo está pasando” en el seno del gobierno, y muy
especialmente en el proceso revolucionario.
¿Para dónde van los descontentos?
Cambios profundos se están produciendo. Uno que se nota con claridad es que
la polarización política entre chavismo y oposición, ha
comenzado a romperse. Se palpa en la calle, en las
conversaciones informales entre trabajadores y gente del
pueblo. Ya no es una herejía cuestionar al gobierno,
incluso, al mismísimo presidente Chávez. Pero este
desgaste del gobierno, que eventualmente se podría
convertir en una ruptura política de masas con el mismo, no
se está traduciendo en crecimiento vertiginoso de los
partidos de la derecha.
Los sectores populares descontentos con la crisis de agua, de la
electricidad, con el deterioro creciente de Barrio Adentro,
con los ataques gubernamentales a las contrataciones
colectivas y demás derechos laborales, con la inflación
galopante y la inseguridad desbordada, no se están
inscribiendo en los partidos de la derecha proimperialista.
Ni siquiera los sectores de clase media, base social
tradicional del antichavismo, corren entusiasmados a
afiliarse a Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Copei o AD.
Todo lo contrario, las críticas de estos sectores sociales
hacia esos partidos crecen, en la misma medida en que crece
el descontento popular con el gobierno.
Una encuesta reciente de Datanálisis, ofrece información que corrobora
esto que venimos afirmando. En octubre, el número de
personas que se autocalificaban de progobierno bajó a
21,5%, con respecto al mes de septiembre que ascendía a
32%. Por otra parte, disminuye el porcentaje de personas que
se declaran de oposición, que pasan de 20,4% en septiembre
a 17,4% en octubre.
Mientras que los que dicen no ser ni chavistas ni de oposición ascienden de
45% en septiembre a 54% en octubre. Y 60% dice no ser de
ningún partido. Es interesante notar que un 51% de los
entrevistados dice no saber por quién votaría de ser mañana
las elecciones presidenciales.
Lo políticamente interesante y novedoso de lo que venimos afirmando es que
además de caer el respaldo al gobierno, especialmente entre
los sectores que han sido la base social fundamental del
chavismo, también cae el apoyo a los partidos y potenciales
candidatos de la derecha proimperialista. La mayoría de los
descontentos con el gobierno se ubican en una posición de
expectativa, a la espera de que surja alguna alternativa política
que canalice el desgaste gubernamental.
Crece
el espacio para una política verdaderamente revolucionaria
Este proceso combinado de deterioro del respaldo al gobierno y rechazo a los
partidos de la derecha, está produciendo la conformación
de una amplia franja de población que se distancia políticamente
de ambos sectores, que a fin de cuentas representan las dos
caras de una misma moneda, la cual reproduce y sostiene al
sistema capitalista, en el marco de una disputa de ambos por
controlar la renta petrolera.
Esta situación abre una perspectiva completamente nueva, que podría
brindar la materia prima social para construir una
alternativa verdaderamente revolucionaria y socialista, que
se plante con firmeza frente al gobierno y los patronos,
desde una perspectiva de oposición de izquierda, que
reivindique la necesidad y urgencia de profundizar el
proceso revolucionario venezolano hacia el verdadero
socialismo, sin patronos, boliburgueses, burócratas y
corruptos rojo rojitos.
Esa es la tarea en la que estamos embarcados los que conformamos la Unidad
Socialista de Izquierda. El partido de Richard Gallardo,
Luis Hernández y Carlos Requena, dirigentes obreros de la
UNT de Aragua, asesinados por atreverse a fundar una
herramienta política de los trabajadores, independiente del
gobierno y de los patronos.
Desde nuestra joven organización convocamos a los luchadores y activistas
obreros y populares, a los jóvenes, a los estudiantes críticos,
que buscan una alternativa de izquierda, verdaderamente
socialista, a que nos acompañen en esta senda.
(*) Profesor de la UCV y dirigente de la Unidad Socialista de Izquierda.
Prensa USI.– Hoy se cumple un año del vil asesinato de nuestros
camaradas, Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos
Requena, y aún este brutal crimen sigue impune, y sin
castigo para sus autores intelectuales y materiales.
Como se recordará, el 27 de noviembre del 2008, en horas de la noche, los
tres dirigentes sindicales, miembros de la coordinación de
la UNETE de Aragua, y militantes fundadores de la Unidad
Socialista de Izquierda en ese estado, fueron abaleados por
un sicario en las inmediaciones de La Encrucijada.
Richard había sido candidato a diputado regional por nuestra organización
en las elecciones del 23 de noviembre, y Luis se presentó
como candidato a alcalde del municipio Zamora. El primero
era además, presidente de la UNETE en el estado Aragua, y
el segundo secretario general del sindicato de la Pepsi Cola
en Villa de Cura. Por su parte, Carlos Requena, era un
destacado delegado de prevención, trabajador de la empresa
Produvisa y fundador de la Unidad Socialista de Izquierda en
Aragua, todos eran activistas de la corriente CCURA.
Para nuestro partido no queda ninguna duda que este fue un crimen de
evidente tinte político, se cobró con sus vidas el
atrevimiento de estos dirigentes obreros clasistas, de ir más
allá del terreno sindical, y dar el paso para fundar un
partido político de trabajadores, independiente del
gobierno y de los patronos.
A un año de sus asesinatos, la investigación del caso está suspendida,
mientras se le sigue juicio a José Luis Arguinzones,
trabajador de la Pepsi Cola, acusado por la Fiscalía de ser
el autor material del crimen. A pesar de que muchos de sus
compañeros de trabajo argumentan que ese día Arguinzones
se encontraba laborando en el turno de la noche.
Por otra parte, la Fiscalía no ha dicho absolutamente nada sobre los
posibles autores intelectuales del crimen, y los asesinatos
de Richard, Luis y Carlos, corren el riesgo de ser cubiertos
por el manto de la impunidad reinante en el país.
Ante esta situación, la Unidad Socialista de Izquierda, insiste en la
necesidad de que la investigación sea reabierta, y que esta
se dirija a considerar todas las posibilidades y pistas que
conduzcan al esclarecimiento del crimen, y a la captura y
castigo para los autores materiales e intelectuales. Burócratas
sindicales de la región, la policía del estado Aragua, la
empresa Alpina, así como las autoridades del municipio
Zamora, deben ser sometidas a la más exhaustiva investigación.