Ha llegado la hora de construir una nueva organización
política fortalecida con
criterios de unidad, autónoma
ante el Estado y el gobierno
Visión de Venezuela en la actualidad... ¿Qué hacer?
Por Vilma Bustamante R.
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), 19/02/10
Venezuela se encuentra en una encrucijada. Ha alcanzado un
punto crítico y se encuentra inmersa en un marco
internacional complejo que podría incidir a mediano plazo
en su contexto interno.
En el ámbito internacional, a la luz de los
acontecimientos más recientes, observamos que con la
llegada de la administración Obama se replantean las
posiciones de EEUU como potencia, incrementando las amenazas
a la soberanía de nuestros territorios. El golpe de estado
en Honduras, el establecimiento de las siete bases militares
en Colombia y la reciente incursión militar en Haití, nos
indican por sentido lógico de las pretensiones reales del
Imperialismo. Es evidente que el reacomodo de los gringos en
espacios geopolíticos estratégicos de América Latina y el
Caribe va dirigido a destruir al Alba y a lo que implica una
política de integración e intercambio con una visión
social y principios de soberanía.
También obedece a la necesidad de implementar el control
geopolítico–institucional de Cuba y de Venezuela, es
decir "cerrarle el paso" hacia el petróleo y los
recursos estratégicos de América Latina al eje
Rusia–China, cuyo foco de penetración en la región se da
principalmente a través de sus convenios comerciales,
tecnológicos y armamentistas con los gobiernos de Hugo Chávez
y de Raúl Castro. Aunado a estos argumentos, están los clásicos
señalamientos implementados por las siniestras
trasnacionales de los medios de comunicación de "falta
de democracia", "violación de los derechos
humanos", "menoscabo de libertad de expresión",
con Venezuela se añade el "armamentismo"
"apoyo a las FARC–EP", etc., todo preparado
militar y mediáticamente para la estocada final.
Ahora bien, entendemos que Cuba lleva 52 años de Revolución
Socialista en la cual la política económica llevada
adelante por el gobierno revolucionario afectó, desde un
primer momento, los intereses de Estados Unidos en Cuba.
Nada parecido a lo que sucede en nuestro país. En Venezuela
se mantiene el intercambio comercial con el mercado
estadounidense a través de sus exportaciones de crudo.
Obviamente, en dicho intercambio el petróleo sigue siendo
el principal producto de exportación desde Venezuela a
Estados Unidos, pero el dinamismo comercial entre ambos se
expande hacia otros rubros.
Se añade a esto la nueva forma de actuar de las empresas
trasnacionales a través de las empresas mixtas, que a
nuestro juicio, profundiza la dependencia económica con
Estados Unidos. La propiedad privada de los medios de
producción se mantiene incólume, conservando intacta la
estructura capitalista. Lo revolucionarista del actual
gobierno podría ser la política social dirigida a la
educación y a la salud aunque con grandes
"altibajos" en los últimos tiempos, que motivó
favorablemente a la participación política de las grandes
masas venezolanas, también la política internacional
antiimperialista y un "discurso socialista"
lamentablemente alejado de la práctica objetiva que
profundiza sin sensatez las contradicciones, ya que no se
han realizado las tareas fundamentales de la revolución
socialista.
La situación interna de Venezuela en la actualidad viene
caracterizada por algunos elementos:
1.– Una crisis eléctrica originada no solo por factores
ambientales, sino por signos inocultables de ineficiencia
administrativa y operativa, combinada con planes de sabotaje
consumados. De acuerdo a las últimas informaciones si no
llueve en los próximos meses, atravesaremos una de las
mayores crisis de sequía que se traducirá en insuficiencia
eléctrica y alimentaria.
2– El desbordamiento de la delincuencia con características
atípicas en el país nos reafirma lo que se ha denunciado
desde hace aproximadamente cinco años de la presencia de
grupos paramilitares colombianos, que a estas alturas
mantienen estructuras delictivas que hacen vida en los
barrios de Caracas y algunos estados del país.
3.– La reciente devaluación de la moneda que
inevitablemente disparará la inflación y los niveles de
especulación en detrimento de los trabajadores y
trabajadoras.
4.– La impunidad de los asesinatos de sindicalistas,
campesinos y dirigentes sociales, así como la tendencia a
criminalizar algunas protestas de trabajadores, es una
prueba de la penetración de la derecha en las instituciones
del estado para reprimir a los sectores sociales que luchan
por sus derechos.
5.– La utilización, por parte del gobierno y específicamente
por el Presidente Chávez, de un discurso
"revolucionario" propio del nacionalismo pequeño
burgués, con el cual cautiva movimientos intelectuales
internacionales y nacionales que creen en la izquierda. No
es marxista, pues su programa de gobierno pasa por acuerdos
con la burguesía, y las expropiaciones que realizan son
indemnizadas a precios de mercado. Este discurso que se
contradice con la práctica, está creando un clima de
inconformidad y confusión así como desaliento ante un
verdadero proyecto socialista.
6.– A pesar del descontento social, no se refleja una
falta de popularidad concluyente del Presidente Hugo Chávez,
paradójicamente y después de 10 años de gobierno, amplios
sectores de la sociedad relaciona las fallas del gobierno
bolivariano con sus asesores, ministros o allegados,
eximiendo de culpa al primer mandatario nacional.
7.– La injerencia de los medios de comunicación de
derecha en la política venezolana, nos advierte del
acercamiento de una nueva etapa de agresivas confrontaciones
esta vez, encabezadas por jóvenes pequeño–burgueses, con
discursos y actitudes estúpidas, pero con objetivos bien
precisos dentro de los planes imperialistas de
desestabilización. El movimiento "estudiantil" ha
tenido una pésima participación en el ámbito político
venezolano, entre sus "hazañas" podemos recordar
el estrepitoso fracaso con la realización de una huelga de
hambre frente a la sede de la OEA en Venezuela.
8.– La derecha representativa de los intereses del
capital no ha logrado aglutinar ese porcentaje de
"desencantados" a sus filas, no se perfila un
fortalecimiento de sus partidos y movimientos opositores. Se
conduce con torpeza, manejando un discurso muchas veces
incoherente en defensa frontal del sistema. La "nueva
derecha", "derecha endógena" o aquella que
hace vida política dentro del gobierno se inserta
progresivamente dentro de los instrumentos que crea el
propio chavismo y que el Estado rentista promueve.
Ante este escenario discordante se encuentra el movimiento
obrero y las organizaciones marxistas en lucha, pero
desarticulados y disminuidos en fuerzas, que libran la
batalla por la construcción de un auténtico proceso
revolucionario y por evitar retroceder a los cuarenta años
de gobiernos neoliberales que marcaron a Venezuela,
profundizando la represión, miseria y atraso.
La coyuntura actual nos reclama la construcción de un
frente común de marxistas donde coincidamos en táctica y
estrategia, para la presentación de una alternativa
confiable a la clase trabajadora y a la población en
general. Ese frente deberá establecer un programa de
principios y una línea de conducta que nos permita
diferenciarnos de la derecha dentro del chavismo y de la
oposición denigrante defensora del capital.
La nueva referencia política levantará las banderas de
la clase obrera para la lucha por la toma del poder político,
luego de un laborioso proceso de acumulación de fuerzas y
de una ofensiva labor de formación política e ideológica.
Ha llegado la hora de construir una nueva organización
política fortalecida con criterios de unidad, autónoma
ante el Estado y el gobierno, ha llegado la hora de pasar a
la ofensiva y de no continuar forzándonos a escoger entre
el mal menor.
La crisis
bancaria en Venezuela
Acerca de la socialización del
sistema financiero
Por Otto Van Der Velde Q.
Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), 19/02/10
En octubre de 2009 planteamos como salida revolucionaria a
la crisis histórica del capital financiero mundial la
socialización de la banca y los seguros privados, para así
formar una malla de protección al salario, a los pequeños
ahorristas y a las divisas nacionales. Poco tiempo después
se derrumbaron 11 bancos y otros quedaron con la Espada de
Damocles sobre sus cabezas.
En esa oportunidad expresamos que era un error
triunfalista, negar que el peso del colapso mundial de la
economía capitalista – en particular del capital
financiero– afectara la economía venezolana, gracias al
empleo de algunas medidas sociales. Independientemente de
los amortiguadores sociales (que son bienvenidos) para
aliviar la crisis estructural capitalista, no hay que
olvidar tres aspectos del problema: que la
internacionalización del capital es un hecho histórico;
que la economía venezolana es capitalista dependiente y que
la bancarrota del sistema financiero tiró por el suelo a
poderosos gigantes bancarios, casas de bolsa y aseguradoras
que controlan o afectan las finanzas y la economía mundial
(economía de mercado para algunos economistas). El colapso
industrial automotriz, de la construcción, cadenas
comerciales etc., indican que no hablamos de pequeñas
cosas. Que no es un resfriado del capital que pasa en 48
horas. Sobre esto debe reflexionar la clase obrera, las
masas en general encargadas de pagar la factura de la
crisis.
La situación atormenta el sueño de los economistas
burgueses, desde el Nobel Stiglitz hasta el de nuestro
panfletista económico Emeterio Gómez y compañía. Todos
se vuelven un ovillo buscando las causas del fracaso del
libre mercado, de la muerte súbita del neoliberalismo, el
origen de los enredos ideológicos del mercado social y
otros estertores del capital en su agonía histórica. Para
los marxistas y leninistas tales acontecimientos revelan no
sólo los límites de la naturaleza capitalista, sino también
el nivel alcanzado por la lucha de clases en Venezuela y a
lo largo y ancho del planeta.
Veamos lo que dice Marx al analizar el tipo de crisis
capitalista que hoy nos atañe, que ha comenzado con la
crisis del crédito. Marx explica la ley de acumulación
permanente y centralización del capital. En el tomo I de El
Capital señala que..."la cantidad desembolsada en
una empresa industrial dada, y la competencia hace que cada
capitalista sienta las leyes inmanentes de la producción
(...) lo obliga a aumentar constantemente su capital (...)
por la acumulación progresiva " (El Capital T. I.
V. Paul Sweezy, Teoría del Desarrollo Capitalista,
p87. FCE)
Respecto a la ley de acumulación y centralización del
capital, advierte que "Este proceso difiere del
anterior en que sólo presupone un cambio en la distribución
del capital ya disponible y funcionando (...) El capital
aumenta en un lugar en poder de una sola persona, porque
muchos lo han perdido en otro lugar. Esta es la centralización
propiamente dicha, diferente de la acumulación y la
concentración”. (El Capital p686 FCE)
Algo de esto ocurre en el capitalismo venezolano. Las
bancarrotas bancarias de 1996 y las actuales, obedecen en
forma y contenido al proceso de acumulación y centralización
del capital financiero, señalado por Marx. La gran quiebra
del 96 con la ruina del salario y del ahorro en el 60% de la
banca privada, tuvo las misma causas que la quiebra de los
llamados 11 bancos, más no la misma respuesta por parte del
Estado.
En el 96 los "auxilios" del Estado capitalista a
la banca fueron a parar a los bolsillos de los banqueros
estafadores, todos impunes. En el 2009, el 98% de los pequeños
ahorristas reciben garantías del Estado. Ciertamente que el
Estado corre con las cuentas del fraude y esto repercute en
los fondos sociales y de inversión. Desde el punto de vista
social es una justa medida que protege tanto al pequeño
ahorrista como a los salarios, pero desde el punto de vista
psicológico preserva al capital financiero de una corrida
bancaria mayor y les evita al capital financiero en quiebra
los gastos y las responsabilidades del fraude cometido por
sus directivas.
Igualmente se cumple el análisis marxista en el asunto de
la competencia. La banca privada dominante, Provincial,
Mercantil etc. elimina competencia. En ésta oportunidad a
costa de los nuevos capitalistas salidos de los callejones
del proceso, algunos de ellos ligados al nacionalismo burgués
y a la llamada "derecha endógena" que se mueve a
lo interno del movimiento bolivariano y el PSUV. Ocurre una
lucha inter capitalista de acumulación y centralización en
la que también entra el capitalismo de Estado. La gran
burguesía financiera elimina competencia, desacredita y
debilita algunos esfuerzos del "capitalismo
nacional" absorbiendo además un buen porcentaje de los
depósitos y negocios de los mismos. Incluso obliga al
Estado a castigar a los estafadores de la nueva clase
capitalista en formación, dejando clara la
irresponsabilidad en esa dirección de los organismos
estatales encargados de cuidar las finanzas del capitalismo
venezolano. Políticamente crea una contradicción dentro
del problema nacional.
De la misma forma ocurre con la centralización del
capital de la que también nos habla Marx. El capital pasa
de manos. Pero esa contradicción entre la "vieja"
burguesía monopolista y la "nueva " burguesía
bancaria –en la que el capitalismo de Estado y algunos
funcionarios del gobierno no son convidado de piedra–
puede avivar la conciencia antiimperialistas en las filas
nacionalistas, bolivarianas, pesuvistas y socialistas,
facilitándole a las masas la identificación de los
artilugios de la lucha de clases en el marco del problema
nacional y que ésta desentierre con nombre y apellido a la
derecha interna agazapada dentro del proceso.
La profundización de esa ofensiva ideológica, permitirá
que entre en el seno de las grandes masas la consigna
anticapitalista de socializar el sistema financiero,
estimulará el ataque de las corruptelas, el enfrentamiento
a los conciliadores y burócratas dentro del proceso etc.,
desbaratando los obstáculos que impiden al proletariado
acceder a la jefatura política del proceso revolucionario.
Se trata de alcanzar la coherencia estratégica y del
programa en la lucha combinada de liberación nacional y
socialismo. Precisamente a esto teme la burguesía
monopolista y sus aliados. Pero lo que bien conoce la
burguesía financiera pareciera ser ignorado por unos
cuantos "socialistas bolivarianos" y por los
marxistas legales del proceso.
El banquero Juan Carlos Escotet Presidente de Banesco –
vaya como ejemplo pero ¡no es el único!– "descartando
los rumores de estatizar bancos" (sic) declara al
periódico Últimas Noticias que "si el gobierno
tiene voluntad de estatizar la banca privada, ya lo hubiese
hecho, porque con la situación de estos 11 bancos, tenían
la excusa perfecta para tomar esa decisión. Había
un espacio para estatizar la banca y los seguros, aunque no
la voluntad de hacerlo”. (Declaración del 23 de enero
de 2010. spn)
¡Qué clara resulta la imprudencia estratégica de
nuestro asustado banquero! Desde su posición capitalista
revela una verdad de la contradicción capital– trabajo
venezolana, la posibilidad de socializar la banca, condición
evidente para la burguesía financiera aunque no para muchos
de nuestros ardorosos rojos – rojitos que a diario se
desgarran las vestiduras contra el capital. He aquí el
desafío que la burguesía monopolista lanza al rostro del
gobierno bolivariano y del proceso revolucionario. Les dice
en su propia cara: estamos conscientes de que la socialización
es posible (y necesaria decimos nosotros), ustedes tienen
"la excusa perfecta" para hacerlo pero no tienen
la voluntad. De nuevo aparece el fantasma de el Principe Hamlet: “to
be or not to be; that is the question”.
La crisis y agotamiento del capitalismo crea un momento
político propicio para ello. No se trata de una
"excusa perfecta" sino el colapso mundial del
capital financiero, del crédito, de la acumulación y
centralización del capital y no hay pragmatismo ni táctica
capaz de evitar esto. Lo demás es filosofía barata y
propaganda.
Hablamos pues, de socialización integral del sistema
financiero en base al programa general socialista. No
hablamos de nacionalización, de estatización simple,
recompra de bancos etc. Nuestra propuesta de la socialización
financiera equivale políticamente a una alianza
revolucionaria del Estado social con el proletariado y las
masas para conformar la dirección política – económica
del proceso, derrotar al imperialismo y a sus secuaces –
incluida la burocracia y la derecha endógena– condición
clave en la construcción del socialismo. Para el Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT) esa es la protección
histórica ante el desbarajuste del sistema financiero
mundial, el militarismo anglo norteamericano creciente, la pérdida
del salario, el desempleo e inflación que estremece al
sistema capitalista internacional.
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