Dólares,
inflación y desabastecimiento
¿Por qué fallan las medidas del
gobierno?
Por Manuel Sutherland (*)
Desde Venezuela para Socialismo o
Barbarie, 30/06/10
Manifiesto mi preocupación
clara por la insistencia en políticas que han dado pésimos
resultados a la clase obrera local, beneficiando a una cúpula
parásita que nos roba la renta petrolera a diario. Espero
que el escrito permita generar el debate y la crítica
profunda que tanto adolece el proceso bolivariano... Sus
comentarios serán bien recibidos.
“Debemos
emprender activamente la labor de educación política de la
clase obrera, de desarrollo de su conciencia política.”
(Lenin [i])
Son increíbles los desbarajustes de
nuestra economía. Luego de un año desdichado –en materia
económica– y con una grave recesión (2010) aunada a una
trepidante inflación (slumpflaction); se nos encima una
voraz especulación cambiaria que tiene influencias en el
desabastecimiento y en el deterioro progresivo de la
capacidad de compra de quienes somos víctimas del
capitalismo en Venezuela. El tema de la especulación tiene
una enérgica respuesta del gobierno bolivariano; pero a
nuestro criterio, la reacción de los gobernantes está
plenamente transversalizada por la ideología capitalista, e
insiste en atacar el problema con el mismo criterio que
manejan sus causantes burgueses. La dolorosa inflación y el
desabastecimiento de algunos productos, atentan cada vez más
contra la idea de bienestar que promueve el Estado y va a
ser un factor importante en la más que posible merma en el
apoyo al proceso bolivariano en las venideras elecciones a
la Asamblea Nacional, que según el chavismo son de vida o
muerte.
¿Qué es especulación? ¿Todo
comercio es especulativo?
“Toda
operación por medio de la cual una persona compra un
producto para volver a venderlo, constituye de hecho un acto
de especulación.” (Mac Culloch [ii])
La metafísica burguesa confunde
flagrante los conceptos y vela –por sus objetivos de
clase– las contradicciones claras del sistema y la pobreza
que impone a las capas más amplias de la sociedad. Sin
embargo, cuando hablamos de especulación, no es necesario
ni siquiera citar a un “marxólogo” para que aborde el
tema de manera diáfana. Un economista keynesiano (lo más
lejos de ser revolucionario), recoge el tradicional concepto
de especulación que se maneja desde el siglo XIX.
Kaldor[iii], define la especulación como: cualquier operación
de compra (venta) de un bien con la intención de la reventa
(o recompra) en una fecha ulterior, esperanzado en la
posible modificación del precio vigente y no por una
ventaja ligada al uso del bien. Marx en tono de sorna, en
una nota al pie dice: “MacCulloch descubre que comprar
para vender es especular, con lo cual cae por tierra la
diferencia entre la especulación y el comercio.”[iv]
Sencillo, especular implica adquirir un
bien NO con la idea de consumirlo productivamente ni de
agregarle valor en la producción. Sólo se consigue el bien
con la estricta finalidad de venderlo a un precio superior
al pagado. Lógicamente, al desarrollarse los mercados y al
crecer la fuerza de la competencia, los márgenes
especulativos disminuyen y el comerciante sólo apropia una
porción de la plusvalía producida en la actividad de
agregación de valor. Esta cesión de plusvalía es
efectuada por los gastos de circulación y realización de
la mercancía que el productor desea abreviar, en aras de
provocar una mayor velocidad de rotación del capital, que
estimule su masa de ganancia.
La especulación, no tiene que ver con
precios muy “altos” o estafas. Eso es un error
recurrente debido a las olas especulativas que se desatan en
momentos puntuales en el mercado. Cuando hay dificultades
para conseguir una mercancía, los márgenes especulativos
de los miembros de la cadena de distribución se disparan.
Por ello, se aprovechan de elevar sus márgenes de ganancia
en esos momentos y eso suele interpretarse como especulación,
cuando la especulación es independiente de lo alto o bajo
del precio. Así, cuando ayer el presidente Hugo Chávez
dijo en referencia a la estatización de la cadena francesa
de Hipermercados Casino: “Ellos (Casino) estaban muy
molestos con sus gerentes aquí porque especulaban”[v]. Se
equivoca él o los franceses, porque todos los comerciantes
especulan, aspiran vender al precio más alto posible, el
cual le pueda generar la máxima ganancia en relación a su
nivel de ventas. La señora del kiosco no vende el periódico
a más de 4 Bs., porque a eso precio nadie se lo compra,
debido a que hay otros kioscos que lo venderían a precio
vigente. El sueño de la dulce señora estriba en venderlo a
20 Bs. y ganar mucho más. Pero, en la mercancía
“prensa”, hay mucha competencia y la posibilidad de
sustitución es mayor, por ende el margen especulativo es
menor, pero no por la voluntad de los empresarios sino por
el desarrollo competitivo del mercado en esa área.
Es notorio que marxistas de tanta
calidad como Vladimir Acosta yerran recomendando políticas
para frenar la “especulación” que deviene de la
devaluación decretada el 8 de enero de 2010, el comenta muy
molesto: “Especuladores, bandidos que se hacen pasar por
capitalistas… Lo que debió hacerse es un decreto de
congelación de precios 3 meses, calculando los precios con
las ganancias, hasta que se agote el stock.[vi]” Tanto
ustedes como nosotros sabemos que todos los capitalistas son
todos bandidos, porque su ganancia proviene del robo de la
fuerza de trabajo excedente que produce la clase obrera. Por
tanto, actualizar los precios con la inflación o dedicarse
a la especulación, no es más que una actividad natural
donde los capitalistas buscan hacer ganancias rápidas y
sacarle provecho a un mayor manejo de información en cuanto
a la evolución del precio de una mercancía.
Obligar al burgués a vender el stock
que le queda a un precio que no pueda ni siquiera reponer
las materias primas o mercancías para la venta es matar al
capital. El inventario de mercancías debe actualizarse
minuto a minuto. Si un burgués compra oro como materia
prima para realizar dientes de oro y este noble metal
duplica de precio, el burgués debe pecharle el aumento del
precio del insumo áureo al producto final. De no hacerlo,
de ponerse burdamente “penoso”, a la hora de comprar la
materia prima de nuevo, para producir la misma cantidad de
dientes, correrá el riesgo de no tener el
capital–monetario suficiente y deberá pedir prestado o
tomar de su capital de reserva para poder adquirir de nuevo
la materia prima para producir la misma cantidad de antes.
Eso quiere decir, que la ganancia se esfumará, e incluso
puede hasta quebrar. Por ello es completamente desacertada
la noción de capitalistas “buenos” vs. Bandidos, y el
lugar común de capitalistas “sacrificados” que vayan a
la ruina por no actualizar el precio de sus mercancías
luego de la devaluación.[vii]
Especulación y finanzas, dos caras
de una misma moneda
En el mercado financiero, el asunto es
harto más explicito. Allí, casi todos[viii] compran
acciones, bonos o divisas para venderlas apenas se suban de
precio y así ganarse un diferencial, conceptualizado como
ganancia especulativa. La persona que compró 100 US$ a 430
Bs. Espera vender sus verdes por un precio mayor al que pagó
(de no especular no tendría sentido la operación). Esa
maniobra implica riesgos, los especuladores no saben a
ciencia cierta cuando revenderán y a que precio. Muchos de
ellos pierden enormes cantidades de dinero –que va a parar
a otros especuladores– por previsiones que no se cumplen;
los pequeños inversores son los que más sufren, por
manejar información del mercado deficiente y poco oportuna.
Otro mito de la socialdemocracia
criolla, endilga a los “malvados” inversionistas
venezolanos el especular “mucho”… NO, fíjense, en el
mundo en 1998, el mercado de divisas era 50 veces más
grande en volumen, que la sumatoria de todo el comercio y la
inversión internacional.[ix]
Según el Banco Internacional de Pagos,
cerca del 75% de las transacciones financieras realiza su
ciclo de compra y venta en menos de 2 semanas, y un 40% lo
realiza en menos de 3 días. En las finanzas esa frontera
entre negocios y especulación se ve cada vez menos, Gilbart
–un pro capitalista, citado por Marx– nos comenta: “La
misión de los bancos es facilitar los negocios. Todo lo que
facilita los negocios, facilita también la especulación.
Los negocios y la especulación van, en muchos casos, tan íntimamente
unidos, que resulta difícil decir dónde acaban los
negocios y dónde empieza la especulación.[x]” Todo ello
implica que las finanzas y la especulación coinciden de
manera íntegra.
Sabiendo lo anterior, es poco menos que
asombroso, que el presidente del Banco Central de Venezuela
(BCV) diga que en el mercado de títulos valores “se
erradicarán las operaciones especulativas que se realizaban
con estos instrumentos financieros. –refiriéndose a las
nuevas oportunidades que tendrá la burguesía para
especular con los dólares, con un mecanismo de asignación
estatal más rígido–” Es absolutamente imposible. Los
bancos y casas de bolsas viven exactamente de la especulación,
¿para qué van a adquirir divisas? ¿Para ahorrarlas y
rechazar el jugoso diferencial que el mercado indica? ¡Por
favor¡
En los momentos de mayor depresión del
sistema, las actividades especulativas se exacerban. Por
regla general en etapas de pre–crisis las dificultades
para valorizar el capital se atizan y la saturación de
capital acelera las fases de quiebra de los capitales menos
concentrados. Marx nos cuenta: “La masa de los pequeños
capitales desperdigados se ve empujada de este modo a los
caminos de la aventura: especulación, combinaciones turbias
a base de crédito, manejos especulativos con acciones,
crisis.[xi]” Por tanto, acusar de especuladores a sólo
unos actores específicos es exculpar a muchos otros que
también realizan una actividad típicamente capitalista que
no se puede eliminar con controles típicamente
capitalistas.
Soluciones burguesas a problemas
burgueses… el Dólar Permuta
El diputado Sanguino y otros
funcionarios luego de vitorear la devaluación –de 100%–
dijeron que: “Le daremos en la madre al dólar
paralelo…bajará muchísimo” Esas gansadas (por decir lo
menos) fueron refutadas por la realidad, el precio del dólar
dio un salto tremendo y se ubica a un precio 50% más alto
de lo que estaba antes de la devaluación. La lógica ley de
la demanda y oferta, implica que si se duplica el dólar
oficial y restringes la oferta de dólares, el precio de ese
bien debe subir. No se que con que “ideas” Sanguino y
sus amigos plantearon lo contrario.
La burguesía ve el mercado de divisas
como una oportunidad estupenda de hacer fortuna sin mayores
riesgos, sin producir mercancía alguna, un regalo del
Estado, que debe aprovechar mientras dure. Aunque el Estado
desesperadamente cierre las páginas de Internet: "dólar
permuta" y "dólar paralelo", que diariamente
ofrecían la cotización de la divisas en el mercado
paralelo, la gente se enterará del precio del dólar y lo
comerciará. Peor aún, ante la incertidumbre, su precio
tenderá a subir rápidamente. Un desastre.
Las críticas de un marxista amigo del
proceso bolivariano como Erick Toussaint, son respetuosas y
contundentes: “Resumiendo, la política del Estado tiene
dos consecuencias negativas: en primer lugar, permite la
fuga de capitales bajo una forma indirecta y perfectamente
legal; en segundo lugar, favorece el comportamiento rentista
de los bancos (la compra de títulos de la deuda) en
detrimento de la inversión productiva.” Erick también
agrega: “El reembolso de la deuda pública, el 67,8 % de
la cual está denominada en dólares, costará más caro al
gobierno mientras que los banqueros venezolanos y otros
capitalistas que compraron títulos de la deuda en dólares,
se enriquecerán una vez más.[xii] Las soluciones
planteadas por el Estado, sólo han permitido el
ensanchamiento de la riqueza de una élite financiera
parasitaria, que vive de la extracción del dinero que todos
los venezolanos trabajan día a día. Un drama que es
ocultado y perfumado por una “pléyade” de opinadores
tarifados que viven de defender mediáticamente los
problemas que están hundiendo a un proceso bolivariano, que
a ellos nos les interesa en lo absoluto.
La gravedad del desangre nacional
reproducido en el mercado permuta, se muestra en los 500
millones[xiii] de dólares semanales 2.000.000.000,00 BS.F
de ganancia semanal – a un diferencial especulativo de
100%[xiv]–. que se embolsillan esa caterva de burgueses,
en alianza con la más alta burocracia. De esa forma, salen
recursos de la nación que se están trasladando a manos de
parásitos rentistas, que usan buena parte de esa plata para
conspirar contra el chavismo y desestabilizar el país. Una
tragedia.
Comercio y especulación
El exministro de comercio, Eduardo Samán,
afirmó hace dos semanas que entre los comerciantes
venezolanos no hay ética, lo cual es totalmente quimérico.
La ética de todo comerciante (chino, sueco, gringo) es
buscar la máxima ganancia en el menor tiempo posible. De
hecho, la gran mayoría de los negocios en Venezuela están
en manos de extranjeros, que manejan márgenes de ganancia
de 300%. ¿Especulan?, si, todos lo hacen. Cobran precios
muy altos, si, por muchos factores, entre los cuales se
incluyen las severas restricciones a la adquisición de los
dólares necesarios para comprar las mercancías que acá
revenden.
Por lo anterior, afirmamos que el
control de cambio es una bendición que permite tener cierta
exclusividad en la importación a quien tiene el capital
suficiente para afrontar los trámites, retrasos y coimas
que suscita el control de cambio. Así, se dan el lujo de
vender un blue jeans a 162 dólares, que en Estados Unidos
cuesta 36, en Argentina $120 y en Colombia 95 dólares.[xv]
Por cierto, la burguesía que tanto defienden como posible
exportadora con ayudas y créditos blandos, exportó (2008)
4085 millones USD e importó 38.682 millones de USD[xvi].
Desabastecimiento y el
drama de la inflación
Las trabas para conseguir dólares, los
controles de precios etc. implican escasez de bienes y
servicios; lo que tiende a elevar aún más el nivel de
precios y es causante de una inflación desorbitada que
empobrece diariamente a los residentes del país. El control
de cambio, crea presión sobre los precios al recibir bolívares
y no poder cambiarlos por divisas. Es decir, en un clima de
desinversión industrial burguesa y de escasa producción de
bienes, el control de cambio obliga a comprar lo que se
produce acá, pero como acá no se produce lo suficiente, la
oferta no puede igualar la demanda aumentada y los precios
siguen subiendo.
El gasto público como motor de inversión
es inflacionario al ser una demanda externa, devenida de la
renta petrolera. De hecho, Venezuela ostenta de lejos la
inflación (destrucción del poder adquisitivo) más alta en
América y tiene la angustiante carga de arrastrar una
inflación acumulada en 11 años y 4 meses de 797%.[xvii] El
cálculo se realiza desde que el gobierno bolivariano se
hizo cargo del país, hasta abril de 2010.
Aunque la teoría económica burguesa
afirma, que generalmente el crecimiento arrastra inflación
y la recesión caída en los precios, en Venezuela la
depresión económica (3 trimestres consecutivos
decreciendo) ha venido acompañada por una trepidante
inflación. La inflación en alimentos en 2 años y medio
fue de 102% y de servicios médicos de 121%.[xviii] La
inflación en este sólo mes de abril de 2010, en alimentos
alcanzó el 12% y en bienes agrícolas un locuaz 34%. La
inflación anualizada es de 84%. Todo ello, hace estéril
los aumentos del salario nominal y significa una destrucción
progresiva del salario real, lo que se entiende como una
depauperación absoluta del proletariado, luego de venir de
un año 2008 donde los precios del petróleo (95% de
nuestras exportaciones) alcanzaron su techo histórico.
Nuestro ministro de Economía, Jorge
Giordani, nos “explicó” que si una persona tiene euros
o dólares, “ahora le dan más bolívares y se le abarata
la situación interna” –lo cual– “va a tender a
aumentar la producción interna y también las
exportaciones; por lo tanto, va a haber un aumento de la
oferta y eso es un elemento que combate la inflación”[xix]
Los números que anteriormente colocamos refutan con
claridad una teoría que por liberal, absurda y burguesa,
imposibilita siquiera debatirla.
Aunque ha habido gobiernos que han
sostenido tasas de inflación más altas que el chavismo, es
necesario buscar soluciones estructurales que permitan
arreglar un indicador tan lamentablemente exorbitado. Esas
soluciones no pasan por ideas de manuales de economía neoclásica
gringa, que son las que nos receta Giordani y la horda de
quienes detestan el comunismo y se empeñan en hostigar
quienes desde el marxismo luchamos por planteamientos
diferentes. Lo mismo va con la crítica al control de
cambio, no hablo de eliminarlo así sin más. Razono desde
la necesidad de reestructurar las relaciones sociales de
producción, para que el Estado obrero (que debemos
construir) tenga el monopolio del comercio internacional, y
así no tengamos que sufrir del “pequeño” margen de
ganancia de 300% que disfruta nuestra burguesía local.
Mientras siga la élite burocrática pensando con los dogmas
burgueses, repetirán sus desastrosos resultados.
La absurda búsqueda del
empresario bueno vs. la propuesta revolucionaria
“La
burguesía no tiene patria, sólo posee bolsillos”
(Antonio
Gramsci)
En Venezuela las estatizaciones se han
llevadas a cabo bajo parámetros que yo considero
incorrectos. Cuando se nacionaliza una empresa “x” Chávez
generalmente arguye algo como: “Éxito será expropiada
por especulación y por robarle al pueblo.[xx] Lo cual como
hemos dicho anteriormente no es correcto. Nacionalizar no
debe ser un asunto de castigo. Se debe expropiar (es decir,
nacionalizar sin indemnización) a las empresas que sean las
más adecuadas para rescatarlas y colocarlas en sendas
productivas, de acuerdo a un plan de desarrollo estratégico
nacional y bajo dirección de los trabajadores. No se puede
comprar una empresa y entregársela a algunos burócratas
indolentes para que la administren, por el sólo hecho de
tener “sobreprecios”. Eso es un error garrafal. Debemos
trabajar pacientemente en soluciones estructurales que
olviden los métodos burgueses que nada sirven para
construir socialismo.
Lo de gente como el exministro Saman,
es la insistencia en la ignara tesis reformista de esperar a
que la burguesía no se comporte como tal. De convertir a
Cisneros, Mendoza, Vollmer en empresarios “buenos”, de
corazones amplios y patrióticos. Mientras sigan en el ensueño
que trata de social–evangelizar a los explotadores y a los
especuladores, la economía se hunde y el pueblo pobre se
anega en la inopia.
A todos nos duele la situación económica
nacional, porque significa la miseria de millones de obreras
y obreros. A todos nos acongoja los terribles resultados
económicos, porque son el reflejo de un retroceso
productivo que afecta a la clase trabajadora. Quienes
levantamos nuestra voz, también sufrimos de la inflación y
la miseria que todo esto trae consigo. Quisiéramos con el
alma que los resultados económicos fuesen fantásticos,
pero no lo son. Por ello, es fundamental un cambio drástico
que olvide las traiciones del pasado ruin socialdemócrata y
socialcristiano, y empiece a construir un socialismo
revolucionario que sólo está en las manos de la clase
obrera organizada y radicalizada. Deber es luchar por ello.
(*) Manuel Sutherland (
manuel1871@gmail.com ) de la Asociación Latinoamericana de
Economía Política Marxista – ALEM ( www.alemistas.org )
Notas:
[i] V.I. Lenin, Qué Hacer, Por donde
empezar… (1902), Edición Digital, extraída de
marxista.org.
[ii]
MacCulloch, A Dictionary practical, etc. of Commerce,
Londres. 1847. p. 1009.
[iii] Ver a Nicolas Kaldor Especulación
en al actividad Económica. Revista Economía e Inestablidad
1987
[iv] Carlos Marx, El Capital, Tomo I,
Edición Fondo de Cultura de México, (1975). Capítulo IV,
nota al pie 4.
[v] Artículo Gobierno evalúa alianza
con el grupo francés Casino dueños de Éxito 29 de enero
2010 Disponible en http://www.aporrea.org/contraloria/n149833.html
[vi] Transcripción del audio del
programa de radio hecho por el profesor Vladimir Acosta,
disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/n148573.html
[vii] En el Tomo I de El Capital, capítulo
VI hay un ejemplo de la explicación que acá se plantea. Se
trata de unos telares y el aumento del valor del algodón
por una mala cosecha.
[viii] Algunos inversionistas, compran
títulos con el fin de ahorrar o algunas empresas compran
divisas para efectuar operaciones con miras productivas. Sin
embargo puede ser menos de un 10% los que se dedican a esto.
[ix]
Bruno Jetin, La Tasa Tobin, Ed. Question. Caracas 2002. Pág.
30
[x]
W. Gilbart, The History and Principles of Banking, Londres,
1834. Citado por Karl Marx Tomo III de El Capital,
Capítulo XXV.
[xi] Carlos Marx, El Capital, Tomo III,
Edición Fondo de Cultura de México, (1975). Capítulo XV.
[xii] Erick Toussaint, Los efectos de
una moneda sobrevaluada, seguidos de los provocados por su
devaluación, (23/06/10) Artículo disponible en http://rebelion.org/noticia.php?id=108409
Ambas citas son del mismo artículo.
[xiii] Diario El Mundo, 14/05/2010 Pág.
14.
[xiv] Quienes viven en Venezuela, saben
que el precio del dólar paralelo equivalía al 160% del dólar
oficial.
[xv] Datos suministro públicamente por
el Ministerio del comercio.
[xvi] Esta es una nota extraída de un
trabajo previo sobre las medidas para combatir la crisis y
la devaluación empleada: http://www.kaosenlared.net/noticia/critica–marxista–medidas–bolivarianas–devaluacion–sustitucion–importac
[xvii] Cálculos propios sobre la
inflación acumulada, recordando que nos es la suma de los
índices anuales de inflación Su evolución es de orden
exponencial, no aritmético.
[xviii] Ibíd. Nota V.
[xix] Jorge Giordani, en entrevista
relaizad para el diario Ultimas Noticias y disponible en
file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/Articulos%20Políticos
20publicaciones/%25E2%2580%259CLos%20productos%20que%20han%20pasado%20a%204,30
20son%20innecesarios%25E2%2580%259D%20en%20Noticias24.com.htm
[xx] Trabajadores de Supermercado Éxito
respaldan expropiación por especulación y maltratos
Disponible en
http://www.vtv.gov.ve/noticias–económicas/28762
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