La
deriva de la situación económica se torna peligrosa
Por
Rafael Salinas,
Socialismo o Barbarie,
semanario,
07/11/2013
El
mes pasado, tuvo importante repercusión internacional la
entrevista a un profesor alemán radicado en México –Heinz
Dieterich Steffan– realizada por una periodista
venezolana, Deudelis Oviedo, de Radio Encuentro, en el Estado de Nueva Esparta.
Desde
las playas de la Isla Margarita, principal componente de ese
estado insular de Venezuela, Heinz Dieterich hacía diagnósticos
y pronósticos apocalípticos
sobre la situación del país y especialmente sobre el
gobierno de Nicolás Maduro:
“Venezuela
–según Dieterich– está en peligro de volver a la
situación de fines del siglo XX que se agotó con Caldera.
[Es decir, desde el Caracazo de 1989 a la presidencia de
Caldera (1994/99), que marcó el fin de IV República y la
subida de Chávez.] Los tiempos se acortan, los
desequilibrios cada día se hacen más insostenibles, si no
hay un viraje en quince días después de las municipales [8
de diciembre próximo] se vislumbran unas nuevas elecciones
presidenciales. […] A nadie le conviene reeditar los
hechos del Caracazo, pero el gobierno está capitaneando
sobre el Titanic. No ven que están a punto de chocar con el
iceberg económico y hundir a los venezolanos. […] De no
darse un viraje del actual modelo económico, los destinos
del bolivianismo están cerca de terminar como la llamada IV
República, lo que pudiera generar una crisis que tenga
precio de sangre. […] El modelo chavista está llegando a
su límite, el barco hizo aguas… El país está a bordo de
un Titanic. Prioritariamente, debe resolverse el problema de
desabastecimiento, porque ni el estado, ni la empresa
privada en este momento garantizan la demanda existente. Hay
que cambiar estas estructuras.”[radio Encuentro, cit.]
Esta
pintura algo tremendista tuvo gran repercusión. Es que no
son opiniones de la CNN ni el Miami Herald,
sino de Heinz Dieterich, que fue el
creador, a mediados de los ’90, del concepto de “socialismo
del siglo XXI”, que Chávez luego hizo suyo… aunque
sólo de palabra.
Muy
ligado al comandante en el período de apogeo del chavismo,
Heinz Dieterich desarrolló luego posiciones críticas,
sobre todo en relación al equipo que rodeaba a Chávez. Sin
embargo, Dieterich, ha seguido esencialmente en el mismo
barco. Desde el sitio chavista ”de izquierda”, Aporrea,
viene alertando desde hace tiempo que las cosas van de mal en peor.
Es
difícil opinar sobre el
plazo que Dieterich establece para el choque del Titanic
con el iceberg: después de las elecciones del mes próximo,
según él.
Sin
embargo, los
problemas que Dieterich señala son
innegables. Son los mismos que marcan muchos economistas
marxistas y que también alertamos repetidas veces desde Socialismo
o Barbarie.[1]
Un
curso de agravamiento de los problemas de fondo
“Desde
el arribo del bolivarianismo al poder en Venezuela –sostenía
Dieterich en un artículo reciente–, nunca ha habido
ninguna medida económica socialista: ni del Socialismo del
Siglo XX, ni del Socialismo del Siglo X. El modelo político-económico
desarrollado por Hugo Chávez después del 2003, nunca fue más
que un desarrollismo progresista, semejante al primer
gobierno del general Perón. Agotado ya en el 2010, entró
en la segunda etapa de Perón: la erosión creciente y el
camino hacia el abismo... Ahora toda esta fantasía
implosiona.” [Dieterich, “Sólo un radical cambio del
modelo económico y del gabinete, salvará al gobierno”, Aporrea,
14/10/2013)
El
difícil panorama que enfrenta ahora Venezuela, se
sintetizaría así, según Dieterich:
“Con
un 49.4% de inflación anualizada, Venezuela terminará el
2013 con una hiperinflación de alrededor del 58%, dado que
las elecciones municipales de diciembre y el pago de
aguinaldos harán imposible detener la espiral. Parte del
problema es el desmesurado aumento de la liquidez monetaria
(money supply) que creció alrededor de 66.5% respecto al
mismo período de 2012.
“Otro
factor es la fuga de capitales que ronda los 150 mil
millones de dólares en los últimos nueve años. El control
de cambio de divisas sólo funcionó alrededor de 2003. Hoy
día asfixia al pueblo y las clases medias, mientras que
transfiere anualmente unos 43 mil millones de US-dólares
preferenciales a la burguesía. Ésta agradece el favor de
la Revolución "bolivariana y cristiana”, generando
unos 2,7 mil millones de dólares anuales, a cambio. (Manuel
Sutherland “Aumento del 894% en importación estatal, caída
en las reservas…”).
“Tal
inflación genera una tasa de ahorro cero de los
asalariados; la sustitución de facto del bolívar por
monedas fuertes o metales preciosos; una baja tasa de
inversión; altas tasas de interés; ganancias monetarias
desmesuradas sobre los diferenciales del tipo de cambio (arbitrage);
fuga de capitales; escasez de productos y, finalmente, a una
inevitable y brutal devaluación de
jure. Peor aún: tal espiral inflacionaria se combina
con un crecimiento anual del PIB del 1% (CEPAL), menor que
el crecimiento demográfico. Estamos ante la stagflation, combinación letal de estancamiento con inflación
alta.
“Ante
este panorama, el aumento del 45% al salario mínimo
anunciado por el presidente Maduro para el 2013, ni siquiera
compensa la pérdida de la capacidad adquisitiva de los
trabajadores respectivos. Al mismo tiempo el índice de
escasez se encuentra en 21.2%. La deseada sustitución de
importaciones, de industrialización, de soberanía
alimenticia y financiera, ha quedado esencialmente en buenos
deseos: las importaciones estatales crecieron de 2003 al
2012 en casi 900%, mientras el peso industrial-manufacturero
en el PIB no ha aumentado (Sutherland); el Presidente acaba
de autorizar la compra de 3,5 millones de toneladas de
alimentos por un valor de 4.6 mil millones de dólares y el
costo de los créditos adquiridos por el Estado y PdVSA
tiene un promedio de 11,59 % anual: casi el doble del
promedio del de las naciones en desarrollo…
“Según
el Banco Central de Venezuela, sus propias reservas
internacionales en divisas (dólares con los que se cuenta
para cancelar importaciones y deuda externa) alcanzaron la
suma de 3 mil millones de dólares a mediados del año,
mientras que las líquidas (en efectivo) suman 900 millones
de dólares. Sin embargo, la importación mensual requiere
en promedio 4,6 mil millones de dólares. De ahí, que sólo
una masiva transferencia desde las cuentas no-presupuestales,
como el Fondo de Desarrollo China-Venezuela, nuevos créditos
o la monetarización de las reservas de oro pueden impedir
una moratoria en los pagos externos.” [Dieterich, Aporrea,
cit.)
En
resumen…
En
resumen, los problemas estructurales irresueltos por el
chavismo parecen estar llegando a una coyuntura crítica. Es
que Chávez no sólo no
rompió con el capitalismo, sino que además continuó
bajo otras formas, el modelo
rentista-petrolero que impera en Venezuela desde hace un
siglo.
Chávez
sólo modificó la distribución
de esa renta petrolera y minera. En una primera etapa, esto
benefició indudablemente a amplios sectores populares… y
también a las fuerzas armadas “bolivarianas” y a una
flamante “boliburguesía” que se llenó los bolsillos
con negociados del estado… lo que tampoco implicó que la
vieja burguesía opositora quedase en la ruina, ni mucho
menos…
La
inundación de dólares en momentos de bonanza petrolera no
se aprovechó para impulsar el desarrollo de la producción
industrial y agrícola venezolana (y ni hablemos de romper
con el capitalismo!). Por el contrario, los números dicen
que con Chávez se
profundizó esa estructura rentista, de vivir
de la renta petrolera… e importar el resto. Y esto
fue, paradójicamente, un fenomenal obsequio a la vieja
burguesía antichavista, que siempre estuvo en el negocio de
no producir sino importar… y fugar divisas. Y también,
enriqueció a la nueva “boliburguesía” que metió las uñas
todo lo que pudo.
Esta
catástrofe se
sintetiza en pocas cifras. El crecimiento de las exportaciones
del 2003 al 2012 fue del 257%;
el crecimiento de las importaciones
en los mismos años fue del 454%.
Y mientras “el sector estatal de la economía genera el
97% de las divisas, la totalidad del empresariado sólo
exporta un paupérrimo 3% del total de divisas que ingresan
al país… Sin embargo, ni cortos ni perezosos, nuestra
clase capitalista en el año 2012 importó la bicoca de 43
mil millones de dólares de EEUU”. [Sutherland, cit.]
Nota:
1.-
Ver: Rafael Salinas, "Crisis de la economía y del
abastecimiento - Consecuencia fatal de no romper con el
capitalismo y de continuar con el modelo
rentista-petrolero", Socialismo
o Barbarie Nº 249, 16/05/2013.
Elecciones
del 8 de diciembre
Nueva
confrontación electoral en medio de una grave crisis
Por
Rafael Salinas,
Socialismo o Barbarie,
semanario,
07/11/2013
Los
problemas que atraviesa Venezuela tienen los cimentos
estructurales que comentamos en la nota principal. Pero además
se combinan con problemas sociales y políticos que pueden
marcar sus tiempos.
En
lo inmediato, se abre el interrogante de las elecciones
municipales del 8 de diciembre próximo. En ellas se
eligen a los alcaldes de los municipios y de los distritos
especiales (como el Distrito Metropolitano de Caracas), así
como los representantes a los consejos municipales y a los
cabildos metropolitanos.
Normalmente,
por el carácter de estos organismos y sus cargos, deberían
primar candidaturas y factores políticos locales.
Sin embargo, debido a la situación que atraviesa Venezuela,
es probable que tiendan a convertirse de hecho en un plebiscito
por la ratificación
o no de Maduro en la presidencia. Y esa parece ser la
apuesta, tanto desde el gobierno como desde la oposición
pitiyanqui[1] encabezada por Capriles y la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD).
Aunque
la oposición patronal proyanqui no es menos caótica que el
chavismo, va a jugarse con todo el 8 de diciembre para
derrotarlo… y si lo logra por un buen margen, estarán
dadas las condiciones políticas para reiniciar la campaña de destitución de Maduro.
Efectivamente,
si la oposición de derecha triunfase a gran escala en las
municipales, se podría cuestionar
de hecho la continuidad de Maduro en la presidencia… y
con más razón si, como alertan muchos, la diferencia
superase el escaso 1,7% con que se impuso en las
presidenciales. Sin embargo, hasta ahora, no está nada
claro qué va a pasar el domingo 8.
Bonapartismo
plebiscitario… sin un Bonaparte en serio
El
régimen de la V República no fue precisamente un régimen
de “revolución permanente”, pero sí de “votación
permanente”. La autoridad del supremo e indiscutido líder
–el comandante Chávez– se ratificaba una y otra vez con
votaciones que de hecho, directa o indirectamente, eran plebiscitos.
O se votaba por Chávez… o por algún impresentable
monstruo pitiyanqui. Así Chávez, sea como líder
idolatrado o sea como “mal menor”, se imponía casi
siempre en las urnas. Sólo perdió una votación, el referéndum
constitucional del 2007… y por muy poco.
Con
Capriles, la burguesía cipaya y sus patrones de Washington
lograron finalmente poner en escena un competidor más
“simpático”. Aunque Capriles perdió en su confrontación
con el comandante en las presidenciales de octubre de 2012,
quedó en condiciones tras la muerte de Chávez de hacer
trastabillar a Maduro en las elecciones del 14 de abril de
2013.
El
hecho es que Maduro está a
años luz de llegar a ser un carismático líder como
era Chávez… algo que resulta doblemente necesario en una
situación tan crítica como la actual. Además, la gravísima
crisis estructural que enfrenta, es presentada oficialmente
como una mera “conspiración”. Los discursos “rojos”
que eso inspira, no se corresponden con ningún plan económico
revolucionario efectivo ni medidas en serio contra los
capitalistas que se llenan los bolsillos, por ejemplo, con
la fuga de divisas.
Chávez,
como genial líder populista, desplegaba un inagotable
repertorio de ocurrencias. Maduro, que evidentemente intenta
imitarlo, sólo logra hacer el ridículo, algo que no puede
permitirse un Bonaparte en serio.
Esto
va desde sus diálogos con el espíritu de Chávez a través
de un pajarito, hasta la reciente aparición milagrosa de
una imagen del comandante en un túnel en construcción del
metro de Caracas.
Asimismo,
algunas ocurrencias de Maduro pueden volverse un boomerang.
En medio de serias dificultades de los trabajadores y los
sectores populares, debido a la combinación de inflación
galopante con desabastecimiento, Maduro oficializó a
finales del mes pasado la creación del Viceministerio
para la Suprema Felicidad Social del Pueblo.
Asimismo,
dispuso que la Navidad
comenzara en Venezuela el viernes 1º de noviembre; habría
entonces fiesta corrida de Navidad durante casi dos meses.
Ahora,
ya en carrera hacia las elecciones municipales del 8 de
diciembre, decretó que ese día será, de ahora en más, el
“Día de la Lealtad
y Amor al Comandante Supremo Hugo Chávez y a la Patria”.
Es que el 8 de diciembre de 2012 fue el discurso de
despedida de Chávez, cuando viajó a operarse a Cuba y
finalmente falleció.
No
está claro si una maniobra electoralista tan burda de
declarar “Día de Chávez” al 8/12 va a traducirse en
una montaña de votos o será contraproducente.
1.-
Pitiyanqui: Expresión popular de Puerto Rico y el Caribe muy usada por Chávez,
que se burla de los “petit yanquis” (pequeños yanquis),
los sirvientes y adoradores nativos de Estados Unidos.
Frente
a la crisis política y en medio de
importantes luchas
obreras…
Necesidad
y dificultades de una alternativa
política independiente
Por
Rafael Salinas,
Socialismo o Barbarie,
semanario,
07/11/2013
Lo
que nos parece claro, es la necesidad de construir una alternativa
política obrera, popular y socialista, que sea
absolutamente independiente
del PSUV chavista y los pitiyanquis de la MUD.
Hay
fuertes bases sociales para desarrollar esa alternativa
independiente. La clase obrera y trabajadora venezolana es
una de las más combativas de Sudamérica.
En
los últimos meses una larga lista de empresas y sectores
han protagonizado importantes luchas, como las de Sidor[1]
(que está otra vez en la pelea al burlar la empresa los
acuerdos firmados con los trabajadores), Alcasa, Venalum,
Carbonorca, Civetchi de Carabobo, distintos gremios de
educadores, Inpsasel, Makro, Iosa, Ferromineros, Cemex,
Brahma, Pescalba, Lácteos Los Andes, etc., etc.
Pero,
al mismo tiempo, la combatividad no resuelve las cosas por sí
mismas. En primer lugar, estas luchas no son coordinadas ni
unificadas. Pero lo más importante es que existe una desigualdad
enorme entre la combatividad sindical (en la que incluso
se expresan frecuentemente banderas clasistas) y construir
una alternativa política
de los trabajadores frente a las dos grandes coaliciones
patronales, la encabezada por el PSUV chavista y la agrupada
en la MUD.
Por
complejas razones, esta enorme
desigualdad entre lo sindical
(incluso con importantes expresiones y dirigentes clasistas
y combativos) y lo político,
viene siendo una traba muy difícil de superar.
Esta
es una larga historia. La bancarrota de la vieja burocracia
de la CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela),
ligada a Acción Democrática (uno de los dos principales
partidos de la extinta IV República), abrió la posibilidad
en la década pasada de una recomposición
no sólo sindical sino también políticamente
independiente del movimiento obrero.
El
chavismo tiene la responsabilidad de haber frustrado esa
perspectiva. Detrás de los discursos sobre el “socialismo
del siglo XXI”, el chavismo combatió implacablemente toda
movida independiente sindical y, con mayor razón, política
del activismo obrero. Como a todos los nacionalismos
burgueses –por ejemplo, el peronismo de Argentina– al
chavismo le resulta intolerable
que la clase trabajadora no se le someta sindical y políticamente,
que tenga movimientos o partidos independientes.
Ahora
el chavismo está en crisis con los obreros y otros sectores
de trabajadores que antes mayoritariamente lo apoyaron. No sólo
ha decepcionado a gran parte de ellos, sino que muchas veces
los enfrenta con una dura represión cuando hacen reclamos,
en especial en los sectores industriales.
En
esta situación, si no se desarrollan alternativas políticamente
independientes, existe el peligro de que sectores de la
clase trabajadora vayan detrás de los cantos de sirena de
burócratas sindicales herederos de la CTV, como por
ejemplo, la pandilla de Froilán Barrios, el Frente Autónomo
de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (FADESS).
Estos personajes están hoy al servicio de Capriles y la MUD.
Enfrentarlos políticamente es tan obligatorio como hacerlo
con los burócratas chavistas.
De
palabra, ciertos burócratas sindicales afines a la MUD
suelen hacer discursos críticos y hasta “combativos”,
aprovechando que es el PSUV quien gobierna y no Capriles.
Pero, en la práctica, revelan finalmente su naturaleza. Una
experiencia que los desnuda han sido las recientes y amplias
luchas de educadores. Los burócratas sindicales de la MUD y
del PSUV se unieron
para acabar con el movimiento, firmando una Convención
Colectiva Nacional sin consulta alguna a las bases de
trabajadores de la educación.
Para
los activistas y los trabajadores en general, salir del
chavismo y el PSUV e ir a parar a manos de burócratas
sindicales amigos de Capriles y la MUD, es como salir de la
sartén para caer en el fuego.
1.- Flora Kessler, "Victoria de los
trabajadores de SIDOR contra el estado patrón",
Socialismo o Barbarie, Nº 264, 03/10/2013.
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