Condenamos
la masacre de Madrid
Bush,
Blair y Aznar, con la guerra y ocupación colonial de Irak,
son los responsables políticos de la muerte de los 200 trabajadores
y estudiantes españoles
La
clase trabajadora y los pueblos del Estado Español lloran en estos
momentos la muerte atroz de casi 200 de sus hijos. También 1.500 han
quedado heridos en los terribles atentados a los trenes de cercanías, que
diariamente conectan los municipios de los alrededores con el centro de
Madrid.
En
este caso, por la hora –las 7.30 de mañana– y porque venían de
algunas de las poblaciones más pobres de la periferia madrileña, las víctimas
han sido casi exclusivamente trabajadores y estudiantes que iban a sus
empleos, escuelas o facultades. A esa hora y en esos trenes, no viaja
ninguno de los parásitos de la familia real, ningún gran accionista de
Repsol o Telefónica, ni ningún ministro de la pandilla de Aznar. Es
decir, ninguno de los co-responsables de las atrocidades cometidas en Irak
y otros países islámicos por los imperialismo yanqui y sus cómplices
españoles. Más aún: es muy probable que entre los trabajadores y
estudiantes muertos y heridos, una buena proporción haya participado en
las movilizaciones contra la guerra colonial de Irak, manifestaciones que
en Madrid y en toda España reunieron millones.
Por
eso, expresamos en primer lugar nuestra solidaridad humanista y de
clase con los hermanos trabajadores de Madrid. ¡Repudiamos un
atentado cuyas únicas víctimas son miembros de la clase obrera y de la
juventud, justamente los dos principales sectores sociales de España
que trataron de impedir la participación en la guerra de Irak!
Pero,
además de este motivo fundamental de condena, debemos decir que, como
sucede generalmente, el terrorismo resulta contraproducente para
las causas populares que dice defender;
en este caso, la lucha contra la ocupación colonial de Irak, Afganistán
y Palestina. En la lucha contra esos crímenes del imperialismo y, en
general, contra la explotación y los ataques que lleva adelante contra
nuestros países de la periferia, la única estrategia válida es la de la
alianza entre las masas del Tercer Mundo y los trabajadores y sectores
populares de los propios países imperialistas. Fue esta combinación la
que logró derrotar al imperialismo yanqui en Vietnam.
Por
el contrario, atentados como los de 11 de septiembre en Nueva York y éste
del 11 de marzo en Madrid, les hacen el juego a los dirigentes del
imperialismo, porque crean en las masas una enorme confusión política.
¡Bush no hubiese podido emprender su campaña guerrerista mundial sin el
magnífico pretexto que le proporcionaron los atentados del 11 de
septiembre! Y, en el caso de Madrid, el atentado es un doble crimen,
porque hizo blanco en la clase social que se opuso decididamente a la
guerra de Irak.
Los
criminales de guerra Bush, Blair y Aznar son los responsables políticos
del 11 de marzo
Pero
la condena categórica al atentado y a su ejecutor material, Al Qaeda, no
debe dejar en las sombras a los verdaderos responsables políticos
de la masacre. ¡Son ellos los principales culpables y se llaman Bush,
Blair y Aznar! Y
aquí debemos denunciar la miserable e hipócrita actitud, tanto de ese trío
de criminales de guerra, como de la inmensa mayoría de los dirigentes políticos,
los medios y la intelectualidad capitalistas.
Lloran
lágrimas de cocodrilo por la víctimas de Madrid y dicen que el
“terrorismo” es el gran enemigo de la humanidad y que viola los
“derechos humanos”.
Pero
la “humanidad” a la que se refieren se reduce en verdad al 20 % de la
población mundial, la que vive en los países ricos. Al resto, los
consideran de hecho seres infrahumanos que pueden ser bombardeados a
voluntad, ocupados por ejércitos imperialistas, asesinados, despojados de
sus riquezas y superexplotados.
La
guerra que el imperialismo fue haciendo con intermitencias desde 1991
contra Irak, para apoderarse de su petróleo, le ha costado a su pueblo
más de un millón de víctimas. ¿Esos no son seres humanos? ¿Tampoco
los palestinos, a los que están oprimiendo y masacrando sin piedad desde
hace 60 años? ¿Y las montañas de muertos en Afganistán?
¿Cuántos
días de duelo decretaron los gobiernos imperialistas y capitalistas del
mundo por esos millones de víctimas inocentes? ¿Cuántas horas de
audiciones especiales les dedicaron la CNN, la BBC, Televisión Española
y demás medios?
Por
eso, el atentado de Madrid es absolutamente repudiable y contraproducente,
pero también es explicable. Oigamos una pregunta de sus autores: “¿Es
legítimo que ellos maten a nuestros niños, mujeres,
ancianos y jóvenes en
Afganistán, Irak, Palestina y Cachemira, mientras que es pecado que
nosotros los matemos a ellos? (Comunicado
de las Brigadas de Abu Hafs al Masri-Al Qaeda, autoras del atentado)
Ante
esta pregunta terrible, nosotros contestamos categóricamente que no;
que no es “legítimo”, porque los muertos en Madrid no tienen
ninguna responsabilidad de los crímenes de su gobierno imperialista.
Pero
ante esa pregunta, el trío de criminales de guerra, Bush, Blair y Aznar,
enmudece. Pretenden ignorarla. Pero quien calla, otorga. Y así legitiman,
en el fondo, la bárbara respuesta terrorista a su barbarie imperialista.
En
todo caso, Bush, Blair y Aznar pueden lograr fácilmente que los atentados
no se repitan: “Sacadnos las manos de encima –añade el
Comunicado ya citado–, liberad a nuestros presos y salid de nuestra
tierra y os dejaremos en paz... Si cesáis la guerra, nosotros cesaremos
la nuestra”. Claro que hacer eso, sería un pésimo negocio para los
petroleros de Texas y también para Repsol-YPF...
Para
que se acabe el terrorismo, fuera el imperialismo de Irak
Las
masas trabajadoras y populares de EEUU y Europa se enfrentan a un grave
peligro. Las aventuras coloniales de sus gobiernos imperialistas las están
convirtiendo en el blanco inocente de las respuestas terroristas a esas
agresiones. Esos gobiernos quieren aprovechar los atentados, como hizo
Bush el 11 de septiembre, para ganarlas políticamente e involucrarlas en
esa guerra para esclavizar a la mayoría de la humanidad que vive en los
países pobres.
Esta
perspectiva sólo promete más sangre y violencia. La única salida de los
trabajadores españoles, británicos, estadounidenses y de los otros países
involucrados en la falsa “guerra contra el terrorismo”, es la lucha
contra sus propios gobiernos imperialistas. ¡Fuera el imperialismo de
Irak, de Medio Oriente y de todo el Tercer Mundo! Es sólo bajo esta
consigna que podrá haber paz, respeto y amistad entre los pueblos, y que
los odios raciales y fanatismos religiosos callarán para siempre. Por
eso, la tragedia de Madrid plantea con más fuerza que nunca el dilema de
nuestra época: ¡Socialismo
o barbarie!
12
de marzo de 2004
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