Elecciones en EE.UU: Su futuro y el
nuestro
Por
James
Petras, 04/03/04
Traducido para Rebelión por Carlos Sanchís
Aristóteles
definió una oligarquía como un sistema político en el que unos
pocos eligen las normas para gobernar sobre muchos. Esa fórmula
encaja exactamente en la descripción de las elecciones primarias y
generales de los Estados Unidos. En el Estado de Nueva York donde sólo
15% de los miembros del partido votaron en las recientes primarias de
los Demócratas. Kerry ganó con el 8% de los Demócratas registrados.
En las elecciones generales en noviembre, 25 millones de votantes (de
50 millones) pueden decidir quién gobernará a más de 280 millones
de ciudadanos. La gran mayoría de negros, hispanos y obreros pobres
no votarán porque perciben que ni el Bush Republicano " ni el
Kerry Demócrata hablan de los problemas principales que afectan a sus
vidas. Como Cason y Brooks escribieran (La Jornada, 4 de marzo de
2004) la campaña electoral está sobre el terreno y la mayoría de
los votantes prefiere Kerry porque se percibe capaz de batir a Bush;
el reaccionario actual. El odio racional a Bush de muchos votantes
americanos tiene, sin embargo, otro lado, una irracional adopción de
un Demócrata reaccionario. El senador John Kerry, el hombre más
adinerado del Senado americano, tiene lazos con la Gran Banca y un
registro de votantes que son la envidia de cualquier conservador. En
política extranjera Kerry critica a Bush y Rumsfeld por no enviar
suficientes tropas a Irak. Él propone enviar más de 40.000 soldados
adicionales para proteger la autoridad de la ocupación colonial
americana, su régimen "provisional" títere y los intereses
petrolíferos estadounidenses. Kerry apoya incondicionalmente la
guerra de Israel contra los palestinos, el Muro del Apartheid de
Sharon y la continuación de la ayuda anual a su ejército de 3 mil
millones dólares. Kerry ha declarado su apoyo a la mafia de Miami y
el bloqueo económico y de viajes a Cuba, a pesar de que grandes
empresas, intereses agrícolas y turísticos se oponen a las
restricciones de viajes y de comercio impuestas por los Estados
Unidos. Kerry ha sido un partidario vehemente del libre comercio, la
OMC y el ALCA a lo largo de sus años en el Senado. Ha apoyado la
guerra de la Administración Bush en Irak, Afganistán y su hostilidad
a Siria e Irán. Kerry nunca ha cuestionado el esfuerzo de Bush por
derrocar al Presidente Chávez de Venezuela, ni desafió a Bush/Noriega/Reich
en los tres año de asedio a Haití (sólo después de la destitución
de Aristide y durante la campaña electoral actual ha requerido una
"investigación"). Kerry no ha exigido ningún recorte en el
hinchado presupuesto militar, ni ha diferido de la postura belicosa de
Bush hacia Corea del Norte, ni de las políticas provocativas hacia
Rusia (organizando bases militares en los Balcanes, en el Caucáso y
ahora en los países bálticos). Es probable que una Nueva Guerra Fría
surgirá, quienquiera que gane las elecciones presidenciales.
En
políticas domésticas, John Kerry es conocido como el Senador del 'Sí
'. Votó por el represivo Decreto Patriotico de Bush, el recorte de
impuestos para los ricos, y la desreglamentación del sector
financiero. Kerry se ha negado a apoyar cualquier plan de salud
nacional progresista, la legalización de residentes mexicanos, el
control del capital especulativo, sustantivos programas económicos
para la población negra, fondos públicos para programas de empleo,
legislación laboral progresista, o cualquier protección del trabajo.
La única propuesta de Kerry en "la reforma laboral " es
obligar a la patronal que notifique con tres meses de antelación a
los trabajadores que van a ser despedidos. El remedio propuesto de
Kerry para la pérdida de los 3 millones de empleos bajo el mandato de
Bush es dar incentivos en materia de impuestos a las grandes empresas
para que empleen a trabajadores americanos.
El
anterior registro de votantes y el programa electoral actual de John
Kerry sugieren fuertemente que él también será un "Presidente
de Guerra", quizás con diplomáticos menos abrasivos y consultas
más formales con los regímenes europeos. Continuará con el libre
mercado, dejando que goteen las políticas económicas promovidas por
Clinton, y radicalizadas por Bush.
¿Dónde
están los progresistas y la izquierda de los Estados Unidos?
La
mayoría aplastante de los que han pasado por los progresistas
americanos e incluso por la izquierda, ha tomado la posición "
cualquiera menos Bush." La política del "mal menor "
que lleva a la del " mal mayor" es una política familiar
promovida por los "progresistas" de los Estados
Unidos." Apoyaron a Kennedy en 1960 y consiguieron la Guerra de
Vietnam y casi hacen la III Guerra Mundial (con la crisis de los
misiles). Apoyaron a Lyndon Johnson (como mal menor) y consiguieron
que 500.000 soldados fueran enviados a Indochina donde 58.000
murieron. Apoyaron a James Carter y consiguieron la Segunda Guerra Fría.
Apoyaron a Clinton y consiguieron las invasiones balcánicas y el
bombardeo de Belgrado. La historia se repite, primero como una
tragedia y después como una farsa. En contraste con los Demócratas
del pasado, Kerry no promete Paz, una Gran Sociedad o Cuidar de la
Salud Nacional como los Demócratas del pasado, como Kennedy, Johnson
y Clinton y traicionar después a los votantes. No ofrece nada nuevo e
innovador; sólo perogrulladas vacías, oposición a Bush y su archivo
personal de guerra. El principal consejero de política exterior de
Kerry, Rand Beer, estaba en el Consejo de Seguridad Nacional del
presidente Bush hasta hace bien poco.
El
apoyo progresista para Kerry eliminará virtualmente a la izquierda
como cualquier opción significante en estas elecciones. Aun peor,
debilitará si no elimina protesta de masa alguna como la de Seattle
(1999) de la agenda política. El lema "cualquiera menos Bush"
pondrá a los progresistas en el lado de la guerra, el ALCA y en el
campo de la exclusión social. Habrán, por supuesto, las
manifestaciones por la paz del 20 de marzo, qué Kerry ignorará. Y
habrá debate de progresistas sobre el programa en la Convención Demócrata
de Boston, pero eso será la ventana cosmética. Kerry no responderá
a la pequeña minoría de delegados disidentes sino a los 1000
contribuyentes adinerados que le proporcionarán los millones para
financiar su campaña electrónica para conseguir el 25% del
electorado necesario ganar.
¿Dónde
nos deja eso a los movimientos populares en los Estados Unidos y en América
Latina? En lo que concierne a los EE.UU, una minoría pequeña del
electorado votará por los candidatos progresistas (como Ralph Nader),
la mayoría del electorado no votará y una pluralidad capitulará y
apoyará a Kerry abandonando la lucha por la paz y la justicia. En el
año electoral 2004, el testamento de la Izquierda americana está
vagando por el desierto.
Sin
embargo, en América Latina el 2004 ha empezado como un año de
grandes confrontaciones; la exitosa invasión americana y el
derrocamiento de Presidente haitiano Aristide y la intensa campaña de
desestabilización contra el Presidente Chávez. La ofensiva militar
del 2004 de Washington, sin embargo, está siendo desafiada seriamente
desde "fuera" no desde " dentro". En Irak, Cuba y
Venezuela, la Guerra del Presidente Bush está sufriendo derrotas
profundas. La "coalición" de la ocupación colonial en Irak
hoy ha perdido el control de todas las principales ciudades: sólo la
policía mercenaria iraquí patrulla las calles por la noche,
sufriendo enormes bajas. Los soldados americanos están en la
periferia, por el miedo al 90% de los iraquíes que violentamente
oponen sus esfuerzos a fomentar 'choques internos '. Políticamente si
no militarmente, los EE.UU. están perdiendo la guerra: el títere que
el régimen provisional se derrumbará inmediatamente a la retirada de
las tropas americanas.
Cuba
ha desarticulado con éxito la oposición interna substituta
estadounidense, ha diversificado su comercio con compañías de los
EE.UU. y ha preparado su sistema de seguridad contra las provocaciones
venideras de la banda de Bush/Noriega/Reich.
En
Venezuela, el Presidente Chávez tiene el apoyo de millones de
activistas y la lealtad de las fuerzas armadas y ha acelerado su
agenda de la reforma social. Los grupos paramilitares violentos
fundados por los EE.UU han sido rechazados pero no se han eliminado
todavía. A pesar de tres esfuerzos fallidos por echar fuera a Chávez
los EE.UU. están siguiendo todavía una estrategia de violencia
interior, guerra civil e invasión militar con consecuencias
imprevisibles para toda América Latina.
Para
los movimientos populares en América Latina y en los EE.UU., en su búsqueda
por la libre determinación, justicia social y la paz, las elecciones
oligárquicas americanas son un espectáculo ruidoso de los medios de
comunicación de masas que ofrece poca esperanza o inspiración. Para
mejor o para peor, el conflicto real no está entre Bush y Kerry, sino
entre Bush/Kerry contra Chávez, Castro y la población iraquí. El
futuro de los oligarcas del mundo depende del resultado electoral
americano. El futuro del resto de la humanidad de la resistencia
exitosa en Irak, Cuba y Venezuela y del resto de los movimientos
populares en el Tercer Mundo, contra cualquiera de los dos candidatos
que gane en Noviembre.
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