Paul
Krugman:
"Las políticas de Bush son deshonestas"
Entrevista
de Silio Boccanera
Publicada en La Nación, Buenos Aires, 18/04/04
Traducción de Gabriel Zadunaisky
Londres.-
Temido columnista de The New York Times y habitual candidato al
Premio Nobel, el economista es uno de los más ácidos críticos de la
actual administración de la Casa Blanca, a la que acusa de pretender
un retroceso en materia impositiva a los años veinte e intentar una
peligrosa transformación de los Estados Unidos.
En
la galería de demonios a los que odia el gobierno de George W. Bush,
sólo Osama Ben Laden y Saddam Hussein superan a Paul Krugman.
Profesor de economía de la Universidad de Princeton, Krugman es una
voz crítica casi aislada en los grandes medios norteamericanos. La
revista The Economist lo ha definido como el "economista más
celebrado de su generación". Su libro más reciente --The
Great Unravelling: From Boom to Bust in Three Scandalous Years ("El
gran derrumbe: del boom a la quiebra en tres años escandalosos")--
figura en la lista de best sellers en Estados Unidos.
--En su libro rastrea lo sucedido en Estados Unidos en
los últimos tres años. Es mayormente la historia de lo que anduvo
mal en su país.
--Sigo
siendo un profesor universitario que comenzó a escribir una columna
para The New York Times y se encontró siendo el crítico más duro de
la administración Bush. No es sólo que discrepe con sus políticas,
sino que he documentado que son más peligrosas que las de cualquier
administración reciente. Su política económica es deshonesta e
irresponsable.
--¿Puede dar un ejemplo?
--Examinemos
la reducción de impuestos aprobada este año. Su votación fue
impuesta al congreso luego de la breve euforia con la caída de Bagdad
y se la vendió al público sobre bases falsas. Primero la
administración dijo que era buena para la gente común. En sus
palabras, 92 millones de familias recibieron una baja impositiva
promedio de 1000 dólares este año. Y segundo, sostuvieron que la
rebaja era sustentable porque el déficit del presupuesto a diez años
era de 350.000 millones de dólares. Las dos cosas eran mentira. Los
92 millones daban la impresión de que la familia típica recibía
1000 dólares. Eso significa contar con que el público no entiende lo
que significa "promedio". Benefició sólo a una pequeña
cantidad de gente. La mitad de la población no recibió nada o menos
de 100 dólares. Y el verdadero costo en diez años es de 800.000
millones de dólares, no de 350.000. Era engañoso y la intención era
engañar.
--¿Qué hay del resto de la política económica?
--Analizando
la política económica se me hizo claro que había mucha mentira, lo
que se puede ver ahora en los enormes déficits fiscales. Pronto
comencé a comprender que esto no se limitaba a la economía. Y que la
gente que ahora conduce a los Estados Unidos es una coalición de
grupos bastante radicales. Uso la palabra radical porque conservador
es una calificación que no describe adecuadamente quiénes son.
--La mayoría de la gente considera a la administración
Bush como conservadora.
--Conservador
es alguien que quiere mantener las cosas más o menos como son o como
eran en el pasado reciente. En ese sentido yo soy conservador,
mientras que Bush y sus aliados en el Congreso son radicales. Quieren
hacer retroceder el sistema impositivo a lo que era hace 70 años. De
hecho, cuando se implementen todas las reducciones, la carga
impositiva para gente de ingresos altos estará en niveles tan bajos
como no se ven desde 1920.
--¿Qué hay de los programas sociales?
--Una
parte importante de esta coalición en el poder cree que la mayoría
de los programas sociales son ilegítimos, y esperan eliminarlos. En
cuanto a las políticas ambientales vemos el mayor retroceso de la Ley
de Aire Limpio desde su creación.
--¿Y la política exterior?
--En
la política exterior no me sorprendió ver que tienen un enfoque
unilateral porque es coherente con la inclinación radical de la
administración en otras áreas.
--¿Entonces lo que usted llama la coalición está
decidida a cambiar el país?
--Está
pasando algo importante en Estados Unidos. Gente distinta con agendas
distintas se une en esta coalición para hacer algo muy drástico.
Estamos viendo algo que, si dura, será una transformación de lo que
son hoy los Estados Unidos y otros países occidentales. Es bastante
alarmante. Le va bien porque la mayoría de la gente no entiende lo
que sucede y porque la mayoría de los periodistas son renuentes a
hablar de ello.
--¿La nueva tendencia en Estados Unidos está limitada
al grupo de Bush o piensa que continuará aún con otro gobierno?
--No
es sólo Bush o (el vicepresidente) Dick Cheney o alguien
individualmente. Es un movimiento que ha estado acumulando recursos y
construyendo instituciones por 30 años. Si Al Gore hubiera ganado la
presidencia, esta gente lo habría crucificado por la recesión.
Alguien muy radical de derecha controla el congreso. La gente fuera de
Estados Unidos tiene escaso conocimiento de quién es Tom Daley. Es de
la extrema derecha religiosa. Por lo que, aunque tuviéramos un demócrata
en la Casa Blanca el año que viene, habrá muchas limitaciones.
--¿Ahora ve mejores posibilidades de una derrota de Bush
en las elecciones presidenciales?
--No
soy experto en pronósticos, pero los analistas dicen que puede lograr
su reelección. Va a ser una elección más reñida, sin embargo, de
lo que parecía hace pocos meses. Será una campaña brutal y el
resultado final puede depender de un coche bomba más en Bagdad.
--¿Estados Unidos está viviendo tiempos interesantes,
como dicen los chinos?
--Este
es un momento de crisis histórica. Es algo que no hemos visto desde
la década de 1920 o quizá incluso 1850. No va a terminar hasta que
haya un terremoto político y la gente en los Estados Unidos decida
que no queremos a esta gente.
--¿Cuánta oposición hay?
--Hace
un año me sentía bastante solo. Ahora escucho más expresiones de
oposición. En gran medida la debilidad de la oposición se explica
por los ataques terroristas del 11 de septiembre. La gente vacilaba en
criticar al presidente después de eso. Además muchos periodistas
siguen dudando. Hay renuencia a admitir que el mismo tipo al que
describieron como "el llanero solitario para el mundo"
estuvo abusando del patriotismo del país en pro de políticas económicas
irresponsables y una política externa que no tiene nada que ver con
el terrorismo.
--¿Usted piensa que el pueblo estadounidense va a
revertir la situación que describe?
--Hay
que superar mucha distracción, entretenimiento. La gente joven en su
mayoría está contenta, beneficiándose de la buena situación económica
de la última década. La oposición comienza a darse entre la gente
mayor.
--¿Qué efectos ve en la política externa?
--Parte
de la coalición en el poder quiere destruir el legado de Franklin
Roosevelt mientras que otra parte quiere terminar con el legado de
Harry Truman. Cuando los Estados Unidos se convirtieron
definitivamente en la gran superpotencia, luego de la Segunda Guerra
Mundial, hicimos el mayor esfuerzo por mostrar que éramos los mejores
entre nuestros pares. Ahora que no tenemos los recursos, actúan como
si debiéramos hacer sentir nuestro peso. La doctrina Bush en política
exterior es la misma que Cheney trató de imponer en 1992, cuando era
secretario de defensa. Está claro que tomaron el 11 de septiembre
para implementar una política exterior que no tiene nada que ver con
el terrorismo. Y lo unieron a una visión de los Estados Unidos
gobernando el mundo.
--Usted ha dejado en claro que considera a gobierno
incompetente y engañoso, ¿pero también la considera deshonesto y
corrupto?
--Deshonesto
sin duda, está documentado. Si se hace un análisis textual
cuidadoso, puede ser cierto lo que dicen ahora: que Bush nunca dijo
que Irak era una "amenaza inminente". Pero claramente
transmitía esa impresión. En cuanto a la corrupción, el problema es
definir qué significa. Si significa obtener beneficios financieros de
las políticas gubernamentales, sí, hay mucho de eso.
--¿Se refiere, por ejemplo a los vínculos de la
administración con la industria petrolera?
--Un
mejor ejemplo es mirar el departamento del Interior, que se encarga de
la regulación de la tierra. Va a descubrir que todo alto funcionario
en ese departamento ha sido y será en el futuro lobbista de
industrias extractivas.
--¿Cuáles son los costos morales? ¿Afectarán la
capacidad de liderazgo de los Estados Unidos ?
--El
cemento básico de la alianza occidental son fundamentalmente los
valores comunes. Si la derecha religiosa influye aún más en la política
exterior, eso colocará a los Estados Unidos en gran disonancia con
otros países occidentales.
--¿Hay esperanza de que Bush esté aprendiendo algo? Al
fin de cuentas, lo que están experimentando en Irak es una lección
de que otra aventura como esta será muy peligrosa.
--Sería
un tremendo revés para ellos aceptar eso. Inmediatamente después de
la caída de Bagdad decían que la visión del mundo de sus críticos
se derrumbaba, lo que obviamente no era correcto. ¿Pero hasta dónde
están dispuestos a reconocer que su visión del mundo era equivocada?
Lo que es cierto es que probablemente tuvieran una lista de siete países
para cambiar sus regímenes, pero tendrán que abstenerse por un
tiempo.
--Vista la influencia de los Estados Unidos, ¿Europa
puede mantener su propio tipo de sociedad de bienestar? ¿O debería
seguir el modelo estadounidense?
--En
muchos sentidos se puede sostener que un estado de bienestar de tamaño
moderado funciona mejor. A Estados Unidos ahora le va bien pero si
sigue en la actual dirección le irá peor... Si pregunta en este
momento qué países occidentales avanzados enfrentan mejor esta
crisis económica con los menores padecimientos, la lista incluiría
al Reino Unido, a Canadá y a Suecia, lo que no da un veredicto automático
de que tener un estado de bienestar débil es lo que conviene. Por
supuesto que eso es un poco injusto, porque sólo lo analizamos en términos
del corto plazo, pero no creo que la conclusión sea que Europa tiene
que seguir el modelo de los Estados Unidos.
--¿Europa está condenada a aceptar a los Estados Unidos
como superpotencia?
--Lo
que más asusta del mundo es que los Estados Unidos se están
hundiendo. Lo que desilusiona es que Europa no logra ordenarse en términos
de su orientación económica y política. La Unión Europea
colectivamente es un poder igual a los Estados Unidos: el mismo PBI,
mayor participación en el comercio mundial, valores compartidos; no
hay diferencias internas fundamentales. Debería ser un bloque de países
que pudiera actuar por su cuenta. Vimos algo de eso en la diplomacia
antes de la guerra de Irak, cuando Washington se encontró con que tenía
menos influencia de lo que pensaba. Parte del motivo es que la UE da
mucha más ayuda externa que los Estados Unidos. Para muchos países
del Tercer Mundo es más importante llevarse bien con París o Berlín
que con Washington. Pero la UE está enredada en diferencias internas
respecto del euro, los pactos de estabilidad, la política exterior,
en vez de cargar con la parte de los problemas del mundo que le
corresponde. La falta de acción de los europeos deja a Washington
como la única alternativa.
--¿Ve peligros para el proceso democrático en los
Estados Unidos?
--Bush
no es Hitler, si eso es con lo que especula. No vemos señales de
tendencias fascistas, pero el uso agresivo de la fuerza política
genera preocupación. Mi temor es que los Estados Unidos se conviertan
en una versión del Chicago del alcalde Dale, donde el aparato político
corrupto controla todo y todos sienten que tienen que apoyar a las
autoridades en el poder si no quieren que les envíen inspectores
sanitarios a examinar su cocina. Eso es política de aparato y la
eliminación de facto de la oposición. Hay otras asuntos
preocupantes, como los prisioneros de Guantánamo. Pero lo principal
es: si los Estados Unidos, tradicionalmente un arsenal de la
democracia, van en el sentido contrario, ¿qué sucederá en el mundo?
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