La
llamada 'crisis de la tortilla' provoca la primera protesta
multitudinaria que afronta el presidente Calderón
Los
mexicanos protestan por el precio de
los alimentos
Agencia
EFE, 31/01/07
México.–
Decenas de miles de mexicanos ha tomado las principales calles de
Ciudad de México para protestar contra la subida de precio de los
alimentos básicos y para exigir aumentos salariales. Esta protesta
tiene su origen en el aumento en diciembre pasado al precio de la
tortilla, oblea hecha a base de maíz y alimento básico para los
mexicanos, principalmente de los sectores pobres, al que han seguido
las alzas en leche y huevo, lo que ha desatado un gran malestar social
en las últimas semanas. Es la primera manifestación multitudinaria
en que afronta el presidente Felipe Calderón.
Decenas
de miles de mexicanos ha tomado las principales calles de Ciudad de México
para protestar contra la subida de precio de los alimentos básicos y
para exigir aumentos salariales. Esta protesta tiene su origen en el
aumento en diciembre pasado al precio de la tortilla, oblea hecha a
base de maíz y alimento básico para los mexicanos, principalmente de
los sectores pobres, al que han seguido las alzas en leche y huevo, lo
que ha desatado un gran malestar social en las últimas semanas. Es la
primera manifestación multitudinaria en que afronta el presidente
Felipe Calderón.
Megamarcha:
Decenas de miles piden redefinir el rumbo económico, político y
laboral del país
Por
Rosalía
Vergara
Revista
Proceso, México, 31/01/07
México,
DF.– En lo que fue la primera mega manifestación en contra de las
acciones del gobierno del presidente Felipe Calderón, decenas de
miles de personas marcharon esta tarde en repudio al alza de precios
en los productos básicos.
Más
de 50 organizaciones –campesinas, sindicales, civiles y políticas–
firmaron la denominada “Declaración del Zócalo”, en la que
fijaron su posición respecto del incremento en los precios de los
productos básicos, y plantearon la creación de un “nuevo pacto
social” para redefinir el rumbo económico, político y laboral del
país.
Leído
por la periodista Verónica Velasco, el documento plantea reformas
sociales y del Estado como una tarea fundamental, así como la creación
de un “nuevo pacto social incluyente”, porque “nadie, ni aun los
que afirman haber ganado las elecciones, tienen derecho al monopolio
de las decisiones públicas”.
Ese
“nuevo pacto”, indica la declaración, estaría encaminado a
modificar la política económica; garantizar la inclusión social, la
equidad, la competitividad internacional, el empleo y la alimentación
de los mexicanos, así como “el control y la administración
eficiente de la nación sobre sus bienes básicos y estratégicos”.
Señala:
“La nueva política social deberá apoyar las capacidades
productivas y organizativas de los diversos sectores sociales. Pondrá
en el centro a la educación laica, gratuita y de calidad, así como
la seguridad social. Este nuevo pacto incluye cambios en el ámbito
electoral y en el régimen político para dar seguridad a la ciudadanía
sobre el resultado de su voto, para promover la democracia,
democratizar el mundo del trabajo evitando la injerencia gubernamental
en su vida interna”.
Todo,
apunta, deberá incluirse en un Plan Nacional de Desarrollo, que será
dado a conocer a la sociedad, no sólo a las élites.
Las
organizaciones firmantes, entre las que figuran sindicatos y
organizaciones campesinas priistas, establecieron cinco condiciones
inmediatas para crear ese nuevo pacto: Hacer del campo la prioridad,
actualizando el Acuerdo Nacional para el Campo; renegociar el capítulo
agropecuario del TLC; frenar el aumento de los productos básicos;
generar empleos formales con salarios dignos para reactivar el mercado
interno; crear espacios institucionales para que los sectores sociales
participen en políticas públicas, y que el gobierno se comprometa a
detener la represión contra movimientos sociales y respetar los
derechos humanos.
“Nuestras
demandas son claras y viables. Este acto no es sino el inicio de la
respuesta social al deterioro de la vida pública. Continuaremos
articulando las diversas expresiones sociales, vinculando la protesta
con la propuesta, el diálogo con la movilización, la palabra con la
acción”, señalan.
Las
organizaciones firmantes, entre las que figuran la Unión Nacional de
Trabajadores, agrupaciones perredistas como Nueva Izquierda; la Unión
Nacional de Organizaciones Campesinas Autónomas; tranviarios, y la
Unidad Sindical del IMSS, entre otras, llamaron a la sociedad a
expresarse, discutir, construir una amplia unidad social para impulsar
reformas y solidarizarse con movimientos sociales.
“Hoy
demandamos la soberanía nacional, tanto la alimentaria como la energética,
la defensa del salario y del empleo. Estos son los primeros pasos para
construir un acuerdo nacional que se transforme en un nuevo pacto
social que a todos beneficie”, afirman.
El
acto se realizó antes del mensaje que hizo el llamado “presidente
legítimo” Andrés Manuel López Obrador, quien salió del templete
alterno colocado en el zócalo para ese fin, ante la discrepancia con
organizaciones campesinas priistas y laborales, además de los
perredistas sobre quién sería el orador en la manifestación.
Según
el presidente colegiado de la UNT, Francisco Hernández Juárez, al
final llegaron al consenso de que Verónica Velasco leyera la
declaración, pues tenían una lista de 50 posibles oradores que, al
final, no podrían hablar en el evento.
Señaló
que no hubo discrepancias con el PRD, ya que, al final, dijo, se
pusieron de acuerdo.
Velasco,
por su parte, informó que la invitaron anoche a leer la declaración,
lo que aceptó porque consideró importante comenzar una movilización
contra el incremento en el precio de los productos básicos, pues
“es una medida injusta para la sociedad y los campesinos de México”.
El
documento define nueve puntos para el inicio de “una nueva etapa de
lucha”, pues ya quedó en evidencia que el modelo económico actual
no es viable “y hoy está en crisis”. No se generan empleos; el
salario está deteriorado; es evidente la falta de competitividad
internacional y la pérdida de la soberanía alimentaria.
Recrimina
que, mientras otros países buscan revertir los daños de la política
neoliberal, México se está quedando a la zaga, e insiste en aplicar
un modelo económico ineficiente, inequitativo y discriminatorio.
“No
se puede continuar con una política que, ante nuevos problemas,
responde con las recetas desreguladoras y privatizadoras que implican
menor capacidad del Estado para cumplir con sus obligaciones y mayor
subsidio a los capitales ineficientes”, afirma.
Y
censura que la represión sea la respuesta gubernamental a los
movimientos sociales –como Atenco y Oaxaca–, surgidos a raíz de
la descomposición social. “Necesitamos que prevalezca el respeto a
los derechos humanos ante cualquier decisión política y la negociación
ante el uso de la fuerza. Frente a la política excluyente y
represora, habrá que oponer la defensa integral de nuestros derechos
y de nuestras libertades”, añade.
En
la primera respuesta popular a las políticas neoliberales del
gobierno de Felipe Calderón, decenas de miles de mexicanos marcharon
al Zócalo del DF para protestar por el aumento del 150% en el precio
de la tortilla de maíz, insumo básico en la dieta de los más pobres
Masiva
protesta por los aumentos de la leche
y las tortillas
Por
Gerardo Albarrán de Alba
Corresponsal
en México, D. F.
Página
12, 01/02/07
México,
DF.– A menos de dos meses de haber asumido la Presidencia de México,
el gobierno de Felipe Calderón cedió a las presiones del mercado,
constriñendo aún más la economía de millones de familias que viven
por debajo de la línea de la pobreza: autorizó un incremento de casi
30 por ciento a la leche subsidiada que distribuye el propio gobierno
y permitió que el precio de la tortilla –el alimento básico del
mexicano– se disparara en casi 150 por ciento. En respuesta,
organizaciones campesinas, sindicales, civiles y políticas realizaron
hoy una “histórica manifestación” de protesta en la que el ex
candidato presidencial de izquierda, Andrés Manuel López Obrador,
encabezó una de las tres columnas que salieron de distintos puntos de
la Ciudad de México para concentrarse en el Zócalo capitalino, justo
frente al Palacio Nacional.
“Este
acto no es sino el inicio de la respuesta social al deterioro de la
vida pública. Continuaremos articulando las diversas expresiones
sociales, vinculando la protesta con la propuesta, el diálogo con la
movilización, las demandas de soluciones inmediatas a los problemas
con los planteamientos a mediano y largo plazo”, advirtieron una
docena de organizaciones sociales, obreras, campesinas y políticas en
un comunicado que fue leído ante decenas de miles de manifestantes
que ya habían llenado la plaza antes de que hubieran llegado todos
los contingentes.
La
demanda central plantea “un nuevo pacto social que modifique la política
económica para asegurar la inclusión social, la equidad, la
competitividad internacional, el empleo y la alimentación de todos
los mexicanos, así como el control de la administración eficiente de
la nación sobre sus bienes básicos y estratégicos”, lo cual
implica cambios en la política social para pasar de la “caridad pública”
al reconocimiento pleno de los derechos de toda la ciudadanía.
Esta
es la primera gran movilización social concertada que pretende
resistir a la política económica y social del presidente de derecha
Felipe Calderón, cuyo gobierno recortó el subsidio a la leche
popular y explicó el alza a la tortilla en los expendios privados por
el incremento en los precios internacionales del maíz. Sin embargo,
el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, lo desmintió: el
aumento se debe a las “acciones de los especuladores y
acaparadores”. En eso coinciden legisladores, líderes campesinos y
especialistas en la materia, que culpan a la especulación que
realizan empresas transnacionales que operan en México, con la
complacencia del gobierno que pretende imponer reglas de mercado
salvaje, incluso en los productos básicos.
Estas
medidas oficiales afectan directamente a poco más de la mitad de las
zonas urbanas y rurales más pobres del país que obtiene su aporte
energético a través de la tortilla, según el último estudio que
realizaron el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición
Salvador Zubirán, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (Inegi) y el Instituto Nacional de Salud Pública. De por
sí, la tortilla se vende en México a precio de libre mercado desde
1998, cuando el gobierno –con el apoyo del Partido Acción Nacional,
del que procede el presidente Calderón– eliminó totalmente el
subsidio que existió durante décadas. En el caso de la leche, el
gobierno no sólo aumentó su precio, sino que ignoró un subsidio
autorizado por la Cámara de Diputados y programó incrementos
anuales.
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