¡Llegó
la hora de lanzar la Huelga General contra el TLC!
Por
Alexa Amón
El
Trabajador Centroamericano Nº 61, febrero 2007
Indudablemente
durante el primer semestre del 2007 se decidirá el porvenir del TLC
en nuestro país. Tras cuatro años de intensos debates y constantes
movilizaciones, en los próximos meses el gobierno de Arias por un
lado, y los trabajadores y sectores populares opuestos al tratado
comercial por el otro, se jugarán el último chance en este ya
prolongado pulso político. Prueba de lo anterior es que el gobierno
por medio de su bancada y en contubernio con otras fracciones
minoritarias, cuenta con los 38 votos necesarios para aprobarlo, y por
si esto fuera poco, dejó en claro que lo pretende hacer rápidamente
con los cambios introducidos al reglamento parlamentario, instaurando
la llamada "vía rápida".
Debido
a esto, desde el PST quisiéramos discutir con los(as) miles de
opositores(as) al TLC sobre los que desde nuestra perspectiva
consideramos grandes peligros internos en esta pelea, que de no ser
combatidos a tiempo, podrían conllevar a la desmovilización de la
tan ansiada Huelga General y por ende, a una fuerte derrota de los
sectores en lucha.
La
burguesía "patriótica" busca convertirse en dirección de
la resistencia Semanas atrás se constituyó el llamado Frente
Nacional de Apoyo a la lucha contra el TLC (FNA), que entre sus filas
cuenta con la presencia de grandes figuras burguesas de la política
nacional. Entre los nombres más sobresalientes tenemos el de los
expresidentes Luis Alberto Monge y Rodrigo Carazo, el rector del ITEC
Eugenio Trejos y el líder del PAC, Otón Solís. Además de éste,
también se constituyó el menos significativo Frente Liberacionista
contra el TLC, capitaneado por el ex candidato presidencial Rolando
Araya.
Ambos
frentes han sido recibidos por la totalidad de la burocracia sindical
como un gran "incentivo" para la lucha, alegando que además
de permitir el acercamiento de muchos indecisos al bando opositor,
también servirá para restar el tinte "sindical" con que ha
sido presentada la resistencia al TLC por los medios de prensa
burgueses. De hecho, importantes sectores de la burocracia ("Juanito
Mora", APSE, entre otros) han planteado que la convocatoria a las
movilizaciones del 26 de febrero próximo debe realizarlo
exclusivamente el FNA.
Desde
el PST, si bien es cierto abogamos por la máxima unidad de acción
con todos los sectores que adversan el TLC, también consideramos que
el movimiento sindical y popular no debe depositar la más mínima
confianza en sectores de la burguesía que se presentan a sí mismos
como "patrióticos", puesto que sus proclamas en
"defensa de la patria" en los hechos se traducen en la
defensa de sus intereses empresariales particulares, los cuales se verían
afectados en caso de competir con empresas transnacionales. Por ello,
consideramos peligrosa la felicidad de sectores de la burocracia
sindical, que haciendo eco de las palabras del diputado reformista José
Merino, argumentan que es preciso "sumar por sumar" y no
cuestionar públicamente las posiciones políticas de otros sectores,
que para el caso de dichos frentes puede sintetizarse en presionar a
los diputados para que no aprueben el actual tratado y se renegocie el
mismo.
¿Qué
persiguen estos frentes burgueses contra el TLC? Consideramos que
ambos tienen como objetivo común impedir que las inevitables
movilizaciones que se producirán cuando el TLC se discuta en el
parlamento se salgan de control, es decir, que no se radicalicen y
violenten la institucionalidad del país. Al respecto, fueron claras
las recientes declaraciones de Otón Solís en CNN, donde argumentó
que su oposición será respetando la institucionalidad y no se basa
en ideología "raras" o anti–yanquis (léase
antiimperialistas).
A
pesar de que todas estas figuras burguesas habían expresado su
oposición moderada y por separado al TLC en años anteriores, no fue
sino hasta que se acercaba el momento en que la Comisión de
Internacionales enviara el tratado al plenario legislativo, que
optaron por unir esfuerzos y constituir estos frentes, para de esta
manera presentarse como los líderes opositores en la recta final (y
decisiva) de la lucha.
La
burocracia sindical y la huelga general
Además
de estos frentes burgueses, creemos que el otro gran peligro interno
es la burocracia sindical, la cual ha dirigido este proceso de
resistencia desde sus inicios. Durante todo este tiempo, ésta se ha
caracterizado por no perder hasta el último momento la esperanza de
establecer canales de negociación con el gobierno. Así, las
diferentes burocracias sindicales han impulsado movilizaciones contra
el TLC, pero éstas han estado en función de "asustar al
gobierno" y forzarlo a abrir dichos canales; las dirigencias
sindicales mayoritarias se han negado a estructurar un plan nacional
de lucha que articule a todos los sectores y regiones, el cual es un
requisito previo para que se materialice la tan ansiada Huelga
General.
Por
todo lo anterior, no tenemos ningún reparo en afirmar que las
burocracias sindicales no pueden considerarse como opositoras
consecuentes al TLC. La jornada de lucha de octubre del 2006 lo dejó
bien claro, cuando a pesar de ser un acuerdo tomado por la
Coordinadora Nacional de Lucha contra el TLC que el segundo día sería
de carácter regional y sectorial, para así ensayar la paralización
de todo el país (cierres de rutas e instituciones, paralización de
los puertos), lo que se llevó a cabo fueron dos días de simples
marchas por la avenida segunda de San José. Otro ejemplo es la
nefasta política de la ANDE, APSE y SEC, que desde finales del 2006
levantan la consigna del referéndum vinculante para decidir sobre el
TLC, que puede interpretarse como un voto de confianza para el TSE y
las instituciones burguesas.
Pero
lastimosamente para las pretensiones de la burocracia, el gobierno
Arias ha sido categórico en demostrar que no tiene intenciones de
negociar nada con relación al TLC, y por si fuera poco, su accionar
parlamentario e introducción de proyectos de la agenda
complementaria, en los hechos son una provocación a los trabajadores
y sectores populares. Por esto, los sectores de la burocracia sindical
que están agrupados en la Coordinadora Nacional han
"radicalizado" su discurso y han decidido lanzar la Huelga
General con la pelea de los trabajadores(as) del ICE contra el
proyecto de apertura de esa institución.
Lo
anterior, más que ser un signo de lucha rotunda contra el TLC, más
bien es la clara muestra de que hasta el último instante las
dirigencias sindicales añoraban negociar con Arias, y debido a la
fuerte actitud del gobierno, éstas se han visto en la necesidad de
pelear para defender sus intereses particulares dentro de las
instituciones estatales. Además, dicha huelga posiblemente se
caracterizará por ser convocada y dirigida burocráticamente, puesto
que durante meses tanto el FIT, los sindicatos Magisteriales (ANDE,
APSE) y la Juanito Mora (ASDEICE, ANEP, etc.) se han negado a convocar
o participar de asambleas democráticas, desde las cuales se articule
un único pliego petitorio y desde allí se tomen las principales
decisiones en cuanto a la conducción política de la posible huelga.
¿Es
posible derrotar al TLC?
Quienes
conformamos el PST consideramos que para derrotar al TLC, es preciso
que los(as) trabajadores(as) y demás sectores populares, tengamos
conciencia de la necesidad de convocar urgentemente a una gran
Asamblea Nacional de luchadores(as), en la cual participen delegados
de todos los sectores y regiones, y se discuta y vote democráticamente
un verdadero plan nacional de huelga, además de unificar en un solo
pliego todas las reivindicaciones concretas de los diferentes sectores
en lucha.
Junto
con esto, en el PST consideramos que el movimiento sindical y popular
si bien debe luchar por la unidad total en las calles, también debe
defender su independencia política ante los grupos empresariales que
por sus intereses particulares se oponen al TLC. A diferencia de éstos
últimos, los trabajadores y sectores populares no tenemos nada que
renegociar, puesto que el tratado comercial no es más que la
destrucción de las grandes conquistas sociales que se obtuvieron tras
años de luchas.
¡Por
la unidad en las calles, sin perder la independencia política! ¡Por
la Huelga General con democracia!
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