El
regreso de Daniel Ortega
Por
Orson Mojica
El
Socialista Centroamericano (*) Nº 60, enero 2007
En
su celebre obra "El 18 Brumario de Luis Bonaparte", Carlos
Marx escribió hace mas de un siglo que "todos los grandes hechos
y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos,
dos veces: una vez como tragedia y la otra como farsa". Con el
38% de los votos validos, Daniel Ortega ha conquistado por segunda
ocasión la Presidencia de Nicaragua, provocando la alegría de muchos
militantes de izquierda en América Latina. Pero, como trataremos de
demostrar, las apariencias engañan y el triunfo del FSLN amenaza
convertirse en una gran farsa.
La
transformación del FSLN La revolución (1979–1990) fue una
verdadera tragedia: las masas lucharon heroicamente hasta el límite
del cansancio, pero al final por los gravísimos errores políticos de
la conducción sandinista la revolución terminó siendo corroída
desde adentro, facilitando la labor destructora de los enemigos
externos (Intervención Imperialista).
La
derrota electoral del FSLN en 1990 puso fin a una tragedia, pero abrió
las puertas a otra: la reconstrucción del capitalismo semicolonial
bajo el auge del "neoliberalismo".
La
primera duda que debemos despejar es si Nicaragua se encuentra en una
revolución, o si se encamina aceleradamente hacia ella. A diferencia
de 1979, cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
encabezó la lucha popular y la insurrección contra la dictadura
somocista, desarrollando la movilización revolucionaria y promoviendo
las milicias populares, en esta ocasión estamos ante un triunfo
electoral en el marco de las instituciones de una frágil democracia
burguesa que el mismo FSLN ayudó a construir en los últimos 16 años
(1990–2006). Con muchas contradicciones, por su autoridad sobre un
importante sector de las masas populares, el FSLN ha sido
objetivamente el principal impulsor de la reconstrucción del Estado
burgués en los últimos 30 años.
Tres
décadas no pasan en vano, sobre todo cuando la alta dirigencia
sandinista ha estado administrando total o parcialmente las
instituciones del Estado que se reconstruyó después de 1979. La
administración del Estado burgués produjo profundos cambios políticos
y sociales dentro del sandinismo.
En
1979 el FSLN era una organización nacionalista pequeño burguesa,
antiimperialista, que apelaba a las masas en su lucha contra el
imperialismo yanqui. Sin embargo, después de 1990, especialmente con
el fenómeno de "La Piñata", por medio del cual la alta
dirigencia del FSLN privatizó en su propio beneficio los bienes del
Estado, ésta se transformó en una nueva clase capitalista emergente,
aunque las bases sociales del sandinsimo continuaron siendo plebeyas o
populares.
Poco
a poco, el FSLN se transformó en un partido nacionalista burgués,
aunque cada vez menos nacionalista o antiimperialista. Daniel Ortega
mantuvo durante algún tiempo, especialmente bajo el gobierno de la
Sra. Violeta Chamorro, un discurso revolucionario que le permitió
evitar un deterioro del caudal de votos. En una democracia burguesa,
cada cierto tiempo, el control de las instituciones y las cuotas de
poder se resuelven o negocian por medio de los votos obtenidos. Esto
le permitió al FSLN desarrollar la habilidad de manejar un discurso
revolucionario y una aparente sensibilidad sobre los problemas
sociales, al mismo tiempo que aprovechaba cualquier resquicio para
obtener mayores cuotas de poder.
En
las elecciones de 1996, por ejemplo, Daniel Ortega fustigó duramente
a Arnoldo Alemán, al que consideraba la personificación de la
restauración somocista. Fue la ultima ocasión que el FSLN desarrolló
una campaña electoral con un discurso de izquierda. Dos años después,
a finales de 1998, el FSLN inició una negociación política con el
Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que concluyó con las
reformas constitucionales del año 2000, que modificaron las reglas
del juego electoral, restauraron un sistema bipartidista de repartición
de los cargos públicos entre las dos principales fuerzas políticas:
el liberalismo y el sandinismo.
La
reforma del 2000 La reforma constitucional del año 2000 sirvió para
repartirse por la mitad los cargos públicos y el control de los
Poderes e Instituciones del Estado. Pero, con la visión estratégica
que caracteriza a las direcciones guerrilleras, el FSLN insistió en
bajar el porcentaje votos para obtener el triunfo electoral.
En
1995, la reforma constitucional estableció el sistema de dos vueltas
electorales y la cantidad mínima del 45% de los votos validos para
conquistar la Presidencia de la República. La reforma del año 2000
alteró sustancialmente las reglas del juego electoral, al bajar el
requisito del 45 al 40% de los votos validos "salvo el caso de
aquellos que habiendo obtenido un mínimo del treinta y cinco por
ciento de los votos válidos superen a los candidatos que obtuvieron
el segundo lugar por una diferencia mínima de cinco puntos
porcentuales".
En
la mayoría de los países de América Latina se ha establecido el
sistema electoral de dos vueltas, con la excepción de México,
Honduras, Panamá, Bolivia y Paraguay. Solamente en Argentina y
Ecuador se contempla la posibilidad de que no hubiese una segunda
elección, si la diferencia entre el primero y segundo lugar es del
10% de votos. Sin embargo, en Argentina el requisito para ganar en
primera vuelta es del 45% y en Ecuador del 40% Al haber reducido del
45% al 35 % los votos necesarios para ganar en primera vuelta, la
reforma del año 2000 preparó las condiciones para el regreso del
FSLN al gobierno. Con esta modificación constitucional, el
"pacto" entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán estableció en
los hechos la alternabilidad en el gobierno por parte de las dos
principales fuerzas políticas. Este cambio en las reglas del juego
provocó un distanciamiento entre el gobierno de los Estados Unidos y
el presidente Arnoldo Alemán, por que el Departamento de Estado
consideró que el "pacto" había revitalizado al FSLN, como
efectivamente sucedió. En realidad se pasó del sistema de dos
vueltas electorales al sistema de mayoría relativa, es decir, podía
ganar la minoría más importante Las condiciones para que el FSLN
recuperara el gobierno estuvieron dadas en el año 2001, pero el
imperialismo frustró los planes de "alternabilidad" en la
medida en que intervino decididamente para reunificar a las fuerzas
antisandinistas, bajo la candidatura de Enrique Bolaños.
El
giro a la derecha En la campaña electoral del año 2001, el FSLN ya
no utilizó un discurso de izquierda. En esa ocasión, conformó la
llamada "Convergencia Nacional" con los despojos de partidos
burgueses que fueron aniquilados por el triunfo de Arnoldo Alemán en
1996: socialcristianos, conservadores, renovadores sandinistas y
conjunto de pequeños partidos.
Abandono
la tradicional bandera roja y negra por una bandera rosada, pero
encabezando siempre los cargos propietarios y dejando los cargos
suplentes para los aliados. Fue la primera vez que el FSLN formó una
alianza electoral. El esfuerzo de amplitud y unidad electoral dio
resultados: obtuvo el 44% de los votos validos, subió 7 puntos en
relación a la votación de 1996. Esta fue su votación más alta en
los últimos 16 años.
Un
gobierno débil, minoritario
La
segunda gran duda que debemos despejar es si el FSLN ha logrado
ganarse nuevamente la simpatía de las masas populares. A pesar de que
en las elecciones del 5 de Noviembre pasado, entró a votar una
significativa nueva masa de votantes jóvenes que en 1990 tenían un año
o estaban naciendo, este crecimiento del padrón electoral no se
tradujo en un incremento de los votos sandinistas.
Contrario
a lo que se puede creer, la votación del FSLN decrece en el tiempo
(ver recuadro). En 1984, en plena revolución, obtuvo el 62,89% de los
votos validos. En 1990 perdió el gobierno con el 38,38% de los votos
validos. En 1996 mantuvo estancada su votación con el 37,74% de los
votos validos. En 2001 aumento su votación hasta el 44,18% de los
votos validos. Y en el 2006 obtuvo el 38,06% de los votos validos, una
cantidad de votos similar cuando perdió el gobierno en 1990. Aquí es
donde la reforma constitucional del 2000 nos muestra su verdadera
importancia.
Si
comparamos los votos del FSLN en relación al padrón electoral, la caída
es estrepitosa. En 1984 obtuvo el 47,43 % del padrón electoral, en
1990 se redujo al 33,09% del padrón electoral, en 1996 esta cantidad
se redujo al 27,65% del padrón electoral, para incrementarse
levemente al 30,21% en el año 2001, para descender al 23,30% del padrón
electoral durante las elecciones del 2006.
Y
si comparamos la cantidad de votos validos a favor del FSLN en las
ultimas cinco elecciones Presidenciales, observamos que obtuvo 50,000
votos menos que 2001, y aun así logró conquistar la Presidencia de
la República.
(*)
Publicación del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) de
Nicaragua.
Un
gobierno de minoría
Rafael
Correa en Ecuador obtuvo el 56,67 % de los votos validos. Hugo Chávez
en su reelección obtuvo más del 60% de los votos validos. Sin
embargo, Daniel Ortega conquisto por segunda vez la Presidencia de la
República con el mismo 38% con el que fue desalojado del gobierno en
1990.
Lo
anterior convierte al gobierno sandinista en un gobierno débil, de la
minoría más importante y mejor organizada de Nicaragua, pero siempre
es una minoría en relación al conjunto de la población. Esta
debilidad intrínseca del nuevo gobierno presagia grandes conflictos
políticos y sociales.
Elecciones
presidenciales de Nicaragua
|
Año
|
Votantes
inscritos
|
Votos
Validos
|
Votos
FSLN
|
%
del FSLN en relación al padrón electoral
|
%
del FSLN en relación a los votos validos
|
1984
|
1.551.597
|
1.170.142
|
735.967
|
47,43
%
|
62,89
%
|
1990
|
1.752.088
|
1.510.838
|
579.886
|
33,09
%
|
38,38
%
|
1996
|
2.421.067
|
1.773.401
|
669.443
|
27,65
%
|
37,74
%
|
2001
|
2.997.228
|
2.049.771
|
905.589
|
30,21
%
|
44,18
%
|
2006
|
3.665.141
|
2.244.215
|
854.316
|
23,30
%
|
38,06
%
|
Fuente:
Consejo Supremo Electoral
|
Resultados
elección presidencial del año 2006
|
Partido
|
Votos
|
Porcentaje
|
FSLN
|
854.316
|
38,06
%
|
ALN
|
650.879
|
29,00
%
|
PLC
|
588.304
|
26,21
%
|
MRS
|
144.596
|
06,44
%
|
|