Bush
en Guatemala y las próximas elecciones
Editorial
de El Socialista Centroamericano Nº 61, febrero 2007
El Presidente George
W. Bush visitara Guatemala entre el 8 y 14 de Marzo como parte de su
gira por América Latina que incluye periplos en México, Colombia,
Brasil y Uruguay. Esta visita pretende articular una nueva estrategia
imperialista para coexistir, contener y desvirtuar el avance electoral
de los partidos de izquierda que gobiernan en la mayoría de los países
de América Latina.
Esta nueva política
contempla la coexistencia con gobiernos de “izquierda moderada”,
como el de Lula en Brasil, Bachelet en Chile, Vásquez en Uruguay, que
incluye también a Allan García en Perú, al rebelde Evo Morales en
Bolivia y al comandante Daniel Ortega en Nicaragua, debilitando y
aislando al presidente Hugo Chávez de Venezuela.
La visita a Guatemala
no es una casualidad. Este año se cumple el veinte aniversario de los
acuerdos de Esquipulas II (1987), cuya implementación puso fin a las
guerras civiles en Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
De todas las
guerrillas que depusieron las armas y se reincorporaron a la vida política,
la más debilitada por la bestial represión fue la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Mientras en Nicaragua el
FSLN conservó importante cuotas de poder, que le posibilitaron el
retorno al gobierno este año, en El Salvador el FMLN conserva un
importante caudal de votos, pero en Guatemala la votación a favor de
las organizaciones de izquierda ha sido mínima en relación al
poderoso movimiento obrero, campesino, popular e indígena de este país
clave para la revolución centroamericana.
Debemos rechazar la
presencia de Bush en las calles de todas las ciudades de Guatemala,
pero al mismo tiempo debemos preparar los mecanismos que posibiliten
una derrota de los candidatos del imperialismo en las próximas
elecciones.
El interés de
Rigoberta Menchú Tum por lanzar su candidatura presidencial en los
comicios de septiembre de este año puso en evidencia los métodos
antidemocráticos en las dirigencias de la URNG y del Movimiento
Amplio de Izquierda (MAIZ). Estas dirigencias prefirieron discutir
acuerdos en la cúpula con la Sra. Menchú y su grupo político WINAQ,
antes que realizar un proceso democrático de elección de los
candidatos a través de asambleas donde los trabajadores, campesinos y
sectores populares presenten sus precandidatos.
El WINAQ y Menchú
exigieron el 50% de las candidaturas para ellos, lo que resulta
inaceptable para el conjunto de fuerzas que forman parte de la
alianza.
Doña Rigoberta y
otros integrantes de WINAQ son o han sido integrantes de los dos últimos
gobiernos de Alfonso Portillo y Oscar Berger. WINAQ no representa a la
mayoría de indígenas, población en situación de extrema pobreza.
Representa más bien
a los sectores más acomodados de las etnias mayenses: pequeños y
medianos empresarios, profesionales e intelectuales, funcionarios de
ONGs y empleados del gobierno.
Al final, la señora
Menchú no quiso someterse a la voluntad popular y prefirió amarrar
su candidatura con el movimiento “Encuentro por Guatemala”, una
agrupación socialdemócrata que lidera la diputada Nineth Montenegro.
El gran problema de
las candidaturas únicas de la izquierda guatemalteca sigue pendiente.
La deserción de la señora Menchú no debe amilanarnos. Llamamos a la
unidad de la izquierda guatemalteca en torno a candidatos que sean
luchadores por las causas populares.
El MAIZ aún no
define su programa de gobierno; la unidad de la izquierda debe ser en
torno a un programa realmente revolucionario y en torno a candidatos
obreros, populares e indígenas, elegidos democráticamente por una
asamblea nacional de los sindicatos y principales organizaciones
campesinas, indígenas y populares de Guatemala.
Este es el único
camino que permitirá derrotar a los candidatos de la burguesía y del
imperialismo en las próximas elecciones.
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