Bush
y el Frente Amplio de Uruguay
“Un
cadáver hediondo”
Por
Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 09/03/07
Con
este diagnóstico –“un cadáver hediondo”– Rosa Luxemburgo
caracterizaba el siglo pasado la muerte de la socialdemocracia alemana
como corriente socialista y anticapitalista. Hoy podemos decir algo
parecido del Frente Amplio y de sus principales componentes, los ex
tupamaros del MPP, el Partido Comunista, el PS, etc. Hace ya tiempo
que había que extenderle el certificado de defunción como supuesta
coalición “antiimperialista” y de “izquierda”. Y eso, mucho
antes de que el FA, con Tabaré Vázquez, asumiera el gobierno
garantizando una continuidad prácticamente total de las
administraciones neoliberales de los partidos Colorado y Blanco,
caracterizadas no sólo por gobernar al servicio de la burguesía
uruguaya y del capitalismo en general, sino también por su obediencia
perruna a Washington. Tabaré y el Frente Amplio han demostrado que
tampoco difieren en ese aspecto.
En
efecto, la historia del Frente Amplio desde su reorganización al
finalizar la dictadura en Uruguay fue marcada por el abandono de toda
medida antiimperialista concreta en su programa; por ejemplo, en
relación a la deuda externa, el FMI, etc. Sin embargo, el FA
conservaba el
“antiimperialismo” como parte fundamental del “folklore”
frenteamplista, eficaz para mantener el apoyo obrero y popular.
Fue algo así como la bandera roja del PT de Brasil, cuando este
partido ya no tenía nada que ver con los trabajadores.
La
subida del Frente Amplio al gobierno empezó a poner las cosas en
claro. Medidas antes inconcebibles, como otorgar
a EEUU una base militar en el Cerro de Montevideo, ya eran
imposibles de conciliar con el viejo “folklore” del ¡Viva Cuba! y
de la camiseta con la cara del Che.
Pero
lo de la base en el Cerro no fue un hecho aislado. Todos los pasos de
Tabaré han ido en el sentido de las “relaciones
carnales” con Washington, al estilo Menem. Esto llevó, por
ejemplo, a la firma del TIFA, que es de hecho un TLC (Tratado de Libre
Comercio) con EEUU.
Sin
embargo, más que una medida práctica, ha sido un hecho más bien
“simbólico” –el viaje de Bush–, el que ha hecho estallar una
crisis política en el gobierno y el FA.
Al
anunciarse el viaje, se produce un llamamiento de la Coordinadora
Antiimperialista (un agrupamiento de organizaciones políticas,
movimientos sociales y sindicatos que no están el FA o que siguen en
él como críticos al gobierno) para realizar el viernes 9 una marcha contra
Bush y también contra el
gobierno y los partidos que lo invitan.
El
sentimiento de repudio popular y la convocatoria a la “Marcha
Antiimperialista contra Bush y el gobierno” puso en aprietos a los
sectores que siguen con Tabaré
y el FA, pero que, al mismo tiempo, todavía viven de los
discursos antiyanquis, como por ejemplo, el Partido Comunista, y
los burócratas del PC, PS y ex tupas que dirigen la central obrera
PIT-CNT.
Un
ejemplo de estos aprietos lo dio la dirigente del PC Marina Arismendi,
que salió a calificar a Bush de “execrable asesino belicista”...
pero que sigue tranquilamente de ministra de Desarrollo Social del
gobierno que no sólo lo invita, sino que vive arrodillado ante
Washington.
Las
mismas contorsiones intentaron ex tupamaros del MPP (la mayor fuerza
en el Frente Amplio): así, el diputado Juan José Domínguez dijo que
“no alcanzan los adjetivos del diccionario para reprobar la política
internacional de EEUU”, pero que la visita de Bush “es algo que
deberán aceptar los ministros”. Los ex guerrilleros convertidos en
ministros y diputados suelen tener el espinazo muy flexible... y no sólo
en Uruguay.
La
salida que encontraron al problema fue encargar a los burócratas del
PIT-CNT la convocatoria a una marcha
paralela a la de la Coordinadora Antiimperialista, el mismo día
casi a la misma hora. Se trata de la manifestación “con
Artigas, por la paz y la unidad latinoamericana; fuera Bush”.
Esta marcha dice “Fuera Bush”... ¡pero no critica al gobierno que
lo invita!
No
sabemos en qué medida esta maniobra confusionista y divisionista
tendrá éxito. Sea como sea, revela una contradicción política
seria: el mismo gobierno que trae a Bush se ve obligado a encargar a
sus agentes sindicales que organicen una manifestación de repudio a
Bush... para que el rechazo popular no desemboque además en una gran
movilización opositora.
Un
factor importante de la facilidad con que la burguesía y el
imperialismo han logrado en Uruguay imponer sus medidas casi sin
resistencia, es el encuadramiento por el Frente Amplio no sólo de las
masas trabajadoras y populares, sino también de la gran mayoría de
la vanguardia. Si se profundizara la crisis de este “cadáver
hediondo” del FA, podría abrirse al fin la posibilidad de
construcción de una alternativa independiente.
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