¿A
que se debe su llegada?
¡Fuera
Bush de Guatemala!
Por
Leonardo Ixim
El Socialista Centroamericano Nº 61, febrero 2007
El 10 de marzo viene
a nuestro país uno de los mayores terroristas de la actualidad, el
presidente de Estados Unidos George W. Bush, quien con su presencia
intenta reforzar su política exterior en Guatemala y la subregión
centroamericana.
¿A que se debe su
llegada? A pesar del TLC, el intercambio comercial entre nuestra
subregión y los gringos aún no tiene una importancia económica
sustancial para ellos. Sin embargo, se ven obligados a consolidar su
área de influencia, mediante el control político y militar, ante el
efecto que puedan tener en el área los procesos de radicalización de
las masas en los países sudamericanos con gobiernos nacionalistas,
que manejan un discurso antiimperialista. La posibilidad de que la
movilización de las masas rebase los límites y las intenciones de
gobiernos como los de Chávez y Evo Morales obliga a los Estados
Unidos a consolidar su alianza con los gobiernos reaccionarios de la
región. El surgimiento de estos gobiernos nacionalistas ha debilitado
en cierta medida esta alianza derechista pro imperialista.
Aunado a esto, la pérdida
de poder en el mercado mundial debido al avance las economías
emergentes en Asia, les obliga a toda costa a crear un eje
incondicional a sus intereses imperialistas, conformado por los
gobiernos de Centroamérica, Colombia, México, Perú y Chile.
El debilitamiento del
gobierno de Bush en el interior de los Estados Unidos, debido al
creciente rechazo del pueblo norteamericano a la guerra en Irak –que
causó su pérdida de influencia en el Congreso– es otro motivo para
que este representante del capital imperialista más reaccionario
busque consolidar su influencia en el exterior, apoyándose en
gobiernos serviles como el de Berger en Guatemala.
Además, la llegada
de Bush a Guatemala viene a reforzar la presencia militar, política y
económica que desde 1954 tiene aquí y en general en toda Centroamérica.
Uno de los temas a
tratar entre Bush y Óscar Berger será el de la inmigración.
En Estados Unidos
viven alrededor de 1.2 millones de guatemaltecos y las remesas que envían
constituyen uno de los principales rubros de nuestra la economía.
L o s funcionarios
del gobierno de los ricos piensan que van a llegar a un acuerdo en el
tema migratorio, pero la política de Bush ha sido de represión hacia
nuestros hermanos trabajadores migrantes. La solución momentánea sería
legalizar el flujo de personas que viajan para el norte y garantizarle
sus derechos humanos. Pero la solución duradera es acabar con el
sistema capitalista neoliberal oprobioso que obliga a nuestra población
más pobre, en especial indígenas, a migrar hacia el Norte.
Otro de los temas a
tratar será la agenda de seguridad, fundamentada en la estrategia de
seguridad continental. Con la excusa del combate al narcotráfico y
las maras, el imperio gringo y los gobiernos serviles del área
desarrollan una estrategia de control social preventivo y de acción
contrainsurgente.
Los verdaderos
objetivos de la visita de Bush son pues, en primer lugar, afianzar su
área de influencia política.
En segundo lugar
reforzar la presencia militar de los yanquis en nuestro país, para
proteger y garantizar el robo de nuestros recursos para su beneficio.
En tercer lugar,
impulsar medidas preventivas y persuasivas para evitar una
radicalización de las luchas de las masas. Por último, posiblemente
el estudio de alguna acción militar contra Venezuela o la posibilidad
de entrenar efectivos con ese objetivo.
Los socialistas
revolucionarios nos unimos al llamado hecho por el Bloque
Antiimperialista, el FNL y las organizaciones populares para realizar
una marcha masiva el 10 de marzo en rechazo a la visita de Bush. Desde
los cuatro puntos de la tierra del maíz, estaremos presentes
campesinos, trabajadores asalariados, estudiantes, vendedores de la
economía informal, organizaciones de mujeres, grupos ecológicos y
pueblo en general manifestando nuestro rechazo a la política
guerrerista y terrorista de este asesino. Llamamos a todos los
sectores populares a unirse a ésta y otras acciones de repudio y
manifestar su dignidad, nacionalismo y su internacionalismo contra los
planes de influencia del imperio.
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