Cumbre
impregnada de etanol
Por
Humberto Márquez
Inter Press Service (IPS), 12/04/07
Caracas.–
Los presidentes de América del Sur se verán el martes 17 en la Isla
de Margarita, noreste de Venezuela, en una reunión consagrada a la
cooperación energética y marcada por la polémica global en torno a
los biocombustibles, tras el pacto de Washington y Brasilia para
impulsar el alcohol carburante.
A
sabiendas de que sus posturas son divergentes e impregnadas de geopolítica,
y de que no quieren fracturas sino negocios conjuntos, los gobernantes
sudamericanos descartaron formalmente el lenguaje de confrontación y
apelan al de "paz y amor" y a la "persuasión" en
la defensa de sus puntos de vista.
En
los borradores de la que será declaración conjunta, los delegados de
los gobiernos reunidos la semana pasada en Caracas coincidieron en que
el gran objetivo es reducir la pobreza y las asimetrías entre sus
pueblos, con esfuerzos de investigación, desarrollo de proyectos e
intercambio de tecnologías energéticas.
Pero
en apartados como el de biocombustibles, y en particular en el
desarrollo posible del etanol, carburante extraído de cultivos como
caña de azúcar y maíz, no hubo consenso en esos trabajos iniciales,
y los ministros de Energía y cancilleres deberán zanjar la cuestión
en sus reuniones del próximo lunes, según trascendió.
Brasil
pactó en marzo con Estados Unidos, en visitas recíprocas de los
presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y George W. Bush, desarrollar
un mercado mundial de alcohol carburante hasta quintuplicar, en 10 años,
la actual producción mundial de 40.000 millones de litros anuales de
etanol.
Tras
esa alianza, el presidente cubano Fidel Castro criticó la nueva política
de agricultura con fines de energía como una "internacionalización
del genocidio" y una "condena de muerte anticipada"
para 300 millones de hambrientos que no conseguirían alimentos de
vegetales destinados a manufacturar combustibles.
El
venezolano Hugo Chávez, que hasta febrero había pactado con Brasil y
Cuba siembras de caña y construcción de plantas para obtener etanol,
dio un giro de 180 grados ante lo que llamó "problema ético y
ecológico", es decir, "la locura que significa producir
alimentos pero no para las personas, sino para los automóviles de los
ricos".
Chávez
dijo que en la cumbre de isla Margarita pedirá a Brasil y a Colombia
(que también acordó con Estados Unidos un programa de
biocombustibles) que "utilicen sus tierras para producir
alimentos para los 300 millones de hambrientos de América Latina y el
Caribe".
En
Brasil, el asesor de Lula para asuntos internacionales, Marco Aurelio
García, observó que Chávez y Castro "usan el etanol como
combustible ideológico, cuando debería ser sólo combustible",
pero acotó que Lula se abstendrá en Margarita de enfrentamientos y
usará "un estilo de pacto positivo, de paz y amor".
Castro
y Chávez "vieron de repente en Lula un competidor en el mercado
de crudos de Estados Unidos y salieron a defender ese nicho, la base
del ingreso petrolero venezolano de 70.000 millones de dólares
anuales", comentó a IPS el analista político opositor Manuel
Malaver.
Las
declaraciones de Chávez "no pasan de ser marketing político, un
esfuerzo para valorizar el petróleo, principal producto de exportación
del país", observó el coordinador del Instituto Brasileño de
Relaciones Internacionales, José Flavio Sombra Saraiva.
En
uno de los discursos en los que atacó los planes de producción de
etanol, Chávez dijo que América Latina "no tiene por qué
preocuparse por el suministro energético, por lo menos por 100 años,
porque todo el petróleo que necesita está en Venezuela, y podemos
producir, durante 300 años, tanto gas como el equivalente al etanol
que Estados unidos consumirá según sus planes".
Más
allá de esta polémica, la cumbre hará de sombrilla y pasará
revista a las iniciativas y proyectos en marcha, de carácter regional
o bilateral, que han puesto la energía como pivote de la integración
enmarcada en la Comunidad Sudamericana de Naciones.
El
canciller venezolano Nicolás Maduro recordó que se tratará sobre el
Gasoducto del Sur, el proyecto de 8.000 kilómetros de tuberías para
llevar gas desde el Caribe en su país hasta el Río de la Plata, así
como sobre las iniciativas de cooperación petrolera estatal,
conocidas como Petrosur y Petroandina.
La
cita dará lugar a numerosos encuentros bilaterales y de grupos,
comenzando porque el anfitrión inaugurará el domingo una escuela
latinoamericana de medicina, cerca de Caracas, con su homólogo
boliviano Evo Morales.
Lula
hará una escala en la oriental ciudad de Barcelona para colocar la
piedra fundacional de una planta petroquímica venezolano–brasileña.
Las empresas estatales Petróleos de Venezuela y Petrobras construyen
además una refinería en el Nordeste brasileño.
A
la cita asistirán la mayoría de los mandatarios sudamericanos, además
del primer ministro de Trinidad y Tobago, Eric Williams. Se abstendrá
de acudir el mandatario uruguayo Tabaré Vázquez.
Margarita,
una isla de 960 kilómetros cuadrados en el Caribe sudoriental, un
destino turístico de la clase media venezolana, es sometida a medidas
de seguridad que la han "blindado" para esta cumbre, según
informó el ministro del Interior, Pedro Carreño.
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