TLC
cierra primer año con números rojos para Centroamérica
ANNCOL/CEPRID,
01/07/07
Introducción
del CEPRID
La
Unión Europea quiere convertir a América Latina en el referente de
su expansión económica. En el mes de mayo de 2006 se decidió en la
ciudad austriaca de Viena desarrollar una "alianza estratégica
con los países latinoamericanos" a través de los Tratados de
Libre Comercio. Un documento oficial elaborado tras la reunión de
Viena y conocido como "Europa Global, compitiendo en el
mundo" describió la estrategia de una forma tan sincera como
brutal: "los acuerdos con América Latina, así como con otros países
como la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) se
proponen alcanzar el más alto grado posible de liberalización del
comercio, incluyendo la liberalización de largo alcance para
servicios e inversiones". Como consecuencia de esa decisión político-económica,
la UE recuperó las relaciones con el Mercosur -paralizadas desde
2004- e inició una política de acercamiento a los países de América
Central y de la Comunidad Andina de Naciones (de la que forman parte
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y de la que se salió Venezuela no
hace mucho tiempo) que ahora se plasma en el intento de suscribir un
acuerdo comercial. Los acuerdos firmados con México y Chile, por
ejemplo, sirven para poner de manifiesto los impactos negativos de la
liberalización que preconizan los gobiernos de estos países y de la
UE y de los procesos de privatización, que han aumentado notablemente
la desigualdad social y precarizado la vida de millones de personas.
De ahí la importancia de los artículos que publicamos al respecto.
Todos
los países que ya ratificaron el tratado, a excepción de Nicaragua,
vieron decaer sus exportaciones y aumentar las importaciones
norteamericanas. Los casos más dramáticos fueron los de Guatemala y
El Salvador. Costa Rica es el único país de Centroamérica que aún
no ha ratificado el TLC; y sin embargo logró aumentar sus
exportaciones a Estados Unidos en más de un 20% el año pasado.
Todos
los países que ya ratificaron el tratado, a excepción de Nicaragua,
vieron decaer sus exportaciones y aumentar las importaciones
norteamericanas. Los casos más dramáticos fueron los de Guatemala y
El Salvador.
La
frontal oposición a este Tratado, llevada a cabo por la más amplia
diversidad de organizaciones y movimientos sociales y políticos de
Costa Rica, parece tener un importante fundamento, ya que al analizar
los datos oficiales sobre los resultados de su primer año de
vigencia, muestran que Centroamérica pasó de una balanza comercial
positiva frente a Estados Unidos; a importar mucho más de lo que
exporta a ese país.
Costa
Rica es el único país de Centroamérica que aún no ha ratificado el
TLC; y sin embargo logró aumentar sus exportaciones a Estados Unidos
en más de un 20% el año pasado.
Datos
oficiales del Departamento de Comercio de Estados Unidos, muestran que
el 2006 pasará a la historia como el año más deficitario para
Centroamérica en su relación comercial con Estados Unidos en la última
década.
En
El Salvador a un año de haberse implementado el TLC, el déficit
comercial se incrementó en un 24%, afectando principalmente a los
pequeños productores agrícolas y al sector informal; y provocando a
la fecha la pérdida de más de 93 mil empleos en el agro.
El
Salvador pasó de tener antes del TLC un superávit de $135 millones
en su relación comercial con Estados Unidos, a una situación
deficitaria de $300 millones en el 2006. Con el TLC las importaciones
aumentaron de $1.800 millones a $2.160 millones, y las exportaciones
cayeron de $2.000 millones a $1.800 millones.
Lejos
de lo que la propaganda oficial anunciaba, esta invasión masiva de
productos de Estados Unidos no se ha traducido en una reducción de
los precios al consumidor. Al contrario, las tarifas de servicios públicos
y el costo de la canasta básica han tenido un elevado incremento el año
pasado, golpeando a los sectores más pobres del país.
En
Guatemala , país que tiene a Estados Unidos como su principal socio
comercial (ya que le vende el 34% de todas sus exportaciones y le
compra el equivalente al 41% de sus importaciones) la situación fue
mucho más dramática: Desde el 10 de marzo, fecha en que se aprobó
el acuerdo, pasó de una balanza comercial positiva, a tener una pérdida
comercial superior a los $415 millones.
Por
otro lado la empresa estadounidense Ferrovías de Guatemala,
subsidiaria de la Railroad Development Corporation (RDC), planteó la
primera demanda contra Guatemala al amparo del Tratado de Libre
Comercio. La compañía espera obtener una indemnización por $65
millones de parte del gobierno guatemalteco.
Según
fuentes oficiales, la compañía nunca invirtió un centavo ni puso a
operar el ferrocarril, por lo que el gobierno del presidente Oscar
Berger dio por concluido el contrato con RDC en agosto de 2006.
De
acuerdo con las cláusulas del TLC entre Estados Unidos y Centroamérica,
una empresa norteamericana puede reclamar un arbitraje internacional
para dirimir un conflicto de intereses con un Estado signatario, sin
necesidad de agotar las instancias judiciales internas.
Honduras,
(pese a que la balanza comercial con USA cerró en números positivos)
pasó de tener un superávit de casi $500 millones, en el 2005, a uno
de tan sólo $25 millones en el 2006.
Nicaragua
es el único país de los signatarios del TLC que en el 2006 logro
duplicar sus exportaciones a Estados Unidos con respecto a las
importaciones; y logró marcar una diferencia a su favor de más de
$770 millones.
De
acuerdo con el empresario hondureño, Oscar Galeano, Nicaragua ha sido
el gran ganador hasta el momento porque el nivel de salarios de ese país
es el más bajo de Centroamérica , lo que significa una enorme
ventaja en la competencia por atraer inversión extranjera y en
competir con sus productos en el mercado.
Tomado de Tiempos del Mundo, La Nación ,
Extra y otros medios de comunicación de la Región Centroamericana.
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