Hace
años que el país registra crecimiento, pero la pobreza no cede
Protestas
contra el gobierno de Alan García
Por
Néstor Restivo
Enviado especial a Lima
Clarín, 14/07/07
Como en tantos otros
países en la economía actual, hay cosas que no cierran. Aquí hay récords
bursátiles, de reservas, de resultado fiscal, de PBI o del precio del
cobre, un puntal del Perú. Para 2007 la economía crecerá por cuarto
año sin pausa y ahora a una tasa de casi 8%, y la rentabilidad en la
Bolsa superará el 20%, dijo el diario Gestión. Pero la pobreza
apenas baja, es de 48% con la mitad de ella en indigencia; y el
salario mínimo, con una vida algo más cara que en Argentina, es de
US$ 160 dólares (casi la mitad que en Argentina), cuando la canasta básica
vale el doble, para el Ministerio de Trabajo peruano.
Según dijo a Clarín
el economista Humberto Campodónico, en los 15 años de gobierno de
Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y ahora Alan García, "el
excedente económico subió 9 puntos hasta 61% del PBI. Pero en igual
lapso, el salario bajó 7 puntos, al 23%" del PBI. Dicho en
plata, respecto de 1991 se paga de salarios US$ 6 mil millones menos
al año y las empresas ganan US$ 7 mil millones más.
Fuera de Lima y el
norte del país, que goza de un boom, hay malestar por esa
desigualdad, que tiene raíz histórica pero se agravó estos años,
según quienes protestaron, a veces con violencia, estos días. Campodónico
tiene una definición lapidaria: "Es un crecimiento
apartheid".
Desde el Instituto de
Estudios Peruanos, Julio Cotler dio otra opinión a Clarín: "Hay
zonas, al norte, de una expansión notable, incluido el empleo, aunque
es precario y mal pago. El nuevo modelo, que desarticula y claro que
deja gente afuera, entró con fuerza a Perú y lo que falta es un
Estado, que aquí siempre fue débil, que se adecue y haga reformas.
Tiene ahora dinero pero no instituciones ni técnicos capaces, y hay
intereses corporativos (maestros, médicos, jueces, cocaleros) y un
sistema político faccioso que lo traba".
El sociólogo
Francisco Durand apunta en cambio a la concentración en un centenar
de sociedades locales o extranjeras (banca, minería, energía,
alimentos y exportadores) que luego de apoyar campañas electorales
dejan los gobiernos "en buenas manos". El mejor ejemplo,
dice, es el ministro de Economía Luiz Carranza, ex economista del
BBVA (Banco Francés en Argentina) y otros funcionarios de diversos
ministerios, "Producción, Transporte, Comunicaciones, Banco
Central, entes reguladores".
Lejos de ese mundo,
en la calle la gente se queja del aumento del pan y el pollo (aunque
la inflación es muy baja) y de que, aunque tiene más trabajo (hay sólo
8,5% de desempleo, según la CEPAL), hay mucha precariedad y mala
paga. "Si la economía creció 28% en 4 años, el salario real
está como en el año 2000. El empleo sólo sube en firmas medianas y
grandes, no en micro y pymes que emplean a 85% de la masa
laboral", dice Campodónico. En esto Cotler coincide ("el
ingreso por habitante es igual a... ¡1974!"), pero apunta más a
la incapacidad estatal que a la concentración de la riqueza.
"García
–agrega–se hizo más conservador, tras el desastre de su primera
gestión en los 80. Quiere copiar a Chile. Y no puede hacer mucho en
materia fiscal para distribuir más, pues hay contratos que vencen en
2009 y garantizan estabilidad tributaria. La opción sería romper las
reglas como hizo Evo Morales, pero traería consecuencias
graves".
El sistema impositivo
es la base de la equidad. Como en Argentina, el IVA aquí es alto
(aunque menos, 19%, y es el que más recauda) y no se grava ninguna
renta financiera. A diferencia de Argentina, no hay retenciones a la
exportación. Y las mineras no pagan regalías sino un óbolo
(impuesto voluntario) que es ínfimo al lado de sus ganancias.
"García
–afirma Campodónico–, se alió a la derecha confiando en que
hasta 2011 seguirá el boom. Pero la minería tiene límites en la
resistencia de comunidades que frenan proyectos, y los agronegocios,
otro pilar, dependen mucho de que se apruebe el acuerdo comercial
(TLC) con EE.UU., que está en dudas".
Cae
la imagen de Alan García por la huelga docente
Por
Néstor Restivo
Enviado especial a Lima
Clarín, 13/07/07
En avenida Arequipa,
que va del barrio Miraflores al centro de Lima, los policías "Robocops"
–llamados así por sus atuendos– gasean para despejar a los
manifestantes que cortan el tránsito del mediodía para intentar
llegar al Consejo de Ministros. Hay humedad y frío, típica mezcla
del clima gris e invernal limeño. Y tumultos por esta marcha de
maestros, campesinos y la CGT de Perú. Miles protestaron y 63
quedaron presos, como el propio titular del gremio docente, Luis Muñoz,
y otro dirigente, Robert Huaynalaya. También hay 16 profesores presos
en Apurimac, donde el martes murió una niña en la gresca.
En un año de
mandato, la popularidad del presidente peruano Alan García cayó 20%
desde el 63% con que debutó en ésta, su segunda gestión. Y fuera de
Lima, su baja es mayor.
En 2006 le ganó a
Ollanta Humala, que horrorizó a toda la gente no afín a su encendida
prédica nacionalista. Como mal menor, muchos admitieron "taparse
la nariz" para votar a García, del APRA (Alianza Popular
Revolucionaria Americana) y olvidar acusaciones de corrupción y la
segunda más larga hiperinflación de la historia, en su primer
mandato en los años 80.
Hoy hay descontento
en sectores sindicalizados pues no se cumple, afirman, la promesa de
distribuir mejor la riqueza. Una huelga es el eje del conflicto; lleva
8 días y la encabeza el gremio docente, de 300 mil afiliados. Ve como
una amenaza una ley de García que, si para el gobierno obligará a
capacitarse a los maestros, a riesgo de ser despedidos si no pasan
tres pruebas, para éstos habilita la inestabilidad laboral, la
privatización del sector y la ruptura del tejido sindical. García
llenó de epítetos a los maestros en paro y apuntó a la cabeza del
gremio, en manos de izquierdistas. Para los huelguistas, la ley
aprobada en medio del paro, el llamado a maestros sustitutos y la
falta de una reforma integral al sistema educativo, desfinanciado por
años, fueron una provocación. Las detenciones –que la policía
justificó por "desmanes en marcha no autorizada"–
tensaron más la cuerda.
Las protestas
incluyeron un paro agrario contra un acuerdo comercial con EE.UU y
marchas de ambientalistas contra la contaminación de la minería a
cielo abierto, y repercutieron en todo el Perú. Hubo bloqueos y al
sur, hasta pararon el pintoresco tren a Machu Picchu.
Alfredo Torres
(consultora Apoyo) dijo a Clarín que la popularidad de García
"bajó mucho más al sur (Cusco, Puno) y al este (sierra y selva)
que en Lima y el norte. Allí votaron a Ollanta y se sienten lejos de
la apertura y modernidad de Lima y la costa norte. Sólo el 20% apoya
al presidente contra 42% de Lima. Sienten frustración, que no reciben
nada del crecimiento" de 5, 6 y 7% de los tres últimos años.
Fernando Tuesta
(Universidad Católica) maneja datos más flojos para García. Dijo a
Clarín: "Su base era Lima. Y hoy por primera vez desde 2006
tiene aquí más opinión negativa que a favor. Al interior, peor, hay
zonas que lo rechazan en 70%". ¿Motivo?: "Hay enormes
bolsones de pobreza que no ven beneficio alguno del boom macroeconómico".
Tensión
en Perú a días de que se cumpla el primer aniversario del gobierno
de Alan García
Destruyen
un aeropuerto por una ola de huelgas
Por
Angel Páez
Desde Lima para Clarín, 12/07/07
Unos 300.000 maestros
paran en rechazo a una ley sancionada por el gobierno. También hay
protestas de mineros, agricultores y metalúrgicos. En Juliaca, al
sur, la estación aérea fue tomada por miles de manifestantes.
Cinco mil profesores
tomaron las instalaciones del aeropuerto internacional de Juliaca, en
la altiplánica localidad de Puno, en apoyo a la huelga nacional del
poderoso Sindicato Unitarios de Trabajadores de la Educación del Perú
(Sutep), en lo que representa la primera crisis social que afronta el
segundo gobierno de Alan García, diecisiete días antes de cumplir un
año, el próximo 28 de julio.
Por las protestas en
todo el país desde hace unos días, ya serían tres los muertos, según
versiones periodísticas, pero nadie ha confirmado estos datos.
El Sutep virtualmente
ha paralizado las clases en las escuelas públicas en todo el país en
protesta por la aprobación en el Congreso de la Ley de la Carrera
Magisterial, que según el gobierno modernizará y mejorará la
educación en el Perú, pero el sindicato denuncia que la norma
enmascara la "privatización" de la enseñanza y el despido
masivo de maestros.
La captura del
aeropuerto de Juliaca se produjo pese a que en la víspera el
presidente García autorizó a las Fuerzas Armadas a apoyar a la Policía
en las acciones necesarias para evitar el daño a las instalaciones públicas.
Los manifestantes llegaron a las siete de la mañana para evitar que
aterrizara el primer vuelo procedente de Lima. Se apoderaron de las
pistas del aeropuerto, destruyeron las luces de ayuda de navegación y
pusieron en jaque a los 50 policías que resguardaban el lugar.
Quemaron máquinas y muebles y arrojaron los escombros sobre la pista
de aterrizaje.
Alrededor de 150
miembros del Ejército llegaron justo cuando los manifestantes estaban
a punto de tomar la torre de control y las oficinas administrativas.
Los militares tuvieron que hacer numerosos disparos al aire y los
policías hicieron estallar bombas lacrimógenas para disuadirlos.
Cuando el forcejeo
entre los sindicalistas y las fuerzas de seguridad estaba en el
momento más caliente, para sorpresa de todos, en el Palacio de
Gobierno el presidente García promulgó la cuestionada ley.
Con su característica
voz engolada, García dijo al estampar su firma a la polémica ley:
"El Perú está en un momento decisivo de su historia. O comienza
con gran velocidad a caminar hacia el desarrollo, la inversión, el
empleo y la justicia con buena educación, o se resigna a ser un país
satélite, un país inferior en el mundo." Afuera, la población
no dejaba de protestar.
La noticia volvió a
encender los ánimos de los sindicalistas. "Es una provocación.
La ley se discutió a espaldas del profesorado y ahora la promulga
García en plena huelga, lo que implica un desafío", señaló el
secretario general del Sutep, Luis Muñoz. La Confederación General
de Trabajadores del Perú, que reúne a los gremios más importantes
del país, inició un paro nacional de 48 horas en apoyo a los
reclamos de los trabajadores y en rechazo al Tratado de Libre Comercio
suscrito con Estados Unidos.
El centro de Lima
estuvo rodeado y prácticamente copado por dos millares de policías
que habían enrejado los accesos a la Plaza de Armas para impedir el
ingreso de los manifestantes. Ni siquiera a los empleados públicos y
privados que trabajan en el centro se les permitió el ingreso. En las
empobrecidas regiones de Cusco, Apurimac, Arequipa, Tacna y Puno,
miles de manifestantes salían a las calles a protestar contra el
gobierno.
El ministro del
Interior, Luis Alva Castro, demandó a los protestantes que se
cuidaran de la infiltración de "presuntos terroristas".
Afirmó que en los últimos meses numerosos miembros de Sendero
Luminoso presos habían cumplido sentencia o consiguieron la
semilibertad y no descartaba que hubieran retornado a la actividad
subversiva.
El Producto Bruto
Interno creció entre enero y abril de este año 7,5% y las reservas
internacionales netas superaron los 20 mil millones de dólares. El país
goza de una economía estable sustentada en la exportación minera y
agraria, pero la pobreza afecta al 48 por ciento de la población, que
implica 13,2 millones de peruanos.
|