¿Va
hacia el socialismo Venezuela?
Por
Alberto Ramírez
El
Trabajador (PST de Costa Rica), agosto de 2007
Toda
la prensa burguesa señala que: “El gobierno venezolano de Hugo
Chávez propondrá en breve a sus compatriotas cambiar la actual
Constitución por una de corte socialista, en la que destacan la
reelección presidencial indefinida y la instalación de un poder
popular y comunal”. Con el anterior planteamiento también
coinciden los chavistas. Según Carlos Escarrá, miembro de la comisión
que está redactando la nueva Constitución Política de Venezuela,
cinco serán los cambios de dicha Constitución en relación a la
anterior, a saber: 1) La teoría del poder popular. 2) La nueva
geometría del poder. 3) El socialismo a la venezolana. 4) Nueva visión
colectiva de los derechos fundamentales. 5) Nuevas normas y formas
organizativas del Estado, entre la que destaca la reelección
presidencial indefinida.
En
el presente apartado sólo nos vamos a referir al punto tres, el
llamado “socialismo a la venezolana”. Carlos Escarrá, señaló
que: “No queremos un socialismo a la cubana o a la vietnamita,
sino uno que haremos nosotros”.
El Presidente Chávez plantea que el “socialismo” venezolano: “No...trata
de estatizar toda la economía (...) No, nuestro socialismo acepta la
propiedad privada. Solo que esa propiedad debe estar en el marco de
una constitución y leyes y de un interés social”.
A continuación Chávez, apoyándose en los sandinistas, declaró que:
“Daniel dice que ellos cometieron ese error. A todo el mundo le
quitaron la propiedad, a los pequeños, a los medianos y a los grandes
productores (...) Dice que mucha gente que era sandinista se volvió
en contra del sandinismo”.
A continuación, Chávez señaló que:
“...en eso
coincide también Fidel Castro...no debemos aferrarnos al dogma, no
hay que estatizar toda la economía” [4]
Entonces,
el “socialismo” que aparecerá en la nueva Constitución Política
de Venezuela es solamente de nombre, ya que el verdadero socialismo o socialismo marxista significa la abolición del dominio
económico capitalista, mediante el método de la revolución
proletaria, o sea, la expropiación, sin indemnización, de las
principales ramas económicas, ya sean nacionales o transnacionales,
como la industria, las grandes haciendas, las principales fuentes de
materias primas como el petróleo, la banca, los servicios y otras.
Hugo Chávez ha dejado claro que su “socialismo a la venezolana”
no está por abolir la propiedad privada sobre los principales medios
de producción, sino que van a coexistir la gran propiedad privada con
las empresas públicas.
Las “nacionalizaciones” de algunas empresas, mediante la compra de
acciones, así como del 60% de los proyectos petroleros que se
encuentra en la Faja del Orinoco, refleja la política reformista del
chavismo en el terreno económico.
Por
otra parte, es caricaturesco y falso lo que le planteo Daniel Ortega a
Hugo Chávez. El programa socialista de expropiación no significa la
expropiación de los pequeños productores, ya sean campesinos,
industriales, artesanos, comerciantes y otros negocios. Por ejemplo,
al respecto de los campesinos, León Trotsky,
plantea que: “El programa de nacionalización de la tierra
y colectivización de la agricultura debe trazarse de forma que a
partir de su base excluya la posibilidad de expropiación de los pequeños
campesinos y su colectivización forzosa. El campesino seguirá siendo
propietario de su parcela todo el tiempo que él considere posible o
necesario. Para rehabilitar el programa del socialismo ante los ojos
del campesino, hay que desenmascarar despiadadamente los métodos
stalinistas de colectivización...”. [5]
Por otro lado, es totalmente falso que el gobierno sandinista haya
expropiado a los grandes capitalistas. Solamente expropiaron las
propiedades de la familia Somoza y de los somocistas, pero la
propiedad de los grandes empresarios opositores y transnacionales,
excepto de algunos que estaban con los contrarrevolucionarios, no
fueron tocadas y más bien, el sandinismo las defendía y protegía.
El grave error del sandinismo fue no haber expropiado los grandes
latifundios y haciendas para entregarles la tierra a los campesinos
pobres, y ese error hizo que los campesinos se incorporaran a las
filas de la contrarrevolución armada y que, luego el FSLN fuera
derrotado en las elecciones. Además, no se le puede pedir peras al
olmo, ya que el programa o proyecto sandinista era un proyecto
nacionalista burgués, basado en tres principios burgueses, a saber: “...
el sufragio universal propio de las democracias en la región
con elecciones libres, el principio liberal del pluralismo político
y el concepto socialdemócrata de economía mixta...”.
En esa dirección anterior, el proyecto chavista tiene
ciertas similitudes, guardando todas las diferencias históricas, con
el sandinista de aquella época, no al actual.
La Nación, 28 de julio
del 2007.
La Nación, 23 de julio
del 2007.
La Nación, 23 de julio
del 2007.
La Nación, 23 de julio
del 2007.
Trotsky, León: El
Programa de Transición. Cuadernos El Socialista No. 2. Managua,
Nicaragua, 1985.
Ortega Saavedra, Humberto:
La Epopeya de la Insurrección. LEA Grupo Editorial. Tibas, Costa
Rica, 2004.
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