El
terremoto y los buitres
Por
Hugo Blanco (*)
Enviado
por Correspondencia de Prensa, 20/08/07
En
el terremoto de 1950 en el Cusco colaboré como voluntario en el
sistema de ayuda, mi tarea era empadronar a los damnificados y sus
necesidades, al principio éramos recibidos con cariño, cuanto más
avanzábamos en el trabajo iba creciendo la hostilidad, la gente
reventaba "¡Nos han empadronado 10 veces y no nos llega
nada!".
Eso
era cierto, la ayuda nacional e internacional fue devorada por los
buitres de la burocracia oficial.
Cuando
el terremoto de Ancash en 1977, estando preso, me enteré de que
sucedió lo mismo.
Ahora,
al parecer es igual, los buitres de la burocracia oficial están
engordando con el dolor de las víctimas, felices por las grandes
cantidades de ayuda nacional e internacional que llega.
El
saldo del último terremoto además de los 500 muertos y más de 1.500
mil heridos: 45 mil viviendas afectadas, 250 mil damnificados.
En
primer lugar señalemos que
no es cierto que los desastres naturales afecten por igual a ricos y
pobres. Los ricos no viven en precarias viviendas de adobe que fueron
las que se derrumbaron. Los ricos tienen el suficiente dinero para
irse de la zona y tienen a dónde ir.
Es
la población pobre de la zona afectada, más la de los villorrios
aislados la que sufre, sin vivienda, sin agua, sin fluido eléctrico,
con muertos que enterrar, con heridos desatendidos, sin dinero para
comprar alimentos que han decuplicado su precio.
Es
cierto que han recibido la promesa del presidente de la república de
que "¡Nadie morirá de hambre!", pero como sabemos, en
todos los aspectos, continúa Alan García con sus promesas de campaña
electoral que no se cumplen. A más de tres días del terremoto, a
pesar de las grandes cantidades de ayuda llegada del país y del
exterior, la mayor parte de la gente sigue sin recibir nada.
Las
víctimas desesperadas por el llanto de hambre y de sed de los niños,
han iniciado el asalto de almacenes que cuadruplicaron el precio de
los productos, de vehículos que transitan rebosantes de comida ante
sus ojos hambrientos.
Vemos
en una imagen publicada en tapa del diario "El Comercio" de
Lima a un padre con 5 pescados sacados del camión frigorífico de una
gran empresa, el diario califica de "injustificable" el
esfuerzo por alimentar a sus hijos.
Los
miembros de la policía encargados de "hacer guardar el
orden" en muchas oportunidades no intervinieron. En otras,
realmente "hicieron guardar el orden", organizaron el
reparto que ellos mismos ejecutaron. Les felicitamos calurosamente,
sabemos igual que ellos, que han de recibir un castigo de sus
superiores, admiramos el florecimiento de la solidaridad humana en sus
corazones.
En
lugar de agilizar la entrega de ayuda, la medida que ha tomado el
gobierno ha sido enviar fuerzas represivas para evitar el ataque a los
camiones de las empresas que transportan alimentos.
Recomendamos
a los donantes que vigilen directamente el destino de sus donaciones,
quienes pueden usar la vía de alguna ONG, que lo hagan, en general
son rutas garantizadas. Lo que es seguro es que la vía gubernamental
está llena de buitres que devorarán la mayor parte de la ayuda.
De
paso mencionemos que los servicios de la empresa telefónica cuyo
sirviente es el gobierno de Alan García colapsó en forma criminal
luego del sismo, naturalmente queda impune.
(*)
Dirigente histórico de la izquierda revolucionaria y de la
Confederación Campesina del Perú (CCP).
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