Jornada
Nacional de Movilización Social y Sindical
Centenares
de arrestos
Por
Andrea Henríquez
Corresponsal en Santiago
BBC News, 30/08/07
Médicos, profesores,
empleados fiscales, trabajadores subcontratados, representantes de
partidos políticos y estudiantes están entre las miles de personas
que se movilizaron este miércoles en Chile para exigir al gobierno de
Michelle Bachelet cambios políticos y sociales. Las protestas se
extendieron hasta la madrugada en algunos sectores de la capital,
Santiago.
En el centro de la
capital los trabajadores marcharon por las calles. Algunos de los
recorridos no estaban autorizados por el gobierno y la policía
reprimió las manifestaciones con carros lanzaaguas y gases
lacrimógenos.
Durante todo el día
se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza
policial. Según datos de la policía chilena, hay al menos 670
detenidos, entre ellos trabajadores, dirigentes sindicales, reporteros
gráficos y periodistas. También se presentaron 50 heridos.
La "Jornada
Nacional de Movilización Social y Sindical" fue convocada por la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT) bajo la consigna: "a
conquistar un Estado social, democrático y solidario".
La única central
sindical de Chile plantea que la presidenta Bachelet no ha cumplido
las promesas que hizo durante su campaña y que en su gobierno hay
"sectores neoliberales que buscan evitar los cambios que se
requieren y desprestigiar las manifestaciones de trabajadores
organizados que luchan por vivir mejor".
Varias son las
organizaciones que adhirieron a esta movilización, entre ellas el
Colegio Médico, el Colegio de Profesores, la Agrupación Nacional de
Empleados Fiscales, la Confederación de la Pequeña y Mediana
Industria, y la Confederación Nacional de Trabajadores del
Transporte.
"Hay un
descontento en el movimiento de los trabajadores. No se reajustan
nuestros sueldos y la gente está agobiada. En la mañana cuando uno
sale a trabajar ve a la gente apretada en la micro. Situaciones sobran
para manifestar el descontento, por eso estamos acá", dijo a BBC
Mundo Loreto Pérez, presidenta de un sindicato de trabajadores de
farmacias.
Mientras marchaba con
su delantal blanco por las calles de Santiago, el doctor Juan Luis
Castro, presidente del Colegio Médico de Chile conversó con BBC
Mundo.
"No hay acceso
igualitario a la salud. Hay que esperar días, semanas o meses para
una atención médica y tenemos un importante déficit de
especialistas. Esos son problemas reales que no han sido
abordados".
A su lado caminaba,
Jorge Pávez, presidente del Colegio de Profesores: "No ha
cambiado la matriz de la dictadura que entiende la educación como un
privilegio para quienes pueden pagarla. Nosotros creemos en la unidad
del pueblo", dijo a BBC Mundo.
Gases
lacrimógenos
Drásticamente se
interrumpió la conversación y tuvimos que correr para evitar que nos
alcanzaran el carro lanzaaguas y los gases lacrimógenos que
repentinamente aparecieron para disolver la manifestación.
"No puede ser
que tengamos esta represión hoy día. ¿Cómo es posible que hayamos
llegado a esto?", alcanzó a decir frente a los micrófonos de la
BBC el presidente del Colegio Médico.
En las
manifestaciones además de detenidos, hubo heridos, entre ellos el
senador socialista Alejandro Navarro quien fue golpeado por un
policía con un objeto contundente en la cabeza. El poeta y Premio
Nacional de Literatura Raúl Zurita terminó con una contusión. Entre
los lesionados también hay policías.
La presidenta
Michelle Bachelet declaró que Chile requiere "diálogo y no
presiones". "En democracia y en mi gobierno los trabajadores
podrán siempre expresar pacíficamente sus demandas y defender sus
derechos", dijo Bachelet en el palacio presidencial.
Llamado
de atención
Juan Somavía,
director general de la Organización Internacional del Trabajo de las
Naciones Unidas, de visita en Chile, también se refirió a lo
sucedido durante esta jornada de protestas.
"Creo que esta
movilización es un llamado de atención a la sociedad chilena.
Efectivamente los temas de la desigualdad son reales en esta sociedad
y sería bueno que encontráramos fórmulas para responder",
afirmó.
Al caer la noche
sobre la capital chilena, comenzaron a encenderse barricadas en los
sectores periféricos, los más pobres de Santiago.
Centenares
de detenidos y un senador herido fue el saldo de la jornada
Paro
sindical y represión
Por
Christian Palma
Corresponsal en Santiago
Página 12, 30/08/07
Por primera vez en el
gobierno de Michelle Bachelet, miles de chilenos salieron a las calles
para reclamar una mejora en la distribución del ingreso y la ayuda
social para los más necesitados. El gobierno dijo que garantizaba el
derecho de protesta, pero mandó a reprimir cuando la marcha se
acercó al Palacio de La Moneda.
Poco a poco el centro
de Santiago se fue quedando vacío pasadas las 16.00. A eso de las 9
de la mañana, los policías de los escuadrones antimotines ya metían
miedo, apostados en las esquinas de los centros comerciales, bancos y
grandes tiendas, pertrechados como en las otrora jornadas de protesta,
esas en las que se luchaba contra un viejo general ya muerto. Ahora el
enemigo es otro: el modelo neoliberal que impera en el país -que ha
enriquecido a unos pocos, pero que también ha dejado a muchos
pateando piedras-, el descontento, la desigualdad, las mínimas
oportunidades para surgir, la rabia de los jubilados y de los sin casa
y salud dignas.
Estos son los temas
centrales por los que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que
aglutina a gran parte de los sindicatos de trabajadores de Chile,
llamó a manifestarse "pacíficamente" en el día de ayer.
"La marcha más grande desde los tiempos de Pinochet",
arengaba el presidente de la multisindical, el socialista, Arturo
Martínez, quien afirmaba que en el curso del día la capital podrá
sentir la presencia de los trabajadores que respondieron al llamado a
movilización de la multisindical.
La gente recogió la
convocatoria y desde temprano miles salieron a la calle. En cuatro
puntos clave de esta atestada capital (Plaza Italia, Estación
Central, Avenida Matta/San Diego y Estación Mapocho, todos de rápido
acceso al centro) se fueron juntando los grupos que a eso a las 11 de
la mañana comenzaron la caminata.
En Chile las cosas
han cambiado. Hay una mujer socialista en La Moneda, la dictadura hace
17 años que desapareció -esperemos que para siempre- y el país
exhibe una de las mejores cifras económicas de la región. El alumno
aventajado de la clase, le llaman; sin embargo, esta posición en el
ranking de los que más ganan no ha logrado eliminar uno de los
cánceres heredados de los milicos: la enorme inequidad entre los que
ganan más y los que reciben menos, entre la gente de a pie y los que
pueden elegir entre tres vehículos para movilizarse, entre los que se
alimentan y educan a sus hijos con el sueldo mínimo (275 dólares) o
sus jefes que se embuchan doscientas veces más esa cantidad y tienen
a sus retoños en colegios donde la profe les habla en varios idiomas.
Con esta marcha,
miles de trabajadores, jóvenes, pobladores, docentes, subcontratados,
estudiantes y sectores políticos de menor representación condenaron
el actual sistema. Y se fueron acercando a La Moneda. Atentas a lo que
podía pasar, las fuerzas de orden, coordinadas por el subsecretario
del Interior, Felipe Harboe, ratificaron su compromiso de castigar
penalmente a los manifestantes que incurran en daños a la propiedad.
Mientras tanto, las bombas de humo, gases lacrimógenos, palos y
carros lanzaaguas repelían a la masa. A todos por igual.
Al mediodía, el
ministro del Interior, Belisario Velasco, aseguraba que la situación
en el país era "relativamente normal" y "sólo ha
habido algunos problemas que han sido rápidamente solucionados por
Carabineros".
Lo que el ministro
ignoraba es que a esa hora el senador socialista Alejandro Navarro
resultaba herido tras ser golpeado por un carabinero a sólo minutos
después de que criticara con dureza el accionar de la fuerza pública
y mediara para evitar los disturbios generados cuando manifestantes
intentaron marchar por la Alameda. Sin duda, la agresión traerá
cola.
A kilómetros de
ahí, en la populosa comuna de Maipú (500 mil habitantes), cerca de
un centenar de taxis colectivos se estacionó en las vías, con lo que
logró detener totalmente el tránsito en ambas direcciones durante
casi media hora. La cosa evidentemente "no era relativamente
normal".
En ese mismo sector
se levantaron las primeras barricadas con quema de neumáticos. En
otras comunas se repitió la escena, mucho humo y los policías
(pacos) correteando a quienes protestaban.
El saldo, según el
último cómputo, anunciado a las 19 por la Intendencia Metropolitana,
era de 260 personas detenidas, aunque fuentes de Carabineros hablaban
de 370. A muchas de ellas se les constató su domicilio y si no
tenían antecedentes se las dejó en libertad y si no, se las citó a
control de detención para hoy.
"Tenemos a 50
personas con lesiones leves, 18 carabineros lesionados, de ellos 14
con lesiones leves, uno grave y tres de mediana gravedad, y lamentamos
la situación del senador Navarro", declaró la intendenta
Adriana del Piano. Según cifras no oficiales, fueron más de 10 mil
los manifestantes.
La protesta de ayer
fue la primera organizada por la central sindical, pero Bachelet ya
había enfrentado otras movilizaciones y siempre echó mano a los
recursos represivos de los carabineros. Primero, durante las marchas
estudiantiles del año pasado de los llamados "pingüinos",
por sus uniformes azules y blancos, que reclamaban una reforma
educativa. Después con los empleados de Codelco, la minera estatal,
en reclamo de una redistribución a partir del alza del precio
internacional del cobre. Después con las protestas por el mal
funcionamiento del sistema de transporte en Santiago.
Ayer, en medio de las
manifestaciones, la presidenta Michelle Bachelet decía que "en
democracia y en mi gobierno los trabajadores podrán siempre expresar
pacíficamente sus demandas y defender sus derechos y, eso sí, hay un
límite y yo quiero que todos lo entiendan muy bien". Pero muchos
estaban sordos... de rabia, por las bombas, los palos o los chorros de
agua. No por nada el gobierno reforzó la seguridad en poblaciones por
la noche. Al cierre de esta edición, en Santiago los trabajadores
seguían mostrando su descontento.
Miles
de chilenos se manifestaron contra el modelo neoliberal heredado del
pinochetismo . Los enfrentamientos dejaron más de 400 detenidos y
decenas de heridos, entre ellos un senador. Líder sindical acusa a la
presidenta de incumplir su promesa de disminuir la desigualdad social
Reprime
el gobierno de Michelle Bachelet protesta
de trabajadores
Por
Enrique Gutiérrez
Corresponsal en Chile
La Jornada, 30/08/07
Santiago, 29 de
agosto. Más de 400 detenidos y decenas de heridos, entre ellos un
senador y varios reporteros, dejó este miércoles un paro nacional en
Chile convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), en
protesta por el modelo económico neoliberal heredado de la dictadura
de Augusto Pinochet, que impulsa el gobierno de la presidenta
socialista Michelle Bachelet, y en demanda de mayor equidad social y
mejores condiciones laborales.
Las marchas de
protesta fueron lideradas por dirigentes sindicales y en ellas
participaron trabajadores y estudiantes, e inclusive diputados
oficialistas que exigieron la renuncia del ministro de Hacienda, el
independiente Andrés Velasco.
Pero las
movilizaciones populares tuvieron importantes efectos colaterales,
entre éstos el regreso de viejas prácticas represivas de la policía
militarizada de carabineros, uno de cuyos oficiales golpeó con una
macana en la cabeza al senador socialista Alejandro Navarro, quien
denunció el hecho y la institución policial le ofreció disculpas.
Durante la jornada,
piedras y bombas incendiarias fueron utilizadas por los manifestantes
que chocaron en distintos puntos de la capital con los policías,
quienes intentaron repeler con caballos, carros lanzagua y gases
lacrimógenos a los participantes en las marchas que intentaban
avanzar hacia la sede del gobierno, el Palacio de La Moneda,
fuertemente custodiado.
Dos camarógrafos y
el poeta y premio Nacional de Literatura Raúl Zurita resultaron
lesionados por la policía capitalina, mientras que un reportero
gráfico y un agente fueron alcanzados por una bomba incendiaria.
En total, 11
carabineros resultaron heridos durante las manifestaciones, indicó la
institución, mientras que entre los detenidos se encuentra un
periodista de la televisión estatal.
De acuerdo con el
defensor de derechos humanos Hugo Gutiérrez, el cuerpo de carabineros
puso en práctica un nuevo sistema de contención de multitudes al
detener tempranamente a los dirigentes de las columnas de
manifestantes en formación, para así desarticularlas.
Agregó el dirigente
que el único culpable de los desmanes de la jornada tiene un nombre:
la intendencia de Santiago.
El intendente, como
órgano desconcentrado territorialmente, es el representante natural e
inmediato del presidente de la república en el territorio de su
jurisdicción, una región de Chile, y en quien reside el gobierno
interior de la misma.
Este funcionario, que
tiene bajo su mando la fuerza pública, es nombrado por el presidente
y se mantiene en el puesto mientras cuente con su confianza
Las marchas, a las
que se adhirieron 18 gremios, entre ellos el de los profesores,
además de estudiantes, empleados estatales, provocaron problemas en
el trasporte público santiaguino, que no se plegó al llamado a paro
de la CUT, pero que se vio afectado por los bloqueos que realizaron
los manifestantes.
Las refriegas
cortaron parcialmente el tránsito que circulaba por la céntrica
avenida Alameda Bernardo O'Higgins y afectaron el funcionamiento del
comercio y el transporte público. Varias universidades, además,
cancelaron sus clases.
A la hora en que en
la Plaza Italia se empezaban a vivir los primeros enfrentamientos, la
presidente socialista Bachelet instó a la calma, petición que no
tuvo eco entre los manifestantes.
"En democracia y
en mi gobierno los trabajadores podrán siempre expresar
pacíficamente sus demandas y defender sus derechos. Eso sí hay un
límite y quiero que todos lo entiendan muy bien", dijo
enfatizó.
La mandataria hizo
incluso un llamado al diálogo. "Quiero que todo entiendan bien:
se requiere de diálogo y no de presiones, de acuerdos y no de
violencia, porque la democracia no necesita ni desorden ni
violencia", apuntó.
En paralelo a las
protestas, la Cámara de Diputados aprobó en primer trámite una
reforma a la fracasada seguridad social.
Además, sesionó por
primera vez el llamado "consejo de la equidad", constituido
la semana pasada por Bachelet y que debe elaborar propuestas en
materia de trabajo, competitividad y definir un salario
"ético", superior al mínimo actual equivalente a 274
dólares mensuales.
Además, el gobierno
reveló que el desempleo en el país fue de 7 por ciento en el
trimestre móvil mayo-julio, su menor nivel para ese periodo en casi
10 años de gobiernos de la Concertación por la Democracia,
coalición de socialistas, democristianos y otras fuerzas menores.
El diputado
socialista Sergio Aguiló y otros parlamentarios de su colectividad
política, entre ellos el senador Navarro, demandaron la renuncia del
ministro de Hacienda, a quien culparon de "insensibilidad
social".
Amplia
acogida
El líder de la CUT,
Arturo Martínez, quien acusó al gobierno de Bachelet de hacer mal
las cosas e incumplir su promesa de disminuir la desigualdad social en
Chile, afirmó que "no solamente en Santiago hubo una amplia
acogida a la movilización popular", sino en todo el país, en
ciudades principales como Rancagua, Valparaíso y Concepción, y en la
provincia de Arauco, cuya única carretera de acceso fue cortada por
los paristas.
"Los
trabajadores hoy han tenido mayor dignidad. El pueblo de Chile está
orgulloso de tener trabajadores conscientes, que salieron a la calle a
reclamar sus derecho", dijo Martínez en un balance a la prensa.
Esto, consideró,
"significa que hemos iniciado un proceso interesante para cambiar
las cosas", en alusión a las nutridas marchas que se registraron
en Santiago, donde según la policía participaron 4 mil
manifestantes.
El ministro del
Interior, Belisario Velasco, por su parte, manifestó que pese a todo
la situación, en líneas generales, fue de relativa normalidad.
La protesta de los
trabajadores tuvo como símbolo a una vaca, que "está cansada de
ser ordeñada en beneficio de unos pocos", según la CUT.
La central sindical
recurrió a esta analogía para describir el hastío de los
trabajadores chilenos, pues afirma que ellos están cansados de no
acceder a los beneficios del sistema económico chileno, que este año
llevará a la economía a crecer en el orden de 6 por ciento.
El director de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía,
consideró que la movilización de trabajadores es una "llamada
de atención" para la sociedad chilena, tras reunirse con la
presidenta Bachelet, a quien dijo que los problemas de desigualdad
social en Chile "son reales", por lo que sería necesario
encontrar rápidamente fórmulas para resolverlos.
Al final de la
jornada, el subsecretario del Interior, el democratacristiano Felipe
Harboe, afirmó que el gobierno presentó cinco querellas contra
varios manifestantes detenidos por desórdenes en la vía pública y
por portar armas de manera ilegal.
Las
subidas de precios golpean a los pobres y a
las clases medias
Por
José Cademártori (*)
La Firme, 30/08/07
Las alzas de
numerosos artículos y servicios indispensables están empezando a
castigar el bolsillo popular. El IPC de Junio saltó un 0,9 por
ciento, una cifra insólita que no se veía desde abril del 2005.
Basta pensar que, de mantenerse como tendencia en los próximos doce
meses llevaría al IPC, a más de un 10% anual, un número tres veces
más alto de lo que ....
hemos tenido en los
últimos años. Si esto ocurriera, todas las personas que viven de
sueldos y salarios, pensiones e ingresos fijos o modestos, el costo de
la vida se comería los bajos reajustes ganados por los trabajadores
que no sobrepasan el 3% real. Bajaría notoriamente su nivel y calidad
de vida.
En los últimos doce
meses la leche líquida registra un aumento de 36,6% y los demás
lácteos entre 21% y 31%. Han sufrido alzas notorias el arroz y la
harina. Dos veces en el año aumentó el costo del pan corriente y del
especial, empujados de atrás por el alza de varios insumos que
podrían elevarlo más. Las frutas y verduras tuvieron un aumento de
8,5 % en los últimos doce meses. A nivel internacional se anotan
fuertes aumentos en el trigo y el maíz. El alza de este último
provocó una verdadera rebelión entre los mexicanos pobres, producto
esencial para su alimentación..
En cuanto a los
servicios básicos, las cuentas de electricidad subieron un 16 % en el
último año, aumento que se repetirá en octubre cuando se fije el
nuevo precio de nudo. En los últimos seis meses el rubro combustibles
del IPC se elevó un 10%. Tanto el agua como el gas licuado han tenido
aumentos, con perspectivas de seguir elevándose. Para qué referirse
a los gastos de salud para las personas. Las isapres, clínicas,
hospitales, los servicios de urgencia, las farmacias y otros negocios
privados no paran de elevar precios, tarifas o mensualidades. Las
compañias privadas del Transantiago chantajean al gobierno exigiendo
que se les subvencione para asegurar sus altas ganancias, de lo
contrario exigirían alzas en las tarifas de locomoción.
Los economistas de
gobierno dicen que la señal negativa del IPC de junio no marca una
tendencia. Ojalá así fuera. Pero, nadie debiera ignorar que ya hace
algún tiempo se ha desatado un proceso inflacionario en los mercados
globales de los productos básicos, energéticos y sus derivados,
materias primas y alimentos. Poco a poco estos aumentos se trasladan a
numerosos insumos. Se espera que otros cultivos como el trigo, soya,
oleaginosas, forrajes y cañaverales, además del maíz, suban de
precio en los próximos años por el desvío de tierras para
satisfacer la demanda desatada por la fiebre del etanol y el biodiesel
en Europa, EE.UU y Japón. Si el petróleo y otros productos
energéticos continúan subiendo, nos podemos encontrar como en 1974 o
en 1979, esto es una crisis mundial inflacionaria que desemboca luego
en una recesión generalizada. Chile no fue inmune, por el contrario.
Según los
neoliberales de entonces, Cauas y De Castro, respectivamente y
también para los Velasco y Corbo de hoy, no hay otra forma de frenar
la inflación que reducir el crecimiento, a riesgo de impulsar la
recesión productiva, aunque los costos lo paguen la gran mayoría.
Una de las primeras medidas que aplican para "enfriar" la
economía es aumentar la tasa de interés que fija el Banco Central,
lo que se haría dentro de poco. El aumento de la tasa de interés
perjudica a toda clase de deudores, sean deudores hipotecarios, los
que tienen que pagar las deudas de las vacaciones, de la compra de
artículos escolares, consumidores de tarjetas de crédito,
comerciales y bancarias, los sobregirados en sus cuentas corrientes,
etc. En EE.UU ya están con un dilema similar qué hacer, detener la
inflación o sostener el crecimiento, por ahora se inclinan por subir
la tasa de interés porque creen que el peligro inflacionista es
mayor, a pesar de que la economía también se está enfriando.
Para trabajadores y
sectores medios en nuestro país la disyuntiva es soportar las alzas y
mañana la recesión y los despidos, o bien resistir ya y reclamar
políticas que los protegan. ¿Cómo se pueden resistir las alzas, con
salarios congelados en convenios a tres o cuatro años? Se requiere
otra política económica. Es necesario acabar con la monserga del
libre mercado y aplicar políticas activas en defensa del consumidor.
Sobre todo, en los sectores donde mandan los monopolios, como en los
servicios de utilidad pública, se debe controlar y congelar los
precios y tarifas principales, impedir las tasas de interés usurario
de bancos y casas comerciales, los recargos abusivos, y reducir el IVA
a los productos de primera necesidad, entre otras medidas.
* José Cademártori
es economista y fue ministro de Economía del presidente Salvador
Allende.
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